Omertà: City of Gangsters

Con cierto retraso respecto a su lanzamiento en otros países, lo último de Kalypso Media llega a nuestros equipos. Una espera más que justificada, y es que un producto distribuido por FX Interactive no suele aterrizar de cualquier manera. Cualquier jugador de PC sabe que este nombre suele ir acompañado de dos características invariables: buen precio y localización completa al castellano. Omertà: City of Gangsters, no va a ser una excepción. Mientras que usuarios de otros países han podido comenzar sus andanzas en el mundo criminal a principios del mes de febrero, la tardanza se ha traducido en una rebaja de casi el 25% sobre el valor de compra en el extranjero... con la ventaja de contar con el producto traducido en su totalidad. Una práctica más que recomendable, puede que no necesariamente obligatoria, pero que sí debería acompañar a todos los productos que quieran erigirse con las puntuaciones más altas. Con todas estas facilidades, es difícil negarse a probar suerte en el terreno de las familias mafiosas.

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Omertà: City of Gangsters es un título de estrategia en tiempo real, que alterna fases de acción llevadas a cabo mediante turnos. La mayor parte del tiempo lo pasaremos gestionando nuestros negocios, por decirlo finamente, sobre un mapa que representa una porción de la ciudad de Atlantic City. En el momento de entablar un combate, seremos trasladados a un escenario más detallado, pero de menor amplitud, sobre el que se situarán los integrantes de cada bando. Esta explicación para ser la misma que la de los juegos del estilo Heroes of Might & Magic o King's Bounty, aunque en realidad nos referimos a una mezcla entre un 'tycoon' y el combate por turnos tipo X-COM: Enemy Unknown... salvando las distancias, por supuesto. El tiempo repartido entre estas dos vertientes del juego es bastante irregular, y durante la campaña o en las partidas libres para un único jugador, casi un 80% del tiempo lo acabaremos dedicando a los aspectos de gestión y estrategia, con una tasa relativamente baja de enfrentamientos por turnos durante cualquier partida.

Comenzando por este tipo de partidas, el juego de Kalypso Media nos permite ir paso a paso guiados por una línea argumental bastante simple. Empezaremos aprendiendo los entresijos del mundo del crimen, en las zonas más accesibles de Atlantic City, mientras vamos adquiriendo poder y experiencia para trasladarnos a otras ligeramente más hostiles. Si no nos atrae la idea de este paseo cogidos de la mano, podemos pasar directamente a la acción sobre uno de los distritos de la ciudad. Atlantic City está formada por 4 distritos, que se corresponden con 4 niveles de dificultad distintos. Sea como sea, necesitaremos crear un alter ego mafioso, que será un italiano recién llegado a las Américas. Tras escoger un nombre y un retrato para nuestro gangster, una serie de preguntas con diversas opciones de respuesta irán modelando sus atributos en el juego. Esto facilita cierta capacidad de personalización del personaje, aunque los efectos prácticos de tales atributos se refieren únicamente a las fases de combate, y no a la de gestión.

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Al igual que en casi todos los juegos de estrategia, en Omertà tendremos distintos recursos. En primer lugar, el dinero negro o $, que es el que usaremos para la mayoría de transacciones en los bajos fondos. El dinero limpio, marcado como $$, se usa a la hora de comprar edificios de viviendas o crear negocios de primera clase. La cerveza será nuestra fuente de ingresos más básica, seguida de el licor. Las armas, además de una posible fuente de ingresos, son necesarias para colocar matones y guardianes en ciertos negocios. Además, dos puntuaciones que tienen que ver con la forma en la que nos perciben los habitantes de la ciudad: aprecio si realizamos acciones relativamente buenas y decentes, o temor si nos dedicamos a sembrar el terror por las calles. Por último, un medidor de la presión policial, en forma de 5 estrellas que se irán rellenando si los agentes de la ley nos siguen el rastro. En el caso de llegar muy alto, podemos llegar a ser detenidos, a menos que hagamos uso de abogados, sobornos... y hasta asaltos a la cárcel para liberar a nuestros hombres.

Los distritos se componen de unos cuantos edificios y calles, que pueden ser simples viviendas, negocios, edificios vacíos, solares en venta o lugares especiales, como comisarías, casas de políticos y famosos, bancos o cárceles. Por supuesto, también tendremos nuestra base de operaciones y cuartel general. Al comienzo, nuestra banda estará formada únicamente por el gangster que hemos creado, aunque podemos reclutar nuevos miembros a cambio de un salario periódico. Durante la campaña, la cantidad de esbirros está limitada por el argumento, pero en las partidas libres podremos contratar a 5 nuevos criminales desde el mismo comienzo de la misma. Cada miembro de la banda solamente puede realizar una tarea al tiempo, de forma que si todos están ocupados, tendremos que esperar a que alguno finalice para iniciar una nueva acción. Lamentablemente, el juego falla al no proporcionarnos ningún indicador del mismo, haciendo que este aspecto quede completamente opaco para el usuario, y sea percibido como que carece completamente de sentido.

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Nuestras primeras acciones estarán relacionadas con obtener información sobre la ciudad. Veremos algunos signos de interrogación sobre ciertos edificios, indicando que ahí se encuentra un informante. Simplemente tenemos que mandar un miembro de la banda para que, ya se mediante dinero o con nuestra reserva de cervezas, consiga sonsacar algunos datos. Una vez realizada esta tarea, conseguiremos información sobre lo que hay en las distintas construcciones cercanas al informador, y así poder actuar sobre ellas. Algunas, como decíamos antes, solamente son viviendas. Podremos colarnos en estas para robar y ganar unos pocos dólares, o bien adquirirlas mediante un fuerte desembolso en dinero legal, obteniendo un pago periódico por el alquiler de la misma. Aunque muy costosa, es una forma avanzada de ir consiguiendo dinero limpio de forma gradual, y es que el negocio inmobiliario siempre ha estado ahí. Pero para llegar a ese punto, tendremos que ir abriendo negocios con los que abrirnos camino en el sindicato del crimen, y para eso necesitamos locales que estén vacíos.

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Existen tres tipos de lugares sobre los que construir: locales, tugurios y solares. En los primeros podemos ubicar distintos negocios de poca monta, como cervecerías, destilerías, pisos francos, almacenes, contrabando, comedores sociales, contables, falsificadores, mayoristas y sindicatos. En los tugurios podemos establecer bares clandestinos, usureros, impuestos de protección, rings de boxeo, casas de empeño, casas de apuestas, farmacias, armerías y pizzerías. Los solares son el tipo más raro de los tres, y sobre ellos se montan los edificios más prestigiosos: hoteles, night clubs, clínicas, casinos, compañías de seguros, abogados y albergues para indigentes. Cada edificios puede recibir hasta dos mejoras, que incrementan su eficiencia y proporcionan beneficios adicionales. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no somos los únicos que quieren hacer dinero en este distrito de Atlantic City, y otras bandas o comerciantes pueden sentirse amenazadas porque nuestros negocios entren en conflicto con los suyos, así como comisarios y políticos.

En los edificios que sean propiedad de otros, solamente podremos llevar a cabo acciones en función de nuestro nivel de relación con ellos: frío, neutral o amistoso. Siempre cabe la posibilidad de iniciar una acción hostil, con la posibilidad de acabar en una fase de combate, o intentar acercar posturas para llegar a un mejor entendimiento. De hacerse esto último, suelen obtener beneficios adicionales, como la posibilidad de usar a un político para blanquear dinero, a un comisario para reducir la presión policial, anexionar un negocio independiente... Sin embargo, esto no va a ser posible siempre, y un tiroteo al más puro estilo años 20 es una solución tan buena como cualquier otra. Por supuesto, el tipo de acción que emprendamos repercutirá en los niveles de aprecio y temor de la ciudadanía. Como nuestro objetivo final es hacernos con el poder absoluto en cada distrito, en ocasiones podremos optar por acciones amistosas, mientras que en ciertas circunstancias no nos quedará más remedio que expulsar a las bandas y comerciantes rivales.

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Aunque con la gestión de estos negocios y la compra de viviendas habremos logrado una fuente de ingresos bastante regular, siempre vamos a necesitar alguna fuente de financiación adicional. Para esto sirven los Trabajos que van apareciendo al azar en Atlantic City. Divididos por categorías, estos encargos nos permiten comprar y vender armas, cerveza o licor a mejor precio, limpiar dinero, hacer o conseguir préstamos y otros beneficios más. Estos trabajos no se realizan sobre el mapa del distrito, y los veremos si entramos en su ventana correspondiente, en la que aparecerán situados sobre un plano de la ciudad. Aunque la mayoría se desarrollan con normalidad, hay trabajos que no salen según lo esperado, y que a la hora de finalizar resultan en un incremento del precio que se había tratado, un retraso en la devolución de un préstamos, o una misión de ajuste de cuentas. Si estamos atentos a estas tareas, podremos conseguir mucho dinero rápidamente, al comprar mercancías muy baratas y vendiéndolas más caras que con los medios habituales.

En cuanto a los combates, se llevan a cabo en escenarios más concretos y suelen tener objetivos claros. Puede ser el robo de un banco, ayudar a escapar de la cárcel, asaltar una comisaría, acabar con una banda rival, ... Podremos llevar hasta 4 integrantes de nuestra banda, mientras que los restantes pueden servir de apoyo externo para revelar donde están los objetivos al iniciar la confrontación. Cada personaje actúa por orden de iniciativa, según el listado que se muestra en la parte superior de la pantalla. Cuando le llegue el turno a uno de nuestros esbirros, podremos realizar acciones con él. Cada uno puede moverse cierta distancia en función de sus puntos de movimiento, y realizar tantas acciones de combate o uso de habilidades en función de sus puntos de acción. Hay que destacar que, atacar o llevar a cabo una habilidad impedirán que podamos seguir con el movimiento, así que lo primero siempre será trasladar a nuestros personajes si no queremos perder esa oportunidad. Una vez hecho, podemos intentar atacar a los oponentes a la vista.

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Cada arma tiene 3 tipos de ataque distintos, que pueden conseguir distintos efectos. Desde dejar al oponente mutilado, o sangrando, hasta hacer que salgan despavoridos. Según el armamento y la puntería de cada personaje, tendremos una probabilidad de acertar al oponente, con la posibilidad de realizar un disparo apuntado a cambio de un gasto mayor de puntos de acción. Evidentemente, si un personaje llega a 0 puntos de salud, caerá. En el caso de nuestros personajes, los que acaben muy dañados pueden resultar heridos durante un largo tiempo, hasta que se recuperen o sean atendidos por un médico. En cuanto al uso de habilidades, cada personaje tiene hasta 3, aunque en los niveles bajos solamente habrá 1 disponible. Sus efectos van desde el uso de explosivos y granadas, hasta la curación de compañeros. Al finalizar un combate, los personajes obtienen experiencia y pueden subir de nivel, comprando nuevas habilidades activas o pasivas, y mejorando sus características para futuros encuentros.

El manejo es bastante simple en cualquiera de las fases, usando el ratón para la mayoría de las acciones y el teclado para desplazarnos rápidamente o acceder a opciones mediante atajos. En este sentido, el juego es bastante robusto, y todo se comporta de la manera esperada. Sin embargo, el primer fallo del título de Kalypso es evidente a los pocos minutos de empezar el juego: Ausencia de demasiada información. Muchas veces no sabremos las tareas están realizando los esbirros,el tiempo que tardarán, la hora del día, los ingresos que tendremos de forma periódica... y, en ocasiones, la que logramos encontrar entre desplegables y emergentes, es confusa o errónea. También se echan en falta listas de los negocios en activo, con ingresos y gastos para ver los que son más rentables, y otros tipos de resúmenes totalmente ausentes. Aunque la apariencia de la interfaz es lo suficientemente buena, su funcionalidad tendría que haberse repasado bastante más, y esto perjudica mucho al juego.

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Porque, aunque lo que hemos contado hasta ahora puede parecer apasionante, la verdad es que Omertà: City of Gangsters acaba por dejarse demasiadas cosas en el tintero. Es triste que un título con tantísimo potencial acabe por limitarse tanto, hasta el punto de convertirse en algo bastante repetitivo. Todos los personajes existentes, salvo el que creamos nosotros mismos, están predefinidos de antemano... y hay una cantidad bastante limitada de ellos: Solamente 16. Demasiadas limitaciones, que conforme avanza el juego nos alejan de la sensación de estar controlando una verdadera banda, e ir adquiriendo poder. Lo mismo para la guarida de nuestra organización, que salvo los aumentos de nivel para desbloquear algunos negocios, carece completamente de utilidad. Podemos decorarla, inútilmente, pues este hecho no tiene efecto alguno en el juego. Tendría sentido si fuera visible en partidas multijugador, pero estas se limitan únicamente a fases cooperativas o competitivas en modo de combate.

Y precisamente, a pesar de ser el más limitado de sus aspectos, el multijugador sí que supone un soplo de aire fresco a la pobre ejecución del resto del título. En este modo, crearemos una banda a partir de unos ingresos iniciales, y la iremos desarrollando en nuestro perfil, mejorando a sus miembros o contratando nuevos. Existen diversos modos de partida, cooperativa o competitiva, que van desde un simple intercambio de disparos hasta un asalto conjunto a un banco, o una huida carcelaria. Se echa en falta, y mucho, un modo en el que competir por los territorios de una ciudad que, dicho sea de paso, podría ser más grande que los minúsculos distritos que se ponen a nuestra disposición durante las partidas libres, o la campaña. Todo lo que podría haberse logrado con una idea como Omertà: City of Gangsters, se queda en poco o nada tras un buen rato de partida, y en ningún momento se tiene una verdadera sensación de continuidad o de estar escalando en el mundo del crimen.

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Los gráficos, aunque decentes, pecan de simples. Muy pocos detalles en escenarios y modelados, así como una cantidad muy limitada de animaciones. Si a esto sumamos la poca variedad de personajes, incluso de enemigos, el resultado acaba por recaer en el mismo tedio que venimos remarcando. Lo mejor, sin duda alguna, la localización llevada a cabo por FX Interactive, increíble como en todo lo que toca. Las voces, completamente en castellano, y el resto de elementos auditivos, dan la cara en un juego que no puede evitar tenernos más ocupados con pensamientos sobre "lo que podía haber sido" que en lo que realmente se ha llevado a cabo. Desde luego, el precio puesto por la distribuidora en nuestro país es bastante más justo que el comercializado en otros países. Hecho que, unido al trabajo realizado por trasladar todos sus elementos al castellano, consiste en una de las pocas excusas para atreverse a adquirir el producto de Kalypso Media.