Wild Blood

La información llega con cuentagotas pero poco a poco vamos descubriendo Wild Blood, un nuevo hack'n'slash para dispositivos iOS y Android que pretende recoger lo mejor –dentro de lo posible– de los títulos más potentes del género en sobremesa; uno de los referentes más claros es la franquicia God of War, de la que Gameloft ha tomado como principal inspiración para llevar a nuestros terminales táctiles toda la brutalidad y espectacularidad típicos del género. Para ello se han servido del popular motor gráfico Unreal Engine que ya ha demostrado en otras ocasiones su potencial en estas plataformas –como en el caso de los excelentes Horn o Infinity Blade II– y que se muestra realmente sólido, con unos entornos y unos personajes brillantes. Veamos más de cerca en nuestro avance un título realmente prometedor que pretende llevar nuestros dispositivos iOS y Android al límite.

A diferencia de la popular saga de Sony, en Wild Blood se ha cambiado la temática de la mitología griega por las leyendas del Rey Arturo. Así, en el título de Gameloft tomaremos el rol de Lancelot, uno de los Caballeros de la Mesa Redonda. Por lo que parece, el argumento de esta historia fantástica se centra en la airada reacción del Rey Arturo al descubrir la relación que mantiene Lancelot con la Reina Ginebra, lo que le lleva a pedir consejo a la hechicera Morgana; víctima de sus celos, insta a la bruja a abrir un portal entre el mundo de los vivos y el infierno en Albion, la antigua Bretaña.

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Así, una gran cantidad de monstruos, demonios, dragones y otras terribles criaturas llegan del inframundo y es nuestra misión acabar con todos ellos mientras tratamos de redimir al Rey Arturo de su ataque de locura. El diseño artístico de Wild Blood nos recuerda irremediablemente a la franquicia Inifinity Blade, ya sea por el nivel de detalle de las armaduras y armas de los personajes, como de la calidad de unos gráficos sorprendentes. Los diferentes monstruos y demonios irán cubiertos por impresionantes armaduras; Lancelot, por su parte, se asemejará más a un Marcus Fenix de la Edad Media, gracias a su constitución física y la brutalidad que demuestra ataque tras ataque. Parece ser que Gameloft permanece fiel a su estilo de tomar prestadas ideas de otras obras para intentar dar con una mezcla explosiva.

Al principio sólo empezaremos con una espada, pero a medida que avancemos en la aventura, conseguiremos nuevas armas –un par de hachas de guerra, un arco de flechas o poderes mágicos de fuego y hielo–, técnicas y habilidades; parece ser que podremos evolucionar a nuestro protagonista mediante tímidos rasgos RPG. Asimismo, podremos mejorar las armas durante los checkpoints gracias al dinero que consigamos jugando, aunque también podremos recurrir a los micro-pagos para potenciar a nuestro protagonista al máximo. A nivel de jugabilidad tendremos una buena cantidad de movimientos a nuestra disposición, como evadir ataques rodando por el suelo o ejecutar golpes mucho más mortíferos presionado el botón de ataque durante unos instantes. Sin embargo, no podremos bloquear golpes o saltar; veremos como los desarrolladores consiguen adaptar una jugabilidad típica hack'n'slash sin dos movimientos típicos del género.

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Durante el primer nivel podremos liberar a inocentes capturados por los demonios, rompiendo sus celdas con nuestros golpes mientras nos deshacemos de varios enemigos al mismo tiempo. La propuesta de juego de Wild Blood parece rápida y frenética, aunque también habrá lugar para pequeños rompecabezas con el fin de abrir cofres; en la versión final del juego podremos comprobar si hay lugar para puzles más variados y complejos o, por el contrario, se centra exclusivamente en la acción más directa. Wild Blood llegará a la AppStore y Google Play en apenas unos meses con un precio que no debería superar los 7 euros. Lo visto hasta el momento es muy prometedor; podemos estar ante el hack'n'slash táctil definitivo, con un apartado técnico realmente vistoso y una jugabilidad que, a pesar de presentar algunas licencias, promete horas y horas de acción y diversión.