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SSX

SSX

  • Plataforma3608.6PS38.6
  • GéneroDeportes
  • DesarrolladorEA Canada
  • Lanzamiento02/03/2012
  • EditorEA Sports

Carving y adrenalina

Trucos inconcebibles y vértigo sobre la tabla; la marca más extrema de EA Sports se reinventa, se expande, ofrece su mejor entrega. SSX es uno de los juegos de snowboard más poderosos de todos los tiempos, un ejercicio tan robusto como divertido. Premio al deporte de los riders y los saltos de rasante.

Snow Surf Supercross, tres soportes del freestyle de montaña extremo. Cuando EA Sports BIG se atrevió a recoger el testigo de nombres como Cool Boarders o Snow Surfers en el año 2000 junto a la salida de PlayStation 2, nunca se pensó en que la siempre mediana marca acabara abalanzándose sobre la cantidad y el espectáculo de esta forma. El nuevo SSX es ante todo eso, cantidad y espectáculo, como ningún otro título de snowboard ha intentado jamás. Tras el irregular Shaun White Snowborarding, la generación actual estaba bastante desierta en propuestas potentes y exclusivas de este género. Electronic Arts decía saberlo y ha volcado gran parte de su equipo centrado en los deportes en un proyecto que poco a poco ha ido cogiendo magnitud, eso sí y por desgracia, sin llegar nunca al tratamiento de Triple A desmesurado, como podrían ser FIFA o Mass Effect.

SSX, el reboot de la acrobacia.

Look desenfadado, punto arcade, espectacularidad colorida y adrenalina. SSX Blur, el último antes de esta recuperación, fue el máximo exponente de todos estos valores siempre acuñados a la saga de EA BIG, fuertemente alejada del realismo, las licencias o el circuito profesional del snowboard. La nueva incisión, por primera vez para Xbox 360 y PlayStation 3, supone el reinicio del acrónimo de triple letra desde una perspectiva más seria y preocupada por la cierta credibilidad, aunque no por ello sacrifica una jugabilidad que se basa en la diversión y el circo puros por encima de la simulación o la verosimilitud de comportamientos físicos. Los personajes clave de la franquicia como Zoe, Mac, Elise, Kaori o Moby junto a los nuevos se encaran ahora a trazados vertiginosos de todo el mundo, una interpretación a lo SSX de pistas de picos como el Everest, el Mont Blanc alpino o las cimas extraordinarias de la Patagonia argentina. Hasta nueve cordilleras de diversos puntos del planeta se han diseñado especialmente para promover el espectáculo sobre la tabla, los apoyos para trucos y el resto de elementos que entran en juego en esta entrega, como la supervivencia a situaciones y condiciones extremas.

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SSX no se olvida del colorido y las marcas luminosas sobre la nieve, de los personajes con carisma y con estilismo informal propios, de los combos imposibles y barandillas de grind que se entrelazan en todas direcciones, de los saltos mortales de hasta varios cientos de metros de longitud, de la música alta y la exigencia de reflejos como impulsores del frenetismo jugable, de los trajes y tablas para desbloquear…. Todas las claves de la saga se han mantenido, pero se han bañado de un aspecto gráfico y diseño más realistas y ciertamente diferentes, respetuosos con estas señas de identidad pero también volcados con las sensaciones que puede transmitir el free ride real. Este SSX quiere ser una experiencia lo más cercana posible a un descenso veraz, aunque con el medidor de Tricky lleno, como siempre, el juego se convertirá en una locura de trucos, acrobáticas combinaciones y luces de colores capaces de generar un espectáculo pirotécnico inigualable e inigualado hasta el momento por juegos anteriores. Ahora los personajes no llevan un pelucón afro o un paraguas fluorescente, pero siguen pudiendo hacer el pino o bailar break dance encima de la tabla en pleno vuelo.

En su comedido giro hacia el realismo, EA Sports ha implementado en SSX un esquema de pistas nuevo y muy coherente, donde cada uno de los más de 150 descensos disponibles se muestran en un plano tridimensional y detallado de cada conjunto montañoso. A partir de imágenes de la NASA, el equipo a cargo del título ha recreado las cumbres más importantes de todo el mundo y colocado trazados lógicos sobre éstas, algunos inspirados directamente en pistas y estaciones reales. Esto no quiere decir que SSX deje bajar algún circuito real, con una recreación fiel, pero sí que se consigue un marco exquisito para colocar las pistas, mucho más abiertas, verticales y con caminos de lo que ningún otro juego de snowboard haya creado jamás. La idea de EA para este SSX era que el jugador tuviera sensación de libertad, de que la montaña entera fuera el escenario por el que bajar de forma totalmente arbitraria los trazados. Esta genialidad no ha quedado del todo así, no es un mundo abierto, y el juego no se deshace de los tracks guiados tradicionales, aunque innegablemente logra abrirlos bastante y ensanchar su diseño, llenándolos de rutas diferentes que hacen a cada descenso único y tiran  de la exigencia de improvisar ante lo que se tiene justo enfrente para resolver cada obstáculo in situ. Puro free ride.

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Carrera, Tricks o Supervivencia, el jugador que quiera recorrer todo el juego deberá adentrarse en cada tramo como mínimo dos veces, Tricks y Carrera, para lograr las mejores marcas de puntos y de tiempo respectivamente. El modo Supervivencia es la otra gran innovación de SSX, una nueva perspectiva donde el rider tiene salud y no puede salirse de la pista perdiendo la vida en un acantilado, siendo absorbido por un alud o derribado por una serie de fuertes golpes contra árboles. Estos llamados Descensos Letales son trazados muy intrincados y llenos de obstáculos, con hasta algún script bien encajado y saltos imponentes, donde además de velar por la velocidad y los trucos para conseguir más turbos hay que hacer uso de diversos gadgets especiales para condiciones extremas, como las alas desplegables para sobrevolar desniveles, los piolets para poder girar con mayor precisión en hielo, la máscara de oxígeno para las alturas o la linterna de casco para las profundidades de las cuevas oscuras. Son, sin lugar a dudas, la parte más espectacular del juego, la más épica.

RiderNet, conexión constante

Es la fórmula habitual en los títulos que permiten competición, y Electronic Arts no se ha olvidado de incluir un sistema tipo BattleNet (Battlefield 3) o Autolog (Need For Speed) en SSX, de hecho es una de las piezas centrales del producto y sin su uso el valor final de éste y la duración pierden muchísimo. La modalidad World Tour sirve, como en otros nombres de EA, para que el jugador aprenda de forma individual todas las claves del juego, el manejo, los objetivos, las maneras de conseguir mejores marcas, un primer contacto con los circuitos, los personajes y sus habilidades, el sistema de tiendas y equipamiento, las diferencias entre zonas… Todo está perfectamente explicado, haciendo recomendable terminar este modo por primera vez antes de adentrarse en todo lo demás que ofrece SSX. Ya en las primeras 2 horas de juego el usuario puede verse fácilmente desbordado por todos los consejos y tutoriales que van sucediéndose sin descanso, desbloqueando los primeros personajes, cordilleras, tablas, armaduras y ropas. SSX tiene más de 500 elementos a desbloquear con los Créditos de Juego, la economía por la que pelearemos todo el tiempo, contra CPU, amigos y resto del mundo.

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RiderNet sostendrá la comunidad jugadora durante la vida útil del producto, empezando por los siete meses de contenidos, torneos internacionales y ampliaciones que EA Sports ha previsto para mantener fresca la red online de SSX como mínimo hasta finales de año. Desde esta pestaña podremos inscribirnos en campeonatos, dejar nuestras marcas en los rankings online o establecer nuevos amigos jugadores. Además, podremos formar nuestros propios grupos y salas con reglas, y lo más importante, mantener un desafío constante con nuestros amigos agregados a Xbox Live o PlayStation Network mediante la suplantación de records, es decir, que si jugando una pista concreta logramos un resultado brillante, éste se guardará y llegará en forma de aviso a nuestros contactos, invitándoles a superarlo frente a nuestro fantasma y hasta poniendo créditos de juego de por medio. Los DLCs que irán llegando de forma periódica (más pistas, personajes, tablas…) son la otra pieza esencial de RiderNet, que por supuesto utiliza Pase Online y no sabemos a qué precio dejará descargar las ampliaciones. EA aún baraja este dato, contando con la opción de gratuidad. El sistema RiderNet está perfectamente integrado en todos los modos de juego de SSX, un acierto a la hora de recoger nuestras marcas y actuaciones o invitarnos a superar.


SSX no tiene modalidad multijugador simultáneo tradicional, donde los personajes bajen las pistas codo con codo en carreras reñidas y de unos frente a otros. Es una decisión que EA asegura acertada para una experiencia como ésta, distinta y centrada en la auto-superación, pero desde la perspectiva crítica es incomprensible y a algunos dejará insatisfechos. A cambio, para incentivar el pique entre usuarios, RiderNet crea fantasmas de todas nuestras actuaciones, fantasmas que llegan a las consolas de todos nuestros amigos con copia del juego para que intenten superarnos en velocidad o puntos. A esto se suman las GeoEtiquetas, unas marcas o items que podremos colocar en puntos inaccesibles o altos para que, mientras sigan sin ser recogidas por otro jugador, nos generen más y más Créditos de Juego. La idea es brillante y funciona de maravilla, creándose desde ya auténticas leyendas de saltos imposibles. Es muy interesante ya que en cada partida veremos GeoEtiquetas de varios usuarios relacionados a nuestra vida con el título, y alcanzarlas no solo nos reportará beneficios en créditos, sino que frenará de inmediato su ganancia constante aun con su consola apagada.  Sirven además como una especie de apuesta, pues podemos jugarnos determinada cantidad a que aguantan sin ser recogidas un determinado número de horas.

Nieve en polvo

Uno de los aspectos más satisfactorios de la licencia SSX residía en su rapidez, fluidez de combos y absoluta precisión de las acrobacias, gracias a una jugabilidad medida al milímetro para resultar divertida y satisfactoria. La nueva entrega llega aún más lejos en esto y redefine los controles para probarse en la que parece la nueva técnica de manejo en títulos deportivos: el uso del segundo stick. Con la seta derecha, ahora podremos hacer trucos de manera más intuitiva y natural, aunque los que vengan de otros títulos de snowboard freestyle quizá prefieran un manejo tradicional, donde cada botón más una dirección dan lugar a un combo. Lo cierto es que para los que somos frecuentes en el género, cuesta un poco acostumbrarse a que el stick derecho únicamente más el apoyo de algún gatillo para especiales sea capaz de dar cabida a todo el elenco de acrobacias, distintas para cada personaje. Por otra parte, esta palanca secundaria también se puede usar para cargar el salto y brincar, lo que crea un gameplay ligeramente confuso cuando queramos hacer una acrobacia nada más despegar la tabla del suelo. Lo ideal para el salto sigue siendo el botón X cargado, es lo que mejor funciona en títulos de estilo libre y tricks.

Pese a lo comentado, el control del rider en el aire y superficies para el grind es absoluto y sin complicaciones. Al llegar a tierra basta con no pulsar nada y el personaje irá adquiriendo una postura natural de aterrizaje. Hacer trucos en SSX solo tiene la limitación de controlar el tiempo necesario del snowboarder para caer con estilo y equilibrio, y en esta entrega las tomas de tierra se han suavizado y agilizado tanto que solo en los  combos más arriesgados correremos el peligro de caer mal. Se podría decir que se ha facilitado o automatizado en cierto modo el dominio del rider y sus acrobacias, pero el reto de esta entrega consiste en muchas otras cosas además del aterrizaje con equilibrio y en la posición adecuada. Por ejemplo, en las cadenas de combos, fundamentales para lograr las máximas puntuaciones y rellenar rápido el medidor de Turbo o Tricky ya que podremos llegar incluso a ponernos en marcas de “x20”, destrozando directamente el marcador y encadenando todos nuestros malabarismos, que van desde el simple Melon o Backflip hasta torsiones imposibles, estiramientos o volteretas, todo ello con una conjugación de dirección de giro –stick izquierdo- y posición de agarre o desprendimiento de la tabla –derecho o botones-.

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Desde la primera entrega, SSX ha basado su equilibrio jugable en la velocidad de llegada a meta y los trucos, en una compensación en forma de turbos por hacer más y más puntos gracias a movimientos espectaculares (no solo acrobacias aéreas o sobre barandilla). En este capítulo esto no cambia, para nada, de hecho se refuerza hasta un límite cuestionable que hace a la barra de Tricky rellena casi imprescindible para lograr éxitos. En cualquier momento podemos utilizar turbos pero con la barra de Tricky al máximo, el personaje hace movimientos más desafiantes y vistosos, además de tener turbo ilimitado. Si logramos dar una segunda vuelta a este medidor tendremos el modo Super Tricky, donde todos los trucos del rider pasan a ser verdaderos riesgos de vida y el medidor de combo en sus mejores marcas. Además el espectáculo se incrementa con cuatro antorchas reflectantes en las manos y piernas del personaje, que encadenará de forma muy fluida todo tipo de piruetas del vasto abanico para lograr millones y millones de puntos. Entrar en Tricky y Super Tricky es vital, tanto para obtener muchos turbos como para lograr las mejores puntuaciones y dar la vuelta a las partidas. Esto no es positivo, pues convierte al gameplay en una lucha constante por alcanzar este estado especial, más allá de medir otros parámetros del snowboard, como la caída, la posición, las mejores rutas de bajada, atajos, toma de curvas…  Aquí recae su aspecto más arcade, de forma inevitable.

Una vez en los trazados, sorprende de este SSX la verticalidad lograda por sus creadores y la amplitud de todos los escenarios, con tantos caminos diferentes como formas de afrontarlos. Sus 9 cordilleras con más de 150 pistas son un ejemplo de variedad y cantidad en todos los sentidos, con diversos ambientes y arquitectura, lo que juega a favor de la diversidad a la hora de descender, saltar o correr. Una ciudad oriental abandonada en el Himalaya, barcos hundidos en el hielo de la Antártida, una central nuclear en Siberia, un volcán sudafricano o el laberinto de tubos de Alaska son algunos ejemplos. En SSX cada trazado dispone unas normas, un ritmo, un número concreto de oportunidades para lucirse y reventar el marcador. El grind automático sobre barandillas y bordillos es idóneo para las partes más intrincadas, mientras que los saltos de mucha altitud nos ayudarán a rellenar el Tricky y Super Tricky en muy poco tiempo. También influye si jugamos en Carrera, Tricks o Supervivencia, con diversos objetivos y mecánicas, aunque siempre mirando por tener los medidores el máximo tiempo posible y el combo con un buen múltiplo. El estado de la nieve, el viento, heladas, resultados de los giros… todo afecta en esta conjunción de circuitos y circunstancias.

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Otro elemento habitual en los títulos de hoy es el rebobinado para la corrección de errores rápidos. En SSX esta técnica no falta, aunque está bastante penalizada y abusar de ella puede ser motivo de pérdida automática de muchísimos puntos y tiempo, pues el resto de riders no paran su partida por una vuelta atrás de nuestro personaje. No tiene un peso protagonista, pero logra salvar de muchos tropiezos, especialmente en los exigentes Descensos Letales, las pista que cierran cada capítulo del World Tour y que siempre se presentan como realmente temibles, con un vídeo explicativo muy bien realizado que propone al nuevo snowboarder para el desafío y expone las características básicas del enclave, cómo enfrentarse a cada parte y con qué equipo sobrevivir a todas las sorpresas que guardan estos trazados, quizá los mejor diseñados y menos recurrentes. Son en realidad el mayor reto de SSX, la novedad más clara y el verdadero examen para el equipo que llevemos y hayamos adquirido. En estos descensos hay muchos más desniveles y precipicios mortales.

La elección inicial

En su preocupación por la mayor profundidad y duración, SSX ha incorporado una antesala a las carreras donde tendremos que elegir el equipo del rider antes de lanzarnos a pista. Con los Créditos de Juego podremos ir adquiriendo más tablas y vestimentas, afectando éstas a atributos del personaje como la velocidad, el turbo, la facilidad para hacer tricks o la resistencia. Además, en las modalidades más avanzadas, habrá que seleccionar una ayuda o perk y un objeto de equipo, que puede ser desde una armadura para no bajar tanto los niveles de salud con las colisiones o caídas erróneas, como unos piolets que ayuden al giro o las nuevas alas desplegables para aprovechar mejor los saltos y alcanzar mejores distancias y velocidades. Todo este equipo se utiliza con el gatillo secundario izquierdo, y suele tener también diversos sub-atributos que afectan a su comportamiento y durabilidad. Un porcentaje de probabilidad de supervivencia en la parte inferior izquierda de la pantalla nos ayudará  tomar las mejores decisiones, aunque siempre podremos equipar lo mejor para cada situación de forma automática con un comando especial para acelerar este proceso, para nada desdeñable y muy bien introducido. 

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SSX HD

Es la primera vez que SSX llega a las consolas de Alta Definición y lo hace con un motor poco impactante en la cercanía y la lentitud, pero deslumbrante en cuanto hay movimiento rápido, velocidad, dibujado alejado, muchos elementos en pantalla…. la mayor parte del juego. Empezando por la recreación de la nieve, es formidable cómo las tablas dejan surcos hiperrealistas y los comportamientos de todos los objetos y personajes sobre ésta, también con la sensación de deslizamiento resbaladizo, incrementada en superficies como el hielo o el metal. Si caemos justo delante de una roca, en un precipicio exterior de mapa o en un túnel, sí contemplaremos ya una capa de nieve peor terminada, que crea hasta cierto atasco del rider. La sensación de rapidez al bajar laderas, volar y sobre todo al lanzar los turbos es innegable, nunca antes lograda en un título de snow. Ninguna queja tampoco para las animaciones de los riders, suaves y fieles, muy fluidas al cambiar posturas o encadenar combos de trucos. La vista total sobre el horizonte, los pesos, los efectos meteorológicos y las luces terminan de redondear un apartado gráfico formidable, que solo se ensucia con planos cercanos o momentos de estatismo, infrecuentes.

En lo sonoro, este SSX contempla la mejor BSO de la franquicia, con una selección de más de 40 temas, 36 de grupos establecidos de la electrónica, el rock indie, el R&B o el funky internacional actual. Camo & Krooked, The Qemists, Amon Tobin, Raffertie, Foster the people… la lista es variada y recommendable también fuera del context del juego. Además, cualquier canción que tengamos en la consola puede ser importada al soundtrack del juego, de manera que podemos crear listas de reproducción personales para las partidas. En cuanto a efectos, es interesante cómo SSX mezcla las canciones y el despliegue especial de Super Tricky, los diversos fragmentos cogidos para el roce de la tabla con la nieve, los grinds sobre superficies… También hay un abanico lo suficientemente amplio como para no defraudar en este otro aspecto técnico.

8.6

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.