Las chicas de Suda 51

El ADN de Suda51

Diferente, políticamente incorrecto, atrevido, desconcertante, visceral y violento. Seis términos que se podrían ampliar mucho más y que definen en menos de una línea a uno de los creativos japoneses más destacados del momento. Hablamos de Goichi Suda, conocido en los fueros digitales con el pseudónimo de Suda51, y responsable de Grasshopper Manufacture, desarrolladora independiente antaño, ahora vinculada a GunHo Online Entertainment, gigante de los juegos multijugador asiáticos –están tras el popular Ragnarok Online–. Por su trayectoria profesional, muchos lo consideran el Quentin Tarantino de los videojuegos. Argumentos no faltan para situar a este hombre entre los creadores de videojuegos con carácter de “autor”.

Para que este apelativo tenga sentido es necesario que los trabajos de un profesional como Suda51 tengan suficientes elementos propios y característicos replicables a lo largo de su trayectoria. Son signos que dan forma al ADN de sus videojuegos y que se encuentran a poco que se rasca en la superficie del código fuente. Este japonés nacido 1968 comenzó en esto de las maquinitas cuando se alistó a las filas de Human Entertainment, desarrolladora en la que trabajó en Clock Tower y en Fire Pro Wrestling. Antes de dedicarse a picar código y diseñar personajes, el amante de las mujeres exuberantes trabajó como sepulturero, profesión que explica muchas cosas, además de ser un declarado aficionado de la lucha libre mexicana y adicto a sus máscaras.

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Las comparaciones con Tarantino pueden generar amor y odio a partes iguales entre los aficionados a los videojuegos, pero existen elementos que conectan la trayectoria de estos dos autores con bastante solidez. El primero y más visible es la violencia explícita en sus creaciones; basta ver un tráiler de proyectos recientes como No More Heroes o su precursor Killer7 para percatarse del uso de la sangre a espuertas; el segundo, sin duda, es la transformación de temas aparentemente oscuros como el trabajo de asesino a sueldo con situaciones que trascienden de los frívolo como el caso de Travis Touchdown, una suerte de friki pajero convertido a asesino a sueldo. Mondo Zappa, protagonista de su próxima creación, Killer is Dead, no se queda atrás en esperpento.

Las gotas de sangre desprendidas en sus obras, algunas incluso con cambio de color a modo de ligera censura como el caso de No More Heroes en Europa, corren por las venas de personajes que representan un estilo visual propio, otro de los patrones de comportamiento de los juegos del diseñador. Sus coloridos escenarios estilo cel shading distan mucho del concepto de dibujo animado afable que en ocasiones llegan a representar, y que son más próximos al parisino teatro Grand Guignol con la violencia, las vísceras y lo nefasto del ser humano como protagonistas. Gracias a la forma, los juegos de Suda51 durante la última década son perfectamente reconocibles.

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Y la última cadena de este ADN indiscutible se une entre los brazos de las mujeres virtuales que a lo largo de los años han tenido presencia y protagonizado sus creaciones. Porque Suda51 tiene la habilidad de convertir a una puta en una señorita digna de ver; a una adicta a las armas en una rival remarcable, y hasta de transformar el burdo y mundano cortejo de una prostituta futurista en un minijuego con algo de buen gusto. Las chicas de Suda51 son las que son, bestias sensuales y femmes fatales, no se olvidan, nunca caen en lo genérico y se convierten en iconos de sus juegos. Seña de la casa, como se suele decir, y hasta obsesión del autor, como le sucede con la cosplayer Jessica Nigri, que, salvando siempre las distancias en el paralelismo, puede considerarse como una “obsesión” del japonés equiparable al binomio Tarantino-Uma Thurman.

La gran pregunta que muchos se harán llegados a este punto es: ¿Utiliza este diseñador japonés la figura de la mujer con una finalidad puramente comercial o de lo contrario recurre a las curvas con sentido y cabeza, tratando de dotar a sus juegos de un estilo propio? Quienes han jugado a alguna de las propuestas de Goichi Suda sabrán diferenciar entre sus personajes femeninos y, por ejemplo, la presencia de actrices porno como Sasha Grey y Tera Patrick en la serie Saint's Row. No negaremos por polémico, controvertido y políticamente incorrecto que resulte que en el marketing ayuda contar con una fémina cuando el público objetivo al que te enfrentas es mayoritariamente masculino, pero éste no es el caso particular de las chicas Goichi Suda, que exprimen perfiles clásicos confiriéndoles sentido en el juego.

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De hecho, en 2008, con motivo del lanzamiento de No More Heroes en Wii, entrevistamos  Goichi Suda en Madrid, y por su peculiar enfoque creativo aceptó grabar la entrevista "donde viene las ideas", en el váter. Sentado en la letrina admitió tener múltiples fuentes de inspiración, entre ellas el mundo del celuloide, y querer "ofrecer siempre una versión personal" con cada uno de sus trabajos. La conexión con Tarantino no es casual, pues el mismo diseñador reconoce que "comparte proceso creativo" con el director de Malditos Bastardos, Reservoir Dogs y Django, una manera de adorar el trabajo del cineasta con su producción de videojuegos. Los dos harían una pareja razonable en un hipotético trabajo conjunto que haría las delicias de muchos aficionados. Dicho esto, repasemos algunos de los perfiles femeninos vistos en sus juegos.

La maquiavélica

El toque perverso, vicioso y prohibido lo pone Sylvia Christel, la chica de No More Heroes, una manipuladora que organiza combates a muerte a los que acude Travis Touchdown sin rechistar convirtiéndose en su “pagafantas” particular. Todo el pastel del ranking de los asesinos se viene abajo cuando el protagonista descubre que Sylvia le ha estado utilizando sin escrúpulos para conseguir sus propósitos. Y aquí los hechos se desmoronan poco a poco dando forma a un culebrón irónico propio de la narrativa de los juegos del autor. El punto de inspiración de la señorita Christel no es otro que la actriz Sylvia Kristel protagonista de una de las históricas del cine erótico, Emmanuelle.

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Una ristra de granadas recorre el cuerpo de Holly Summers, la asesina número seis del primer jueo de la serie No More Heroes. Se trata de una modelo escandinava que guarda todo su encanto en su peinado, en su forma y en su pierna mutilada y sustituida por una prótesis cibernética capaz de lanzar cohetes. Tras ser derrotada por Travis, quien se niega a acabar con su vida "por ser una mujer" –el héroe tiene una fobia a exterminar chicas digna de un sesudo análisis freudiano–, Summers utiliza una de sus granadas para quitarse la vida. Se trata de uno de los personajes femeninos más recordados del juego de acción y de una de las pérdidas más lloradas por los fans.

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El caso de Kaede Smith, chica de Killer7, representa otro rol peculiar en la biografía jugona de Goichi Suda. Y es que esta chica se caracteriza por lanzar críticas de manera sistemática a todos los hombres que la rodean, remarcando la incapacidad del género masculino para percatarse de cambios que las féminas interpretan al vuelo. Su capacidad de crítica no tiene límites en lo que respecta a los varones, por lo que encaja en el perfil de la misandria, anglicismo utilizado para designar el odio exacerbado hacia los hombres. Su habilidad especial en el juego de acción de Game Cube y Playstation 2 es el uso de la sangre para apoyar al equipo de asesinos.

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Cuando Killer is Dead llegue a las tienda este mes de agosto, lo hará acompañado de un singular modo, el "Modo Gigoló", que lleva a su protagonista, Mondo Zappa, a conquistar a una fémina que representa uno de los roles clásicos en las fantasías sexuales de medio mundo, la enfermera sexy. Este traje escotado que se vende en tiendas de disfraces se desplegará sobre la piel de Scarlett, una americana en la veintena que trabaja como enfermera y que volverá loco al protagonista. La chica no será la única que "cuide" a Mondo (también podremos seducir a Koharu y Natalia), pero sí quien dé acceso a "Retos" como encontrarla oculta en los escenarios o derrotar enemigos en oleadas mientras mira.

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Crisol de culturas y cóctel de raíces, en No More Heroes el jugador se enfrenta a Shinobu, una chica de color menor de veinte años que mezcla la estética de colegiala, que más tarde se expandirá con Juliet en Lollipop Chainsaw, con los valores de respeto de los samuráis. Portando una katana, la chica tratará de vengar la muerte de su padre que cree fue obra de Travis. Aquí, como con Summers, la fobia de Touchdown a matar a una fémina le impedirá acabar con su vida. No es casualidad (¡Bendita inspiración!) que tenga un parecido razonable en fondo y no en forma con Gogo Yubari, la colegiala asesina de Kill Bill.

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Cien por inestable, cual fan del cantante de turno, y treméndamente loca. Así es la rubia de Juliet Starling, alumna del San Romero High School (referencia a Romero, el cineasta de los zombis) que recién cumplidos los 18 años tendrá que combatir contra hordas de muertos vivientes llevando la cabeza de su novio en un recipiente y usándola como apoyo en combate. Vestida con su traje de animadora y coqueteando con un chupa-chups, Juliet blande la sierra mecánica como arma para exterminar a los zombis que plagan el instituto. La protagonista de Lollipop Chainsaw acumula tantos clichés en su figura que bien tendría cabida en un telefilm de las cuatro de la tarde.

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La damisela en apuros

El mito clásico literario de la damisela en apuros tiene presencia en Shadow of the Damned, el videojuego producido por Goichi Suda en colaboración con Electronic Arts, y dirigido por Massimo Guarini en colaboración con Shinji Mikami. En esta propuesta para Playstation 3 y para Xbox 360 se descubre otro perfil femenino tratado por Suda 51 y en cierto modo separado de sus creaciones habituales -se nota su rol de productor-. Hablamos de Paula, la novia perdida del protagonista, un demonio -textual- que vaga por la la ciudad perdida a la espera de que su amado acuda a su rescate. Una criatura de otro mundo incluso para lo Suda 51 acostumbra a crear.

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Musa de carne y hueso

Un lugar privilegiado y especial merece la cosplayer y modelo Jessica Nigri, conocida en los fueros del videojuego por sus disfraces de personajes femeninos y por su esbelta figura, se ha convertido en los últimos años en una especie de diva para Goichi Suda desde que ganara un concurso de cosplay para representar a la protagonista de Lollipop Chainsaw y pasearse de la mano del diseñador en eventos como el E3, concediendo entrevistas a los medios. La chica, metida en la veintena, siguió su carrera profesional con Suda como pareja en Killer is Dead como reclamo publicitario para el mercado japonés, donde se ha convertido de nuevo en la chica fetiche del japonés. Como decíamos, Nigri es hasta la fecha el equivalente a Thurman. Gracias a su trabajo, a su creatividad y a la genética, Jessica se ha labrado un porvenir en la industria.

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No nos engañemos; el papel de la mujer en los videojuegos todavía está lejos de ser algo común y cotidiano a pesar de que la industria ha dado pasos relevantes durante los últimos años. La misma Lara Croft, que comenzó siendo una heroína de fuertes valores pero claros atributos sexuales, se ha transformado a sí misma con su último videojuego gracias, en parte, a la labor de la guionista y escritora Rhianna Pratchett, que defiende la introducción de más mujeres en la industria para conseguir que la figura de la mujer no se utilice como reclamo publicitario.

En este movimiento crítico con el uso de los personajes femeninos en la industria se enmarca Anita Sarkeesian, comunicadora canadiense que estudia el papel de la mujer en la industria a lo largo de los años mediante la serie de documentales Tropes vs. Women in Video Games emitidos desde su vídeoblog Feminist Frecuency y centrados en remarcar el estado del género femenino en los videojuegos con ejemplos que recorren todas las generaciones de máquinas, no quedando al margen de las críticas de quienes la tildan de feminista exagerada. Y tú, ¿qué opinas sobre el papel de la mujer en los videojuegos? Cuéntalo en los comentarios del reportaje.