Max Payne Mobile

Max Payne marcó un antes y un después en la industria por varias razones, especialmente en su versión para PC; adaptó y popularizó en el mundo de los videojuegos el entonces novedoso Bullet Time, ofrecía una profundidad en su narrativa pocas veces vista en un título de estas características, con unos personajes muy bien tratados y unos niveles de acción y efectismo más que notables. Remedy Entertainment consiguió colocar a Max Payne entre los mejores del género y Rockstar no ha dudado en traer de nuevo a la actualidad un título que sorprendió a crítica y público en el año 2001. Esta nueva adaptación iOS se suma a lo que, por suerte, empieza a ser habitual en la App Store; el poder disfrutar de títulos tan carismáticos y, en su momento, tan poderosos tecnológicamente en nuestros terminales móviles.

El regreso de un clásico
Este port de Max Payne destaca por una más que aceptable adaptación a los controles táctiles –a pesar de que a muchos se les pueda atragantar en un principio– y a un apartado gráfico renovado en alta definición, que luce espectacular –especialmente en pantallas Retina– pero que presenta ciertos elementos algo descuidados, como algunas texturas en baja resolución. Pero más allá de estas particularidades, Max Payne se destapa como un shooter en tercera persona más que notable; mantiene toda su personalidad y hará de nuestras pantallas táctiles verdaderos campos de batalla, donde apretar el gatillo y esquivar las balas serán nuestras principales preocupaciones.

El argumento de Max Payne se hace con gran parte del protagonismo de un título con grandes dosis de acción. Tomamos el rol de Max, un agente acusado de un crimen que no ha cometido. Perseguido por bandas de mafiosos y por la propia policía, debe llegar al fondo de tan peligrosa situación como fugitivo. Aunque eso no es todo; su familia ha sido asesinada y clama venganza. Estos dramáticos sucesos son el origen de un personaje atormentado y llevado al límite, que debe luchar por recuperar su vida y limpiar su nombre. Todo ello se nos presenta en originales viñetas como si de un cómic se tratara; resultan geniales, tanto en su presentación como en su realización, y nos dan una idea de los niveles de producción de un título más que consagrado.

Argumento de cine
Un guión de esta tipo quizás no resulte tan sorprendente en la actualidad, pero en su día supuso toda una revolución; para hacernos una idea del planteamiento narrativo de Max Payne y de todas sus posibilidades, su historia se dilata a lo largo de tres años, presentando situaciones y escenarios de todo tipo en una Nueva York oscura y deprimente, como callejones, apartamentos, el metro o naves industriales; además seremos testigos de la propia evolución de los personajes. En este sentido, dicha variedad resulta todo un logro y provoca una constante sensación de incertidumbre y sorpresa, alejándose de la monotonía que suelen presentar los juegos de acción en general.

En las situaciones más enfocadas a las plataformas ocurre algo similar; mientras que con un pad o un teclado nos sentimos más seguros de nuestras acciones, con los controles táctiles nunca terminaremos de sentirnos del todo tranquilos, aunque esto es algo inherente a la propia plataforma. La frustración hará acto de presencia en algunos momentos puntuales, algo que quizás pueda ahuyentar a más de uno. Para facilitar las cosas al jugador, podemos distribuir los botones virtuales por la pantalla según nuestras necesidades y disfrutar de un completo tutorial que nos permitirá familiarizarnos con su interfaz. Más allá de alguna que otra particularidad, debemos decir que el paso al control táctil es exitoso y que tras unas horas con él, terminaremos por adaptarnos sin mayores problemas.

Desafíos para todos
Al principio sólo contamos con un nivel de dificultad –conocido como Fugitivo, donde contamos con grandes cantidades de munición y con una salud de hierro– y que debemos superar para desbloquear el resto –Bien Duro, Muerto al Llegar y Minuto en Nueva York–; si bien el primero nos pone las cosas demasiado fáciles, el último resulta todo un desafío –como superar cada nivel en un tiempo determinado–, más acorde con las exigencias de los aficionados a los shooters. Gracias al auto-apuntado –activado por defecto– el primer nivel de dificultad resulta todo un paseo; recomendamos desactivarlo para disfrutar de un nivel de desafío acorde al nombre del título, a pesar de las mencionadas carencias a nivel de precisión. Tampoco debemos olvidar de guardar nuestros avances manualmente, puesto que no hay checkpoints automáticos.

A nivel gráfico presenta una acabado más que atractivo; disfrutaremos del Max Payne original en alta definición, eso sí, con algunas carencias a nivel de texturas a baja resolución o ralentizaciones puntuales que entorpecen la acción. A pesar de los años que han pasado desde su lanzamiento, esta re-edición se defiende perfectamente gracias a unos modelados muy dignos, unos efectos y una  iluminación destacables y una puesta en escena acorde a los niveles de producción de la franquicia. Eso sí, no podemos obviar lo evidente; los rostros de nuestros enemigos no están al nivel del resto de elementos, muy poco trabajados y en apariencia demasiado planos. Es recomendable jugar con las últimas versiones de hardware para disfrutar completamente de su poder gráfico y no sufrir problemas de framerate.