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NHL 13

NHL 13

  • PlataformaPS38.53608.5
  • GéneroDeportes
  • DesarrolladorEA Canada
  • Lanzamiento30/09/2012

NHL 2013

Cuando todo apunta a que la liga de hockey profesional se quedará en el limbo por segunda vez en menos de diez años, EA Sports lanza al mercado la edición más completa de NHL, con nuevos modos de juego, novedades en la física de los jugadores y todo lo necesario para que los aficionados puedan disfrutar de su particular temporada virtual sobre el hielo.

Han pasado años desde la última vez que el público americano se quedase sin su ración anual de hockey sobre hielo. En los últimos meses se ha especulado con la posibilidad de que se produzca un ‘lockout’ en la liga nacional –que aúna a Estados Unidos y Canadá-, por motivos eminentemente económicos, con lo que se repetiría la situación vivida a mediados de la pasada década. La situación es parecida a la que se vivía recientemente con la NBA, en el enésimo enfrentamiento que se produce entre autoridades y jugadores. Unos sólo ven el dinero, otros piden más atención mediática; algunos una mejora en ciertas reglas. La NHL, a diferencia de otras ligas, se ha caracterizado por mantener una actitud férrea cuando se han dado casos simulares en el pasado. Básicamente, si los jugadores no pasan por el aro y aceptan las condiciones propuestas no habrá Stanley Cup, con todo lo que ello conlleva.

Con este panorama las esperanzas se centran en la experiencia virtual por excelencia dentro del catálogo moderno de hockey sobre hielo. 2K renegaba de su simulador para centrarse en NBA 2K hace ya unos cuantos años. Compañías que otrora se conformaban con una propuesta arcade (modelo que tradicionalmente ha funcionado bien para sacar provecho de este deporte en consolas) han acabado desistiendo ante el arrasador éxito de EA Canada. Los canadienses se han encargado de mejorar año tras año la licencia tras un cambio radical en el equipo de producción. Atrás quedan los pobres resultados de NHL 2001 o 2003, los problemas derivados de adaptar el hockey moderno al mundo digital. Desde 2008 NHL ha anotando nuevos tantos a su marcador particular, primero ofreciendo la mejor experiencia de hockey sobre hielo virtual gracias a un motor gráfico envidiable, luego añadiendo más modos de juego de los que cabe recordar en un simulador deportivo, para terminar por centrar la atención en el single-player mejorando la IA del rival durante los partidos (todo lo contrario a lo que sucede con otras franquicias en las que se sigue apostando en firme por el multijugador).

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Haya o no liga este año finalmente, EA Canada ha decidido lanzar al mercado una revisión de lo que parece ser su piedra angular (la edición de 2010, hoy considerada con 2012 como la mejor de todas). NHL 2013 representa una nueva vuelta de tuerca a la ingente cantidad de modos de juego que la franquicia ofrece, con dos novedades en las que se profundizará a lo largo y ancho de este análisis, un nuevo motor físico bajo el que se rige el comportamiento de los jugadores sobre el hielo y defectos que hacen acto de presencia para empañar una de las experiencias deportivas más interesantes que se pueden adquirir hoy por hoy en el mercado.

Vaya por delante que, una temporada más, EA Games ha decidido mantener su filosofía de no lanzar determinados simuladores en países europeos que no cuentan con una tradición del mismo en sus haberes. Hace poco hubo ocasión de analizar Madden en un primer contacto con los títulos deportivos que hacen furor en Estados Unidos pero que aquí ni tan siquiera asoman la cabeza. Ahora le toca el turno a NHL (los lanzamientos de EA se espacian en el tiempo para acaparar las listas de ventas del país yankee), que tampoco verá la luz este año en España ni cuenta con visos de hacerlo en las próximas temporadas. La franquicia de EA Canada es la más galardonada de cuantas se pueden hallar en la presente generación de consolas; las pasadas entregas han obtenido medias en Metacritic que superan el 90%, lo que ha servido para que NHL se considere el simulador deportivo a seguir. Adquirir el juego en nuestras tierras en sinónimo de importación, aunque para poder disfrutar de su contenido es recomendable tener un concepto (siquiera abstracto) de qué representa actualmente el hockey sobre hielo.

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De cómo se juega y de cómo se afronta la filosofía de ataque posicional que impera sobre las individualidades del pasado, o de lo contrario la exigente curva de aprendizaje y la precisión de los rivales a la hora de realizar pases o jugadas trenzadas llevará al jugador inexperto a un abismo de frustración sin parangón. Puede que también de los que llevan años sumergidos en las aguas de NHL, ya que esta edición se caracteriza por una incomprensible insistencia en buscar un realismo que hasta el momento no se echaba en falta gracias al componente arcade del que hacía gala la franquicia. Precisamente una de las novedades que se introducen este año, la denominada True Performance Skating System, es la que se encarga junto a la mejora en la IA de los rivales de cambiar las sensaciones que ofrecía hasta el momento EA Canada a cada nueva entrega que aparecía en el mercado.


Patinaje auténtico. 100% real
EA Canada ha llevado el plano gráfico de NHL hasta cotas inimaginables hace unos cuantos años. Esta grandilocuencia visual, de la que hablaremos más tarde, tiene su eco en el comportamiento de los jugadores sobre el hielo. Lógicamente, también del puck, cuya velocidad y comportamiento es un punto fundamental para comprender la esencia de este deporte. Por más que sus propios creadores insistan en lo contrario es difícil mejorar un producto redondo, pulido en todas sus aristas. NHL 12 brillaba en este aspecto sin cambiar considerablemente las sensaciones que trajo consigo NHL 11. Tres años más tarde, la impresión que transmiten ambos juegos es igual de fresca y reconfortante. Para llevar la franquicia a un nuevo nivel de calidad, EA Sports propone un cambio revolucionario (como lo serían todos a juzgar por las campañas promocionales) que altera el motor físico bajo el cual se rigen los movimientos y animaciones de los jugadores.

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El sistema True Performance Skating System busca ofrecer las sensaciones ‘reales’ que se experimentan al patinar sobre hielo, eliminando cualquier referencia arcade (lo que solemos entender por facilidad de movimientos). La inclusión de este sistema implica varios cambios, entre los que destaca los cambios de ritmos al acelerar o frenar, la posibilidad de cambiar la orientación del puck dando la media vuelta con el jugador (protegiendo e disco) o regates más intuitivos en función de nuestra velocidad y colocación con respecto a la del rival. EA Canada centra toda la atención del jugador en esta faceta al dar la bienvenida a NHL 13. En su eslogan promocional se habla de una ‘revolución total’, calificativo que no se aleja de la realidad pese a que no termina de describir las sensaciones del TPSS. Patinar es ahora más complicado y a la vez más divertido: cada jugador se comporta de un modo distinto sobre el hielo en función de sus atributos personales. Esto es positivo si buscamos una sobredosis de realismo sobre la pista, pero choca con la filosofía que se había aplicado en la franquicia hasta hoy.

La sensación de mayor realismo viene impuesta por más valores que por la inclusión del TPSS, dado que este cambio en el motor físico afecta también al comportamiento de los goalies o porteros que defienden su red. EA Canada ofreció a los jugadores la posibilidad de controlarlo manualmente cuando se produce un breakaway (escapada que deja al jugador solo frente al portero) o incluso de tomar su rol a lo largo de una temporada en el modo individual. Ahora se ha trabajado su aptitud ante ataques rivales y su manera de entender el juego. Esto se traduce en paradas más realistas (término siempre subjetivo) que convierten la retransmisión del partido en una repetición de cualquier gran cita que aparezca en televisión. Resulta curioso comprobar cómo nuestro portero es capaz de lo mejor y de lo peor en cuestión de minutos, dado que lo mismo se realiza una parada espectacular (es decir, altamente improbable en el mundo real) que se cuela el puck entre las piernas en un disparo lejano.

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Lo cierto es que se valora positivamente el uso del libre albedrío durante los partidos. Esto es algo que se ve semana tras semana en todas las disciplinas deportivas del mundo: por muy bueno que sea un jugador u organizado que esté un equipo, siempre existe un pequeño margen de error que hace saltar las previsiones y expectativas. La gran asignatura pendiente de EA Canada con respecto a NHL ha sido siempre esta. El rival pocas veces se equivoca (a mayor grado de dificultad, menor cómputo de errores), rara vez comete una falta o fuera de juego; pocas veces erra al efectuar un pase y siempre parece contar con un concepto más definido del partido que el nuestro. NHL 13 trata de buscar una solución a este problema sin dejarlo atrás definitivamente, ya que de nuevo sigue haciendo acto de presencia el clásico magnetismo entre el puck y el stick rival, a veces con movimientos imposibles y reflejos que simplemente se reservan para situaciones milagrosas que actualmente brillan por su ausencia en la National Hockey League. 

Lo aquí expuesto entra en conflicto con las promesas de EA Canada respecto a la mejora en la IA rival. Una de las querencias del equipo de desarrollo para esta edición era fomentar el juego en solitario, dejando el protagonismo del online para el GM Connected. Dominar el TPSS ya es una experiencia de por sí exigente, pero lidiar con rivales que rara vez se equivocan roza por momentos lo frustrante. Muchos jugadores encontrarán aquí un motivo para volver la mirada hacia NHL 12, que había encontrado un balance casi perfecto en este aspecto. Otros, por el contrario, valorarán positivamente el reto que supone vencer a la CPU sea cual sea el nivel de dificultad que se escoja.

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Vivir del pasado sin olvidar el futuro
Era imprescindible comentar estas novedades antes de analizar lo que traen consigo las dos modalidades que se suman a la oferta de NHL 12: NHL Moments Live y GM Connected. Con la primera se hace una especie de retrospectiva, ofreciendo a los jugadores la posibilidad de disfrutar de los acontecimientos históricos que ha dejado para la posteridad este deporte a lo largo de su existencia. Existen otras franquicias que han mostrado grandes resultados con propuestas similares, pero desgraciadamente no es el caso. Esto se debe principalmente a la discutible decisión de situar a un jugador clásico (Wayne Gretzky) en un momento señalado de mediados de los noventa rodeado de los compañeros de equipo que actualmente se baten por el puck sobre el hielo. Gretzky, al igual que sucede con Jordan en NBA 2k, fue resultado de un grupo de jugadores que hizo historia. Quizá el segundo más que el primero, dado que no es menester entrar en debates ajenos a este análisis. Se mire como se mire, la ausencia del plantel original de jugadores se lleva de un plumazo gran parte del atractivo de este modo, que además realza los momentos de frustración comentados con anterioridad ante la efectividad de la CPU.

La cantidad de situaciones de leyenda se ampliará mediante contenido descargable pero, incluso así, la oferta es demasiado escasa y los inconvenientes más numerosos de lo que debería para aplaudir la inclusión de esta modalidad. No sucede lo mismo con GM Connected, una suerte de ampliación del modo Be a GM, que ofrece al jugador el control total de un equipo, desde sus finanzas hasta el personal que se ha de encargar de las jóvenes promesas o del precio de las entradas. EA Sports ha asegurado este año ser consciente de la importancia de esta modalidad para los aficionados, y por ello se decide a ampliar el concepto tradicional permitiendo a cientos de jugadores ocupar un puesto en nuestro equipo virtual, bien sea como jugador o como parte del cuerpo técnico. Qué duda cabe que la idea es simplemente magnífica y que su ejecución, cuando funciona, demuestra que EA Canada sabe bien sobre qué terreno camina. La gran incógnita que queda por despejar es cómo aceptará el público esta modalidad, dado que para exprimirla a fondo es necesario que un gran número de jugadores se una a la causa.

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Engrasando la máquina
Más allá de las novedades, NHL 13 ofrece el contenido que se atribuye por defecto a la serie, con un compendio excelso de modos de juego, plantillas actualizadas y nuevas animaciones que perfeccionan el aspecto visual. A nivel gráfico esta entrega es la más completa de todas, con innumerables detalles para recrear el comportamiento de los patinadores sobre el hielo o el apoyo de la grada al equipo local. Hay anécdotas sorprendentes, como escuchar una sonora pitada del público hacia un jugador que ha lesionado a la estrella local, coros en función de la canción que se escuche en el estadio… La grada ayuda a construir lo que los norteamericanos describen como el ‘momentum’, ese punto del partido en el que el equipo más fuerte embiste y pelea con ahínco. El grado de realismo lleva a cierto estado de nerviosismo al defender un 0-1 en el último cuarto o al decidir entre sentar o no al portero en los últimos instantes, abriendo una ventana hacia una fulminante contra rival. La prolongación se extiende hacia una tanda de penaltis que amplifica este nerviosismo del que hablamos, viva prueba de que EA Canada sigue ofreciendo un producto que ahonda en las sensaciones que transmite el auténtico hockey sobre hielo.

Otro de los cambios respecto a la edición pasada se hace eco de la valoración por jugadores, que deja algunas joyas por el camino y no soluciona uno de los males endémicos con los que carga la franquicia desde hace algún tiempo. Esto nos lleva a ver cómo jugadores que hace tiempo que no rinden sobre la pista (Ryan Getzlav, por ejemplo) siguen contando aquí con valoraciones muy por encima de lo que muestra la realidad. El trading o sistema de fichajes, uno de los puntos que se ha revisado en esta entrega, sigue mostrándose débil ante trucos que nos permiten intercambiar a varios rookies de poco calado en la pista por un estrella que define por sí sola los partidos. Más de lo mismo con la valoración por puntos. Son valores que no terminan de funcionar año tras año, aunque no empañan la experiencia de juego propiamente dicha.
Antes de cerrar el análisis de la presente edición de NHL es imprescindible destacar los comentarios de Gary Thorne y Bill Clement, habituales en las retransmisiones de la NBC (el canal que actualmente posee los derechos de emisión), que pese a las críticas de algunos usuarios siguen estando muy por encima de cualquier doblaje al castellano que podamos encontrar en nuestro país. Esto no quita que muchas veces se repitan los comentarios o que sea recomendable actualizar las pistas de audio para dinamizar el aspecto sonoro del juego, cuya banda sonora está plagada de reconocidos temas de rock y metal. El tema oficial lo canta el grupo sueco The Hives, en un remix bastante entretenido que pone en alza el garaje rock.

8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.