Game & Wario
- PlataformaWiiU6
- GéneroPuzle
- DesarrolladorNintendo
- Lanzamiento28/06/2013
- TextoEspañol
Game & Wario
Probar las bondades del mando tableta de Wii U con un compendio de minijuegos y una fórmula heredera de los clásicos Wario Ware. Pero sin tanto acierto en las mecánicas de juegos y perdiendo por el camino el frenetismo que hizo grande a la saga.
Wario es un personaje que poco tiene que envidiar a muchos otros de Nintendo en cuánto a protagonista de videojuegos de calidad. Algunos de sus plataformas son todavía hoy recordados por muchos. Pero desde Gameboy Advance este alter ego de Mario ha ofrecido también su parte más original y surrealista con la saga Wario Ware, compendio de minijuegos a cada cual más hilarante que era ideal para disfrutar de partidas cortas con desafíos sencillos y divertidos. La fórmula cuajó en formato portátil y también en Wii. Ahora llega a Wii U Game & Wario, heredero espiritual de los Wario Ware que pretende hacer lo mismo que en 2007 con Smooth Moves: minijuegos que explotan al máximo las cualidades de la nueva consola de Nintendo.
Corría el año 2003 cuando apareció el primer Wario Ware Inc para Gameboy Advance. Un título que ofrecía una mecánica de juego original y distinta a lo que Nintendo había hecho hasta el momento: 200 minijuegos de pocos segundos de duración que se encadenaban de manera veloz uno detrás de otro. El éxito fue indudable y la fórmula se traspasó a un port para Gamecube antes de que se diera el salto a Nintendo DS. La doble pantalla, el micrófono o el stylus eran los grandes protagonistas del nuevo Wario Ware, que servía para explotar al máximo las bondades de la máquina. Después de Touched! Gameboy Advance recibiría Twisted, que tendría en el propio cartucho unos sensores para girar la portátil.
Podemos decir, por lo tanto, que los Wario Ware siempre se han usado desde Nintendo como un banco de pruebas con los controles de cada una de las consolas que ha diseñado. Una demostración en formato freak, frenético e hilarante de qué es capaz de hacer cada máquina de la compañía japonesa. Bajo este prisma llegaría a finales de 2007 Wario Ware: Smooth Moves para Wii., que a base de microjuegos explotaba las funciones del Wiimote y mostraba maneras de cogerlo impensables para los usuarios. Todo en medio de un apartado visual que juega con lo cutre a posta, y que cumple perfectamente con su cometido. De esta herencia viene Game & Wario, aunque por el camino ha perdido parte de la fórmula que lo hizo triunfar.
Ponemos como ejemplo el primer minijuego de todos: Arrow. Protagonizado por Wario, básicamente tenemos que poner el mando tableta en posición vertical apuntando a la pantalla y disparar flechas a los enemigos que nos vengan. Tenemos algunas otras opciones, como usar pimienta para estornudar con la nariz de Wario o disparar a bombas para que exploten y maten muchos más enemigos a la vez. Este minijuego dura un par o tres de minutos, y una vez lo completamos podemos hacer un segundo nivel (y así hasta cuatro) en los que cambian el reto, los enemigos, etc. El problema de esta fórmula es que la docena de minijuegos que se nos ofrecen son bastante irregulares: algunos brillan con luz propia y otros se hacen aburridos.
Esto provoca que Game & Wario se convierta en un juego muy poco variado cuando llevamos algunas horas con él, ya que los juegos que nos gustan los destriparemos y subiremos nuestros récords de manera obsesiva y cuando acabemos con ellos los más aburridos, que los hay, pasarán desapercibidos para nosotros. El resultado final es de falta de variedad y de frescura, ya que la fórmula de otras entregas de tener 200 microjuegos rotando entre ellos aportaba situaciones muy diversas y una sensación de frescura casi constante. Todo esto aquí ha sido modificado, y el cambio no es para bien precisamente.
Junto a Arrow, tenemos en el primer bloque de cuatro títulos Camera, un juego que nos obliga a hacer fotos a una serie de elementos encuadrándolos bien y con el zoom correcto antes de que termine el tiempo concreto (en la pantalla del televisor tenemos la imagen entera y en el mando lo que buscamos con la cámara incluido control por movimiento); Patchwork, que no es más que un juego tipo puzle donde tenemos que encajar piezas para hacer figuras; y Ski, un título en el que con los giroscopios del mando tableta en posición vertical sirven para controlar a Jimmy mientras intenta llegar a meta luchando contra el reloj. En el segundo bloque tenemos Kung Fu, teniendo que saltar y controlar donde caemos para llegar a lo alto de una montaña, Ashley que encima de una escoba va volando tipo shooter de scroll lateral mientras recoge objetos o Design, que nos obliga a hacer figuras geométricas a ojo (triángulos con costados de cinco centímetros, líneas de X medida) para diseñar un robot.
La oferta se amplía con los modos que tiene cada juego dentro de sí. Los bolos tienen desafíos de hacer plenos o de jugar partidas normales incluso a dos jugadores, Taxi cuenta con diversos niveles y mapas donde los que jugar, Ski cuenta con descensos variados en dificultad y obstáculos. No son dos horas de probar minijuegos y dejarlos, sino que se pueden explotar más. Pero muchos de ellos no motivan a destriparse a fondo. Propuestas como Ashley, el propio Ski, Kung Fu o Arrow pierden fuelle a medida que jugamos con ellos –sin ir más lejos, Arrow no es tan frenético y adictivo como el juego de ninjas de Nintendo Land y los bolos en Wii U están lejos de la experiencia de Wii original, donde fue un bombazo-. Es cierto que hay algunos brillantes, como Gamer, Design por su idea, las combinaciones de Taxi –aunque puede hacerse algo lento- o Camera.
La sensación es que hay poca variedad y que entre los elegibles muchos no están a la altura de una fórmula Wario como las de antaño. El juego usa las bondades de Wii U como la pantalla táctil para dibujar o trazar diseños, los giroscopios para controlar personajes, dar efecto a la bola en los bolos, etc. O la dualidad asimétrica de tener dos pantallas para poder ver una cosa en el televisor y otra en la del mando. En este sentido se hace variado, pero que nadie espere una propuesta que explote al máximo las cualidades de la consola a nivel jugable como Wario Ware: Smooth Moves.
La cosa, además, no mejora demasiado en el multijugador. Solo tenemos cuatro minijuegos pensados para jugar entre dos y cinco jugadores (además de alguno monojugador como Bowling que permite disfrutarse por parejas). Y de estos cuatro, destaca sobre todo uno: Artwork. Es un pictionary de toda la vida: un jugador tiene el mando, le sale una palabra y tiene que dibujarlo. Los otros lo ven en pantalla y tienen que acertar qué está haciendo. Fruit también tiene una interacción similar de uno hace, los otros observan: un jugador controla un ladrón en medio de un mapa y los demás tienen que identificarlo por sus movimientos. Los dos otros juegos disponibles no son nada del otro mundo: Islands se basa en lanzar muñecos en una diana por turnos, mientras que disco es una competición rítmica entre dos jugadores que aguantan el mando tableta cada uno por un lado y van lanzándose inputs musicales que tienen que responder.
Hay pocas opciones multijugador, en las que además la interacción es más que dudosa. No hay acciones simultáneas que podrían haberse explotado, y salvo Artwork –que tampoco es la panacea en innovación pero tiene su gracia y engancha con gente eso de dibujar in situ en pantalla- la oferta se acaba haciendo más bien pobre. Es una lástima que Nintendo no haya querido potenciar fórmulas de juego asimétrico que tan buen resultado podrían dar en Wii U. Resumiendo, no hay una experiencia que tan siquiera se acerque al minijuego de Luigi en Nintendo Land o el pilla-pilla de Mario.
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.