Dragon Quest X

Square Enix parece haberse comprometido con Nintendo en los últimos años, recuperando aquella magnífica relación que les unió en las 16bits y que dejó tras de si algunas de las obras maestras del estudio nipón. Desde hace unos años la primera compañía encontró en Nintendo DS la plataforma perfecta para expandir sus licencias o incluso remozarlas, algo de lo que se aprovecharon Final Fantasy, Kingdom Hearts o Dragon Quest, que con la novena entrega lanzada en exclusiva para la plataforma le dió un empujón extra en territorio nipón. Dragon Quest X es su sucesor, como puede entenderse al ser el que sigue en la escala numérica, pero es mucho más que "el siguiente". De la misma forma que Final Fantasy voló libre con la décimo primera entrega de la licencia, abandonando el single player para abrazar el multijugador, los Slime de Dragon Quest X viven ahora en un mundo digital en continuo movimiento, en un universo online que respira en exclusiva en Wii y que se expandirá a WiiU en algún momento por determinar.

Dragon Quest X es así el primer juego multijugador online de la saga, un regalazo para Wii que llegó el pasado dos de agosto a las tiendas niponas y que ha sido calificado como "el juego third party más ambicioso" para la consola, algo que no puede más que secundarse porque lo que tenemos entre mano no es un spin-off ni un experimento: es un título completo, cuidado y que aspira a marcar un punto y a parte para su compañía. Tanto es así que el desarrollo del juego se ha realizado internamente en Square Enix en lugar de recurrir a Level-5 (responsables de las últimas entregas, incluyendo el excepcional DQVIII lanzado en PS2) y su desarrollo se ha dilatado durante casi siete años. Sus responsables son eso sí los mismos que en las entregas tradicionales, por lo que la esencia que transmitían promete salvaguardarse gracias a la implicación de Jin Fujisawa, Yuji Horii o Akira Toriyama como director, diseñador y artista visual respectivamente.



La apuesta es en firme por parte de Square Enix: prometen dar soporte al juego durante al menos diez años, lanzando contenidos descargables (no se ha especificado si todos serán de pago o también los habrá gratuitos) cada diez semanas, que irán desde nuevos objetos hasta misiones extra. Es más, han doblado los servidores del juego para soportar toda la demanda. Esto por supuesto se refiere a Japón, dado que el lanzamiento del título fuera del país nipón es aún una incógnita que esperemos sea resuelta pronto, quizá en la próxima semana durante la Gamescom de Colonia (la cita europea del sector) o en el Tokyo Game Show que se celebrará en septiembre. De una forma u otra, llegue o no, es importante determinar qué podríamos encontrarnos en caso de que el ansiado decimo capítulo de Dragon Quest llegase a España para Wii o su sucesora, WiiU. Por cierto, que ambas plataformas permitirán el juego cruzado, por lo que tanto si tenéis una como si compráis la otra... podréis jugar con vuestros amigos sin problema.

Sentando las bases
Pese al añadido del mundo online, lo que hace verdaderamente interesante a Dragon Quest X es que la experiencia de juego podrá expandirse también al entorno local, es decir, que si el jugador prefiere seguir la historia por su cuenta no habrá nada que se lo impida. Square Enix ha explicado que independientemente de la raza elegida habrá una historia esperando ser contada (una diferente para cada una) si bien la experiencia total de DQX tendrá lugar en la red. Haciendo una cosa u otra, al iniciar el juego tendremos que elegir a nuestro héroe y crearlo con un editor. En éste podremos modificar su rostro con elementos tradicionales (pelo, ojos, bocas, etc.), elegir el tono de piel o el color del cabello, la altura o el ancho. Además del protagonista crearemos a un acompañante. Habiendo hecho esto llegaremos a Etene Village, un poblado que está a punto de verse sumido en una calamidad...



Los primeros pasos serán sencillos, de familiarización: aprender a moverse, atacar, defender... hasta que en determinado momento se nos pedirá elegir nuestra raza entre un total de cinco. Son Ogre -ogro-, Elf -elfo-, Dwarf -enano-, Puklipo y Weddie. Cadauna tiene sus particularidades, como es de esperar, por lo que elegir una u otra no dependerá exclusivamente de una elección estética, algo en lo que también influirá el job/trabajo que seleccionemos. En este caso tendremos los tradicionales: Guerrero, Cura, Mago, Artista marcial, Ladrón... Hecha la selección final apareceremos en un lugar u otro del mapa y comenzaremos a jugar a Dragon Quest X. Si decidimos hacerlo en solitario estaremos acompañados por nuestro recluta, y si vamos directamente al online la ciudad estará mas viva, esperando la aparición de nuevos habitantes para recibirles como se merecen.

Como en todo RPG, podremos interactuar con los personajes acercándonos a ellos e iniciando un diálogo. Para diferenciar entre las personas humanas y los personajes controlados por ordenador se ha diseñado un sistema de códigos de color bastante fácil de seguir, que indica con quién debemos hablar para avanzar en la historia, para comprar objetos o sencillamente para pasar el rato. Los que aparezcan con el nombre en color azul serán personas reales: podemos hablar con ellas, invitarles a un grupo activo, ir a realizar misiones, intercambiar objetos, etcétera. Si vemos un nombre en rosa o blanco indicará que la CPU tiene su control. En estos casos podemos también interactuar y podemos incluso añadirlos a nuestro grupo para salir al exterior y pelear contra los monstruos. Los personajes con el nombre en rosa serán además determinantes para poder avanzar en la historia: nos darán misiones importantes y facilitarán nuestro avance por el mundo.



Lo que no cambiará en Dragon Quest X es que se premiará el jugar en equipo. Por tanto será sumamente recomendable formar grupos para salir a la aventura en los que haya distintos tipos de personajes complementarios: un guerrero y un curandero tendrán facilidades a la hora de avanzar, algo que no harán dos curanderos por si solos, al estar más expuestos. Para esto podemos llamar a nuestros amigos, incorporar a gente de la ciudad o a personajes controlados por la consola, de forma que existen todas las variantes posibles. En este último caso podemos elegir el tipo de personaje y su trabajo, para hacerlo todo más sencillo. Incluso si decidimos ir a la aventura por nuestra cuenta, podremos ver a personas en el mapa a las que podremos ayudar si tienen apuros en batalla. Es decir, que si vamos por una ladera y vemos a un personaje siendo atacado por los lobos, con su nombre en naranja, significará que está en las últimas y que necesita ayuda. En nuestra mano está ayudarle o pasar de todo.

Algo que también se mantendrá con respecto a otros juegos del género será la posibilidad de explorar territorios. Más allá de las ciudades centrales, tendremos kilómetros (virtuales) de terreno a recorrer, que irán desde praderas hasta zonas rocosas, playas o desiertos. En cada uno de estos podremos dar cuenta de los numerosos enemigos que veremos, como explicaremos más adelante, pero lo que nos interesa ahora mismo es el factor de mundo abierto, en el que se incluye la presencia de tesoros a descubrir, como cofres que ocultarán todo tipo de cosas, o la recolección de medallas. Podremos incluso crearnos un lugar de reunión, una casa, y decorarla a nuestru gusto para dejar dentro nuestro equipo y resto de tesoros, o invitar a amigos y mostrarles cómo la tenemos puesta.

No faltarán ayudas en el mapa para llevarnos a buen camino: además del minimapa ampliable, veremos carteles y todo tipo de elementos destinados a la familiarización con el entorno, todo dividido por zonas con distintas salidas/entradas. ¿Temes que entrando en cierto lugar los monstruos acaben contigo? En Dragon Quest X habrá ayudas para responder a esa duda. Por ejemplo algunas zonas de mapa estarán bloqueadas o cerradas con verjas, o indicadas con señales para que no entremos. Un aviso de que hay monstruos poderosos más adelante será suficiente para hacer que nos echemos atrás y no vayamos a lo loco. Habrá incluso un comando específico si decidimos arriesgarnos que nos permitirá "investigar" al enemigo, de forma que sepamos si estamos listos para hacerle frente o si por el contrario deberíamos volver sobre nuestros pasos para evitarnos perder la vida. El texto aparecido en pantalla indicará el nombre de la criatura, su nivel y si podemos o no hacerle frente. Habrá que hacerle caso para evitar sustos o sorpresas desagradables, claro.

Combatiendo
El cambio de formato no obligará a remozar el sistema de batalla que siempre ha caracterizado a la saga, y es que si bien habrá novedades a este respecto no serán tantas como podríamos esperar en un principio, en vista de los antecedentes (Final Fantasy XI). Lo más obvio es que ahora no tendremos encuentros aleatorios, por lo que para entrar en batalla tendremos que atacar a los enemigos nosotros mismos -o ser vistos por los hostiles para iniciar la lucha-; se acabó, pues, la pantala resquebrejada y el comando huir. Aquí habrá que dar la cara (para subir nivel no hay otra opción) y asumir las mecánicas tradicionales de los MMORPG. Estas batallas se realizarán por supuesto entre todos los miembros del grupo y mantendrán el sistema de Dragon Quest en el que se incluye el uso de comandos por turnos. ¿La novedad? Podemos movernos en torno a los enemigos.

Esta característica nos permitirá por ejemplo emboscarles y atacarles desde diferentes flancos con todos los miembros del grupo, siendo especialmente interesante de cara a forjar estrategias para los jefes de gran tamaño. Como decíamos, se mantiene el sistema por turnos aunque ha sufrido una pequeña variación. Ahora tendremos un medidor de velocidad que determina en qué momento podemos empezar a luchar: si atacamos al enemigo el contador volverá a cero, por lo que podremos usarlo otra vez al llegar al máximo. Si somos rápidos y precisos podemos hacer varios ataques de forma consecutiva, lo cual resulta especialmente interesante porque entre las habilidades a realizar habrá un poco de todo: atacar, usar objetos, magias u otro tipo de técnicas que variarán, claro está dependiendo de la clase de personaje que hayamos creado.



Volviendo a la posición, es importante recalcar su valor dentro de las batallas. Por ejemplo habrá ataques que podemos hacer con amplio rango, por lo que lo más razonable será alejarnos del enemigo para no recibir sus estocadas, del mismo modo que tendremos técnicas que se apliquen sobre uno o varios objetivos. Si nos desplazamos de forma estratégica podemos marcar a numerosos enemigos en lugar de sólo a uno, así que habrá que moverse pensando en cómo atacar de forma más eficiente para seguir adelante. Por lo demás las batallas se reducen a lo tradicional, siendo sumamente importante la velocidad de nuestro personaje para determinar nuestro turno, los más potentes en ataque harán daño masivo, y lo contrario en caso de tener ese atributo por debajo.

Dragon Quest X lleva ya unos días en Japón y el feedback recibido de momento apunta a sorpresa. El título incluye cuotas de subscripción y la historia sin conectarse a la red es bastante limitada, pero jugando online (es ése su objetivo) la cosa parece dispararse hasta límites de entretenimiento sin igual. La saga madura, crece, se abre a nuevas experiencias de forma exclusiva en Wii (futuramente, en WiiU) y parece haber soportado bien el pasado de un entorno local a la red, acercándose a la experiencia de Phantasy Star Online y sin tropezar en aquellos lugares en los que las iteraciones previas de Square Enix no supieron cómo progresar. Por ahora sólo podemos calificarlos de éxito, a pesar de algunos detalles como la necesidad de instalar el juego en Wii (vía USB, lo que se dispara a una hora de duración) o la noticia de que Square Enix borrará personajes inactivos del juego. Quedamos pues a la espera de saber si llegará a occidente y si lo hará manteniendo las mismas características o como si, con Monster Hunter Tri, las cuotas desaparecerán para ofrecer la experiencia completa con el único del juego. Seguiremos atentos.