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Regreso al Pasado: Olimpiadas Digitales

Cada 4 años, los mejores atletas del planeta se dan cita bajo la bandera olímpica para dar fe de sus habilidades con el mundo como testigo. Los videojuegos por supuesto no han permanecido ajenos a este hecho, tal y como demostraremos en las siguientes páginas. ¿Listo para machacar botones a velocidad endiablada?

Una vez más como cada cuatro años la llama olímpica ilumina el mundo. Ha llegado el momento de la verdad para miles de deportistas, que ansían la gloria tras mucho tiempo de intensa preparación y numerosos sacrificios. Ahora se jugarán el todo por el todo en diecinueve días llenos de tensión y emociones encontradas, en los que el más mínimo error puede acabar con sus sueños e ilusiones. Para el resto de mortales -y sobre todo para los aficionados al “sillonball”- este evento supondrá disfrutar de una gran cantidad de disciplinas deportivas sentados cómodamente frente al televisor con una bebida refrescante y algo de picar entre manos. Y, como mucho, coger el mando de la consola para emular a los atletas que se baten el cobre  en Londres. Hace demasiado calor para cualquier tipo de esfuerzo físico...

En nuestro afán por regresar al pasado para mostraros la evolución de la industria, nos volvemos a subir al Delorean para hablaros en esta ocasión de los juegos olímpicos que tuvieron lugar en los años ochenta y noventa. Pero sobre todo volvemos la vista atrás para recordar aquellos videojuegos que directa o indirectamente siempre estarán asociados a estos eventos.  Abrocharos bien los cinturones, teclead el el panel principal el año 1980 y preparaos para un viaje a lo largo de la historia.

Moscú 1980

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Los juegos que tuvieron lugar en Moscú se recuerdan principalmente por el boicot que un grupo de 62 países (con E.E.U.U a la cabeza) realizaron a dicho evento, como protesta por la invasión soviética de Afganistán un año antes. Ello provocó la afluencia más baja de atletas a una competición de estas características que se recuerda desde Melbourne 1956. Entre los grandes ganadores del evento cabrían destacar el gimnasta Aleksandr Dityakin -que consiguió ocho medallas en las diferentes disciplinas-, el nadador Vladimiro Salnikov (logró superar la barrera de los 15 minutos en los 1.500m) y sobre todo el legendario mediofondista Sebastian Coe, que arrasó en los 1.500m. Con los E.E.U.U y otras grandes superpotencias fuera de la competición, el medallero registró un tremendo dominio de la Unión Soviética y la República Democrática Alemana, que no dieron tregua a sus competidores. 

En aquellos años al comienzo de la década de los ochenta eran escasas las oportunidades que teníamos de emular el sueño olímpico en nuestros hogares. Los medios técnicos disponibles para reproducir dicha fiesta deportiva eran escasos y tremendamente limitados, teniendo muy pocas alternativas con las que disfrutar. El único videojuego de este tipo que podemos destacar es Video olympics, lanzado en el año 1977 por Atari con la intención de llenar un hueco vacío en el incipiente mercado. El título no dejaba de ser el típico cartucho con 50 variaciones del clásico pong que representaban las pocas disciplinas olímpicas (o pseudo olímpicas) que con dichos medios podían representarse: Fútbol, Baloncesto, Hockey, Voleibol y Balonmano. Resultaba bastante entretenido para jugar con un compañero, pero su espíritu olímpico resultaba más bien escaso.

Ya en el año 1981 aparece el que puede considerarse como pionero en el género de la simulación olímpica, publicado -para sorpresa de muchos- por una vieja conocida de todos nosotros. Lanzado inicialmente para Apple II y posteriormente para IBM PC, Microsoft Decathlon definió como debía de tratarse la simulación olímpica en los videojuegos, introduciendo conceptos por entonces tan novedosos como el clásico aporreo de teclas para correr y el uso del ángulo en las pruebas de salto o lanzamiento de martillo. A pesar de su discretísimo apartado técnico y de que no terminó de calar entre el público mainstream su influencia en el género resulta innegable. Aunque Microsoft Decathlon estableció las reglas por las que se rigieron todas las simulaciones olímpicas, dos fueron los títulos que en 1983 llevaron al género a lo más alto de su popularidad, cada uno en un ámbito distinto pero igualmente importante.

Decathlon de Activision logró un importante éxito en el mercado doméstico tanto en consolas como en microordenadores. Dotado de las diez pruebas de la que consta esta disciplina deportiva -100 metros lisos, salto de longitud, lanzamiento de peso, salto de altura, 400 metros lisos, 110 metros vallas, lanzamiento de disco, salto con pértiga, lanzamiento de jabalina y 1500 metros lisos-, la representación gráfica de los eventos era muy notable, siendo especialmente reseñable la conversión para Commodore 64.

El único (aunque importante) defecto del juego es que no teníamos forma de imprimir ángulo en las pruebas de salto o lanzamiento. Esto hacía que su jugabilidad fuera más sencilla, limitando nuestra interacción a simplemente machacar el joystick como posesos. Curiosamente, el título es muy conocido por haber causado bastante revuelo en su época, al provocar que Atari recibiera innumerables quejas sobre los joysticks de su VCS. Y es que la mecánica de mover el mando de izquierda a derecha frenéticamente para correr más no sentaba nada bien a estos controladores, que solían romperse con facilidad ante los jugadores menos cuidadosos.

Pero si de un videojuego olímpico por excelencia tuviésemos que hablar ese sería sin duda Track & field. Considerado todavía como uno de los mejores videojuegos deportivos de la historia, los chicos de Konami supieron aprovechar el trabajo de campo que realizaron sus predecesores para ofrecer la experiencia olímpica más completa, divertida y atractiva en los salones recreativos de medio mundo. A pesar de contar únicamente con seis pruebas -100 metros lisos, salto de longitud, lanzamiento de jabalina, 110 metros vallas, lanzamiento de martillo y salto de altura-  su impresionante apartado técnico (que incluía hasta voces digitalizadas) y su medida jugabilidad lo consagraron entre el gran público. Y es que en esta ocasión no sólo era importante golpear rápidamente y de forma coordinada los botones, siendo también imprescindible medir los tiempos para saltar o lanzar y el ángulo de dicho movimiento. Este hecho le otorgó cierto componente estratégico, situándolo en la cúspide del género por méritos propios.

Track & field fue convertido para prácticamente todos los sistemas del momento, con resultados bastante dispares. Mientras que las adaptaciones para los ordenadores de 8 bits mas famosos simplemente apestaban -especialmente sangrante era la versión de Spectrum-, las conversiones para MSX y NES  eran prácticamente un calco de la placa arcade. La conversión a la consola de Nintendo trajo consigo dos pruebas nuevas -tiro con arco y triple salto- que hacían todavía más interesante el título. Por su parte, la versión de MSX tuvo que ser dividida en dos cartuchos para poder recrear fielmente la máquina original.

Los Ángeles 1984

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Considerado como uno de los mejores eventos de la historia gracias a su excelente organización, los juegos de Los Ángeles sufrieron también un importante boicot.  En este caso fue la Unión Soviética y sus países afines los que se negaron a enviar a sus deportistas, como respuesta a la ausencia voluntaria de los norteamericanos en los juegos anteriores.  La consecuencia principal de dicha decisión fue que el medallero estuviera completamente dominado por los atletas norteamericanos, que no tuvieron rival ante la ausencia de los potentes atletas del este. Los juegos de Los Ángeles siempre serán recordados por la espectacular exhibición de Carl Lewis en los 100 y 200 metros lisos, así como por el segundo oro consecutivo de Sebastian Coe en los 1500 metros. Pero si por algo podemos recordar esta cita desde nuestro punto de vista como jugadores es por la consagración definitiva de Daley Thompson como campeón absoluto en la prueba de Decathlon, donde consiguió su segunda medalla de oro tras ganar también en Moscú 1980.

En los meses previos a la cita olímpica el dominio de Track & field en el género era abrumador. Todos los aficionados adoraban el título de Konami y su mecánica jugable. Nada ni nadie parecía capaz de hacer peligrar su posición como líder en esa parcela de los simuladores de olimpiadas. Pero desde la empresa nipona decidieron que era el momento de elevar su clásico a la máxima potencia. Hyper Sports (1984) es considerado como la secuela espiritual del clásico Track & field. Dotado de 7 pruebas que nada tenían que ver con el anterior título -Natación, tiro al plato, salto de potro, tiro con arco, triple salto, levantamiento de peso y salto con pértiga-, sus cuidados gráficos, variedad y la introducción del timing en la jugabilidad como factor decisivo para superar los eventos dió un nuevo giro a una mecánica que parecía no poder evolucionar de ninguna manera.

Como no podía ser de otra forma fue convertido, esta vez con grandes resultados, a prácticamente todos los sistemas de la época. Especialmente destacables resultaban la conversión a Spectrum -uno de los títulos más vendidos del sistema- y la adaptación para MSX, que tuvo que ser dividido en 3 cartuchos para mantener la brillantez técnica y jugable del original, incluyendo como contrapartida unas cuantas pruebas inéditas. Una vez Konami volvió a establecer el modelo a seguir en cuanto a simuladores olímpicos se refiere, en los microordenadores de la época surgieron grandes títulos capaces de competir de tú a tú con el nuevo rey. No en vano, las olimpiadas de 1984 tienen el honor de ser la competición que más y mejores videojuegos de este género recibieron.

Summer Games fue el estandarte olímpico americano, el título con el que todos los jugones imitaban a sus ídolos en el país de la Estatua de la Libertad. El videojuego de Epyx rezumaba calidad por los cuatro costados y mostraba un nivel de detalle poco común en la época, sobre todo en lo referente a los movimientos de los atletas. Como muestra de los mimos que recibió por parte de su equipo de desarrollo podemos decir que fue la primera ocasión en la que disfrutamos de una ceremonia de apertura con antorcha olímpica incluida.

Jugablemente nos enfrentabamos a 8 pruebas diferentes entre las que destacaba el salto de trampolín, que debutaba en el mundo del videojuego. Su mecánica jugable se centraba más en el timing que en aporrear botones, lo que gustó bastante en tierras americanas y no terminó de convencer en Europa, donde obtuvo un éxito más moderado. Un año después, los chicos de Epyx se animaron a realizar una continuación. Summer Games II incluía otras 8 pruebas diferentes -con la inclusión por primera vez del esgrima y la equitación-, un apartado técnico mejorado y el mismo funcionamiento lúdico, siendo la combinación de ambos títulos una de las mejores formas de emular un evento olímpico en los años ochenta.
 
Mientras que en américa los títulos deportivos de Epyx arrasaban entre el público, en Europa fue Ocean la que se llevó el gato al agua con su Daley Thompson´s Decathlon. Lanzado en 1984 y apadrinado por el gran campeón inglés, el título de Ocean nos ofrecía competir en las diez disciplinas que forman la prueba del Decathlon, perfectamente representadas a través de unos gráficos muy correctos y detallados para la época.
En cuanto al estilo de juego se refiere, el título seguía las directrices establecidas por Track & field al pie de la letra,  resultando tan divertido y desafiante como el original en el que se basaba. Fue uno de los primeros superventas para Spectrum y el verdadero causante del enorme número de teclados rotos que señalaban al aparato de Sir Clive Sinclair como poco menos que un juguete.

Con el fin de aprovechar la importante licencia adquirida, Ocean se aventuró un año después a realizar un nuevo título con la figura del campeón olímpico en portada. Daley Thompson´s supertest tenía más bien poco que ver con el anterior videojuego, siendo un conglomerado de pruebas extrañas e inconexas, como por ejemplo penalties o el juego de la cuerda. No alcanzó el éxito de su antecesor, aunque al menos resultaba entretenido y merece una pequeña mención. No podemos abandonar esta cita olímpica sin al menos mencionar la aportación patria al género. Video Olympic apareció en 1984 de la mano de Dinamic para poner la primera piedra en cuanto a simuladores deportivos con origen hispano se refiere.
Copiando sin rubor alguno al gran Track & field tanto en disciplinas olímpicas representadas como en mecánica, resultaba un juego sencillo a la par que entretenido. Obtuvo un sorprendente éxito en el Reino Unido, principalmente porque llegó justo antes del lanzamiento del Decathlon de Ocean. El primer gran triunfo de los Ruiz.

Seul 1988

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Tras un par de eventos en los que se boicotearon mutuamente, Seúl fue la sede donde Americanos y Soviéticos volvieron a medir sus fuerzas deportivamente hablando,  consiguiendo estos últimos una holgada victoria en el medallero. La cita de 1988 vio el regreso del tenis como disciplina olímpica tras 60 años de ausencia, así como la llegada del Taekwondo y el Beisbol como eventos de exhibición. Asimismo, esta cita es recordada por el enorme despliegue de medios del que la organización hizo gala. Desde el punto de vista meramente deportivo lo más recordado de este campeonato fue el primer positivo por doping en unos juegos olímpicos. Ben Johnson perdía la medalla que había ganado en los 100 metros lisos en favor del legendario Carl Lewis en uno de los momentos más tristes y vergonzantes que se recuerdan. También fueron destacables las victorias de Greg Louganis en salto de trampolín, de Sergey Bubka en salto de pértiga y de Steffi Graf, que terminó su excelente temporada con una medalla de oro en tenis femenino.

Como no podía ser de otra manera, Konami fue quien marcó el ritmo a seguir en el género con su excelente 88´games. Actualización indirecta y exclusiva para los salones recreativos de sus excelentes Track & field e Hyper Sports, el título nos ofrecía 8 pruebas diferentes -100 metros lisos, salto de longitud, 400 metros relevos (se repetía como prueba final), tiro al plato, 110 metros vallas, tiro con arco, lanzamiento de jabalina y salto de altura- sacadas directamente de sus antecesores. Presentando una evidente mejora tanto gráfica como sonora y manteniendo la sencillez y jugabilidad de sus predecesores, los chicos de la compañía japonesa volvieron a dar en el clavo con un juego hiper adictivo, bonito y que en esta ocasión incluso permitía la participación de cuatro jugadores simultáneamente.

Aunque el título de Konami arrasó entre el público y fue el gran vencedor de la época, no podemos dejar de mencionar un grandísimo título que estaba si no a la misma altura simplemente un peldaño por debajo. SNK sorprendió a propios y extraños con Gold medalist, un impresionante videojuego que mostraba unos gráficos extremadamente cuidados, un apartado sonoro de infarto y 9 pruebas diferentes para competir, incluyendo por primera vez las barras paralelas y el boxeo en un videojuego olímpico. Su estilo jugable era, en ciertas pruebas, algo más exigente de lo que vimos en el juego de Konami, lo que posiblemente desalentó a un buen número de jugadores y evitó que triunfara como se merecía. Una pena, ya que es muy bueno. Mientras tanto, en los hogares de medio mundo las posibilidades de emular los juegos olímpicos también eran muy variadas. Desgraciadamente, la tendencia en este caso se centró en ofrecer un apartado audiovisual magnífico, dejando de lado el aspecto lúdico.

La misma Konami ofreció a los usuarios de NES una verdadera continuación de su título deportivo más exitoso hasta la fecha. Track & field II  era un cartucho con una presentación al jugador exquisita, cuidado hasta el más mínimo detalle y que explotaba al máximo las capacidades técnicas de la consola de Nintendo. En esta continuación teníamos la posibilidad de competir en 12 disciplinas olímpicas -Esgrima, triple salto, natación estilo libre, salto de trampolín, tiro al plato, lanzamiento de martillo, taekwondo, salto de pértiga, canoa, tiro con arco, 3000 metros obstáculos y barra fija- , 2  “deportes de exhibición” (ala delta y tiro con pistola al gangster) y una prueba clásica de los bares (pulsos). Una selección de pruebas un poco extraña que además no estaban a la altura en cuanto a diversión se refiere, resultando bastante insulsas, aburridas y extenuantes.

Por su parte, Ocean trató de reeditar el gran éxito que obtuvo en 1984con Daley Thompson´s olympic challenge. Lanzado en 1988, el título nosmostraba unos gráficos grandes, coloridos y llenos de detalle, además deunas melodías realmente buenas y unos efectos sonoros que al menoscumplían. Por si eso fuera poco, se introdujeron elementos para hacerlomás completo como una fase previa de entrenamiento o la elección delcalzado para cada prueba, detalles que determinarán nuestro rendimientoen pista. Pero desgraciadamente ese fue el mayor error del título, yaque ahí precisamente yacía su  principal problema. Dichos detalleslastraron la jugabilidad hasta límites insospechados. Si no superabas lafase de preparación con al menos un 65% era PRÁCTICAMENTE IMPOSIBLEcompletar el juego porque nuestro atleta tendría la misma forma físicaque Ronaldo en los últimos años en Madrid. Además, si te equivocabas ala hora de elegir calzado tus posibilidades de superar el evento sereducían a la mitad, y la única forma de saberlo era por ensayo/error.Un despropósito que redujo a cenizas lo que debió ser la culminación delsueño olímpico en los 8 bits.

Mientras tanto, Epyx seguía fiel asu filosofía deportiva y ofreció a todos los aficionados su particularvisión de los juegos de Seul´88. The games summer edition llegó aprácticamente todos los sistemas de 8 y 16 bits, obteniendo un buennivel de ventas tanto en Europa como en América. Con 9 pruebasdiferentes en las que competir -8 en el caso de las versiones de 8 bits-y un apartado técnico sobresaliente logró convencer a los fans másacérrimos del género, pero dejó claros dos factores para la posteridad:que ciertas pruebas olímpicas sería mejor dejarlas a un lado en estetipo de juegos y que al aficionado medio no terminaba de satisfacerleuna jugabilidad más profunda en el género.

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Barcelona 1992

 
Los inolvidables juegos celebrados en Barcelona siempre serán recordados como las olimpiadas del cambio y la esperanza, siendo tomada como ejemplo de excelente organización para futuras candidaturas. El mundo estaba cambiando muchísimo por aquel año 1992. Con la unificación Alemana y la caída de países como la Unión Soviética y Yugoslavia el panorama resultaba cuanto menos inquietante. Pero la cita olímpica transcurrió sin problemas, registrando un dominio abrumador en el medallero del equipo unificado (compuesto por los atletas pertenecientes a las repúblicas resultantes de la división de la URSS), así como un excelente sexto lugar de los atletas españoles, que colmaron todas las esperanzas depositadas en ellos.

Es evidente que a la hora de mencionar a los grandes héroes de la cita olímpica de Barcelona barramos un poco para casa -Fermín Cacho, el equipo de fútbol, Martín López-Zubero, Daniel Plaza- pero si un grupo de deportistas es recordado en esta cita olímpica es sin duda el temible Dream Team de baloncesto que los E.E.U.U presentaron. Un equipo que, sin Yugoslavia de por medio, arrasó en la competición y dejó la impresión de ser el mejor equipo de baloncesto jamás aparecido sobre la faz de la tierra. Desde el prisma del ocio electrónico, las olimpiadas de Barcelona son recordadas por tener el honor de ser el primer evento olímpico que tuvo un videojuego con licencia oficial. Sorprendentemente, no fue Konami la encargada del mismo -estos se conformaron con reeditar en NES el Track & field original bajo el título Track & field in Barcelona-, siendo la infame U.S Gold la que consiguió dicha licencia.

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A pesar de los sudores fríos que sufrimos todos los aficionados a los videojuegos al conocer la noticia, Olympic Gold resultó ser un excelente título. Lanzado en 1992 para Mega Drive, Master System y Game Gear, el programa nos ofrecía 7 pruebas bastante bien elegidas donde competir -100 metros lisos, lanzamiento de martillo, tiro con arco, 110 metros vallas, salto de pértiga, natación 200 metros estilo libre y salto de trampolín- con un acabado técnico notable. A diferencia de la tendencia surgida en los videojuegos del anterior evento olímpico, la sencillez de las pruebas volvió a ser la nota predominante, lo que unido a la atractiva licencia logró atraer la atención del público mayoritario.

Mientras que los aficionados a las consolas de videojuegos solo disfrutamos de estos dos grandes títulos, los poseedores de ordenadores de 16 bits y compatibles tuvieron una mayor oferta entre la que poder elegir su simulador favorito de los juegos de Barcelona. Ocean trató de reverdecer viejos laureles con España - The games 92, completísimo título que nos ofrecía la posibilidad de competir en nada menos que 30 pruebas distintas. Un ambicioso proyecto que además del consiguiente aporreo al joystick añadía elementos estratégicos como la preparación de nuestros atletas y el nivel de cansancio, que debía ser vigilado para garantizar el éxito en los diferentes eventos. Por si eso os parece poco, el juego incluía una completa base de datos sobre todas las citas olímpicas acaecidas hasta el momento.

¿Por qué no terminó de funcionar cuando era posiblemente uno de los videojuegos más completos jamás aparecido? Pues precisamente porque trató de abarcar más de lo recomendable, quedando a medio camino en todas sus propuestas: la simulación de manager era aceptable y las pruebas, aunque muy variadas, no resultaban tan divertidas y satisfactorias como debieran. Mientras tanto, en el continente americano, Accolade mostraba a los aficionados su particular propuesta olímpica. The Games: Summer challenge fue también un proyecto ambicioso y arriesgado, tomando como seña de identidad los avances en el uso de gráficos prerenderizados y polígonos para recrear la acción. El título nos permitía participar en 8 disciplinas olímpicas -Kayak, hípica, 400 metros vallas, tiro con arco, salto de altura, salto de pértiga, lanzamiento de jabalina y ciclismo- y nos ofrecía unas cuantas opciones de personalización para nuestro atleta, tales como elegir el nombre, país y su rostro, algo novedoso en la época.

Con una jugabilidad sencilla y directa, el título de MindSpan dejó un buen sabor de boca a los aficionados que se atrevieron a probarlo, siendo a día de hoy tan entretenido como lo fue entonces -independientemente de lo mal que ha envejecido su parte técnica-. Llegó incluso a ser adaptado un año después para Mega Drive, en una conversión notable teniendo en cuenta las diferencias técnicas entre el PC y la máquina de Sega. Volviendo a hablar de Europa, Psygnosis trató de entrar en el género con su irregular Carl Lewis Challenge. Presentado como una mezcla entre simulador y arcade, nuestra misión consistía en conseguir que nuestro equipo olímpico lograra el oro en las cinco diferentes pruebas que el programa nos ofrecía -100 metros lisos, 110 metros vallas, lanzamiento de jabalina, salto de altura, y salto de longitud-. En el apartado de simulador teníamos un listado de más de 100 atletas reales y varias opciones para que nuestros muchachos alcanzaran la mejor condición física posible. Por su parte, el apartado arcade seguía las directrices establecidas por Konami varios años atrás. El problema, al igual que ocurrió con el último título olímpico de Ocean, es que ninguno de los dos apartados lucía especialmente bien. La parte de management era terriblemente aburrida, y las disciplinas olímpicas en sí aunque estaban representadas con unos gráficos excelentes resultaban escasas y bastante sencillas de superar.

Atlanta 1996

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Por segunda ocasión en un breve periodo de tiempo los E.E.U.U tendrían la oportunidad de organizar unos juegos olímpicos en detrimento de Atenas, que partía como clara favorita al cumplirse el centenario de la restauración de dicho evento deportivo. Aunque dispusieron de excelentes infraestructuras y de un potencial económico enorme, la organización quedó por debajo de lo visto en los juegos anteriores, sobre todo en materia de seguridad. Un atentado terrorista se cobró la vida de una persona y dejó varios heridos, en un hecho que recordó a los tristes sucesos de Munich 1972. En el aspecto deportivo E.E.U.U dominó con mano de hierro el medallero olímpico. Destacaron el gran Michael Johnson y su exhibición en los 200 y 400 metros lisos, la victoria en salto de longitud del inmortal Carl Lewis con 35 años a sus espaldas y el descubrimiento de una gran estrella que lideraría a su selección hacia un sorprendente triunfo en el torneo de fútbol, Nwankwo Kanu.

Dos años antes de la cita olímpica en Atlanta, Sega decide entrar en el mercado de los simuladores olímpicos por la puerta grande. Decathlete puede ser considerado por su puesta en escena como una continuación espiritual de la tradición iniciada por Konami:  sencillez en los controles, gráficos coloristas, diversión por encima de simulación y una jugabilidad tremenda como bandera. En esta nueva experiencia deportiva se nos ofrecía participar en las diez pruebas de las que consta el Decathlon olímpico. Para ello, el título nos permitía elegir entre 8 personajes muy pintorescos, cada uno de ellos con diferentes habilidades que les hacían rendir mejor en unas pruebas y peor en otras. Su aspecto desenfadado no engañaba a nadie: buscaba sobre todo ser divertido, algo que consiguió con creces. Para un servidor es posiblemente uno de los tres mejores títulos de este reportaje.

Llegados ya a 1996 fue US Gold la que volvió a hacerse con la licencia oficial de los juegos olímpicos, llegando a desarrollar la friolera de tres títulos que trataban de emular esta fiesta deportiva en las diferentes máquinas que copaban el mercado: una versión para las consolas de 16 bits, otra para las consolas de 32 bits y un título que se dedicaba (con un resultado mediocre) a representar la disciplina balompédica de dicho evento -Olympic soccer-. Olympic Summer Games para Super Nintendo y Mega Drive trató de basar su propuesta en el uso de la perspectiva isométrica y gráficos prerenderizados para representar la acción en pantalla, permitiéndonos participar en 10 disciplinas olímpicas. Su sencilla jugabilidad y la posibilidad de que cuatro jugadores lucharan simultáneamente por el oro otorgaron un buen número de ventas a un videojuego notable, cuyo defecto más reseñable es que no permitiera cambiar su extraña configuración de botones para las pruebas.

Por su parte, la versión para las consolas de 32 bits y PC nos ofrecía un total de 15 pruebas en las que participar, todas ellas representadas por unos gráficos poligonales bastante limitados incluso para la época en la que el título apareció en el mercado. A pesar de todo, hay que reconocer que su puesta en escena era bastante realista -fue uno de los pocos títulos que mostraban ocho corredores en pista-, lo que unido a su bien medida jugabilidad consiguieron convencer al aficionado medio.

Pero la gran sorpresa del evento en lo que al ocio electrónico se refiere fue la vuelta de la gran Konami al género que hizo brillar. Con International Track & field la compañía japonesa trató de reverdecer viejos laureles, mostrando una propuesta centrada en un excelente apartado técnico y la diversión por encima de cualquier otro aspecto, algo muy similar a lo que ofreció Sega dos años atrás. En esta ocasión eran 11 las disciplinas olímpicas en las que podíamos competir -todas las pruebas que componen el decathlon y la prueba de 200 metros natación estilo libre- , con un sistema de juego sin cambios reseñables con respecto a lo visto en anteriores encarnaciones de la saga. La opción de que cuatro jugadores compitieran a la vez lo convirtió en la mejor opción para los usuarios de PSX y en un rival de altura para Decathlete.

Sydney 2000

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Tras el fiasco organizativo en los juegos de Atlanta, el comité organizador de Sydney puso la maquinaria a funcionar para conseguir un evento perfecto. Y prácticamente lo consiguió, en una cita que está considerada entre las tres mejores de la historia. Además de las excelentes infraestructuras creadas y del cuidado del medio ambiente del que se hizo gala en el evento, Sydney 2000 puede presumir de ser la cita olímpica que más atletas congregó hasta la fecha, un total de 10650 deportistas venidos de todo el mundo. Entre las actuaciones más destacadas del evento cabe recordar a la mediofondista Marion Jones con sus cinco medallas (3 oros y 2 bronces), a Maurice Green y su gran victoria en los 100 metros lisos y al sensacional atleta checo Jan Zelezny, que logró el oro en lanzamiento de jabalina.

Llegados ya al nuevo siglo y ante la nueva competición deportiva que se avecinaba, la avalancha de títulos olímpicos apareció una vez más en el horizonte de la industria. Ante la nueva potencia técnica de las máquinas que copaban el mercado, los desarrolladores pensaron también que era hora de introducir ligeros cambios en la jugabilidad para “modernizar” un concepto que parecía anquilosado. Desgraciadamente, dicha actualización no resultó demasiado positiva en la mayor parte de los casos.

Una vez más Sega inició la marcha con Virtua Athlete 2k, en exclusiva para su flamante Dreamcast. La continuación espiritual del magnífico Decathlete dejó a la compañía del erizo en evidencia pese a su excelente acabado técnico. La reducción del número de pruebas a únicamente 7 y ciertos añadidos jugables verdaderamente incomprensibles -una barra de “stamina” en las pruebas de velocidad no tiene sentido alguno- lastraron definitivamente un título que apuntaba al estrellato. Seguía siendo divertidísimo (cuatro jugadores simultáneamente en pista era igual a desenfreno jugable) pero todos sabemos que Dreamcast era capaz de mucho más con el tiempo y dedicación necesarios.

Por su parte, Eidos se hizo con la licencia oficial de los juegos olímpicos para desarrollar su propio videojuego. Sydney 2000 apareció para PC, Dreamcast y Playstation, siendo un título que aunque técnicamente palidecía ante la competencia (su carga poligonal y texturas eran muy limitadas) nos ofrecía una gran variedad de pruebas en las que competir -12 en total-. Aunque su mecánica lúdica seguía los cánones impuestos por Konami en 1983, la inclusión de un gimnasio virtual para potenciar a nuestros atletas y las correspondientes fases de clasificación para acceder a las medallas no sentaron demasiado bien al juego. Por muy realista que fuera, realizar la misma prueba hasta cuatro veces seguidas no resulta demasiado divertido, aunque pudieras hacerlo con cuatro amigos. Un buen título de olimpiadas, sin mas.

De cualquier manera lo mejor estaba por llegar. Y es que los chicos de Konami y su Track & field no podían faltar en el evento olímpico australiano. International Track & field 2000 (ESPN International Track & field en la versión Dreamcast) fue convertido a Nintendo 64, Playstation, Playstation 2, Dreamcast y Game Boy color. Como curiosidad cabría citar que cada versión tiene un número de eventos diferente, siendo la adaptación de Nintendo 64 la que más variedad ofrecía, con 14 pruebas en su haber. Sea como fuere, la enésima adaptación del clásico nos mostraba unos gráficos y ambientación sonora que dejaban muy atrás a sus competidores. Por si ello fuera poco, se realizaron pequeñas modificaciones jugables para añadir profundidad al título que, por suerte, no restaron un ápice de diversión a la fórmula original, ofreciéndonos al igual que sus competidores un modo para 4 jugadores apoteósico. Si tenías que elegir un juego de olimpiadas para emular a tus ídolos en aquel año la decisión estaba clara...

Este ha sido nuestro repaso por los eventos olímpicos y los correspondientes videojuegos que aparecieron a su sombra en los diferentes sistemas retro. Como podréis comprobar hemos dejado fuera algunas bizarradas como Huchback olympic (Centuri) o World games (Epyx), títulos poco conocidos como Stadium events (Bandai) o Recordbreaker (Taito) y ciertos intentos españoles de alcanzar el oro en ventas como Olimpiadas 92 (Topo), Olympic Games 92 (Opera) o PC Atletismo 2000 (Dinamic). Esperamos que hayáis disfrutado del reportaje y el espíritu olímpico que todo ser humano tiene en su interior haya florecido. Aunque solo sea para aporrear botones una vez más.