Gaming Club
Regístrate
españaESPAÑAméxicoMÉXICOusaUSA
Tales of Graces f

Tales of Graces f

Tales of Graces F

Los Tales of siguen sin llegarnos en castellano ni con periodicidad. PlayStation 3 recibe en exclusiva uno de los mejores sistemas de combate que se recuerden en la serie de Namco-Bandai y un verdadero despliegue de color y carisma que, sin abandonar los clichés, atrapa y sugiere los tiempos de grandeza. Tales of Graces Future calma la sed de rol nipón.

Actualizado a

No todos nos llegan a Europa, y tampoco todos son juegos destacables dentro del catálogo de Namco-Bandai. Hay muchos Tales of en Japón, para prácticamente todas las plataformas, pero el caso que nos concierne en este Análisis, Tales of Graces F, es cuánto menos una obra totalmente destacable del JRPG actual y una alegría para PlayStation 3. Como ya ocurrió con Tales of Vesperia en su día, el destaque de este juego por encima de otros capítulos e incluso competidores en el género, reside en su grandeza como título clásico, ese halo que lo envuelve y nos recuerda a la edad de oro del rol nipón, del que mantiene absolutamente todos los estándares, iconos y -menos agradablemente- clichés. Esta versión "Future" (de ahí la F) es un traspaso a la HD desde la original de Wii, que no salió de Japón, pero todavía hoy sabe comportarse como recomendable para los poseedores de PS3 amantes de este estilo de títulos, huérfanos hoy hasta la llegada de Ni-No-Kuni: Wrath of the White Witch o el más que probable Final Fantasy XIII-3.

Esta edición exclusiva de la consola de Sony añade el epílogo "Lineage & Legacies", una ampliación extra que añade otras 12 horas de juego imparable con los personajes ya desarrollados, más desafío y nuevas zonas por visitar. Este título se supo diferenciar en su día del resto de Tales of por dos factores principalmente: el nuevo sistema de mapas sin overworld y el formato de combates, mezcla de acción directa en tiempo real con esquema de barras de carga en espera. Ahora, con unos gráficos pulidos en Alta Definición y más detallados pero sin llegar a ser un remake, busca su sitio también entre público occidental, aunque para los no angloparlantes será un título prescindible, pues no está traducido, ni doblado ni subtitulado, más allá del inglés.

Ampliar

Tales of Graces F es muy, muy tradicional. Parte de los tópicos como personajes jovenzuelos de pelos atrevidos que se ven envueltos en una aventura de reinos repleta de monstruos que quieren acabar con el mundo. No tiene ese enfoque argumental oscuro y maduro que tenía Tales of Vesperia, ni la originalidad y distinción de algunos nombres inolvidables de la serie y el JRPG en general. La estética manga/anime más colorida se da la mano de la jugabilidad profunda, precisa y divertida para poner en pie una historia que pese a empezar con tono muy suave, acaba haciéndose tan épica y memorable como cabe pedirle a este tipo de productos. El argumento es fundamental en las obras de este corte, y se puede garantizar que Tales of Graces F no falla en ese aspecto, sin llegar a escribir tampoco una nueva Biblia. Está a un buen nivel, sin despuntar.

Caballero Asbel

Este cuento comienza con un prólogo que narra cómo Asbel y su hermano pequeño Hubert conocieron a la misteriosa Sophie, una joven de largas coletas violetas que ha perdido la memoria. Durante las cuatro primeras horas de una aventura que ronda las 40, los pequeños recorrerán algunas de las ciudades que visitaremos muchas veces después, se enseñará al jugador a dar los primeros pasos y espadazos, o a mezclar, comprar y equipar objetos mientras se hacen las primeras misiones, también con alguna secundaria. Tales of Graces F es un título enorme y con muchísimos coleccionables, por lo que ya desde el primer momento se irán encontrando los libros donde archivar todos los glosarios, como los enemigos, las ciudades, los mapas, objetos raros... A partir de aquí, el juego salta siete años en el tiempo colocando la acción cuando Asbelt ya es mayor de edad y todo un caballero, en un mundo que se ha hecho difícil y algo sombrío, lejos del color y viveza de su niñez.

Ampliar

Personajes como la tímida enamoradiza del protagonista, Cheria, el huérfano sin sensibilidad y duro cuando habla, la misteriosa con habilidades sobrenaturales o el propio caballero tozudo y envalentonado han sido excesivamente tratados por el rol japonés y aquí vuelven a aparecer sin tapujos, hasta tal punto que los más asiduos a la cultura japonesa y este género de videojuegos casi podrán predecir muchas de las situaciones que presenta, empañando así un guión que a priori es muy digno pero que sigue jugando con tópicos y clichés como si fuera un producto de hace algunas décadas. También los ambientes y situaciones, de estilo neo-medieval, con sus típicas casas de madera en lo pueblos, ciudades jerarquizadas, muchos campos... y por supuesto los ineludibles NPCs caricaturizados, exageración de la emotividad o valor por la familia. Tales of Graces F es un título conservador y que no sorprende en sus propuestas, ahora bien, todo lo que conjuga lo consigue hacer de maravilla.

Aventura vasta

Tales of Graces sigue, como decía, un esquema de JRPG bastante clásico, estandarizado. Esto es, un inmenso mundo que recorrer de manera prácticamente libre conociendo sus diversas localizaciones y personajes, visitando las tiendas, aceptando misiones secundarias, enfrentándonos a colosales monstruos, ganando experiencia y equipo que mejore a nuestros personajes y, como hilo central, siguiendo una trama compleja repleta de giros y puntos álgidos. Es un juego enorme, con un buen mapa que se expande en esta edición F y un montón de objetos e items por recoger, enemigos a los que afrontar y tierras por explorar en busca de las mejores ayudas. En esquema, intercala exploración y diálogos con combates y cinemáticas para los momentos clave, cinemáticas que dejan el 3D del motor del juego y pasan a mostrarse en unos brillantes dibujos anime, detallados y con tanto colorido y buena fluidez como cabría esperar.

Ampliar

En cuanto al juego en sí, un grupo de cuatro personajes -con cambios a lo largo de la aventura- es el encargado de acompañar por la trama al jugador, que siempre maneja sobre el escenario a Asbel, pero que en combate tendrá que ir intercalando entre todos para conseguir los mejores resultados. Sobre la exploración y el caminar, nos encontramos con entornos muy bellos y nutridos, con mucha viveza y buen dibujo, pero bastante planos y poco interactivos en comparación con otras obras del género, también muy como antaño. Ciudades fortificadas con callejuelos enrevesadas, frondosos bosques, cuevas volcánicas, barcos en el mar, catedrales mágicas o desiertos, la variedad de zonas que presenta Efinea, el mundo de Tales of Graces, es considerable. Además, por primera vez en la saga, no hay un gran mapa central desde el que se accede a las pequeñas áreas particulares, sino que todo está interconectado, de manera que par ir a pie de un sitio a otro tendremos que atravesar zonas de campo, montañas, ríos y cuevas, algo que sienta muy bien a una mecánica de juego como ésta.

Cuatro contra el mundo

Los combates son la parte central de la jugabilidad de Tales of Graces, renovados con respecto a otros Tales of y quizá los más profundos, divertidos y rápidos de toda la serie. Hasta cuatro personajes simultáneamente tendrán que vérselas contra todo tipo de criaturas o contra otros humanos enemigos en unos encuentros que se disparan cuando en un escenario entramos en contacto con un rival, llevándonos esto a una zona circular especial donde se desarrollará la multitudinaria pelea, mezcla de ataques físicos con mágicos -sobre todo mágicos en el último tercio de juego-. Con la cruceta elegimos qué personaje queremos controlar mientras la IA -estupenda- maneja a los otros tres. Podremos cambiar en todo momento y mover a nuestro elegido hacia delante o detrás para acercarnos y alejarnos del peligro. También, con el botón Cuadrado podemos hacer desplazamientos rápidos laterales alrededor de los rivales que sirven como esquivo, aunque éstos no siempre tendrán éxito ya que los enemigos pueden girar con nosotros y marcarnos el daño no obstante.

El botón X lanza los ataques normales, de espada, dagas, maza, arco, etc. según el arma de cada protagonista. A medida que desarrollemos a cada uno, irán aprendiendo hechizos de área ofensivos y defensivos, como daño elemental de fuego o agua, curación, ralentización, etc. Todo ocurre muy rápido, con un despliegue de magias y golpes abarrotando todas las partes de la circunferencia de combate, lo que puede hacer a algunos jugadores y en determinadas peleas no llevar bien el hilo de lo que está ocurriendo, aunque por lo general tendremos control absoluto sobre la batalla, ya que basta con mirar los paneles inferiores de los personajes y los daños que vamos infligiendo para saber si el transcurso es positivo. Visualmente tendremos ante nuestros ojos pirotecnia pura, recordando en gran medida a los combates de títulos como Kingdom Hearts, aunque salvando las distancias de fluidez, pues aquí están, por mera dinámica jugable, algo más encorsetados.

Ampliar

Y es que pese a que pueda parecer un sistema ligero de Action RPG, la dimensión combativa de Tales of Graces F va todavía un poco más allá, con unas barras y tiempos de efectividad y recarga que se rellenan poco a poco y que marcan en parte cuándo podemos pulsar el botón y cuándo no para lograr la mayor eficacia equilibrándola con el intervalo entre ataques. Si damos muchos golpes seguidos, por ejemplo, lograremos combos que pueden ser muy efectivos, sin embargo perderemos fuerza en cada uno de esos golpes. Lo mismo con los hechizos, habrá que medir bien cuándo y cuáles tirar para hacer encadenamientos. También hay que decidirse por el objetivo, fijado automáticamente pero que tendremos que cambiar a menudo con R2 para centrarnos en el más fuerte, eliminar primero esbirros de un jefe, uno especialmente molesto... y demás estrategias de combate que el juego poco a poco va enseñándonos y directamente exigiéndonos poner en práctica.

A medida que nos encaremos a monstruos iremos anotando sus atributos e información en nuestro Libro de enemigos, recogido casi al principio del juego y que sirve como glosario de la brutal cantidad de rivales con que nos cruzaremos, desde lobos salvajes típicos hasta jefes finales inesperados de ésos que suben de repente la dificultad del título, ajustable al principio entre cuatro niveles, por cierto. Hay armas muy dañinas para un tipo de criaturas y paupérrimas contra otras, por lo que también en materia de equipo habrá que saber bien cómo llevar a los cuatro personajes en cada momento, algo que añade profundidad a los inventarios, que hasta nos permitirán combinar objetos para hacer nuestras propias creaciones mucho más efectiva que la suma de sus partes, muy útiles y casi imprescindibles al final, donde Tales of Graces F se vuelve bastante desafiante y obligando a medir bien cada decisión.

Ampliar

Sumando combate y exploración a medida que recorremos la trama, compramos en las tiendas, conocemos personajes o buscamos objetos únicos, se puede decir que Tales of Graces F es indiscutiblemente divertido y profundo, duradero por su tamaño y despliegue de zonas, e intachable en su vertiente narrativa, que tarda un poco más de lo habitual en el género en arrancar pero que una vez que absorbe al jugador no le dejará abandonar este cuento de magia e intrigas. Su estética algo infantil y colorida esconde detrás una trama compleja y madura, de clichés o esterotipos pero que tiene la suficiente identidad como para quedar en el recuerdo. Hay un buen ritmo de juego y los diálogos, pese a ser numerosos, no llegan a aburrir ni ser tan obvios como en otras producciones de este tipo. Por otra parte, está su modo multijugador, que nos dejará vivir los combates del título con otros tres amigos a través de internet y con buena coordinación para lograr estrategias conjuntas que sean más dañinas y sinérgicas. No es un añadido demasiado especial, pero sí que funciona como extra y conseguirá añadirle horas de juego a los que quieran volcarse en ello.

Un anime en movimiento y HD

Esa es la sensación que deja Tales of Graces F desde que arranca, siendo el Tales of más cuidado gráficamente de la historia. En PS3 se beneficia de la Alta Definición a 720p, consiguiendo un apartado gráfico que pese a no estar a la altura que otras partes del conjunto del juego, es vistoso sobre todo por el colorido y nivel de detalle que muestran escenarios y personajes, tanto ingame con el engine del juego como en las cinemáticas bidimensionales en anime. Pero decimos que no es un apartado técnico a la altura ya que hay algunos puntos que se quedan muy por detrás de lo que la máquina de Sony es capaz de mover. Para empezar, como port HD de Wii que es no se han afinado las texturas -sólidas y que recuerdan a la generación de consolas pasada- ni las animaciones, bastante planas ambas. No podremos girar las cámaras ya que éstas son siempre estáticas, algo que para explorar mejor los entornos tridimensionales se echa bastante de menos. Y al desplazarse el escenario no hay una plena fluidez, sino que éste corre con leves saltos de framerate, lo que desentona bastante en un apartado visual notable y que podría haber sido absolutamente brillante.

Ampliar

En lo sonoro, ya lo hemos mencionado, voces en inglés que llegan sin subtítulos al castellano, lo que alejará al título de los que no dominen la lengua anglosajona, ya que, como buen Japanese Role-Playing Game que es, está repleto de diálogos, expresados en bocadillos a menudo. No hay opción de cambiar de idioma y poner las voces en japonés original, por ejemplo. La música está muy bien compuesta y caracteriza a cada zona como tan bien saben hacer los juegos de este tipo para poner melodía propia a una ciudad, a un personaje o a una escena inolvidable. En cuanto a efectos, no hay tanto desmarque, la variedad de FX no es demasiado generosa y muchos se repiten hasta en situaciones radicalmente distintas, pero aún así tampoco es un aspecto criticable, simplemente que no merece ser elogiado.

8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.