Terror Indie: El nuevo Survival Horror
Aunque no seamos americanos, aunque no practiquemos el "truco o trato", la festividad de Halloween tiene algo que embarga al mundo entero: Su aspecto sobrenatural, el placer de asustarnos. Y qué mejor que con algunos de los más terroríficos juegos que existen. Recemos una oración por el Survival en los AAA, pero entonemos un Aleluya por el terror indie.
Enter the Indie Horror
Project Zero, Kuon, Rule of Rose, Haunting Ground, Silent Hill, Obscure, Forbidden Siren. La pasada generación fue toda una demostración de que el género del Terror y el Survival Horror se encontraban más no-muertos que nunca, con bases similares pero mecánicas jugables con novedades y/o un toque de originalidad que les daban a estos títulos personalidad propia y los hacían huir de ser meros clones. Pero algo ocurrió en el cambio generacional. PlayStation 3 y Xbox 360 parecen exorcizadas en su catálogo de buenos títulos que de verdad nos pongan el corazón en un puño. En general, el survival parece que camina por su camposanto particular en esta Gen en cuanto a los Triple A a pesar de sagas que comenzaron con buen pie como Dead Space, transmutada en su entrega más reciente a juego en el que la acción y el cooperativo tienen más peso en los esquemas. Al igual que un Resident Evil 6 que prometía mucho con la parte de Leon, nada menos que una vuelta a los cánones más clásicos de la IP, pero que en la práctica el genial RE Revelations de 3DS se le ha acercado más al terreno de antaño.
Intentos ha habido. Muchos fuimos los que confiamos en VectorCell y su prometedor Amy, que a final, aunque intentaron arreglarlo vía un tardío parche, desilusionó en cuanto a lo que prometía y lo que acabo dando. F.E.A.R. nos grabó cada una de las apariciones de la aterradora niña Alma en pantalla, mezclando gunplay, tiempo bala y sustos, pero su tercera entrega también apuntaba alto implicando a uno de los gurús del terror, John Carpenter, y no logró las cotas de miedo que prometieron sus creadores. Y ver cómo una serie como Silent Hill, antaño la más prestigiosa en cuanto al miedo puro y psicológico, toca fondo con una entrega en PS Vita –Book of Memories- que en vez de seguir la senda del logrado Origins de PSP cambia inexplicablemente de tercio para convertirse en un spin off dungeon crawler cooperativo, a la par que en sobremesa lo sigue intentando con varias entregas –Homecoming, Downpour- pero sin lograr alcanzar las cotas de calidad de la era PlayStation 2, son otros ejemplos de un género que está tocado y necesitado.
Quizás decir que el survival horror en Triple A está muerto y enterrado es algo extremo, pero ciertamente no nos han dado ejemplos continuados de que no sea así. Se ve que en general el terror no vende para los gustos actuales, y sí la acción scriptada y guiada, los FPS de tiros y las aventuras con algún toque de miedo pero no mucho, que puede asustar demasiado a los nuevos consumidores que no están duchos en los Survival y solo quieren emocionarse sin llegar a aterrorizarse. Los juegos cuestan mucho, el survival y el pasar miedo simplemente “no están de moda” –se le reconoce a Naughty Dog esa apuesta arriesgada que hizo con su magistral The Last of Us-, así que no hay motivo para jugarse gigantescas fortunas de presupuestos –a ver por dónde y cuándo estalla esta burbuja del videojuego- salvo si nos llamamos Shinji Mikami y queremos devolver el prestigio y el miedo a un género con The Evil Within, juego que carga con las esperanzas de miles de fans.
En el primer MeriPodcast de esta temporada planteábamos una curiosa duda en cuanto al hecho de que puede que el Survival Horror como lo conocemos no es que esté agonizando, sino que esté evolucionando hacia un nuevo esquema, tal y como Telltale intenta hacer evolucionar a la Aventura Gráfica clásica con su The Walking Dead. Un esquema diferente, sin importar que tenga un entorno gráfico de primera o unas mecánicas complejas, sino que cuanto más sencillas e inmersivas mejor. Un terror que cuenta con desarrolladores que sí están dispuestos a hacernos pasar miedo de verdad. Son aquellos que no tienen nada que perder, mucho que ganar y esa pasión de novatos que se contagia en sus creaciones: El sector Indie. Son aquellos que han pasado miedo en su momento con el zombie troncha-cuellos de Resident Evil, que han tenido más de una noche en blanco con Project Zero o que nunca pudieron olvidar Alone in the Dark o Sweet Home.
Son gente cansada del panorama actual que deciden aplicar los cánones del momento –como el uso de material grabado con cámaras caseras- o que no hace tanto triunfaron –el puro terror de la ola asiática encabezada por Ringu, con The Eye, Pulse o Dark Water- y montarse juegos que se desmoronan en comparación con los más grandes en cuanto dinero y perfección técnica, pero que eclipsan a estos en cuanto a lograr el mas puro miedo. Solo el tiempo dirá si el esquema clásico de miedo regresará, o si Amnesia y compañía son los nuevos Resident y Silents del género. De momento aquí en MeriStation queremos celebrar también el momento en el que el mundo de los muertos se entrecruza con el de los vivos, a través de la mejor opción posible: Pasar miedo pad/ratón en mano. Así que vamos a repasar algunos de los indies más populares a la par que otros títulos de portátiles y bucear en la red para mostraros ejemplos de lo que el sector independiente tiene que aportar, que por fortuna para los que seguimos adorando asustarnos de primera mano con la interacción que ofrece un videojuego, no es poco, sino mucho.
Amnesia: The Dark Descent
No jugar Amnesia por no ser un Triple A gráfico es un error absoluto ya que, si algo nos han demostrado los pequeños estudios en esta era HD, es que gráficos sencillos y humildes no están reñidos con una experiencia de juego absorbente y satisfactoria. Con su pequeño presupuesto, Frictional consigue una increíble y claustrofóbica ambientación -muy buena animación y ángulos de cámara- que destaca por su juego de luces y sombras. Junto a un apartado sonoro magníficamente mezclado de música y FX de sonido. Un título indie que, en definitiva, transmite lo que quieren sus creadores: sensación visceral de puro miedo. Objetivo conseguido para un estudio cuya alegría se desbordó al ver que habían conseguido vender una cantidad de 200.000 unidades en su lanzamiento. Enhorabuena.
Amnesia: A Machine for Pigs
Para nada a la altura del original en cuanto a miedo, Amnesia 2 exhibe una jugabilidad aligerada de todos los elementos que hicieron grande al primero en cuanto a tensión, brindándonos luz infinita, puzles anecdóticos, y criaturas que no dan el mismo miedo puesto que ya no existe el indicador de locura. Donde sí acierta de lleno es en una historia sórdida, macabra, enfermiza, narrada obligándonos a juntar piezas del relato, y que empapa una segunda parte del juego menos supeditada al suspense y sustos y más al horror del relato en sí. Amnesia 2 logrará pegarnos algún susto –o algunos, depende de nuestra experiencia/inexperiencia en el género-, pero está muy claro que la máquina para cerdos ha perdido parte de lo que el descenso oscuro logró tres años antes.
Outlast
Al estilo actual, sin posibilidad de poder pelear, sino simplemente de huir y escondernos, Outlast se revela una experiencia fácil y algo breve, pero a cambio nos brinda una ambientación enorme, con momentos visualmente macabros al más puro estilo American Horror Story Asylum, con un gran diseño de sonido y un apartado técnico muy bueno. Pero lo mejor es sencillamente la huella que nos deja al terminarlo. Más allá de la trama o de sus flecos nos queda la constante sensación de miedo y el festival de sustos, que es lo que queremos, lo que demandamos y lo que buscamos. Y es lo que Outlast ofrece: Sustos de esos de pausar el juego y echarnos a reir tras habernos muerto del miedo.
Slender: The Arrival
Ampliando lo visto en Slender: The Eight Pages, un indie que destacó por saber crear una atmósfera de genuino terror con un proyecto amateur escaso, The Arrival vuelve al uso de la primera persona, clave para vivir de primera mano las apariciones de la criatura en juego cuyo gameplay se centra en la exploración a la luz del día y en la recolección de objetos/huida del enemigo, escondiéndonos ante su presencia cuando las tinieblas surgen de noche. No hay más, siendo un aspecto que solo busca enfrentarnos sin ninguna posibilidad a un ser horripilante. Y es que le podemos achacar que sea corto de duración, que narrativamente apenas se explique o que jugablemente esté limitado –se asemeja a un Dear Esther, pero con más opciones-, pero en cuanto a su naturaleza, en cuanto a su razón de ser y el motivo principal por el que pagamos lo que cuesta –acaba de llegar a Steam-, que no es otro que el provocarnos un escalofrío primero en la columna, seguido del vello erizado y la respiración al mínimo hasta que nos pega el susto, Slender: The Arrival da lo que promete con creces.
Corpse Party
Si bien es cierto que sus principales atributos radican en ofrecer una historia muy interesante -no exenta de manidos clichés-, también se maneja con soltura a la hora de ofrecer motivos para continuar con la aventura, pese a los inconvenientes que suele suscitar repetir una misma escena en varias ocasiones, haciendo uso del siempre recurrente sistema de prueba y error'. Al margen de esto, y a juzgar por la relación calidad/precio que ofrece Corpse Party, es difícil no recomendar su adquisición –y su secuela, Book of Shadows- si buscamos una aventura distinta, que relega su aspecto técnico a un segundo plano para centrarse en un argumento totalmente trasladable a una película de terror, por más que guste de utilizar ciertos recursos que le restan puntos de originalidad. Un título con un uso del sonido encomiable, que nos brinda una propuesta muy original de ver en Occidente y que se convierte en una de esas rara avis en el catálogo de una consola que contribuye a expandir su librería.
Penumbra Series
Continuando directamente donde Overture terminaba, Black Plague es una de esas secuelas que mejoran al original en todos los aspectos, comenzando por una narrativa que nunca decae y que se explica lo justo para ofrecernos una historia que estuvo nominada a los Writer’s Guild of Great Britain, que cierra hilos de Overture como el motivo del protagonista al inicio de la historia y que deriva en una trama mucho más fantástica que no vamos a revelar, aunque de resolución muy atropellada y brusca. Puliendo el sistema de puzles físicos y gestos con el ratón que hemos visto en la saga Amnesia, Black Plague también acierta en transmitir soledad, miedo y una atmósfera de terror en la que el combate ya no lastra la jugabilidad. Todo lo contrario que Requiem, una expansión para esta que inexplicablemente se dejó por el camino a los enemigos –algunos bien perturbadores- para presentarnos un juego que nos traía de vuelta la interacción y la importancia de las físicas en los objetos, aunque se quedaba limitado a eso, a resolver puzles. Algo que no es malo, al contrario, pero que tras una entrega tan satisfactoria a nivel de historia, de enemigos y de miedo como Black Plague, al no haber nadie con quién interactuar, ni amigo ni enemigo, se crea cierta sensación de vacío en el juego.
Lone Survivor
Con un esquema que nos permite o esquivar o darle gusto al gatillo de un arma, el uso de un entorno propio de los juegos de 16Bit de Mega Drive o Super Nintendo es la mejor baza para deleitarnos con las surrealistas y peligrosas visiones oníricas de su protagonista, en el límite de la salud mental. Describir Lone Survivor puede ser complejo al profundizar en él, sobre todo queriendo ahorrarse información reveladora, pero a grandes rasgos estamos ante una obra muy completa, con infinidad de guiños hacia juegos clásicos del survival, con una mecánica profunda y rica en matices, que además ofrece un argumento trabajado, distinto y original. La versión reciente de PlayStation 3 y PS Vita nos trae más escenarios, finales que arreglan las brechas argumentales del original, enemigos, objetos y más contenido, pero lo importante es que expande a otros sistemas un juego al que todo fan de los Survival con ese toque más de psicología que de terror visual debería echar un vistazo.
White Day: A Labyrinth Named School
Acechado todo el tiempo por enemigos como un conserje poseído cuya presentación ya dejabclara sus intenciones –lo vemos a través de una rejilla de ventilación matando a golpe de bate a un estudiante-, nuestro protagonista deberá resolver tareas y puzles para poder huir no solo de un conserje homicida, sino de otros como fantasmas. Correr, esconderse y moverse haciendo el mínimo ruido posible compone parte de un gameplay que incluye8 finales distintos, dependiendo de la chica con la que logremos escapar. Pero habrá que tener cuidado con las actividades que incrementan el latido de nuestro corazón que podemos escuchar, como correr demasiado tiempo, caer de una gran altura o vernos rodeados de alguna de las entidades espectrales. Título de esos que calificaríamos de agobiantes por la persecución a la que los enemigos nos someten cuando somos detectados, White Day ya tiene unos añitos, pero su escalofriante diseño de sonido –nuestros zapatos resonando al correr, el conserje haciendo girar las llaves en su mano y su risa macabra- y elementos como avanzar usando una cerilla o la originalidad de un inventario que se abría a golpe de cremallera siguen sin haber envejecido un ápice. Para los interesados, aunque nunca salió en Occidente, pordemos encontrar por la red parches con traducciones al inglés llevadas a cabo por fans del juego.
Mad Father
Al igual que Lone Survivor, a poco que le demos una oportunidad y nos dejemos llevar por su historia, Mad Father es capaz de darnos sustos de los buenos y muchas dosis de contenido macabro, de agobio y de malos ratos incluso en caso de lograr el mejor final de los varios que tiene , por más que algunos de los endings malos sean mucho más desesperanzadores a la par que conseguidos, como aquel que incluye una muñeca. Perfecto para unas horas de juego en una tarde lluviosa, este pequeñito survival incluye hasta voces para sus escenas de diálogos y una sorpresa si encontramos las 21 gemas ocultas junto a instantes de miedo y de acción.
Fran Bow
One Late Night
Which
Insanidade
Y aquí termina nuestro recorrido. Podríamos seguir mentando y mentando juegos: Eyes, The horror game, Neverending Nightmares –recién salido de su Kickstarter-, The Train y tantos otros que se cuecen en el espacio indie y que buscan hacernos pegar el brinco en la silla, o al menos sentir un escalofrío, pero nos vamos a detener aquí para conocer vuestra opinión sobre el tema. ¿Conocéis algún título indie que no hayamos mencionado? ¿Alguna experiencia terrorífica que os haya puesto el corazón en un puño? ¿Qué survivals clásicos o de terror más actuales recomendáis? ¿Cuáles os han asustado de verdad, de antaño o de ahora?