Lejanos quedan ya los tiempos dorados de la numerosa y longeva franquicia Dynasty Warriors, cuando cada nueva entrega lanzada al mercado japonés cosechaba unas mareantes cifras de ventas que llegaban a alcanzar los siete dígitos. Pero quien tuvo, retuvo, y a día de hoy esta serie aún conserva la suficiente fuerza como para animar a Koei a seguir desarrollando nuevos títulos. Ya sea la saga principal, spin-offs como Samurai Warriors, adaptaciones de licencias manganime como El Puño de la Estrella del Norte y Gundam, o crossovers como Warriors Orochi, el caso es que raro es el mes en el que entre la lista de lanzamientos para el país del sol naciente no se encuentra presente uno de estos títulos. En occidente la situación es distinta, ya que aquí la franquicia siempre suele tener un impacto mucho más discreto. Aun así cuenta con sus seguidores incondicionales, siendo en su mayoría jugadores veteranos que antaño atesoraban a los clásicos beat ’em up estilo Final Fight en lugares destacados dentro de su lista de preferencias. Y es que si algo puede enarbolar con orgullo la serie Dynasty Warriors es haber sabido actualizar y revitalizar todo un género clásico e histórico como es el “yo contra el barrio”, el cual navegó a la deriva durante toda una generación hasta que Shin Sangoku Musou (conocido como Dynasty Warriors 2 en occidente) llegó en el año 2000 para marcar el camino a seguir desde entonces: batallas masivas desarrolladas en grandes escenarios de libre exploración, en las que tomábamos parte como general destacado de uno de los bandos. Es esta naturaleza arcade, heredera directa de los machacabotones de toda la vida, su principal virtud. Pero dicha virtud es un arma de doble filo, ya que nos encontramos ante un género que o lo amas incondicionalmente o lo odias hasta el punto de echar pestes de todo lo que tenga que ver con él, sin un término medio que pueda suavizar las cosas. Los Musou tuvieron una fuerte presencia en PSP desde el nacimiento de la consola, así que era de esperar que para el estreno de la nueva y flamante PlayStation Vita nos encontráramos con un nuevo Dynasty Warriors al que hincar el diente. El juego que nos ocupa no ha podido evitar aprovechar las nuevas posibilidades de la portátil, aunque se ha traído bajo el brazo alguna que otra característica de moda en la generación actual que desde luego no sienta nada bien a una mecánica tan clásica como ésta.
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La legendaria China Imperial en alta definición A la hora de programar este Dynasty Warriors Next, los desarrolladores de Omega Force se han basado en la última entrega numerada de la franquicia, el Dynasty Warriors 7 que viera la luz el pasado año en plataformas de sobremesa. Se han escrito ya ríos de tinta sobre la cercanía a nivel técnico de PS Vita respecto a las plataformas de sobremesa de la presente generación, aunque las conversiones vistas hasta ahora (Ultimate Marvel Vs. Capcom 3 o FIFA Football, por ejemplo), dejan entrever que a nivel técnico los juegos de PSV se encuentran un peldaño por debajo en lo que a potencial gráfico se refiere. Sin embargo aún queda esperanza de tener “una PlayStation 3” en nuestras manos, dado que la portátil acaba de nacer y ni mucho menos se atisba aún el techo que pueda llegar a alcanzar a nivel técnico. Ello se corrobora al jugar a títulos como BlazBlue (una conversión 1:1 respecto a lo visto en sobremesa) o este Dynasty Warriors Next que gráficamente hablando es casi idéntico a lo visto en DW7 en lo que a despliegue visual se refiere. Incluso posee ciertas mejoras respecto a lo presente en consolas de sobremesa como pueden ser unas texturas a mayor definición y un número superior de polígonos en pantalla (esto es especialmente perceptible en los soldados rasos, que aquí se encuentran lejos de ofrecer el aspecto borroso y cuadriculado visto en PS3 y 360). Puede que sea por la mayor RAM de PSV (que dobla en número a la de PS3), por condensarlo todo en 5 pulgadas en lugar de en un televisor de generosas dimensiones o por la propia y alucinante nitidez de su pantalla OLED (el gran descubrimiento de la plataforma, dejando a un lado las concesiones a modas imperantes hoy día como son los paneles táctiles, las cámaras o los sensores de movimiento), pero el caso es que Dynasty Warriors Next es todo un espectáculo para la vista. Eso sí, este juego no se libra de los defectos que la franquicia lleva arrastrando desde sus inicios, los cuales consisten principalmente en una distancia de dibujado demasiado brusca para los escenarios y un popping omnipresente en todo momento que hace que aparezcan o desaparezcan como por arte de magia decenas de guerreros ante nuestras mismas narices. Quizá ya sería conveniente exigir a Omega Force algo de moderación en este sentido para así corregir estos defectos. La solución sería bien sencilla: gestionar menos soldados simultáneos en la batalla, de manera que dicho número no llegara a exceder la cuantía de guerreros que pueden permanecer en pantalla sin aparecer o desaparecer a las primeras de cambio. Las plataformas actuales (y más un sistema de la potencia de PSV) son perfectamente capaces de gestionar el número de soldados suficiente para que la sensación de caos, frenesí y batalla multitudinaria permanezca más que presente en todo momento. Pero en este DWN se sigue poniendo en liza mucho más de lo que el hardware de la plataforma es capaz de mascar, de ahí que estemos continuamente siendo testigos de cómo multitud de soldados aparecen o desaparecen a velocidad de vértigo. Resumiéndolo todo en una palabra: optimización. Es algo que la franquicia lleva pidiendo a gritos desde hace tiempo. Se consiguió en los últimos estertores de los 128 bits (Dynasty Warriors 5 o Warriors Orochi 2 para PS2 son buena prueba de ello), pero en la generación actual aún parece lejos de llegar a conseguirse.
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Dejando a un lado el popping y la brusca aparición de elementos del escenario en la lejanía, la verdad es que Dynasty Warriors Next derrocha espectacularidad por los cuatro costados. Pocos títulos como éste pueden reflejar hoy día el caos, la anarquía y el descontrol presente en una batalla campal en la que miles de soldados se enfrentan a vida o muerte. Los efectos gráficos también son dignos de mención, tanto los relativos a la iluminación (especialmente a destacar son los reflejos de luz en el acero de las armas de los personajes) como aquellos que se desencadenan cuando los guerreros más poderosos de cada reino ejecutan sus mortíferas técnicas especiales. La franquicia DW siempre se ha caracterizado por poseer una plantilla de personajes seleccionables abrumadora, y este Dynasty Warriors Next no iba a ser menos al respecto, alcanzándose la cifra de 65, todos perfectamente diferenciados excepto algunos casos donde la diferencia es mucho más leve, como puede verse al comparar las técnicas de Cao Cao y Sun Quan, por ejemplo. No llega a los términos de locura del próximo Warriors Orochi 3 (que albergará un plantel de nada más y nada menos que 132 personajes seleccionables), pero se mantiene muy por encima de cualquier otro beat ’em up masivo fuera del universo Musou.Unificación a sangre y fuego El principal modo de juego del título, denominado Campaign Mode, desarrolla la ya más que clásica historia presente en todos los Dynasty Warriors, basada en la obra El Romance de los Tres Reinos. En ella se nos narra la larga sucesión de batallas que tuvo lugar en China a partir del siglo II D.C., con la caída del Imperio Han, la división del territorio chino en varios reinos que iniciaron una larga y cruenta guerra civil, y su posterior unificación bajo un nuevo imperio dinástico. Aunque sigue siendo la misma historia de siempre a la que los aficionados a la franquicia están tan acostumbrados, el buen hacer de Omega Force tanto a la hora de desarrollarla como al brindar personalidad y carisma a los numerosísimos personajes que toman parte en ella consigue que volvamos a vivirla en este Dynasty Warriors Next sin el menor síntoma de cansancio. Es algo similar a lo que sucede con licencias como Dragon Ball: da igual las veces que nos cuenten una misma historia, ya que prácticamente ha pasado a formar parte de nosotros. Eso sí, la narración no alcanza aquí el alto nivel logrado en Dynasty Warriors 7, ya que se encuentra condensada en un único hilo en lugar de centrarse en cada uno de los reinos en disputa, saltándose bastantes acontecimientos en el camino y dejando atrás visibles vacíos argumentales que solo los familiarizados con El Romance de los Tres Reinos serán capaces de rellenar.
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Lo que sí sigue presente son las secuencias CG que de vez en cuando irrumpirán en pantalla, las cuales poseen la extraordinaria calidad a la que Koei nos tiene acostumbrados. En una época en que esta clase de vídeos son cada vez más escasos, es de agradecer que compañías como la anteriormente mencionada, Square o Namco (ésta última especialmente con la franquicia Tekken) aún sigan apostando por ellos. Centrándonos ahora en el desarrollo del Modo Campaña, éste implementa un mapa similar al visto en los Dynasty Warriors Empires, el cual muestra una China dividida en diferentes territorios que deberemos ir conquistando poco a poco hasta hacernos con la totalidad del área en disputa. Antes de entrar a conquistar un territorio, es conveniente seleccionar varias estrategias que podrán brindarnos diversas ventajas en batalla. Dichas estrategias se nos muestran mediante cartas de personaje, cada una de las cuales otorga una o diversas mejoras (mayor defensa para nuestro personaje, un mayor número de campamentos bajo nuestro control al iniciar la batalla, poder de ataque extra para el bando al que pertenecemos…). Podremos seleccionar un número máximo de cuatro cartas por batalla, siempre y cuando poseamos el oro necesario para comprarlas. Dicho oro se obtiene mediante los impuestos que recibimos de cada territorio bajo nuestro control. También pueden darse diversas situaciones que nos obligarán a tomar una decisión, como que una mala temporada de cosecha deje a nuestros súbditos en una difícil situación económica. Entonces deberemos decidir si exigimos tributo de todas maneras, o bien nos mostramos benevolentes con los campesinos para que así no pasen hambre. Tomar una u otra decisión tendrá sus consecuencias (por ejemplo, si pasamos por alto el pago de los tributos, no tendremos oro para comprar cartas, aunque puede que nuestros súbditos nos agradezcan el gesto a largo plazo), así que no es un simple añadido de cara a la galería. Tal y como mencionamos anteriormente, este Modo Campaña no está dividido en varias secciones como suele ser habitual en anteriores DW, por lo que saltaremos de controlar a uno u otro reino según el capítulo de la historia en la que nos encontremos. Muchas veces tomaremos el control de un personaje impuesto por el juego, aunque en otras podremos seleccionar entre varios pertenecientes al reino bajo cuya bandera estemos jugando.
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Blandiendo armas a golpe de pantalla táctil El sistema de control de Dynasty Warriors Next es bastante similar al de otros títulos de la franquicia. Contamos con un botón de ataque rápido y otro de ataque fuerte, los cuales podremos combinar de diversas maneras para ejecutar un amplio abanico de técnicas ofensivas. Con el botón círculo ejecutaremos el ataque Musou, quedando el botón X reservado para saltar. L nos servirá para cubrirnos y R para efectuar un ataque especial que tiene la particularidad de poder cancelar cualquier otro movimiento del personaje, posibilitándonos así el encadenamiento de largas combinaciones de golpes. El control del guerrero queda reservado al stick izquierdo, el de la cámara al derecho, y con la cruceta podremos llamar en cualquier momento a una montura, o bien hacer aparecer o desaparecer las barras de salud tanto de aliados como de enemigos. Esto en lo que a controles físicos se refiere, ya que Omega Force ha implementado secciones en las que pasaremos a usar la pantalla táctil delantera, el panel táctil trasero y los sensores de movimiento de la portátil. Así, además del ataque Musou principal, cada personaje posee un ataque Musou secundario activable al pulsar simultáneamente la pantalla con dos dedos. Dicho ataque cuenta con la particularidad de usar las características táctiles de PSV, teniendo por ejemplo que sacudir la consola para que nuestro personaje golpee el suelo, pulsar en el panel táctil trasero para que surja una columna de hielo sobre la zona de juego que queda justo encima, efectuar un gesto de corte para que nuestro personaje blanda su arma en un amplio arco, etc. La cosa no acaba aquí, ya que también existen eventos especiales y aleatorios denominados Emboscadas en los que, bajo una perspectiva en primera persona, debemos “golpear” a los enemigos, interceptar los proyectiles que nos lancen o impedir que se abalancen sobre nosotros. Luego tenemos los combates especiales, que generalmente tendrán lugar contra los generales más destacados del ejército enemigo. En dichos combates, que pasan a ser uno contra uno, el control es completamente táctil, correspondiéndonos a nosotros atacar, defender o interceptar los ataques del rival mediante gestos y arcos trazados sobre la pantalla con nuestros dedos.
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Estas secciones, junto a alguna que otra más que nos encontraremos también a medida que jugamos, no inciden demasiado en el desarrollo del juego, por lo que no se hacen demasiado molestas. Es obvio que todo esto podría haberse resuelto perfectamente mediante los botones físicos de la consola (de hecho, algunas acciones podremos ejecutarlas mediante botones, sobre todo las que requieren el uso de los sensores de movimiento de la portátil, siendo mucho más recomendable la opción física al ser infinitamente más precisa e intuitiva), así que solo es un añadido que está ahí porque es la novedad y la moda, no porque sea especialmente original o revolucionario de cara a la mecánica de los combates o el sistema de juego. El único añadido táctil que vemos perfectamente acertado y coherente no es otro que el de dar órdenes a la guardia personal que nos acompaña. Así, efectuando un gesto para ampliar el mapa presente en la interfaz de juego, podemos señalar con el dedo los iconos que representan a dichas tropas y arrastrarlo hacia donde queremos que vayan, ya sea para ordenarles defender una de nuestras posiciones, atacar un campamento enemigo, etc. Esta característica, ya presente en el Samurai Warriors Chronicles de 3DS, otorga una nueva dimensión estratégica al juego y es muy de agradecer. Lo que ya no es tan de agradecer es el otro “añadido de nueva generación” que ha recibido el título… Con la regeneración hemos topado Uno de los personajes más famosos presentes en el amplio panteón de la editorial de cómics norteamericana Marvel responde al nombre de Logan, siendo más conocido por su alias de Lobezno (Wolverine en lengua anglosajona). Lobezno es un mutante, definición por la que se conoce en el Universo Marvel a las personas nacidas con poderes extraordinarios. El poder de este mutante canadiense no es otro que un increíble factor regenerativo, el cual le permite tanto envejecer muy lentamente (tiene más de cien años de edad, a pesar de que aparenta unos cuarenta) como recuperarse con la mayor rapidez de cualquier herida infligida sobre su cuerpo, por muy grave que ésta sea. En los cómics del personaje han llegado incluso a darse casos en los que su cuerpo quedaba reducido a un simple esqueleto, para pasar a regenerarse en poco tiempo hasta volver a su estado original, sin un solo rasguño presente en él. ¿Por qué mencionamos esto en el presente análisis, os preguntareis? Bien, porque resulta que en la presente generación hemos pasado de la noche a la mañana a controlar a todo un abanico de primos hermanos de Lobezno; es decir, personajes invulnerables e inmortales capaces de regenerar en un par de segundos su salud independientemente del castigo que reciban en el trascurso de sus aventuras. Es la muerte del botiquín, el ocaso del pollo asado, la desaparición del desafío, la extinción de la dificultad; es, en definitiva, la mayor concesión a la casualidad, la comodidad y la dejadez jamás vista en esta industria (y no llevamos pocas, precisamente), y lo peor es que ha llegado para quedarse.
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Su origen y expansión habría que buscarlo en los FPS, contagiándose posteriormente a cualquier otra cosa que tenga que ver con un shooter (primera o tercera persona, perspectiva cenital o aérea, a pie o en vehículos…). Las características son bien conocidas por todos: el personaje que controlamos recibe daño, la pantalla se tiñe de rojo, nos agachamos un par de segundos, la pantalla vuelve a la normalidad y aquí no ha pasado nada. Esta moda de la regeneración espontánea de salud parece haber sido bien recibida por parte de un buen número de usuarios (en concreto aquellos que vuelcan la mayoría de su tiempo en los shooters multijugador online, los cuales en la presente generación son legión tal y como muestran las ventas anuales de la franquicia Call of Duty), y los programadores, encantados ante esta nueva perspectiva (no en vano gracias a ello no tienen que preocuparse por medir niveles de dificultad, ya que ésta deja de existir; ni de distribuir ítems de salud equitativamente a lo largo del escenario, ya que han dejado de tener razón de ser; ni de lanzar al jugador desafíos equilibrados, puesto que con la regeneración podrá superar cualquier cosa), no han dudado a la hora de exportarla a otros géneros en los que chirría incluso más que en los shooters. Y es que sí, queridos lectores, Dynasty Warriors Next tiene el dudoso honor de ser el primer título de la franquicia en el que no existe barra de salud para nuestro personaje, ya que ésta se regenerará instantáneamente a poco que nuestro soldado reciba daño por parte de los enemigos. Con ello, la dificultad ha descendido a niveles mínimos. Aún en el nivel más alto disponible, será casi imposible que el enemigo logre abatirnos. Hasta el mismísimo Lu Bu acabará aburrido de darnos golpes al ver que los podremos encajar como si tal cosa. Sí, la pantalla se teñirá de rojo, pero solo tendremos que alejarnos unos segundos de la refriega para que otra vez nos encontremos como nuevos. Incluso si rechazamos huir, nos costará más trabajo morir que seguir con vida. La razón por la que Koei ha decidido “callofdutyzar” el juego no podemos imaginárnosla, puesto que en un título de naturaleza arcade como éste, la regeneración de salud se torna como algo absolutamente artificial y carente de toda justificación.
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Bien es verdad que esto de la regeneración automática de salud es cuestión de gustos, y que habrá usuarios que preferirán eso a contar con la barra de vitalidad de toda la vida regenerable a través de la recolección de ítems dispuestos a lo largo del mapeado de combate. Pero la realidad es que aún hay gente que no traga con ello, por lo que Koei debería haber dado al jugador la elección de elegir entre una u otra forma de curarse. De hecho el trabajo al respecto habría sido mínimo ya que los ítems de salud siguen presentes en el juego aunque ya no sirvan para nada, como si lo de la regeneración hubiera sido implementado a última hora, cuando el juego ya estaba prácticamente finalizado. Mucho nos tememos que, si la extensión de esta moda sigue adelante a tal ritmo, pronto nos encontraremos con un Street Fighter V con regeneración automática de salud (los combates se harán eternos, sin duda), o con un Tetris en el que no podremos eliminar líneas ya que éstas reaparecerán al instante. En definitiva, Dynasty Warriors Next es el juego más fácil de la franquicia, ya que aquí la muerte ha dejado definitivamente de tener sentido.No solo de campañas viven los reinos Por supuesto, la campaña no es la única oferta jugable de Dynasty Warriors Next. Contamos también con el Modo Conquista, el cual puede considerarse algo así como un “Modo Libre” ya que aquí no estaremos obligados a seleccionar ejércitos y personajes siguiendo el hilo narrativo de los Tres Reinos. Así, solo tendremos que seleccionar un ejército a placer para pasar a unificar todo el territorio bajo nuestra bandera. A grandes rasgos, tanto mecánica como jugabilidad son idénticas a lo ya comentado en el Modo Campaña, excepto que aquí solo podremos atacar territorios que se encuentren en un nivel de fuerza accesible por nuestro ejército, además de que habrá que tener en cuenta que el enemigo será capaz de invadir territorios que se encuentren bajo nuestro poder. También contamos con el denominado Modo Coalición, el cual servirá para luchar junto a otros tres jugadores de manera cooperativa. Desgraciadamente, dichas partidas serán únicamente Ad Hoc, es decir, de modo local, quedando las posibilidades online restringidas a compartir datos y luchar por obtener las mejores puntuaciones en unos determinados desafíos.
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También tenemos disponible un Modo Edición bastante completo, en el que podremos crear nuestro propio general para luchar tanto en el Modo Conquista como en el Modo Coalición. Las opciones de personalización nos parecerán escasas en un principio, pero acabarán desbloqueándose un número nada desdeñable de éstas conforme vamos jugando. También contamos con una completa Enciclopedia en la que se nos ofrecerán completas biografías de cada personaje, un resumen del Romance de los Tres Reinos, etc. Desgraciadamente, tanto esta opción como el resto de textos del juego únicamente serán disfrutados por aquellos usuarios versados en el idioma anglosajón, dado que el juego se encuentra únicamente en inglés. No es que sea algo imperdonable teniendo en cuenta la naturaleza arcade del título, aunque solo aquellos con un nivel aceptable de inglés podrán disfrutar tanto de la historia como de las complejas relaciones que se llevan a cabo entre la multitud de personajes que hacen acto de aparición. Además, la no traducción de los textos es algo que puede repercutir en la jugabilidad, dado que en pleno combate recibiremos de vez en cuando órdenes, sugerencias o peticiones por parte de nuestros aliados, las cuales obviamente no podremos atender si no entendemos lo que nos dicen. Además, las explicaciones para las cortas aunque numerosas secciones táctiles que se nos presentarán también se encuentran en inglés, por lo que puede que muchas veces no sepamos qué demonios hacer según la situación a no ser que poseamos los conocimientos necesarios en lengua anglosajona. Por suerte, Koei al menos se ha tomado la molestia de ofrecernos un extenso manual en castellano de 54 páginas (manual disponible únicamente en formato digital, por desgracia, independientemente de que nos hagamos o no con la edición física del juego), el cual resolverá buena parte de las dudas a aquellos que renieguen del inglés, aunque no todas.