Persona 4 fue uno de los mejores JRPGs de la pasada generación. Su éxito ha motivado series de animación, libros, cómics y spin-offs. Fenómeno mediático donde los haya, la versión Golden añade un sinfín de elementos que potencian sus posibilidades y pulen las aristas de un videojuego ejemplar. Atlus se propone mejorar lo inmejorable y lo consigue. Bienvenidos a Inaba.
Es imposible entender la grandeza del título que hoy tenemos entre manos sin conocer una pequeña (casi microscópica) parte de la historia de Persona, íntimamente ligada a la de Atlus, o al menos del complejo proceso de desarrollo que ha sufrido hasta ver finalmente la luz en el mercado. Atlus anunció P4G como un “remake definitivo” de la edición que apareció en PlayStation 2 a finales de 2008, principios de 2009 en Europa. Ya en su día, los directivos de la compañía aseguraron que con Persona 4 no se repetiría el procedimiento de Persona 3 FES: ninguna edición superior o alternativa llegaría al catálogo de la decana sobremesa de Sony, ni tampoco a su primera portátil, PlayStation Portable. Al parecer, el hardware de la consola no permitía adaptar con garantías el mastodóntico contenido de esta obra, que para sus creadores es una de las “más completas” que jamás ha aparecido en el género.
Sin embargo, con PSVita el panorama parecía cambiar. La capacidad técnica de la nueva portátil no sólo hacia posible una conversión, sino que daba lugar a “probar nuevas fórmulas” que antes eran “impensables”, en una clara alusión al componente Online que se ha incluido en esta edición. A diferencia de otras compañías, Atlus no se lo piensa dos veces antes de ofrecer toneladas de información para hacer la boca agua de los aficionados. Apenas transcurrieron unas semanas hasta que se dio a conocer la intención del estudio de incluir nuevos personajes y zonas de exploración. Nadie pudo imaginar hasta qué punto se mejoraría el producto original, ni de qué forma encajaría con el formato de juego que propone PSVita, hasta que se mostraron las primeras imágenes. Aquí hay espacio de sobra para incluir toda clase de material adicional para los jugadores que ya hayan invertido un buen número de horas inmersos en el fantástico pueblo rural de Inaba, donde pasamos a sumergirnos sin más dilación.
La introducción de P4G es nueva y en ella se presentan a los protagonistas de la historia. De ella extraemos varias ideas en claro, como la importancia que se le ha otorgado a los nuevos personajes (Marie, una chica que conocemos en el Velvet Room), o que el remozado gráfico se extiende no sólo al motor gráfico, sino también a la interfaz. Se mantiene la misma gama de colores, pero ahora se presenta de forma más dinámica y original. La palabra que más se ajusta al sentimiento que transmite este nuevo arranque es “confianza”: la seguridad que atesora Atlus para transformar sus obras como mejor les apetezca sin miedo al fracaso. Desde el primer menú podemos acceder a una nueva partida, a las opciones de juego o a una pestaña de material extra, que salvo por dos vídeos promocionales se mantiene fiel a la versión japonesa. Esta última opción es una de las más llamativas de P4G a nivel de contenido, ya que nos permite disfrutar de conciertos en vivo realizados por una banda sinfónica en honor a Persona, asistir a sesiones informativas sobre las prácticas del psicoanalista Carl Gustav Jung o realizar una comparación entre los nuevos vídeos de P4G y los de P4 original.
P4G narra la historia de Yu, un chico que abandona su ciudad natal por motivos familiares para poner rumbo a Inaba, un pueblo alejado de la ruidosa actividad de las urbes niponas. Allí se encuentra con Dojima, un inspector de policía de carácter duro y solitario, acompañado por la pequeña Nanako, que se encarga de realizar las tareas domésticas pertinentes ante la cada vez más frecuente ausencia de su padre. Dojima es una pieza importante en e argumento: el inspector investiga la desaparición de una famosa actriz de televisión, a la que pronto le sucederán otras figuras de relativa importancia en Inaba. Por algún motivo desconocido, los asesinatos que está teniendo lugar en el pueblo parecen estar relacionados con el denominado Midnight Channel (o canal de medianoche), un canal de televisión que sólo se activa en días de niebla y en el que se muestra la figura de una de las persona desaparecida que está a punto de perder la vida.
Si hasta el momento hemos descrito muchas de las novedades que ofrece este remake, no cabe la menor duda que una de las más importantes para potenciar la mecánica de juego es la inclusión de una motocicleta, tal y como comentábamos al principio del texto. Si terminar la historia puede llevar más de 80 horas de trabajo, Atlus nos permite subir a la motocicleta cuando hemos superado el primer cuarto de partida, alrededor de las 15/20 horas de juego. La moto no abre realmente nuevas zonas (es posible acceder a algunas por tren en momentos específicos de la aventura), sino que simplemente nos permite acceder a ellas cuando tengamos algo de tiempo libre. Aquí podemos encontrar más actividades que realizar, como una nueva zona de pesca, fundamental para superar muchas misiones secundarias que los habitantes de Inaba nos piden de cuándo en cuándo. La moto además permite desplazarnos a mayor velocidad y desbloquea la opción de salir por la noche sin tener que pedir permiso a Dojima. En P4G las circunstancias sociales varían en función del estado de los crímenes que se cometen: hay un mundo de diferencia entre el Inaba que conocemos al comenzar a jugar y el que nos dice adiós cuando se termina la partida.
Pásame tus cartas
Posibilidades Online
Unos de los motivos que empujó a Atlus a lanzar esta edición de Persona fue la posibilidad de incluir opciones Online en su contenido. La compañía japonesa no cuenta con mucha experiencia en este territorio y, siendo fiel a su estilo de trabajo, parece que no quiere realizar una apuesta en firme en este sentido hasta que no haya dado con la tecla adecuada. Sin embargo, sí que prueba con distintas fórmulas. P4G sigue el sendero que recorrió Catherine hace algún tiempo a través de compartir los datos y resultados que obtenemos durante la aventura. Dentro de las mazmorras es posible pedir ayuda para que un segundo jugador nos eche una mano o nos preste un objeto específico. Lo mismo sucede con las decisiones que tomamos en partida, ya que al final del día se ofrece opción a comprobar qué eligieron otros jugadores y qué obtuvieron gracias a ello. La idea no es jugar con varios jugadores al unísono, sino apoyarse en otros para mejorar el rendimiento que tenemos durante la partida. Es fácil olvidar la existencia de estas opciones cuando llevamos algún tiempo de partida; quizá es por esto que su uso no resulta tan destacado como otras novedades.
9.5
Excelente
Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.