"El judío Ken Levine está realizando un simulador de asesinatos de personas blancas" . Esto es lo que el creativo de Irrational Games vió posteado en una web supremacista, Stormfront, sobre Bioshock Infinite . El juego, que usa iconos y elementos del colonialismo americano, ya le granjeó a Levine críticas incluso de parientes republicanos que pensaban que Infinite era un ataque en forma de videojuego hacia el mediático Tea Party , movimiento político estadounidense antielitista de derecha centrado en una política conservadora, y definido por el originalismo, es decir, la vuelta a los orígenes filosófico-constitucionales de los Estados Unidos. El primer Bioshock, que al igual que Infinite muestra una guerra civil entre distintas clases dentro de la sumergida Rapture , "le pasó lo mismo, siendo los Objetivistas los que se enfadaron ", aduce el creativo, "y la gente más a la izquierda pensando que el juego era una carta de amor al Objetivismo ". Ken Levine considera esta clase de juegos como "un test de Rorschach para la gente. Un Rorschach normalmente negativo. Algo que les enfada much o". Aunque "estos juegos, si van de algo es de que no tratan de encuadrarse en un sólo punto de vista. [...] No sin ni siquiera un ataque o una sola idea ".