Call of Duty: Black Ops II
- PlataformaPC7WiiU8.53608.5PS38.5
- GéneroAcción
- DesarrolladorTreyarch
- Lanzamiento13/11/2012
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorActivision
Call of Duty: Black Ops II, Versión PC
Aunque las cualidades de Black Ops II son numerosas y será un título que millones disfrutarán este año, la versión en PC llega con una alarmante falta de extras y poca voluntad de aprovechar el hardware de muchos usuarios de compatible.
Instalar un nuevo Call of Duty genera las mismas sensaciones que ir a ver una nueva adaptación cinematográfica de nuestro libro favorito. Sabemos por la gente que está detrás de la producción, Activision y Treyarch, que no estaremos ante una adaptación perpetrada “a lo Uwe Boll”, pero ya no esperamos que nada nos sorprenda. Los actores y los escenarios son los de siempre y simplemente nos limitamos a ver qué tal lo han hecho esta vez.
El número de veces que podemos ir a ver adaptación tras adaptación aún está por descubrir, vistas las “taquillas” que está haciendo la nueva entrega; 500 millones de dólares en las primeras 24 horas. Pero dejemos a un lado cualquier intento de analizar la fórmula del éxito de la franquicia y los límites en los que los jugadores muestren fatiga a la hora de comprar año tras año prácticamente lo mismo. Tampoco vamos a centrarnos en el análisis del propio juego, algo que ya hemos hecho extensamente tanto por escrito como en videoanálisis, centrados en la versión en consola. Vamos a centrarnos de forma exclusiva en la versión de este CoD: Black Ops 2 que Activision ofrece para PC.
Hay una circunstancia tan obvia como inevitable a la hora de ubicar este lanzamiento en una plataforma como el PC y es el cada vez mayor abismo tecnológico que existe entre esta plataforma y la actual generación de consolas, cuyo hardware va ya para ocho años. Ese matiz, el de la tecnología y sus posibilidades, es el que marca la necesidad de una valoración independiente para PC de este superventas. Desde la perspectiva de las consolas, el trabajo de Treyarch en el aspecto técnico es incluso loable, dado que están exprimiendo al máximo una tecnología agotada sobre la que hay que saber trabajar de forma muy inteligente para disimular las carencia. Pero nos venimos a los compatibles y ahí es donde aparece el quid de la cuestión. ¿Ha dedicado el tándem Activision/Treyarch semejante esfuerzo en la versión de PC? Podríamos ir un poco más lejos… ¿Han dedicado el más mínimo esfuerzo a esta versión? La respuesta es no.
Las cifras que mueven las consolas han convertido al PC la plataforma que va a su cola. Esta situación nos llena las estanterías de “ports”, sencillas conversiones a PC de productos diseñados y dirigidos a consola, muchos de ellos tan vagos que bien podrían habérselos ahorrado. Pero en esta ocasión estamos hablando de Call of Duty, una franquicia que ha pasado holgadamente los 100 millones de copias vendidas y que ahora mismo mantiene más de 40 millones de jugadores en la Red. Sobre estas circunstancias cabe preguntarse si los compradores de PC merecen una mejor atención y si Activision está en condiciones de darla, a lo que la respuesta es definitivamente sí. Otra cosa es si la desarrolladora necesita hacerlo; y ahí la respuesta es no, y lo constatamos con sus cifras de ventas y su traducción a millones de dólares de beneficio, que es de lo que trata todo esto. Esa es una realidad indiscutible, pero hay que ser muy osado para posicionarse así y nadar contra corriente arriesgándose a que lo más ligero que te contesten es que “tantos millones de jugadores no pueden estar equivocados”. No obstante, las carencias de esta versión son tan evidentes que cuesta tragar saliva al ver cómo se la sigue valorando con los mismos criterios con los que se hacía hace ocho años.
De estas carencias, la más evidente está en el apartado gráfico; no porque sea malo, sino porque es el de un juego de hace ocho años. No hace falta darle muchas más vueltas. Efectivamente las consolas han alcanzado su cénit y todo el mundo es condescendiente con la falta de avances a la espera de la consabida “next gen”. Mientras, en PC, nos encontramos jugando secuencias con una carga poligonal bajísima, unos texturados impropios hasta para un juego de segunda y la carencia absoluta de los numerosos efectos físicos o visuales que durante la última década vienen acercando al videojuego a una experiencia cada vez más fiel a la realidad. Podemos ser también condescendientes al ver el modelado de los personajes, con ese pelo de paja, o cómo Treyarch se ha atrevido a hacer caballos… pero decepciona ver cómo continuamente estamos disparando exactamente al mismo modelado de enemigo, cómo el escenario, carente absolutamente de cualquier efecto tanto visual como físico que lo haga creíble, salvo los trucos de la vieja escuela de siempre, estalla sin volumen dejando toscas nubes de humo en 2D… y mientras el “framerate” de nuestro PC se dispara a los 200 FPS, absolutamente sobrado.
Existen soluciones que podrían mitigar, y mucho, esta decepción gráfica. En un proyecto de esta envergadura se podría haber dotado a la versión de PC de un “pack” de texturas en alta resolución y un nuevo modelado, con más polígonos, para personajes y vehículos. No hablamos del modelado del escenario, ni de la aplicación de herramientas como los “shader” que doten de algo de realismo a luces y partículas. Sólo un simple pack de texturas mejorarían enormemente la sensación en juego. Pero no. Adaptación más sencilla incluso sería la de ajustar la superficie de impacto en los enemigos, enorme, optimizada para el apuntado con pad y que convierte en excesivamente sencillo hacer blanco con un ratón, haciendo aún más simple una campaña muy poco exigente ya de por sí. Visto esto, ni nos plantearíamos pedir una mejora en la Inteligencia Artificial de enemigos y aliados, que lejos de estar a la altura de un título de esta proyección, es francamente mala.
Esta falta de atención a la IA mantiene la degeneración de este título hacia una carrera con mayor o menor dedicación al tiro al blanco en la que el único aliciente es ver el siguiente “script” o qué tipo de acción podremos llevar a cabo; desde controlar a un microbot, disparar un RPG a lomos de un caballo o planear cual ardilla voladora. Pero, insistimos, se pierde el sentido de reto al jugador que ha de representar un juego de estas características. La carencia de IA se suma a la detección de sucesos sobre un escenario “pasillero” y supeditado completamente a activar el siguiente “script”, y al “respawning” continuo de los enemigos y aliados en los mismos sitios, sin opción alguna de acción que no sea la que nos han preparado. Todo ello reafirma la idea de que CoD se va apartando cada vez más de ser un juego, para convertirse en un espectáculo visual con una participación menor del jugador. Sobre esa mecánica, en el nivel de dificultad más bajo es perfectamente posible superar las misiones sin dar un solo tiro, corriendo adelante y ocultándose de vez en cuando para “regenerar” la salud. Si aumentamos la dificultad la única diferencia radicará en el daño que nos hacen los disparos y, por tanto, en el tiempo que deberemos permanecer ocultos para recuperarnos.
Un ejemplo claro de cómo se sacrifica la jugabilidad por el puro espectáculo es aquella misión donde nuestro protagonista pilota un caza de combate entre los rascacielos de una ciudad. Se trata de una experiencia de juego decepcionante, con el control del aparato farragoso e ineficaz, con nuestro caza rebotando de rascacielos en rascacielos como si fuera de goma, pero es que “mola” tanto que podamos pilotar también un caza… Este sacrificio del juego a cambio de espectáculo resulta especialmente sangrante en el PC ya que, como hemos dicho, tampoco se obtiene espectáculo alguno a la altura de lo exigible.
Hasta este momento la recomendación del Black Ops II para usuarios de PC es francamente discutible, pero es porque aún no hemos entrado en la que, para la mayoría de los jugadores, es la razón de la existencia de toda esta saga; el multijugador. En este ámbito el punto de vista cambia, dado que no es lo mismo valorar un producto que consumiremos en las seis horas que dura su campaña, a otro que nos va a ofrecer decenas de horas de diversión en la Red. El multijugador de CoD se mantiene como el más rápido e intenso, dejando muy atrás a cualquier otro competidor reciente, como Medal of Honor o Borderlands, y que en PC cuenta con la fuerte rivalidad que representa Battlefield, aunque con una mecánica muy diferente.
Si hasta el momento venimos jugando en la Red con CoD, la compra de Black Ops II resulta obligada, tanto por el aporte de mapas, armas y modos de juego, como por la lógica migración del resto de jugadores hacia ellos. El salto en posibilidades que ofrecen los “drones” y armamento de 2025, podría ser suficiente para la mayoría de sus seguidores. Pero a eso hay que sumar que los nuevos mapas suponen un notable avance respecto a anteriores entregas, representando escenarios equilibrados y muy “inteligentes” a los que se ha tratado con la importancia debida. En este aspecto Activision es más que consciente de que la fuerza de su franquicia cada vez depende más de la comunidad online. No por ello los usuarios de PC dejaremos de reclamar ese salto técnico y visual, quizá menos importante en el multijugador, con la mente yéndose cada dos por tres hacia Battlefield 3 con sus 64 jugadores y las maravillas del Frostbite 2.0 de DICE.
Por último, un pequeño añadido que se probó con éxito en el anterior Black Ops y que llegó para quedarse; la campaña zombie. Esta especie de “spin off” de la saga cobra importancia en esta entrega, ofreciendo nuevos modos de juego realmente entretenidos, sobre todo compartiendo partida con otros jugadores. Este añadido suma interés a una oferta cada vez más agotada y compensa de algún modo la carencia total de cualquier otra innovación. Eso sí, si hemos criticado duramente la calidad técnica de la campaña de Black Ops II, ni vamos a entrar a valorar la de este modo, ya que es notoriamente peor.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.