El micromecenazgo ha abierto nuevas frontera en los que estudios independientes y aficionados pueden aliarse para conseguir hacer realidad proyectos imposibles en el circuito comercial. Viejas y nuevas alternativas acuden a esta nueva vía.
Después de muchos años alejados del videojuego, Chris Roberts, el creador de Wing Commander, ha decidido regresar con un gran proyecto que ya estaba rumiando desde hace tiempo: un nuevo simulador espacial, online, permanente, masivo y sandbox, un título que combine fundamentos de juegos como Freelancer o Eve Online, en el que la historia será forjada por los jugadores y sus relaciones entre ellos. Habrá libertad absoluta para emprender el rol que se desee: soldado, pirata, mercenario, comerciante, empresario contrabandista, explorador...Habrá una economía virtual que moverá la galaxia y una amplia variedad de naves, modificaciones y elementos manipulables bajo la influencia de los distintos grupos de jugadores que se forjen. El motor CryEngine 3 servirá para alimentar un juego que más ha cautivado la imaginación y las carteras los usuarios, que ya han depositado casi 9 millones y medio de dólares para hacer realidad esta nueva frontera digital.
Uno de los clásicos olvidados del RPG occidental, el padre espiritual de Fallout y uno de los referentes absolutos a la hora de plantear juegos de temática post-apocalíptica. Brian Fargo, fundador de Interplay, abordó pronto la nueva ola del crowdfunding para conseguir que su estudio, InXile, pudiera abandonar los trabajo de encargo que había estado haciendo y pudiera abrazar su destino como un equipo capaz de ser una potencia para los amantes del rol. La secuela de Wasteland es el primer paso en ese objetivo, un juego de rol en grupo con combate por turnos en el que los Rangers del desierto tratarán de sobrevivir en un mundo de mutantes y fanáticos, un reflejo oscuro de la américa profunda.
El segundo juego de 22 Cans, el tercer estudio fundado por Peter Molyneux, abandona el concepto sumamente experimental de Curiosity para lanzarse a algo más familiar: un God Game, una vuelta a los orígenes para el creador de Populous. Godus es una interpretación moderna del concepto clásico: crear un pueblo, realizar milagros en su favor, provocar catástrofes en los pueblos de los dioses rivales y, una vez que sea lo suficientemente grande, lanzarlos en una orgía de sangre y destrucción para que sean los únicos supervivientes y no haya ninguna otra deidad sobre la tierra. Dentro de ese concepto, Godus promete cosas como multijugador o juego desde Tablet, además de nuevas ideas que puedan renovar el clásico género.
Creado por ex miembros de Bioware, parte del masivo equipo de The Old Republic, The Banner Saga llamó rápidamente la atención por su impresionante estilo artístico. En un mundo de inspiración vikinga en el que los dioses parecen haber abandonado a los hombres, nuestro objetivo será liderar a nuestro pueblo en busca de un nuevo hogar. Durante nuestros viajes encontraremos todo tipo de situaciones y deberemos decidir en mejor curso de acción, así como asumir las consecuencias de las mismas, en una campaña que tomará elementos de juegos como King of a Dragon Pass u Oregon Trail. Exploraremos nuevas tierras, ganaremos recursos para nuestra gente y libraremos batallas contra toda clase de enemigos, luchas que se desarrollarán aparte con un sistema de combate por turnos que está siendo depurado a fondo gracias a Factions, un modo multijugador competitivo ya disponible en forma de F2P.
Larian es un estudio sin duda singular, Divine Divinity fue una brillante interpretación de la fórmula Diablo, emparejada con un sistema de rol más profundo y una historia interesante. Beyond Divinity fue un desliz mientras que Divinity II: Ego Draconis desmotró a las claras que el estudio belga podía aspirar a la excelencia. Divinity: Original Sin es su proyecto más ambicioso, el primer juego en el que quieren realmente acercarse a los clásicos que adoran en el grupo, especialmente a la saga Ultima. Para ello han creado un mundo plagado de detalles, con gran profundidad en la forma en la que te puedes relacionar con los NPCs o con el mismo entorno, con multitud de interacciones y una narrativa enfocada a darte una gran libertad de acción. La densa campaña podrá incluso ser jugada en cooperativo -con un ingenioso sistema de conversación abierto a varios jugadores además-. El estudio ya llevaba bastante tiempo con este proyecto, junto el más próximo Dragon Commander, pero optaron por el Kickstarter no como una forma de "arrancar" sino de conseguir el dinero necesario para alcanzar la calidad deseada y expandir multitud de elementos, lo que se ha conseguido sobradamente con algo más de un millón de dolares recaudado en total. Será una gran oportunidad para dar ese salto de calidad que están buscando y poder ejecutar a la perfección sus ideas.
La fuente de inspiración principal deeste proyecto está en Total Annihilation y su heredero, SupremeCommander, títulos en los que varios de los actuales creadores dePlanetary Annihilation trabajaron en su día y cuyo legado pretendenrecuperar. La idea es tomar esa base y subir la apuesta para crear unaescala nunca vista, en donde las batallas se desarrollan a una escalamasiva a través de diferentes planetas, generando campañas inmensas queabarquen varios sistemas solares. Miles de unidades, colosales máquinasde destrucción e incluso la posibilidad de lanzar ataques a escalaplanetaria, todo en un juego que pretende redefinir los límites delgénero tanto contra la IA como en multijugador.
Legend of Zelda, Metroid, Secret of Mana, Megaman o Brave Fencer Musashi, estas son las influencias citadas por los creadores de este juego, dispuestos a recuperar la esencia de las aventuras de acción y rol en consolas de los 90. Su aspecto 2D y la vista cenital lo acerca a estas influencias y su estructura también será similar, con elementos de exploración, puzles y un sistema de combate en tiempo real en el que se valorará la habilidad por encima de cualquier otro elemento. Varias armas y una variedad de poderes marcarán nuestro avance mientras descubrimos libremente nuevas habilidades con las que profundizar en la exploración de este mundo en busca de nuevas aventuras.
Aunque Kickstarter es donde se concentra la mayor parte de la actividad de micromecenazgo, hay otras alternativas. Project CARS es un buen ejemplo de ello, un juego que ideó su propio sistema de financiación colectiva, siendo un completo éxito. Las claves son un aspecto técnico al más alto nivel y un claro énfasis en la simulación, la física y la credibilidad de su modelo de conducción. Cuenta con vehículos y licencias oficiales de varios circuitos, pero lo que es más importante es que es un juego en constante proceso de mejora y ampliación, en el que los jugadores que han pagado pueden ir probando las progresivas iteraciones, dejar sus impresiones y permitir al equipo seguir trabajando en un simulador que apunta a algo único.
Los creadores de Space Quest tampoco se han resistido a la llamada del crowdfunding para volver de su criogenización de más de dos décadas. Scott Murphy y Mark Crowe decidieron que el nuevo clima era más propicio para un triunfal regreso, con una aventura gráfica pura en la que son reconocibles muchos de los rasgos propios y el humor grueso y sarcástico de esta pareja creativa. El nuevo título no renunciará a elementos característicos de los tiempos de Sierra -como la muerte del protagonista-, así que los amantes de la aventura gráfica clásica seguramente estén deseosos de comprobar si la pareja sigue conservando la chispa.
Pocos nombres hay con más peso en la historia del videojuego como el de Richard Garriot, creador de Ultima y fundador de Origin. Su trilogía de trilogías es una de las obras más influyentes dentro del género del rol y ahora está listo para una nueva aventura. La apuesta es cualquier cosa menos convencional, ya que por un lado contará con una extensa campaña individual de más de 40 horas, con una trama, grandes decisiones y un desarrollo establecido. Pero también será un juego multijugador masivo, donde podremos compartir el mundo con otros jugadores, ser guerreros o comerciantes, artesanos residentes en ciudades o aventureros explorando nuevas fronteras, héroes o villanos. El concepto es extraño, pero no estamos ante un creador convencional, así que son los muchos los que esperan que no haya perdido ese toque para crear mundos que siempre le ha caracterizado.
Un pequeño núcleo de los responsables de Titan Quest ha estado trabajando durante bastante tiempo en este este ARPG. No es un proyecto integramente financiado por crowdfunding, pero es un ejemplo de usar este método para conseguir una inyección financiera que permita terminarlo antes. Con una ambientación única, Grim Dawn contiene ideas muy interesantes que lo colocan como algo más que un sucedáneo de Diablo. Tiene un desarrollo completamente abierto en el que el jugador elige cómo y cuándo quiere hacer las cosas, un sistema de facciones, un completo sistema de habilidades fruto de la posibilidad de combinar dos clases, un sistema muy rápido de combate y una ambientación única, entre otras virtudes.
No sólo juegos
No se puede olvidar que el micromecenazgo no sólo está abriendo nuevas puertas en cuanto a software, también hay proyectos apasionantes de hardware que han sido impulsados gracias a Kickstarter. En particular dos: la mini-consola Android Ouya, que se quiere convertir en una alternativa libre y abierta a las consolas tradicionales, reclamando un lugar al lado de la televisión; y por otro lado las gafas de realidad virtual Oculus, un "juguete" que está haciendo girar muchas cabezas -literalmente- al ofrecer una sorprendente sensación de inmersión en los juegos preparados para su uso. Todas las impresiones del dispositivo suelen ser temendamente positivas e incluso hay bastante excitación a nivel general por ver que el sueño de la realidad virtual parece estar más cerca que nunca del consumidor. No son los únicos dispositivos que han sido apoyados por este sistema, pero sí son de los más destacados y dos buenas muestras de cómo ideas arriesgadas pueden encontrar en estos servicios lo que necesitan para empezar a andar.
Abriéndose camino
Aunque la lista de arriba se centra en proyectos ya financiados y en marcha, numerosos juegos están ahora mismo en pleno proceso de recaudación, algunos habiendo superado ya felizmente el mínimo necesario y otros luchando por dar ese primer e imprescindible paso. En ese grupo sin ir más lejos está Gato Salvaje, un estudio afincado en A Coruña que está intentando conseguir 100.000 $ para su aventura gráfica por episodios AR-K, cuya primera entrega demostró buen hacer -se puede descargar de forma gratuita-. Otro juego que lucha actualmente por sus objetivos es Son of Nor, una aventura de acción en el que los personajes pueden manipular las arenas del desierto y combinar diferentes poderes mágicos para crear un arsenal explosivo, capaz de alterar de distintas formas nuestro entorno, tanto ofensiva como defensivamente. También encontramos a Realm, una aventura gráfica de impresionante aspecto visual.
Entre las que que están en proceso pero ya han recolectado más del mínimo encontramos a Chasm, un juego de plataformas y acción 2D con algo de rol inspirado claramente en los Metroidvania, con la particularidad de que sus niveles son generados aleatoriamente; el hecho de que cuente con una convincente demo muestra que el equipo puede sacar adelante su gran ambición con esta aventura, lo que le ha valido llegar a su objetivo. Otro que está cómodo es The Tale of ALLTYNEX, el proyecto de Nyu Media para localizar esta trilogía de Shoot’em Ups, que está entre lo mejor de la escena japonesa independiente, una buena muestra de que el micromecenazgo abre muchas alternativas.