Las Caras B de Nintendo
Nintendo ha ofrecido a lo largo de su historia mucho más que sagas archiconocidas como Super Mario y The Legend of Zelda. Repasamos veinte de la gran cantidad de títulos de segunda línea que ha hecho la compañía. Muchos con contenido de primera.
La importancia de una compañía como Nintendo en el mundo de los videojuegos es indudable. La desarrolladora japonesa lleva más de tres décadas inmersa en esto del ocio electrónico después de que dejara su negocio de cartas de toda la vida. Empezando por las máquinas recreativas y siguiendo por sus consolas, protagonistas en hasta seis generaciones de hardware desde su estreno con NES, han creado infinidad de títulos. Muchos se han convertido en sagas, otros en franquicias archiconocidas que han cambiado a la propia industria. Entre ellas, auténticos iconos como Super Mario o The Legend of Zelda. Pero Nintendo ha ido siempre más allá, y a los alrededores de las marcas más conocidas han florecido otras sagas. Olvidadas. Recuperadas. Y también exitosas. Son las Caras B de Nintendo.
Según Statistic Brain, a fecha de 31 de julio de 2012 –hace casi un año ya- la compañía había colocado en el mercado 2.831.000.000 unidades de videojuegos en sus consolas. De NES a Wii. Cifras que han aumentado en estos últimos doce meses con plataformas como Nintendo 3DS –que no estaba en las estadísticas- ni tampoco Wii U. Unos números estrastosféricos para la única compañía que continúa vendiendo hardware desde finales de los ochenta. Y muchos de esos títulos forman partes de desarrollos que escapan a las grandes sagas por las que seguramente todo el mundo la conoce: The Legend of Zelda, Super Mario, Donkey Kong, F-Zero, Smash Bros, Mario Kart, Metroid, Fire Emblem, Kirby, Animal Crossing o Pokémon.
Más allá de estas sagas icónicas de la compañía, en cada plataforma Nintendo ha apostado por alguna novedad o el retorno de algún juego que parecía olvidado para dar un nuevo enfoque al catálogo que ofrece a la sobremesa de turno. Géneros tan diversos como la lucha, la estrategia o los deportes también han pasado por las manos de la desarrolladora de Kyoto, que a lo largo de su existencia ha diseñado un sinfín de propuestas interesantes. Ayer y de hoy. Con la puesta en primera línea de sagas menos conocidas para el gran público –ese que conoce Mario y seguramente no lo que es un pikmin- pasamos a repasar veinte juegos y sagas que tienen una parte muy importante también en la vida de Nintendo. Naturalmente, tras centenares y centenares de juegos, nos dejaremos de mencionar algunos títulos que podrían estar en la lista perfectamente. ¿Alguno que recordéis en especial?
La sucesora de Nintendo 64 tenía una difícil papeleta. Después de dominar el mercado con NES y Super Nintendo, la compañía japonesa perdió el liderato de hardware a favor de Sony y su nueva Playstation, por lo que tocaba intentar remontar el vuelo. La gran sorpresa fue que en lugar de apostar por Mario como vendeconsolas, la consola cúbica se estrenó con su hermano Luigi. El larguirucho personaje protagonizaría un juego de aventuras en los que no había plataformas, sino puzle y una caza de fantasmas más digna de Ghostbusters. Un título con un aura especial que eso sí no acabó de dar el golpe que dieron otros juegos de lanzamiento en otras plataformas.
La aventura de Luigi como cazador de fantasmas ha seguido este 2013 con Luigi’s Mansion 2 para Nintendo 3DS, uno de los mejores juegos de la plataforma portátil de la compañía. Un título capaz de hacer reflexionar al jugador y proponerle rompecabezas inteligentes, además de una buena dosis de acción con los diversos fantasmas que nos cruzamos en las mansiones y emplazamientos que visitamos. Nintendo está apostando fuerte por el hermano de Mario –dedicándole este 2013 al “Año de Luigi”- como un personaje a tener en cuenta, a pesar de que su presencia como primer espada dentro de la compañía nunca se había contemplado como hasta ahora. No se descarta que la saga siga adelante en un futuro viendo la recepción de la segunda entrega.
Ice Climber fue uno de los grandes títulos de la época de NES por su jugabilidad directa y accesible. Aparecido en 1985 y con una versión versus para recreativas, estos simpáticos esquimales tenían un único objetivo que cumplir: ir saltando de plataforma en plataforma en escenarios diseñados de manera vertical para llegar a lo más alto. Por el camino todo tipo de estructuras y objetos destruibles y una buena dosis de enemigos. Entre sus virtudes estaba la posibilidad de jugar con dos personas a la vez controlando a Nana y Popo. También tenía una modalidad competitiva en la que el más rápido se llevaba el gato al agua. La saga está completamente olvidada salvo algunas referencias y la presencia de los protagonistas en la franquicia Smash Bros, y no hay vistas que una de las caras B más especiales de Nintendo en su primera consola vuelvan a estar de actualidad.
Una de las sagas más curiosas que tiene Nintendo es Punch Out! Una serie de títulos de boxeo de corte totalmente arcade que empezaron a rodar por primera vez en 1984 en las recreativas, aunque seguramente la versión que más se recuerda en nuestro país es la de NES. Un port que mezclaba cosas de las dos recreativas creadas anteriormente en la que Little Mac tenía que luchar contra enemigos a cada cual más pintoresco para convertirse en el gran campeón. Juego de acción total que precisaba de dos cosas: reflejos para movernos en un ring donde estábamos semifijos (podíamos hacer esquivas a los lados y cubrirnos hacia abajo); y la otra, no menos importante, descubrir los patrones y puntos flacos de nuestros enemigos. Un gordinflón con corona solo podía ser vencido golpeando en su ombligo cuando lo dejaba descubierto, por ejemplo.
La saga tuvo su continuidad siete años después con Super Punch-Out! ParaSuperNintendo, un título en el que repetía protagonista y algunos de los rivales, manteniendo la esencia arcade, la rejugabilidad y un renovado apartado gráfico que era mucho mejor que el anterior. La presencia de power-ups y otras novedades lo hicieron igualmente interesante. Quince años tuvieron que pasar para que Nintendo se acordara de la franquicia y saliera en Wii con la tercera entrega, que contaba con gráficos tridimensionales por primera vez, una buena dosis de jugabilidad y la presencia de un multijugador opcional y un sistema de control por movimiento que se adaptaba perfectamente. Una saga que ha tenido siempre un papel secundario a pesar de la excelente calidad que ha presentado en todas sus apariciones.
Otro de esos títulos que uno recuerda con cariño de los primeros pasos de Nintendo en el mundo de las consolas como Balloon Fight, un juego en el que estuvo involucrado Satoru Iwata en la programación y que tuvo una versión para Arcade y un año después para NES. El título nos ponía a manos de unos héroes desconocidos que iban sobrevolando los niveles con dos globos. Pulsando repetidamente los botones de acción podíamos ir planeando por los escenarios y superando los obstáculos hasta llegar al punto de salvado correcto. este juego marcadamente arcade tuvo una secuela, y después de aparecer en otros títulos (como uno de Tingle o ser inspiración para Yoshi Touch & Go) no tuvo más recorrido. Salvo algún guiño como en Wario Ware o su presencia en la Virtual Console desde 2007.
Uno de los títulos de lanzamiento para la primera consola de Nintendo fue Excitebike, juego diseñado por Shigeru Miyamoto que poco tiene que ver con las fórmulas que utiliza actualmente la compañía: un título de carreras de motos. Implementando un control en el que teníamos que ajustar nuestros saltos para poder caer bien después de los obstáculos que había, teníamos la posibilidad de jugar solos o contra la máquina. Adictivo y sencillo a partes iguales, el título se trasladó a Nintendo 3DS con un efecto 3D de lo más conseguido. Una obra que contaba con cinco circuitos distintos en los que jugar y que picaba al jugador a conseguir los mejores récords.
El juego estuvo en la recámara durante bastante tiempo hasta que Nintendo decidió volver a ponerlo de actualidad con la secuela directa Excitebike 64 de Nintendo 64, un título con modo temporada y 20 circuitos, sistema de desbloqueo de nuevos desafíos, un editor de circuitos y la presencia de seis corredores distintos y unos controles mucho más adaptados a la época. Un título que fue recibido con grandes notas y muy buena aceptación del público gracias a su buen acabado técnico y la cantidad de opciones disponibles. La saga tendría continuidad en esencia con Excite Truck y Excite Bots, dos juegos que apostaban por carreras distintas a las originales y que no tuvieron la misma aceptación.
Siguiendo con el sector de las carreras, Nintendo sorprendió con el desarrollo de Wave Race para Gameboy en 1992. Se trataba de un videojuego de carreras de motos de agua en la que luchábamos con diversas CPU para llegar primeros. Un título sencillo que pasó desapercibido y una saga que ganó presencia con la versión para Nintendo 64. El título se convirtió en uno de los grandes bombazos de la primera hornada de juegos para la consola que tenía que competir con Playstation y recibió una gran cantidad de notazas por su diversión en carrera, los diversos modos de juego, el multijugador o el acabado de elementos como el agua, todo un avance técnico para la época. Pasaron cinco años, de 1996 a 2001, hasta la llegada de Wave Race Blue Storm, el último título de la franquicia hasta el momento. En esta ocasión la versión de Gamecube contaba con un modo temporada acompañado de otras posibilidades como Time Attack, Stunt Mode, multijugador para cuatro jugadores y modo libre para hacer todo lo que quisiéramos. Otra saga que no ha tenido más recorrido a pesar de haber sido importante en las consolas en las que ha salido.
Durante la época de Gamecube Nintendo apostó por crear algunas sagas nuevas. Entre ellas está Doshin the Giant, un título que se presentaba en un género que no se había visto hasta el momento de la mano de la compañía: el God Game. Controlando a un gigante que hace acto de presencia en una isla, debemos complacer a los habitantes ayudándolos desde un punto de vista desenfadado y muy Nintendo, sin pasar por esos momentos sádicos de Black & White donde se podían crear escabechinas con los aldeanos. Un título calmado, distinto a la gran mayoría de juegos que Nintendo ha creado a lo largo de su historia, pero con muchas posibilidades y variantes a pesar de tener también diversas limitaciones que saltaban a la vista.
La revolución en el mundo de las portátiles llegó de la mano de Nintendo con una DS que parecía suicidarse antes de empezar: se cambiaba radicalmente el sistema de juego y se olvidaba la marca Gameboy que tantos éxitos había dado a la compañía. Para presentar en sociedad las posibilidades del stylus, del micro o de la pantalla táctil crearon un juego que se convertiría en reclamo para todo el mundo. Incluso para los que no gustaban de las consolas tradicionales: Nintendogs. Un título que derrochaba encanto por el buen trabajo visual de las mascotas y que venía a ocupar el vacío que había dejado ese pequeño artilugio llamado tamagochi. Un simulador de cuidado de perros que fue un exitazo de ventas y que tuvo una secuela añadiendo a los gatos como mascotas elegibles en Nintendo 3DS. Alejado de las sagas icónicas, este producto fue uno de los grandes aciertos del inicio de la penúltima portátil desarrollada por Nintendo hasta el momento.
Surrealista, divertido, rápido y directo. Así se puede describir la saga Wario Ware, que se convirtió en un imprescindible de Gameboy Advance cuando apareció por primera vez en 2003. Un compendio de minijuegos absurdos de pocos segundos de duración que se encadenaban uno detrás de otro. Pisar una mosca, meter el dedo en la nariz, hacer un combo, y así hasta 200 distintos. Un éxito que a pesar de no ser un primer espada de Nintendo siguió mostrando ideas maravillosas en Nintendo DS usando sus bondades jugables. Twisted en Gameboy Advance y Smooth Moves para Wii cierran el periplo de una franquicia alejada de las convenciones de Nintendo, pero tremendamente divertida y adictiva gracias a la fórmula de los microjuegos y a un acabado audiovisual a caballo entre lo que sería un juego de “serie B” y una autoparodia extrema de lo que puede ser un videojuego. Su sucesor espiritual, Game & Wario para Wii U, se ha alejado de esa fórmula que triunfó desde la segunda línea de flotación de Nintendo.
En el año 1989 Nintendo y Ape se lanzaron a la caza del juego de rol japonés con una propuesta que intentaba ser original en un género donde se empezaban a ver diversos tópicos repetidos. Mother presenta a Ninten, un joven chico con poderes psiquicos que tiene que luchar contra un fenómeno misterioso. Se convirtió en un éxito de ventas en Japón y en uno de los mejores juegos de NES. Nintendo le daría continuidad con Earthbound, la única versión que llegó a occidente y que desde hace poco está disponible en la Virtual Console de Wii U. Con Ness de protagonista y sus tres amigos, el juego ofrece las virtudes de un JRPG excelentemente producido, pero con añadidos que lo hacen totalmente original: tanto en mecánicas de juego y de combate como en el universo en el que se desarrolla la aventura, los personajes o el humor y la parodia que se desprende de esto de “salvar el mundo”. La tercera entrega no llegaría a occidente, y la saga está oficialmente muerta ya que su principal valedor declaró que no seguiría con ella. Un desconocido –ahora ya no tanto gracias a su llegada a Wii U- que demostraba que dentro de Nintendo, Hal Laboratories y Ape para precisar, también se podían hacer grandes juegos de rol.
Intelligent Systems se ha encargado de diversos proyectos especiales para Nintendo a lo largo de su historia. Suyos son los Fire Emblem y algunos otros juegos como el último Paper Mario. Pero además de esto, también fueron los creadores de Advance Wars, un juego de estrategia por turnos que tienen algunas de las notas más altas de la plataforma. No es para menos, ya que su pulida y sencilla mecánica de juego lo hacían ideal tanto para jugar en solitario como en multijugador. La franquicia tuvo una secuela para la misma consola y todavía saldrían dos juegos más para Nintendo DS con Dual Strike y Days of Ruin. Profundos, simpáticos por su apartado audiovisual y adictivos, los Advance Wars parecen no estar en la lista de prioridades de Nintendo a corto plazo, pero es otra de esas sagas que caló en parte de los usuarios y en la crítica.
Con un tono bastante similar al de Wave Race, en 1998 aparecería otro videojuego de Nintendo EAD enfocado al mundo de los deportes, ya que no solo de aventuras y de plataformas vive la compañía de Kyoto. Un juego de carreras de snowboard en el que era tan importante intentar llegar a meta lo antes posible como también saber hacer todo tipo de trucos y saltos espectaculares. La AIAS lo galardonó como el mejor juego de deportes de 1999, algo que da cierta información sobre el nivel de calidad de un título que tuvo continuidad en Gamecube con 1080 Avalanche, competidor directo de SSX que eso sí no consiguió la unanimidad de crítica y público de su antecesor, respecto el cual tampoco ofrecía grandes novedades a destacar. Una saga que tampoco está en las prioridades actuales de la compañía a pesar de la buena acogida de la original.
En el mes de julio de 1990 aparecía por primera vez Dr Mario, un título que no solo servía para ver que la figura de Mario traspasaría su mundo de plataformas, sino que también mostraba otra cara de Nintendo en esto de desarrollar videojuegos: los puzles tipo Tetris. La idea era asumir el control del doctor Mario para acabar con una serie de virus a base de combinar bloques con forma de pastillas de diversos colores. Uniendo colores conseguíamos limpiar la pantalla de enemigos. Un clásico de Nintendo que no tuvo ni el apoyo ni el reconocimiento de los grandes de la compañía, pero que siempre aparece entre los mejores juegos de la historia. La saga tuvo éxito y se amplió a Nintendo 64 años después ofreciendo nuevos personajes y modos de juego (entre ellos un modo historia) además de multijugador para cuatro jugadores. Posteriormente llegarían otras propuestas, una Dr Mario online Rx y la otra, Dr Mario Express, centrada en el juego fuera de línea. Con el género del puzle generando poco interés a día de hoy –tal vez Lumines y algunos indies están como referentes- parece complicado que una de las caras B más queridas de Nintendo vuelva a escena.
Como viene siendo habitual, Nintendo quiere presentar de la mejor manera posible las virtudes de sus consolas. Y esto, teniendo en cuenta que se han introducido cambios relevantes en las últimas plataformas que ha publicado, es vital. Wii Fit fue otra demostración de qué poder hacer con Wii: ponerse en forma en contra de la creencia que se puede tener de las consolas en general. Un título que traía consigo una plataforma mediante la cual se podían hacer todo tipo de ejercicios: yoga, trabajos de esfuerzo, aérobicos y también juegos de equilibrio. El juego controlaba nuestros progresos, índice de masa corporal y peso y buscaba fidelizar al jugador. Posteriormente saldría Wii Fit Plus, con nuevos ejercicios. Nintendo EAD se abrió camino con un tipo de producto que buscaba un público distinto al clásico de la compañía.
Un proyecto liderado por Shigeru Miyamoto siempre es interesante de ver. Pilotwings apareció por primera vez en Super Nintendo en el año 1990 y tocaba otra tecla que no estaba en el librillo maestro de la compañía de Kyoto hasta el momento: simulador de vuelo. Con toque Nintendo, es importante matizar. La idea era sacarnos la licencia de piloto usando diversos vehículos con más o menos realismo. El uso del Modo 7 para crear sensación de gráficos 3D y la variedad de posibilidades según cada elemento que controláramos le daba una mecánica de juego. Seguramente su aparición como Pilotwings 64 en formato título de lanzamiento para Nintendo 64 quedaría tapado por el inolvidable Super Mario 64, pero la experiencia Pilotwings era excelente con el revolucionario mando de la consola. Nintendo pensó en la saga para mostrar algunas bondades del 3D de Nintendo 3DS con la versión Resort, que quedó en un buen juego y variado, pero sin alardes y menos viendo el catálogo que está conformando dicha consola hasta el momento.
En 1986 apareció un título especial dentro del catálogo de juegos de NES, uno de esos productos que pasan desapercibidos y que se aprecian con los años: Kid Icarus. Un videojuego de acción y plataforma que contaba con diversos elementos sacados del género RPG en el que Pit debía superar obstáculos en forma de enemigos y de plataformas. La secuela para gameboy llamada Of Myths and Monsters tampoco consiguió traspasar fronteras. El nuevo Kid Icarus de Nintendo 3DS se ha convertido en un título muy a tener en cuenta en Nintendo 3DS a pesar de su controvertido sistema de control. Nintendo decidió esta saga considerada secundaria por la poca presencia a lo largo de su historia más de veinte años después. No es descartable que tenga mayor continuidad tras la recepción de esta última iteración.
Mario es muy polifacético. Y una de sus habilidades desconocidas es la de poder protagonizar videojuegos RPG. Es el caso de la saga Paper Mario, que rediseñaba el mundo Champiñón en formato papel para crear un videojuego de rol en el que los puzles tenían su importancia y también un sistema de combate “activo” que hacía más partícipe al jugador a pesar de mantener la fórmula de los turnos. La fórmula gustó, y a pesar de no ser un vendeconsolas, sí ha sido lo suficientemente interesante para tener continuidad con The Thousand Year Door de Gamecube, que mantenía las cualidades de la primera entrega. Super Paper Mario en Wii apostó por una presencia más acusada de las plataformas manteniendo elementos roleros, y la última iteración Sticker para Nintendo 3DS se consolidó como una apuesta notable para una sub-saga que aporta variedad en dicho género cada vez más cubierto por Nintendo, como se puede ver en la otra saga de este estilo Mario & Luigi.
Camelot creó para Nintendo una serie de videojuegos de rol que cautivaron a los usuarios de las portátiles de la compañía japonesa. Golden Sun salió en 2001 y tenía una carta de presentación interesante: JRPG de corte clásico en apariencia con la alquimia como principal elemento para comprender nuestras habilidades, las de los enemigos y el desarrollo de la aventura que viven Hans y sus compañeros. La diversidad de invocaciones, el modo dos jugadores, los gráficos o la historia lo convirtieron en un grande del género aunque no inventara la rueda. Algo que siguió The Lost Age con algunos puzles más complejos y la esencia de la primera entrega. La tercera y última hasta el momento, Dark Dawn, tuvo una acogida mucho más fría en términos generales por una toma de decisiones inexistente, poca variedad de situaciones y muchos convencionalismos. No sería de extrañar, a pesar de todo, que volviera a primera línea con Nintendo 3DS. Muchos lo agradeceríamos.
Nintendo ha estado ligada de siempre a algunos deportes clásicos como el golf o el tenis. En el primer caso ya probó suerte con “Golf” en el año 1984 para NES, una propuesta que tendría continuidad en el 91 con NES Open Tournament Golf. Mario empezaría a tener protagonismo en Nintendo 64 (Mario Golf), y desde entonces han salido cinco juegos más que intentan dar una visión más desenfadada y arcade de este deporte. En el caso del tenis, el icono de Nintendo se estrenaría en Virtual Boy. La saga Mario Tennis tendría un recorrido más exitoso que dicha consola, saliendo hasta cinco ediciones más en diversas consolas, la última “Mario Tennis Open” para Nintendo 3DS.
Pero Mario y sus compañeros también han estado presentes en otros juegos que a pesar de ofrecer elementos y mecánicas muy interesantes y divertidas, nunca han llegado a la categoria de saga de primera línea como Mario Kart o Smash Bros. Dos títulos de fútbol, Super Mario Strikers y Mario Strikers Charged, ofrecían la versión más gamberra del deporte rey en nuestro país. Gamecube recibirían dos juegos más discretos de baseball como Superstar Baseball y Super Sluggers, a los que se debería añadir el primer y único título de básket de Mario para Nintendo DS, Mario Hoops 3-on-3, o el Mario Sports Mix en el que había, entre otros, a Mario y sus compañeros jugando al balón prisionero. Los iconos de Nintendo también se han usado para títulos de segunda línea que en diversos casos tenían una jugabilidad de primera.
Seguramente a Pikmin le pasa como a Luigi’s Mansion, que son dos nombres que podrían considerarse Caras B de Nintendo pero que han cogido un protagonismo de primera línea en este 2013. El caso de Luigi está ya explicado, mientras que Pikmin siempre ha sido un producto mucho más personal y con un aura distinta a las grandes producciones de Nintendo. Pero la compañía le quiso dar mucho valor a su retorno abriendo el E3 con la tercera entrega de la saga, que se ha convertido este mes de julio en el mejor juego de Wii U gracias a mecánicas de antaño y novedades de peso en un juego de estrategia en tiempo real, otro género que toca con acierto la compañía, que sabe mezclar la complejidad de las decisiones del género con acción y toques de aventura.
La primera entrega apareció en 2003 para Gamecube, y se convirtió en una especie de Lemmings desde la perspectiva de Miyamoto. La realidad es que las diferencias son evidentes al poco de empezar a jugar con el Capitán Olimar, protagonista de esta aventura en la que conoce a los pikmins, letales y pequeños animales con múltiples posibilidades. El encanto audiovisual de la serie, que tuvo una secuela en la propia Gamecube y un port de la primera parte con nuevo control en Wii, radicaba en ampliar lugares tan comunes como un jardín o un bosque. Una saga que a pesar de no estar entre las más conocidas de Nintendo, sí es de las más queridas por sus fans. Y con razón.