Prince of Persia: The Shadow and the Flame
- PlataformaIPH7IPD7AND7
- GéneroAcción, Plataformas
- DesarrolladorUbisoft
- Lanzamiento25/07/2013
- TextoEspañol
Prince of Persia: The Shadow and the Flame
Tras el notable Prince of Persia Classic aparecido en la AppStore y Google Play en 2011, llega su continuación con Prince of Persia: The Shadow and the Flame, una nueva aventura táctil 2D que mantiene las bases de la mítica saga de plataformas con un aspecto totalmente renovado; veamos en nuestro análisis si lo nuevo de Ubisoft en iOS y Android mantiene el nivel de tan legendaria saga.
Las últimas entregas de la mítica saga de Ubisoft no han llegado al corazón de sus fans, con títulos poco inspirados que han pasado sin pena ni gloria a expensas de un nombre con tanta historia en el sector como Prince of Persia. Ahora, y tras el más que interesante remake Prince of Persia Classic aparecido hace dos años en la AppStore y Google Play, llega su continuación con Prince of Persia: The Shadow and the Flame, una nueva aventura de plataformas mucho más ambiciosa técnicamente pero que respeta gran parte del espíritu clásico que vio nacer una de las sagas más populares y con más historia del sector. Veamos en nuestro análisis si esta nueva versión logra al fin contentar a los fans del Príncipe de los videojuegos o, por lo contrario, cae en el olvido como la enésima entrega de una célebre saga en decadencia.
El argumento sí es fiel a la secuela original, en el que debemos seguir la aventura del Príncipe unos pocos días tras los acontecimientos del primero juego, en la propia Persia y a lo largo de otras localizaciones más salvajes, lo que añade variedad a un desarrollo algo monótono. El malvado Jaffar regresa para saldar cuentas con el Príncipe, lo que provoca una peligrosa huida de nuestro protagonista hacia un barco para salvar así su vida. A partir de aquí tendremos que sortear un buen puñado de peligros con el fin de recuperar nuestra identidad y posición. Los seguidores de las aventuras de tan popular Príncipe se darán cuenta de una gran novedad nada más empezar su periplo; en contra de lo que sucedía con los títulos clásicos y del último remake táctil, The Shadow and the Flame permite una exploración mucho más amplia, dejando de lado el límite de tiempo y apostando por un desarrollo más pausado.
Al finalizar cada nivel seremos recompensados con diferentes retos cumplidos, siendo el límite de tiempo ‒nunca obligatorio‒ el más respetuoso con el original; podemos completar cada nivel a nuestro ritmo aunque siempre podemos aumentar el desafío batiendo la marca preestablecida. ¿Y qué hay del control táctil? ¿Está a la altura o estamos ante otra ocasión perdida por un interfaz impreciso e incómodo? En este sentido, ofrece dos posibilidades, una totalmente gestual mediante deslizamientos de nuestros dedos por la pantalla y otra algo más clásica, con joystick y botones virtuales para ejecutar las diferentes opciones. Y la sorpresa es incluso mayor cuando nos damos cuenta de que la opción por defecto completamente gestual es la más acertada, permitiendo ejecutar una buena variedad de acciones con bastante facilidad.
Así, para movernos sólo tendremos que desplazar el dedo de izquierda a derecha por la parte derecha de la pantalla, dejando la parte izquierda de la misma para diferentes acciones como saltar, rodar, escalar o luchar, entre otras. Y en conjunto funciona bastante bien, relegando la segunda opción mediante iconos virtuales a un segundo plano. Si bien es cierto que en ocasiones peca de impreciso ‒puesto que muchas muertes ocurrirán sin que poco o nada podamos hacer‒, sí logra transmitir ciertas garantías una vez lo tengamos dominado, lo que no será fácil, recurriendo al manido concepto de “fácil de aprender pero difícil de dominar”. Y es que podremos escalar, esquivar trampas, correr y saltar con bastante facilidad, aunque no podemos obviar unos combates, por lo general, bastante aburridos y repetitivos.
Podemos hacernos con nuevas espadas y combos, pero la base de cada combate será la misma una y otra vez. Cada vez que nos enfrentemos cara a cara con un enemigo entraremos en modo combate, con lo que podremos desplazarnos mínimamente frente a él para medir mejor cada golpe que efectuemos mediante deslizamientos de nuestro dedo; en este momento aparecerá un icono de defensa que podremos usar para parar golpes. Así, tan sólo debemos blandir la espada aprovechando los movimientos en falso de nuestro rival para asestar golpes mortales hasta acabar con su vida; y así una y otra vez, agotando la paciencia del jugador gracias a un apartado poco trabajado. Eso sí, en ocasiones deberemos enfrentarnos a dos enemigos a la vez ‒uno a cada lado‒ lo que aumentará la dificultad considerablemente.
Por suerte, contamos con bastantes pociones de salud y mejoras de nuestra barra de vida repartidas por los escenarios y que deberemos encontrar para afrontar los últimos niveles con más garantías, además de las pociones que nos devolverán a la vida tras morir a manos de un enemigo, al caer de alturas elevadas o empalados en las constantes trampas. Y aquí es donde entran en juego las micro-transacciones, a través de las que comprar pociones, combos y espadas gracias a los puñados, bolsas o cofres de monedas que podamos adquirir, entre 1,79 y 17,99 euros; en ningún momento son necesarios, aunque nos facilitarán bastante las cosas en algunas ocasiones. Aun así, si dedicamos el suficiente tiempo a la exploración y recogemos el oro de nuestros enemigos caídos y abrimos los suficientes cofres, no será necesario pasar por caja.
En cuanto a su dificultad general, y si lo comparamos con el título original, es algo más accesible, acercándolo más a las nuevas generaciones acostumbradas a experiencias no tan exigentes, además de para paliar lo contratiempos que puedan surgir de un interfaz táctil que en ningún momento puede ser comparado con un control físico, pad o teclado en mano. Así, algunas secciones que incluso podían provocar frustración se han visto modificadas para permitir una jugabilidad algo más amable. A nivel gráfico demuestra buenas maneras aunque se queda a medio camino en muchos aspectos; los escenarios son ricos en detalles y hacen uso de texturas bastante aparentes, ofreciendo estampas más que satisfactorias, especialmente en algunos niveles. Por otro lado, las animaciones de los personajes no están a la misma altura, resultando demasiado robóticas. A nivel sonoro tampoco sorprende en ningún momento, con efectos genéricos poco atractivos y alguna que otra melodía poco inspirada.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.