Lucius

Hay un país, ahí arriba en el norte, donde la mayoría del año, a las tres de la tarde ya es de noche. Finlandia no sólo tiene un nivel de vida altísimo si no un clima de lo más duro que obliga a pasarte la mayor parte de tu tiempo encerrado junto a una buena calefacción y la suficiente luz que te haga olvidar esa sempiterna oscuridad. Porque vamos a ser sinceros, una idea como la de Lucius (PC) tiene que salir de un entorno como el que hemos descrito: oscuridad, frio, atmosferas cerradas. O quizás sea una coincidencia, pero el estudio Shiver Games, afincado en Helsinki nos sorprende con una idea original en concepto, pero que por algún motivo u otro, nunca llega a ser todo lo refrescante que debería.

La ventaja de muchas de las aventuras en la actualidad es que pueden experimentar con ideas nuevas en cuanto a la narrativa y se permiten algo que pocos triples A pueden hacer: apostar por ideas originales aunque tengan como destino un segmente de público no muy elevado. Lucius es una buena muestra de ello. Su temática sin embargo, puede ser más o menos del agrado de la gente. Ponernos en la piel del anticristo, un niño de seis años cuya única finalidad es acabar con una serie de personas que pasan por la lujosa mansión donde vive, sin otro motivo que conseguir más poder infernal y mandar almas al propio Lucifer, puede ser demasiado para quién quiera pasar tan sólo un rato agradable jugando. Más adelante en el juego, iremos descubriendo la autentica razón de porque Lucius actúa así.

La historia nos lleva al año 1966 para ponernos en situación y darnos a entender que el nacimiento de Lucius fue de todo menos algo normal. Pero no es hasta el día de su sexto cumpleaños cuando todo se desata. Tan pronto como todos los invitados desaparecen de la fiesta, y Lucius debe irse a la cama decide que va a empezar a liarla. La victima será la criada y la mejor manera de acabar con ella es congelándola. En realidad, es el tutorial que nos pondrá en situación de cómo utilizar a Lucius y sus poderes para ir haciendo el mal de una manera un tanto salvaje en muchos casos. Lucius bebe de la inquietante y brillantísima trilogía cinematográfica “La Profecía” (la cuarta que fue un tv movie no cuenta) en mucho de su argumento y sus similitudes son más que notables, pero la posibilidad de adaptarlo a un juego no deja de ser tremendamente original.

La gracia de Lucius está en tratar de que todos tus crímenes parezcan accidentes. A partir de nuestro primer crimen cada capitulo será un nuevo “accidente”. El problema que tiene Lucius, es que pasa de su concepto inicial de “aventura en tercera persona” a simplemente una aventura de cómo resolver situaciones. Eso es manifiesto por la falta de una autentica historia que nos narre los hechos de una manera lo suficientemente atractiva como para tenernos literalmente enganchados. Lucius se dedica a provocar accidentes, uno detrás del otro, con un pequeño hilo narrativo mediante cut scenes bastante obvio y predecible y se deja en el tintero lo que podía ser una historia realmente interesante. Alguien diría que es un juego lineal, aunque “lineal” no tiene por que estar reñido con una buena historia.

Nuestras tareas nocturnas nos llevarán a un semi- stealth mode, para no ser descubiertos deambulando por la casa. Hay algunos errores incomprensibles de diseño, como aunque te escondas en la oscuridad más absoluta pueden verte incluso desde la otra punta del pasillo o del jardín. El juego parece preferir que te muevas más por las espaldas de los personajes o que busques refugio en armarios, antes de que apagues luces y te escondas en un rincón donde no puedes ver ni tu propia mano. Pero a pesar de todo la idea es interesante, cambiando un poco la dinámica de aventura simple y dándole un poco de ritmo. Moverse por la casa a oscuras, escondiéndote en armarios mientras oyes puertas abrir y cerrarse, y pisadas por el exterior logran ponerte en situación recreando una excelente atmósfera. ¿Podría estar mejor implementada? Seguro, pero también hemos visto cosas muchísimo peores.

Contamos con una libreta que nos irá indicando las ultimas conversaciones (aunque Lucius no abre la boca) de los personajes que se mueven alrededor del pequeño. La misma libreta nos trata de dar pistas sobre como actuar en nuestra misión, pero en determinadas ocasiones es excesivamente explicito en lo que debemos hacer mientras en cambio, en otras ocasiones no sabes como continuar, sobre todo al inicio de los capítulos cuando no tienes ni idea de que manera la cabecita de Lucius planea su próximo crimen. Es interesante ir recopilando ideas, principalmente de parte de los personajes, cuando un simple detalle de su conversación te puede dar la idea de cómo actuar, y no siempre viene apuntado en el libro.

Cada par de misiones completadas se nos aparece el propio Lucifer que encantado con lo que hacemos, consistente en ir mandándole almas, nos premia con ciertos poderes que facilitarán nuestra faena. Uno de los primeros es la telequinesis, ideal para mover objetos, romperlos, encender radios o teles y que tendrá un uso enorme en nuestras maquiavélicas intenciones. También contamos con por ejemplo técnicas de control mental, ayudándonos a que los pobres infelices dependan absolutamente de nuestra voluntad mientras nos duren las fuerzas (una barra de energía que disminuye rápidamente mientras utilizamos los poderes, aunque se recarga casi inmediatamente.

Hubiera sido tremendamente interesante si hubiéramos dispuesto de más libertad a la hora de cumplir nuestros objetivos, sea de diferentes modos o diferentes personajes a nuestra elección, pero el juego es bastante estrecho en ese sentido. Lucius también puede dedicarse a hacer ciertas tareas más “terrenales” como que le pidan llevar cajas de un lugar  a otro o que recoja la ropa sucia y la coloque en la cesta correspondiente junto a la lavadora. Dichas tareas que sin duda podían haber sido un poco más excitantes reportarán premios al cumplirlas. Uno de estos premios es un bonito detalle a “El Resplandor”, porque a Lucius le regalan un triciclo idéntico al de la película para pasear con él por los largos pasillos de la mansión.

La mansión Wagner esta mucho mejor representada gráficamente de lo que uno piensa  en un primer momento. Una mansión enorme con multitud de habitaciones, con ese aire de decadencia cuando algo tan grande es difícil  de atender. No olvidemos que el juego está ambientado en los 70, acentuando aún más esa sensación decadente. Como los diferentes capítulos nunca son seguidos en el tiempo y hay una diferencia de meses del uno al otro, las estaciones se reflejan acorde en la casa, sea verano, otoño, o la misma navidad con un jardín helado por las nevadas. Desde la altura del niño todo aún parece mayor, pero Shiver Games han hecho un gran esfuerzo técnicamente en conseguir ambientar todo esa casa en función de un juego de terror. No te esperas sobresaltos porque el malo aquí eres tú, pero es impensable imaginar al hijo del diablo en otro lugar que no sea una mansión así. Hay multitud de detalles en las habitaciones o en el garaje mismo como para apreciar que los chicos finlandeses han hecho su trabajo con extrema dedicación.

Otra cosa son las animaciones. Mientras un Lucius, pálido con ojeras, sin mover un solo musculo de su cara, está estupendamente recreado, los demás personajes flojean un poco más. Pero el punto realmente débil aquí son ciertas animaciones de los personajes que tienden a robotizarse en ciertos momentos. También nos gustaría anotar que en este juego la mayoría de los crímenes no son simples envenenamientos y el gore está presente en la totalidad de ellos. Tienen su punto de inquietante. Además se ha conseguido un buen trabajo con los efectos especiales, y los relojes de pared, el chirriar de maderas o el crepitar del fuego en una chimenea ayudan a crear una atmósfera tenebrosa. Hay un excelente trabajo de localización al español, tanto en textos como en voces. Nos gustaría señalar que hemos tenido la oportunidad de probar la versión en ingles original y la española, ganando esta última por goleada. Los dobladores en nuestro idioma estan unos cuantos escalones por encima de los originales. Además una más que decente banda sonora con momentos álgidos especialmente elegidos para incrementar la tensión y que te ponen como si fueras el protagonista de una película de terror; pero a diferencia de estas, como comentábamos anteriormente, al ser tu la mente criminal pierdes esa misma tensión al preguntarte “¿qué habrá detrás de esa puerta?”. Sencillo, detrás de esa puerta estás tú.