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Invasión Zombie

Guerra Mundial Z llega a nuestras carteleras para hacernos pasar miedo con los muertos vivientes. Pero por supuesto, no es el primer intento de explotar a estas criaturas en el cine, ni en los videojuegos o el cómic. Te ofrecemos una guía para sobrevivir a cualquier tipo de no-muerto cinematográfico, literario o videojueguil.

Podríamos decir que estamos ante una moda, pero sería bastante poco realista. La figura del muerto viviente o zombi fascina al ser humano por sus propiedades y fórmulas, por permitir hablar de temas serios a través de una carcasa de aparente fantasía, o sencillamente por esa necesidad de saber si habrá algo más allá de la muerte; aunque sea reencarnado en forma de cadáver ávido de comer carne humana. ¿Pero dónde y por qué se origina este boom? Este viernes se estrena en España una de las películas más esperadas por los amantes del género, Guerra Mundial Z, una superproducción de 190 millones de dólares dirigida por Marc Forster y con Brad Pitt a la cabeza. Aprovechando esta situación, hacemos un repaso por las mejores aproximaciones a la figura del muerto viviente no sólo en los videojuegos, sino también en el cine, los cómics y la literatura. Eso sí, centrándonos en aquellas en las que éstos son el eje de la historia.

Orígenes

Si bien es cierto que a día de hoy tenemos una idea muy clara de lo que son los zombies, habría que aclarar que esta figura fantástica se redefinió bien entrados los años 60 y que hasta entonces la palabra que utilizaba más bien para definir a otro tipo de criaturas relacionadas, sobre todo, con el vudú. Término tribal, se denominaban así a los muertos vivientes reanimados por brujería o magia negra, y que servían a su señor sin ningún tipo de pensamiento propio, como si fueran marionetas carentes de deseos o cualquier tipo de ambición más allá de obedecer a sus amos. Todas estas leyendas sirvieron como eje al escritor William Seabrook a la hora de concebir en 1929 la novela The Magic Island (acreditada como la primera en usar el término) y al director de cine Victor Halperin, cuando rodó en 1932 la película White Zombi, primera de cierto renombre en tener a la figura como eje central.

La mitología de los zombis asociados al vudú no ha sido tan explotada en el cine y los videojuegos como lo que veremos a continuación, sin embargo, si que ha habido ejemplos además de los ya citados. Clásico entre los clásicos, Yo anduve con un zombie (I Walked with a Zombie, 1943) de Jacques Torneur es quizá el más reconocido de todos ellos, un excepcional film de poco más de una hora de duración y que introducía al espectador en unas plantaciones para mostrarle desde dentro las leyendas locales. La producción de Val Lewton es la más reconocida pero no la única, pues yéndonos más adelante en el tiempo toparíamos con La serpiente y el arco iris (The Serpent and the Rainbow, 1988) de Wes Craven, con Bill Pullman en el papel principal. ¿Y en videojuegos? El clásico Shadow Man de Acclaim, con sus licencias, podría servirnos, o el olvidado Akuji the Heartless de Crystal Dynamics.

Zombies clásicos. Los vástagos de George A. Romero

Los zombis que conocemos en la actualidad tuvieron su origen en una película estrenada en 1968. Desde entonces, lo que hemos podido entender como 'clásico' alude a una serie de características que han sido replicadas cientos, incluso miles de veces, en producciones de cine, televisión, u obras literarias de carácter puramente textual o incluso gráfico. ¿Cuáles son? En este caso, los muertos reviven no por la magia sino por la mano del ser humano, gracias a (o por culpa de) experimentos científicos o de distintos gobiernos, como intento de crear nuevas armas o propósitos similares. Este tipo de criaturas son muertos, que se levantan de sus tumbas con una única función: alimentarse. Privados de sentimientos, personalidad o alma, vagan por la Tierra con un instinto puramente animal.

Si nos referimos a zombies 'clásicos' lo haremos englobando a aquellos de avance lento, que se aproximan a su víctima sin descanso, como fruto de la putrefacción y del presumiblemente precario estado de sus cuerpos tras la muerte. En las primeras aproximaciones a la figura se aludía a ellos como figuras cercanas al canibalismo, dada su necesidad de consumir carne de otros seres humanos para subsistir, o en muchos casos incluso de los cerebros de éstos. Sin embargo, a medida que pasaron los años estos zombies adquirieron, por ejemplo, una movilidad más pronunciada (sin llegar a correr, de éstos hablaremos en adelante). Así, ahí va una lista de ejemplos del que hemos decidido considerar el 'zombie clásico'.

La noche de los muertos vivientes (1968)

La película que lo cambió -y redefinió- todo. Night of the Living Dead (1968) de George A. Romero fue una producción de bajísimo presupuesto escrita entre el propio Romero y John A. Russo, que contaba cómo de la noche a la mañana los muertos se levantaban de sus tumbas para acabar con los vivos, a causa de las radiaciones de un satélite. Desarrollando la acción en Pennsylvania y centrando la trama en una joven, Bárbara, y varios personajes que junto a ella debían sobrevivir sitiados en una casa en el bosque, Romero aprovechaba la excusa de los muertos vivientes para criticar a la sociedad y esgrimir una sátira política que se llevaría mucho más lejos en las siguientes películas del director, convirtiéndose en una de sus armas más poderosas. La película -vista hoy en día- no es particularmente terrorífica pero conserva su efectividad gracias a estas lecturas de las que muchas películas actuales de género prefieren no hablar.

Romero creó con este film el arquetipo de 'zombi' más explotado, pero lo siguió definiendo con la saga "... of the Living Dead", que se completa con Zombie (Dawn of the Dead, 1978), una tremenda sátira del consumismo y El día de los muertos (Day of the Dead, 1985), donde se presentaba a un zombie 'domesticado' a inteligente, y un mundo ya totalmente poblado por los cadáveres. A esta trilogía se le sumó una segunda estrenada este mismo siglo, menos aclamada por la crítica pero con el mismo estilo de guerrilla de antaño: La tierra de los muertos vivientes (Land of the Dead, 2005), El diario de los muertos (Diary of the Dead, 2007) y La resistencia de los muertos (Survival of the Dead, 2009). A estos seis filmes habría que sumarles varios remakes, entre los que se destaca por encima de todos el realizado en 1990 por Tom Savini (actor recurrente de Romero, y maquillador experto), un reimaginación del clásico de 1968 ya en color y con más medios.

Re-Animator (1985)

Si bien el fenómeno creado por Romero fue explotado en múltiples territorios, con alumnos aventajados como el italiano Lucio Fulci (Zombi 2 -1979-, El más allá -1981-) o el español Jorge Grau (No profanar el sueño de los muertos, 1974), quizá para encontrar otro clásico del subgénero deberíamos hacer una parada en Re-Animator de Stuart Gordon. Basada en un texto de H. P. Lovecraft (Herbert West: reanimador), con un marcado tono entre la seriedad y la comedia muy negra, se convirtió en una cinta de culto por su visión de la figura zombi y su amor hacia la serie B más carismática, con gore extremo y una notable interpretación de Jeffrey Combs. Los zombies aquí no buscaban cerebros humanos y respondían más a esos cuerpos sin alma movidos por impulsos, pero eran definitivamente cuerpos reanimados por la mano del hombre y, por tanto, encajan con esta visión ofrecida a partir de a 1968.

Resident Evil (1996)

Biohazard en Japón, o Resident Evil en occidente, fue el primer juego de Capcom en tomar a la figura de los muertos vivientes como eje y darles un protagonismo absoluto presentándolos desde un prisma de terror puro, de survival horror. Ya desde la introducción del juego, en la que veíamos cómo varias personas se refugiaban del peligro en una mansión perdida en el bosque, podríamos intuir que algo iba mal. Pero el momento definitivo de aquel título diseñado por Shinji Mikami se vivía tras pasar el comedor y llegar al final de un pasillo, cuando un hombre agachado se giraba con un zoom dramático para mostrar su rostro en descomposición, dándose un banquete con un cuerpo tirado en el suelo. Ahí nació el mito de los zombis terroríficos en los videojuegos de consola y aquel Resident Evil se mantiene a día de hoy como el más puro de todos, pues pese a presentar otras criaturas era el que más provecho sacaba de los caminantes lentos pero letales. En 2002 el juego recibió un remake en GameCube, que sería lanzado en Wii en 2009.

The House of the Dead (1996)

El mismo año en el que Capcom lanzó al mercado RE, SEGA hizo lo propio con House of the Dead. La compañía del erizo fue inteligente al no competir directamente con Resident Evil, lanzando primero el título en salones recreativos sacando provecho de la pistola de luz tradicional. Con una historia muy sencilla y un enfoque de acción pura, en contraposición al estilo pausado de la obra de Capcom, HotD consistía en ir aniquilando enemigos que aparecían en pantalla usando seis balas por cada cargador, recargando al disparar fuera de la pantalla, con una cámara que se movía automáticamente 'sobre raíles', de forma que el jugador se limitaba a apuntar y disparar para limpiar la pantalla de enemigos. Además de matar zombis había opción de rescatar rehenes, y había varios tipos de enemigos que variaban el uso de armas o su aspecto físico. La saga continuó, llegando esta primera entrega a occidente en 1997 y siendo posteriormente adaptada a Saturn y PC en 1998. Como curiosidad, en 2003 el director alemán Uwe Boll dirigió una película basada en la saga que fue un rotundo fracaso a todos los niveles (artísticos, de taquilla) y que traicionaba el espíritu de los juegos; no obstante, queda como una de las mejores comedias involuntarias de lo que va de siglo.

The Walking Dead (2003)

Quizá, la franquicia transmedia más importante de 'género zombie' desde la obra de George A. Romero. El éxito de The Walking Dead atiende a múltiples motivos, desde su formato episódico y mensual en formato cómic, sin ningún tipo de censura ni limitación, hasta su posterior adaptación televisiva, convertida en el mayor acontecimiento de la pequeña pantalla en toda su historia, en términos de espectadores por episodio. Además, como todos sabréis, la licencia ha terminado saltando a los videojuegos tocando los dos extremos posibles: haciéndolo muy mal, con el mediocre Survival Instinct, y logrando una de las cumbres narrativas de la generación con la aventura episódica de TellTale Games, en "The Walking Dead" y su formato de temporada, unas aventuras gráficas de calidad excelsa. La creación de Robert Kirkman está lejos de dejar de extenderse: la serie estrenará su cuarta temporada en otoño, los juegos siguen adelante y el cómic no se ha parado. Parece que tendremos a Rick y compañía durante mucho tiempo.

Dead Rising (2006)

Volvemos a Capcom (y no por última vez) para hablar de una de las sagas de más éxito nacidas en el seno de la presente generación de consolas. Dead Rising nació como un juego para aprovechar el hardware para el que fue concebido (Xbox 360) presentando docenas de enemigos en pantalla, un mundo abierto y multitud de opciones de exploración, en la medida de lo posible porque toda la acción tenía lugar en un centro comercial, un claro homenaje a "Zombi" (pese a que la compañía lo negó para evitarse problemas legales). Controlando a Frank West, un fotógrafo, debíamos rescatar a supervivientes y acabar con zombies además de lididar con varias personas con muy malas pulgas, los psicópatas. Pese a ser un juego con un enfoque más bien cómico, tenía momentos de verdadero mal rollo, como ese subterráneo en el que apenas había espacio para un alfiler. Dead Rising tuvo una secuela en 2010 y ya se prepara Dead Rising 3 para la nueva generación. Desde luego, hay zombies y mundo abierto para rato.

State of Decay (2013)

Indudablemente uno de los hits independientes de 2013, lanzado el pasado mes de junio y alzado a los tops de ventas de Xbox 360: y no es para menos. La creación de Undead Labs estaba lejos de ser perfecta, pero contenía suficientes alicientes como para ser recomendable para todo tipo de jugadores, tanto los fans de los zombies como los que añoraban los survival horror. En esta aventura de mundo abierto debíamos sobrevivir a todo tipo de muertos vivientes, rescatar supervivientes, gestionar una comunidad y más importante: impedir quedarnos solos, pues si uno de nuestros compañeros moría... lo haría de verdad, sin reaparecer nunca más. Pese a algún pequeño error técnico, se trata de unas de las experiencias zombis más gratificantes que hemos podido jugar esta generación y, si bien es cierto que hay más variedades de zombis que lo 'caminantes', son éstos los que predominan. También del estilo es Day Z, un MMO que sigue en evolución constante.

Zombies velocistas

A principios del siglo XXI los zombies vivieron un 'renacer'. El fenómeno se reimaginó en 2002 por obra de Alex Garland y Danny Boyle en una película de la que hablaremos a continuación, pero que daría origen a un nuevo tipo de muerto viviente que, ahora, no se levantaba de su tumba tras un tiempo bajo tierra. En este caso, se aludía de nuevo a la mano humana (experimentos, etc.) pero se enfocaba esta invasión zombi desde un punto de vista vírico, pandémico. O dicho de otra forma: los cuerpos reanimados ya no existían, dando paso a seres humanos que tras ser infectados mutaban en criaturas carentes (en un alto porcentaje) de los estímulos básicos, convirtiéndose en animales salvajes. Fruto de su propio nacimiento, estos zombis no tenían su cuerpo podrido ni paralizado por el tiempo, todo lo contrario, eran criaturas ágiles capaces de correr a gran velocidad o incluso dar saltos. Nació así el que hemos considerado 'zombie velocista', más conocido como 'infectados'.

28 días/28 semanas después (2002/2007)

El arranque de 28 días después era rotundo: una Londres totalmente abandonada, sin gente caminando por las calles (¿recordáis el prólogo de la española "Abre los ojos"?), como si se tratara de un escenario propio del post-apocalípsis. Un hombre se descubría allí y debía sobrevivir. Pronto descubriría la verdad sobre lo sucedido: un virus había sido filtrado desde un laboratorio convirtiendo a los habitantes de Reino Unido en unos seres hambrientos de carne humana. La reimaginación de la figura de Romero sirvió a Alex Garland para hacerse un nombre propio dentro de las ficciones zombis y confirmó a Danny Boyle como uno de los realizadores de fantástico a tener en cuenta, faceta que explotaría más adelante con la aventura espacial Sunshine (2007) y en el teatro con Frankenstein (2011). La película, de presupuesto moderado, fue un éxito rotundo y generó una continuación llamada 28 semanas después (2007), de una calidad muy superior a lo habitual en estas continuaciones. Dirigida por el español Juan Carlos Fresnadillo, con un reparto lleno de caras conocidas, de extraordinario prólogo sigue poniendo los pelos de punta y se ofrecieron nuevos elementos narrativos a lo visto en la original: escenas de visión nocturna, zombies con conciencia y la unidad familiar como eje de la historia. El proyecto de 28 meses después, por cierto, se anunció y de momento no parece que vaya a seguir adelante.

Resident Evil (películas)

Cuando Paul W.S. Anderson estrenó en 2002 la primera película de Resident Evil, el mundo se dividió en dos: fans y detractores. Los primeros agradecieron la reimaginación de la saga en un formato más acelerado, idóneo para 90 minutos de experiencia, mientras que los segundos condenaron precisamente esta libertad. Lo cierto es que si observamos la evolución de la franquicia cinematográfica podremos advertir cómo aquella primera fue -de lejos- la mejor de todas, la más "fiel", considerando que al menos los zombis no corrían como locos. Pero a partir de la segunda entrega (Apocalipsis, 2004) los muertos vivientes cogieron carrerrilla y comenzaron a darse carreras tras los que quedaban aún en pie. La franquicia, que sumó tres entregas más (Extinción -2007-, Ultratumba -2010-, Venganza -2012-) finalizará con una sexta película a estrenar el próximo año. Y es que independientemente de si gustan o no al hardcore fan de la saga de videojuegos (que por cierto, tampoco está muy contento con el nuevo rumbo de RE5/RE6), hacen taquilla y aceptando lo que son (entretenimientos sin pretensiones, series B muy divertidas) pueden disfrutarse a pequeñas rachas.

Amanecer de los muertos (2004)

Casi más difícil que hacer una buena película, es hacer un buen remake. Puede sonar como una locura, pero visto el historial de 'nuevas versiones', parece que las buenas son las que menos predominan... sobre todo, si el film original, tiene una calidad contrastada y se ha convertido por méritos propios en una película de culto. Tal es el caso de Zombi de George A. Romero, pero -en opinión del que escribe- Amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, 2004) de Zack Snyder no sólo está al nivel del original, sino que lo supera en varios momentos, convirtiéndose en una de las mejores películas de zombis de la historia. ¿Los motivos? Un inicio espectacular en el que el núcleo familiar se rompe al convertirse una pequeña niña en una hambrienta zombi,, el cáos más absoluto desatado sobre la Tierra en cuestión de horas, y una configuración visual tremendamente eficaz, alternando el salvaje recurso de la cámara en mano con una textura oscura, gastada. Cierto es que sus diálogos no son todo lo sólidos que deberían, pero como experiencia sensorial se trata de un film redondo: y además, da verdadero miedo. Mención al margen merece su extraordinario final. Vedla.

Guerra Mundial Z (2006)

Según Max Brooks, este 2013 deberíamos estar viviendo la expansión global de una plaga que arrasó con gran parte de la humanidad, convirtiéndolos en zombis hambientos de carne humana. Guerra mundial Z: Una historia oral de la guerra zombi (World War Z: An Oral History of the Zombie War) es el nombre de la que quizá sea la novela de género más reconocida de los últimos tiempos, un fenómeno que no sólo gustó a los seguidores del mundo Z sino que además ha encontrado réplica en Hollywood, por medio de una película que nos llega de forma inminente, protagonizada por Brad Pitt.  Si bien es cierto que el film hace una relectura muy diferente del material original, cabe decir que ha recibido buenas críticas en el otro lado del charco. ¿Y de qué va? En el libro, asistimos a varios testimonios de supervivientes, que son entrevistados desde el inicio de la pandemia hasta su final, más de diez años después, pasando por varios puntos del globo para localizar estas palabras y ahondar en los distintos conflictos que hubo de por medio. Libro obligado para seguidores del fenómeno. Por cierto que, en la película, los zombies no sólo corren: también crean auténticas pirámides de no-muertos para alcanzar zonas elevadas y arrasar con todo.

Dead Set (2008)

Antes de que Charlie Brooker conquistase la pequeña pantalla con su excelente miniserie Black Mirror (2011-2013), el británico ya se había aliado con Channel 4 para crear la que es una de las mejores producciones de zombis realizadas -como poco- en lo que va de siglo. Dead Set recuperaba la mala leche del cine de George A. Romero a la hora de criticar la sociedad, creando un escenario apocalíptico que giraba en torno a Gran Hermano, a qué habría pasado si los habitantes de la casa del reality show se hubieran mantenido aislados y sin noticias de que en el exterior había habido un apocalipsis zombi. Con este punto de partida lo que se consigue en apenas cinco episodios (que suman unas dos horas en total) es milagroso: sátira muy ácida, un estilo de dirección deudor del de Zack Snyder, con cámaras nerviosas y sangre para dar y regalar. Pese a algún elemento de brocha gorda (la figura del productor), en Dead Set se constata que el ser humano nunca dejará de ser como es ante situaciones límite.


Left 4  Dead (2008)

Turtle Rock Studios es el estudio responsable de uno de los grandes hits del cooperativo en la generación, Left 4 Dead, una compañía con tanto potencial que Valve decidió comprarla para unirla a su grupo de trabajadores. L4D es un shooter en primera persona enfocado al multijugador, donde cuatro protagonistas deben hacer frente a oleadas de enemigos mutados debido a una pandemia global. Lanzado en 2008, contó con una continuación apenas un año después, Left 4 Dead 2. Pese a estar enfocado al juego con otras persona, el título disponía además de una campaña individual, múltiples armas para los supervivientes y ofrecía la opción de controlar a los muertos en la búsqueda de los vivos, una característica no propia de la saga pero sí bien implementada sobre todo en multijugador, donde se explota esta faceta de forma muy interesante. Contribuía a darle variedad al juego su refinada inteligencia arficial.

Red Dead Redemption: Undead Nightmare (2010)

Perdonad que obviemos los famosísimos modos con zombies de los últimos Call of Duty, pues como hemos adelantado al inicio del texto nuestra selección está basada enteramente en juegos en los que el zombi sea la figura central. Y Undead Nightmare encaja en esta descripción, una campaña independiente al extraordinario Red Dead Redemption en la que topábamos con el lejano oeste zombificado y con muchas ganas de crear el casos. Si bien en este caso no son estrictamente infectados, sino zombies al uso romeriano, es cierto que su agilidad no es la convencional y que por tanto bien pueden considerarse parte de esta 'nueva ola' de muertos vivientes que se inició en 2002. Independientemente de esto, esta campaña merecía la pena: una duración considerable -siempre en relación a su precio-, sorpresas argumentales y jugables y mejor aún: un mundo abierto esperando ser explorado, en el que hasta los animales eran cadáveres reanimados. No fue éste el único juego de mapa considerable en rendir culto a la figura del zombi, no obstante: SEGA haría lo propio con el divertido Yakuza: Of the End en 2011.

Dead Island (2011)

Stuart Aitken de Axis Animation se coronó cuando le pidieron realizar un cortometraje promocional para un videojuego llamado Dead Island. Decidió hacer algo nuevo, original, presentando una historia narrada desde dos puntos de vista, a varios tiempos, en el que una joven niña zombie volvía a la vida para terminar perdiéndola. El impacto emocional de aquel trabajo hizo que Dead Island (título anunciado en los albores del inicio de la generación, y caído en el olvido) se convirtiera desde ese momento en un fijo a seguir, y lo cierto es que el producto final no decepcionó a grandes rasgos, aunque -lógicamente- tampoco sobrevivió al 'hype' del tráiler. Los polacos de Techland crearon un survival horro de mundo abierto en el que varios supervivientes debían mantenerse con vida frente a oleadas de enemigos, todo esto en primera persona. El juego tenía sus problemas, varios de ellos arreglados en una continuación, Dead Island: Riptide, lanzada en abril de este mismo año. Como nota curiosa: se prepara película de este universo. Y a nosotros no nos cabe duda: deberían ofrecérsela a Stuart Aitken.

Zombies de broma
No todo iba a ser seriedad, ¿no? El concepto del muerto viviente da para llantos pero también para risas, claro. Y sobre todo a partir de la década de los 80 empezaron a reirse de esta figura en infinidad de producciones cinematográficas que tuvieron réplica a posteriori en los videojuegos. ¿Características? Las mismas que las de los 'zombies velocistas'  y los clásicos, porque aquí lo que importa es pasarlo bien, ya sea forzando los tópicos o riéndose de ellos sin contemplaciones, y claro está, ha habido ejemplos a puñados. En nuestra labor de separar el grano de la paja, ahí va una modesta selección de obras que hay que ver.

El regreso de los muertos vivientes (1985)

Ni más ni menos que Dan O'Bannon (guionista de Alien, especialista en efectos visuales) fue el responsable de sacar adelante una parodia del cine de George A. Romero, caricaturizando a los zombies hasta el punto de tener personalidades muy básicas pero bastante carisma, desde un punto de vista puramente de diseño. ¿La historia? Los tipicos chavales que se iban al cementario a pasar la noche, sin esperar, claro, que los muertos se levantasen de sus tumbas en busca de sus cerebros. La película tuvo una continuación en 1988 que hacía honor a su nombre, "La divertida noche de los zombies", esta vez dirigida por Ken Wiederhorn. Como curiosidad, mencionar que había un guiño a Michael Jackson y su seminal videoclip Thriller en forma de 'cameo' zombi. Ambas películas fueron las dos primeras de una saga que se extendió en el tiempo oscureciendo cada vez más su premisa y vendiéndose al 'todo vale'. Un consejo: no perdáis el tiempo más allá de la segunda. No merece la pena.

Braindead (Tu madre se ha comido a mi perro) (1992)

Mucho antes de que Peter Jackson alcanzase la fama mundial con si trilogía de El Señor de los Anillos, allá por principios de los 90, rodó la que está considerada una de las cumbres del cine zombie de todos los tiempos: Braindead, titulada en España "Tu madre se ha comido a mi perro", título magnífico y perfectamente descriptivo que ayuda a entender el tono de lo que vamos a ver si decidimos poner el film en el DVD. La historia se inicia con un grupo de aventureros que topan con la ratamono de Sumatra, y cómo llevan a este curioso animal a un zoológico. Lo que pasa a continuación es lo esperado: el animal muerde a un humano y se desata el infierno sobre la tierra, de forma -eso sí- tremendamente divertida. Gore en exceso, muy influyente no sólo en el cine posterior (las comedias de terror le deben su existencia) sino también en los videojuegos (¿recordáis la segadora de Dead Rising?), se trata de uno de esos placeres culpables que aparecen por casualidad: es imposible replicar su inocencia, su gracia y carisma. Sale o no sale; y aquí, sailó.

Zombies Ate My Neighbors (1993)

En España se llamó simplemente "Zombies", pero nos quedamos indudablemente con su título original, "Los zombies se comen a mis vecinos". Lanzado en Super Nintendo y Sega MegaDrive, fue uno de los grandes juegos que LucasArts desarrolló durante la primera mitad de los 90, siendo publicado por Konami en todo el mundo. Siguiendo a un par de hermanos, el objetivo era escapar de las hordas de no-muertos  y rescatar a varias personas en escenarios bastante coloridos: jardines, casas, etcétera.  Totalmente entregado a la comedia más desenfadada y cartoon, era un verdadera delicia que se ha ganado con el paso del tiempo su estatus de juego de culto, habiendo sido referenciado en no pocas películas. De una de ellas hablaremos más adelante, de hecho. Los zombies aquí eran las criaturas básicas, eso sí, pues había todo tipo de enemigos: arañas, plantas... e incluso marcianos. Su influencia se hizo patente en la configuración estética de juegos posteriores, además, como puede ser el exitoso "Plants vs Zombies".

Mi novia es un zombie (1994)

Michele Soavi rara vez se cita como uno de los nombres claves del fantaterror europeo de los 80-90, pero cuenta con algunas producciones realmente notables como pueden ser Aquarius (Deliria, 1987) o la que vamos a tratar a continuación, titulada Dellamorte Dellamore en su Italia original. Siguiendo la historia de un enterrador (Rupert Everett) que vive con un compañero mudo y deforme, se trata de una de las comedias de terror más deliciosas de la época, con un diseño de producción excepcional y un guión muy sólido, que parte de una novela de Tiziano Sclavi para presentar un punto de vista único del mundillo zombi. Como Braindead, se trata de una película para disfrutar sin complejos y hay que abrazar algunas decisiones que evidencian su presupuesto escaso, pero gran imaginación. Un clásico olvidado pero que conviene recordar de cuando en cuando.

Zombies Party (2004)

Shaun of the Dead supuso la reunión de los talentos de Edgar Wright -director- y la pareja cómica Simon Pegg/Nick Frost tras la maravillosa sitcom británica Spaced (1999), dando así inicio a una trilogía que culminará este mismo año con "Bienvenidos al fin del mundo" (2013) y cuyo título intermedio fue "Arma fatal" (Hot Fuzz, 2007). En las tres se tratan temas populares desde un punto de vista irónico y mordaz, pero quizá ésta Zombies Party (así la llamaron en España) sea la más inspirada de todas, estando enfocada desde el punto de vista de una comedia romántica... con zombies, donde un par de fracasados deben encontrar a la novia de uno de ellos. Homenajes al cine de género, e incluso los juegos (el citado Zombies Ate My Neighbours, por ejemplo, con la cama elástica) se van alternando para dar forma a una comedia hilarante que, incluso, en un tercer acto se permite el lujo de -durante algunos instantes- dejar de lado la comedia negra para ponerse un poquito más seria. Ya es todo un clásico de imprescindible visionado.

Stubbs the Zombie (2005)

La desaparecida compañia Wideload (convertida en división de juegos para móviles de Disney Interactive) fue responsable de este atípico juego de zombies lanzado en 2006 en nuestro país, protagonizado por el zombi Stubbs. ¿De qué trataba? Básicamente de comerse a tanta gente como fuera posible, pero claro, esto llevaría a que hubiera competencia por cepillarse humanos. El punto de vista era el del propio no-muerto, con un marcado tono cómico y en cierto modo casi romántico. Stubbs the Zombie in Rebel Without a Pulse hacia además uso de una ambientación retrofuturista, ambientada en los años 50 pero con elementos de ciencia-ficción pura.

Fido (2006)

Vamos a apartar un poco los zombies caníbales para irnos a una revisión más calmada, casi bucólica, de este tipo de criaturas. Imaginad que el zombie inteligente de Day of the Dead se convierte en un estándar y los seres humanos han ido capaces de controlar a los no-muertos, hasta el punto de convertirles en algo así como mascotas, o más bien sirvientes. De este punto de partida nace Fido, una película canadiense dirigida por Andrew Currie y ambientada en un entorno de barrio de clase alta ubicado en la ciudad de Willard. ¿Y cómo consiguieron someter a las criaturas? Gracias a un collar creado por una empresa denominada ZomCom. Pero claro... no todo puede mantenerse bajo control eternamente y a veces, pasa lo inesperado. Si bien su tercer acto rompe con la tranquilidad de lo anterior, se trata de una producción estimable que ofrece un punto de vista del zombi más amable, con un marcado tono cómico que evoca a la nostalgia.

Planet Terror (2007)

No es conocido Robert Rodriguez por ser el director más controlado del mundo. Autor de películas como El mariachi, Desperado, la magnífica Abierto hasta el amanecer y el film de culto Sin City (vale, sí, también hizo la saga Spy Kids), quizá su película más desfasada hasta la fecha sea Planet Terror, la segunda mitad del pack 'Grindhouse' que él y su inseparable Quentin Tarantino lanzaron en Estados Unidos en 2007 con ambición de programa doble y haciéndoselo pasar muy bien a la gente. A España llegó por separado de su otra mitad (Death Proof) pero a cambio ganamos minutos de metraje de puro desfase: rollos perdidos, imagen quemada, zombis muy salvajes y un reparto de órdago para la heredera directa de Braindead en este siglo XXI, una cinta que se disfruta por sus excesos y que dificllmente puede aburrir a cualquier al que le guste el género zombi.

Bienvenidos a Zombieland (2009)

Sorpresa inesperada la de Zombieland, película dirigida por Ruben Fleischer y que apareció de la nada para hacerse con todo. Configurada visualmente en paralelo a obras pop como Scott Pilgrim, con carteles apareciendo en pantalla y una serie de reglas locas que jugaban con la ruptura de la cuarta pared, esta road movie cómica que involucraba a un pringado de manual, un veterano cazador a la búsqueda de pastelitos y dos hermanas de armas tomar en un viaje a lo largo de Estados Unidos para frenar el avance de los muertos vivientes. Por el camino, un espectacular bloque con cameo de Bill Murray para una película muy simpática y que, pese a ciertos errores, conseguía lo más importante: poner una sonrisa en la cara a costa de nuestros poco afortunados cadáveres. Como curiosidad, este mismo año Amazon intentó sacar adelante una serie online basada en este materia, pero el piloto funcionó tan mal (y con razón: es flojísimo) que decidieron dejar las cosas como estaban. Siempre nos quedará la promesa de una Zombieland 2 en un futuro a medio o largo plazo.

Lollipop Chainsaw (2012)

Empezando por el principio: la idea de que un personaje femenino se arme  con una motosierra para acabar con zombies no es nueva, y de hecho en Japón podríamos rastrear al referente en el cortometraje gore de animación de plastilina Chainsaw Maid, un verdadero éxito viral creado por Takena Nagao. Pero Lollipop Chainsaw es un juego de Suda51 y eso hace que le demos más vueltas al concepto de comedia de horror, teniendo aquí como protagonista a una animadora que lleva la cabeza de su novio casi a modo de llavero, usa pompones como arma y además invoca iconografías cute para vencer a sus ex-compañeros de clase, zombificados. Los zombies aquí hablan, algunos incluso tocan la guitarra... es un juego de su creador, definitivamene, como un anime hiperbólico al estilo Apocalipsis en el instituto, pero con aún menos complejos. Cierto es que el título no estuvo a la altura de las expectativas, pero las cosas como son: a diversión pura y directa le ganan pocos. Un beat'em up desenfadado con una historia tan chorras como fácil de aceptar.

El alucinante mundo de Norman (2012)

Laika Entertainment se puso en el mapa con la excelsa Coraline (2009) y volvió el pasado año con ParaNorman, una pequeña joya en formato animado stop-motion que devolvía la esperanza por el cine de género para todos los públicos. Contando la historia de un niño capaz de ver a los muertos, pronto se veía involucrado en la aparición en su ciudad de un grupo de simpáticos zombies con unas intenciones bastante poco populistas. Lo mejor de la película de Chris Butler y Sam Fell era, indudablemente, la imaginación de la que hacía gala a la hora de reescribir este tipo de historias de iniciación, con un toque puramente ochentero que la emperentaba con clásicos como Gremlins o Los Goonies. Tristemente pasó un poco desapercibida, pues 2012 fue un año cargado de notables películas animadas, pero hacednos caso y recuperadla: es muy divertida, se pasa en un suspiro y es de esas joyitas que hay que ver, acompañados -o no- por los más peques de la casa.

Mutaciones. Otros tipos de carne putrefacta
Ya hemos hablado de los zombies clásicos, también de los que disfrutan como nadie la comida rápida, y por supuesto de los que se toman en broma. Queda habla de un último grupo que son varios a la vez, los muertos vivientes que no son estrictamente tales sino que pertenecen a otro tipo de criaturas reanimadas o mutadas. Hablaremos, también, de aquellas ficciones que utilizan la figura del zombie para rescatar la tesis romeriana de la crítica social, pero que no son caníbales desalmados; tienen conciencia. Un poco de todo para poner cierre definitivo a este repaso por el mundo Z.

Posesión infernal (1981)

En 1978 un joven llamado Sam Raimi se juntó con un amigo íntimo, llamado Bruce Campbell, para filmar un mediometraje llamado Within the Woods. Aquel trabajo serviría como germen para lo que realizarían tres años más tarde, The Evil Dead, una producción que se ha convertido en uno de los hitos del cien de género independiente, una pura serie B que aprovechaba su condición 'en los márgenes' para llevar tan lejos como quería sus obsesiones con los códigos del género. Si bien es cierto que aquel film no presentaba zombies al uso, sino más bien cuerpos poseídos por entes malignos, merece una mención en este artículo por abrir las puertas al terror con elementos cómicos en aquella época (algo que se reforzaría en su secuela, Terroríficamente muertos), dando inicio a producciones como algunas de las citadas a lo largo de este artículo o, por ejemplo, El terror llama a su puerta (Night of the Creeps, 1986) de Fred Dekker. The Evil Dead tuvo dos continuaciones y este mismo año se ha estrenado un remake llamado exactamente igual, "Posesión infernal".

Demons/Demons 2 (1985/1986)

Dèmoni es indiscutiblemente otro de los clásicos de culto del género, y eso que los zombies son, en realidad... bueno, no son zombis. Se trata en realidad de personas convertidas en criaturas asesinas por el influjo de una especie de conjuro y eso si, al moderse entre sí mutan en zombies al uso. Dirigida por Lamberto Bava y con un guión de Dario Argento, la primera entrega de la saga encerraba a los personajes en un cine y les hacía sobrevivir en un entorno cerrado, opresivo. La segunda iba más lejos, abriendo el escenario a un bloque de edificios, manteniendo al equipo técnico y artístico. Se trata de dos películas que remiten claramente a la imaginería de los zombis, y que pese a tener momentos ridículos (especialmente la secuela) conseguían dar algo de miedo. Al menos, vistos con ojos de niño y sin saber muy bien qué esperar. Clásicos menores, pero a fin de cuentas, clásicos.

Resident Evil 4 (2005)

Elegimosla cuarta entrega pero podríamos englobarlas todas. No, en la Españacon acento sudamericano que visitaba Leon S. Kennedy no había zombis enun sentido estricto, pero sí aldeanos mutados que respondían a un malmayor, actuando como los no-muertos convencionales si obviamos el uso delas armas. ¿Para recordar? El excelente bloque en el que atacaban a unacabaña, como homenaje a la película clásica de Romero. La franquicia hapresentado no obstante numerosas mutaciones, como los lickers o elmismísimo Némesis, zombies de todas formas y colores como lo erantambién los perros. Capcom nunca se limitó a los caminantes, ya losabemos, pero sobre todo en su etapa inicial lograron un equilibrio queluego se fue saliendo un poco de los límites. Y han creado escuela, noobstante: como ejemplo, los humanos infectados de cordyceps fungus enThe Last of Us.

Saga [•REC] (2007-2014)

Aquí tenemos un problema, porque tenemos que "spoilear": si en la primera película parecía que estábamos ante zombies puros y duros, o más bien infectados con una agilidad extraordinaria, en las segunda se introdujo un giro que los convertía en... poseídos. Su forma de actuar no cambiana, no obstante: buscando al vivo y devorándolo. El mayor hito del terror hispano fue obra de Jaume Balagueró y Paco Plaza y se exportó a todo el mundo; no es para menos: cámara en mano, sensación de cotidianidad, personajes corrientes en situaciones extraordinarias... las dos primeras entregas mantenían un tono muy concreto,  y la tercera, REC Génesis, servía como precuela y abría el escenario a una boda con todos sus comensales, siendo mucho más cercana al humor salvaje de Braindead que al terror puro de la primera entrega. El año que viene veremos la conclusión de la tetralogía en [•REC] 4 Apocalipsis.

Pride and Prejudice and Zombies (2009)

Sí, es exactamente lo que parece: Orgullo y Prejuicio adaptada al mundo zombi. La obra romántica de Jane Austen fue pasada por el támiz de los no muertos en 2009, por obra y gracia de Seth Grahame-Smith, consiguiendo convertirse rápidamente en un éxito. ¿El truco? Respetar el texto original e introducir a los zombies como algo natural sin alterar la trama, de forma que la novela se entendía como una reescritura del texto sin ser extremadamente infiel a éste. Suena raro pero funcionaba, y de qué manera, hasta el punto de haber generado una novela gráfica y, es más, Hollywood lleva años intentando desarrollar una película sobre el material. La última noticia a este respecto ponía a la joven actriz Lily Collins en el radar, en el papel protagonista.

Warm Bodies (2010)

Seguimos con literatura, esta vez con un trabajo que supuso el debut de Isaac Marion allá por 2010. En plena fiebre de Crepúsculo, esta novela se mofaba de los tópicos del cine de zombies para reimaginar la historia de Romeo y Julieta desde un punto de vista cómico. ¿El resultado? Otro éxito rotundo que presentaba la historia romántica de un zombie, R, y una mujer humana. Como en el caso anterior, Hollywood también se interesó por adaptarla al cine y en este caso si que hemos podido ver el resultado, en la película estrenada este mismo año Memorias de un zombie adolescente, dirigida por Jonathan Levine. Un trabajo de trámite que, sin ser gran cosa, al menos mejoraba -con mucho- a Crepúsculo.

Les Revenants/In the Flesh (2012/2013)

Cerramos este artículo recomendando dos series de televisión que han hecho que los cimientos del género se tambaleen, una producción francesa y otra británica, que comparten el presentar a los no-muertos con cierta humanidad, sin demonizarlos, tratando de integrarse en el mundo. Les revenants parte de la base del film de 2004 La resurrección de los muertos de Robin Campillo, explicando qué habría pasado si varios cadáveres se levantasen de sus tumbas sin saber que habían fallecido, y cómo reaccionaría la sociedad a un hecho semejante. La serie aborda este conflicto de forma muy notable, incorporando elementos políticos vistos -por ejemplo- en el episodio de Joe Dante para Maestros del Horror, Homecoming. In The Flesh hace un trabajo similar con la figura, una miniserie de tres episodios que ahonda en el lado humano de estos cadáveres reanimados. En ambos casos no váis a ver sangre, gore y todo el imaginario tradicional del zombi; el enfoque es totalmente distinto. Pero funciona.