Asphalt 7: Heat

Cada nueva temporada llega a nuestros manos una nueva entrega de la serie Asphalt, una de las franquicias arcade de conducción más exitosas en nuestros dispositivos táctiles. Y este año llegamos a la séptima entrega, titulada Heat, lo que nos debe dar una ligera idea de lo que nos vamos a encontrar: carreras llenas de adrenalina a velocidades extremas, los mejores coches del mundo y una jugabilidad frenética; tanto es así que literalmente quemaremos el asfalto. Tras Asphalt 5 –lanzado a finales de 2009– y Asphalt 6: Adrenaline –aparecido un año después– llega la séptima entrega con algo más de tiempo de desarrollo, lo que en teoría debe ser garantía de una puesta al día a la altura. Veamos si realmente ha sido así en el siguiente análisis.

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Tenemos a nuestra disposición hasta seis tipos de carrera con diferentes objetivos y que añaden variedad al juego; Carrera, Derrapes, Rey de la colina, Intocable, Destrózalos y Eliminatoria. El modo Historia nos reta a ir consiguiendo estrellas para desbloquear las siguientes carreras, comprar nuevos vehículos con el dinero que ganemos e incluso personalizarlos y mejorarlos, tanto estéticamente como mecánicamente. En conjunto, una lista de competiciones suficientemente grande como para mantenernos ocupados un buen tiempo, con 15 ligas y 150 competiciones. La Partida rápida nos permite correr sin mayores problemas, aunque antes debemos desbloquear la mayor parte de vehículos y circuitos para tener acceso a ellos. Por último, aunque no menos importante, tenemos un modo multijugador online o local para hasta cinco jugadores.

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Conectados en línea, el juego responde bien y no presenta mayores problemas en cuanto a lag, con lo que podemos pasar buenos momentos contra otros jugadores. Los coches se dividen por niveles –clasificados por su potencia y prestaciones–, del 1 al 7. Gameloft ha querido que la jugabilidad del título se adapte a todo tipo de usuarios, con lo que podemos elegir el tipo de control que mejor se adapte a nuestras habilidades entre cuatro modalidades; en el primero, por defecto, nuestro bólido acelerará automáticamente y nosotros sólo deberemos tocar la pantalla para derrapar o activar el nitro, además de inclinar nuestro dispositivo para girar gracias al acelerómetro. Con cada nueva configuración, la dificultad irá aumentando y pedirá al jugador una mayor implicación.

La segunda configuración incluye dos iconos para acelerar y frenar, además de los que activan el nitro. La tercera presenta un volante y el icono de freno en pantalla aunque la aceleración vuelve a ser automática. El cuarto y último tipo de control es similar al segundo aunque en lugar de girar gracias al acelerómetro lo haremos pulsando ambas mitades de la pantalla. Cada interfaz presenta su parte positiva y su parte negativa, aunque tras probarlas todas encontraremos la que mejor se adapte a nuestras exigencias. Como es habitual en la saga, en plena carrera podremos ir recogiendo dinero o turbos que nos ayudarán en momentos puntuales con fuertes aceleraciones; los nitros presentan tres niveles de potencia, siendo el último realmente espectacular.

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En muchas ocasiones puede resultar muy parecido a otros títulos de temática similar, como por ejemplo los los Need for Speed Underground, especialmente en las carreras nocturnas. Más allá de esta particularidad, difícilmente encontraremos un arcade de conducción más completo y vistoso en la App Store que Asphalt 7: Heat. El apartado técnico es otro de los aspectos más trabajados del título, especialmente si contamos con pantalla Retina o la gran pantalla del iPad. Los modelos de los coches son muy detallados y ofrecen un aspecto impresionante; quizás resta algo de realismo cuando tenemos fuertes accidentes con golpes de campana y el coche no sufre ni el más mínimo rasguño. Los escenarios –hasta 15 circuitos– son amplios y con buenos efectos de iluminación y están ambientados en diferentes ciudades como París, Río de Janeiro, Londres o Miami. Los efectos de sonido quedan un poco por debajo, sin desmerecer en ningún momento la calidad general del título.