Regreso al Pasado TV 1x03: ColecoVision
Impresionantes prestaciones técnicas con un mando estrafalario
Una de las más sonadas víctimas que generó el crack del videojuego producido en 1983 fue el sistema que hoy nos ocupa, Colecovision. Lanzada en agosto de 1982, esta plataforma casera sorprendía por sus capacidades técnicas, muy avanzadas para la época. Para hacernos una idea de su potencial, poseía la misma CPU y chip gráfico que un año después llevaría el histórico MSX, e incluso su chip de sonido seguiría apareciendo en sistemas sucesivos como la Master System de Sega. Una más que acertada estrategia de marketing por parte de Coleco fue la adquisición de la licencia del popular Donkey Kong, juego que venía incluido junto a la consola, lo que hizo que sus ventas se dispararan hasta el medio millón de unidades allá por navidades del 82. Pero luego llegó el mencionado crack del 83, y la popularidad de esta consola cayó en picado, hasta que en 1985 fue definitivamente abandonada.
Solo hay que echar un vistazo a sus periféricos, en especial los pads de control, muy parecidos a los del sistema Intellivision, para constatar que los diseños norteamericanos se estaban complicando en exceso, algo que Nintendo arreglaría en 1983 con su Famicom. El Super Action Controller, un inmanejable cacharro con forma de pistola retrofuturista, repleto de botones y con una palanca de control en su extremo superior, además del llamado módulo de expansión que incluía volante, teclado numérico y pedal, también son periféricos de Colecovision que harían tener pesadillas a los actuales jugadores ocasionales acostumbrados al Wii Tenis.
El catálogo de juegos de Colecovision es elevado, siempre teniendo en cuenta los estándares de la época, alcanzando casi 150 títulos comercializados. Entre los más recomendables se encuentran el mencionado Donkey Kong, su secuela, Donkey Kong Jr., y conversiones de recreativa bastante decentes como Boulder Dash, Burguer Time o Q*Bert. La consola también tiene el honor de poseer el primer juego licenciado de Rocky; no es un buen título, pero su valor de cara al coleccionismo es indiscutible. Encontrar una Colecovision en buen estado a día de hoy es bastante difícil, así que disponte a pagar cantidades bastante significativas a la hora de hacerte con una. Lo mismo puede decirse para los cartuchos, siempre y cuando los quieras con su embalaje original. En definitiva, Colecovision fue una gran consola, adelantada a su tiempo en muchas de sus características técnicas. Si el crack del 83 no se hubiera producido, quién sabe, igual podría haberse convertido en el equivalente occidental a la Famicom de Nintendo.
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