Virtua Tennis 4
Con la raqueta a todas partes
Sega quiere que su Virtua Tennis esté en todos lados y por descontado no podía perderse el lanzamiento de Vita. La compañía se ha marcado una conversión muy exacta del juego visto en consolas hace unos meses.
Nota: Al ser una conversión muy cercana al juego original, recomendamos leer nuestro análisis original para profundizar en algunos aspectos de su dinámica.
Fiel a su política de llegar a todos lados con Virtua Tennis, Sega no se ha querido perder el lanzamiento de Vita aportando una versión de la última entrega de la serie, la cuarta. Con sus raíces fuertemente arraigadas en las recreativas, se trata de un tenis que nunca ha perdido ese aire a arcade que siempre le ha caracterizado: partidas rápidas, poco dadas a la simulación, ágiles y amenas; un pasatiempo perfecto para unos cuantos minutos antes de seguir adelante con la rutina. A lo largo de su historia, la serie ha ido incorporando multitud de novedades, mini-juegos y refinamientos, pero siempre se ha mantenido fiel a su esencia, lo que en el caso de una versión portátil, puede suponer una ventaja añadida frente a la experiencia de jugar en una televisión en casa, habitualmente más adecuada para largas partidas.
World Tour es una conversión del juego ya visto hace unos meses en PS3 y 360, y si hay una cosa por la que destaca desde el primer momento es la propia calidad de la conversión. El juego de Sega es uno de los ejemplos más claros de como un título HD puede ser llevado sin aparente dificultad a la nueva portátil de Vita, sin perder nada por el camino. Por descontado, no es uno de los juegos que más exige a esas consolas de mesa, pero no deja de ser un efecto bastante impresionante ver la impecable recreación en la portátil, beneficiada además por la propia pantalla y la menor resolución, ofreciendo una imagen muy clara y definida que llama la atención.
Las animaciones, movimientos, recreación de pistas y el modelado de los propios tenistas es idéntico al de las versiones de consola. El juego cuenta con licencia oficial para reproducir a algunos de los profesionales más reconocidos de los circuitos, tales como Nadal, Djokovic, Federer, Del Potro... en másculino y Sharapova, Wozniacki o Ivanovic en femenino. También hay lugar para algunos clásicos como Becker, más otros nombres ilustres que pueden ser desbloqueados. Por otro lado, también es posible crear y editar tu propio tenista y hacerlo evolucionar a través del modo World Tour, personalizándolo con diferentes piezas de vestuario y obteniendo diferentes estilos de juego que condicionan el comportamiento del jugador en la pista.
Esos estilos condicionan una barra superior llamada ?concentración?, que una vez repleta permite lanzar un golpe ganador que puede suponer un punto casi seguro. Pero para acceder a él, hay que jugar dentro del estilo seleccionado. Si se pretende jugar de fondo, la barra de concentración sólo subirá cuando se golpee desde detrás de la línea de fondo, y lo hará en menor o mayor grado dependiendo de la calidad del golpe. Los tenistas conocidos tienen su propio estilo asociado, como por ejemplo Nadal, cuyo estilo es ?defensivo?, pero en el caso de los jugadores creados por el usuario, ese estilo se puede seleccionar entre una amplia selección, aunque primero habrá que avanzar por el World Tour para obtenerlos todos gracias al dinero.
Al igual que en el original, el modo World Tour es el principal entretenimiento largo en modo jugador individual. Un curioso modo carrera en el que se avanza por una especie de tablero que representa diferentes circuitos internacionales. Cada turno se puede avanzar entre uno o cuatro puestos dependiendo de los tickets que se tenga. También hay tickets especiales que permiten cambiar aleatoriamente todos los tickets en mano, útil para evitar malos movimientos, u otro que vale por una jornada de descanso para recuperar fuerzas. Durante esos viajes se accederán a torneos más exigentes, con rivales ya conocidos y además se podrá entrar en diferentes partidas especiales de entrenaimiento, una colección de mini-juegos que mejoran aspectos determinados del personaje y de dificultad creciente a medida que se van completando.
Sobre el propio juego, se mantiene fiel a la esencia arcade de la serie, aunque no renuncia a una gran variedad de posibilidades en forma de dejadas, globos, golpes en profundidad, saques con efecto y otros golpes que abren el abanico de opciones. La posición es clave, ya que no es lo mismo golpear una bola unos pasos más alejados o más cercanos, ese factor puede determinar la diferencia entre un golpe imparable y un churro que llegue manso a los dominios del contrincante. Se nota su preferencia arcade en lo sencillo que resulta siempre meter meter bolas donde quieres y lo difícil que resulta tirar bolas fuera, interesa que sea una experiencia fluida y amena, lo que quita que en el modo difícil y muy difícil haya buenos retos para los que aspiran a algo más.
Sobre las novedades que incorpora la versión Vita, la más vistosa son los nuevos controles táctiles, pero lo cierto es que tampoco aportan gran cosa. Es cierto que puedes controlar el juego usando sólo los controles táctiles, moviendo al jugador e indicando el punto exacto donde se quiere llevar la pelota al lado contrario, pero se puede hacer exactamente lo mismo con los dos sticks analógicos, de manera mucho más cómoda y sin tapar la pantalla con los dedos. El control táctil puede ser un complemento y una alternativa en ciertos juegos, pero tiene poco sentido usarse como método de control alternativo cuando la misma máquina tiene un sistema de control que funciona sencillamente mejor. Y sí, está bien implementado y es jugable, e incluso se puede usar alternativamente con los sticks para obtener un extra de precisión en el golpeo, pero alternar entre los sticks y la pantalla en medio de un peloteo no es tan fácil y francamente no hace falta.
World Tour también ha incorporado una serie de minijuegos basados en características particulares de Vita. En uno de ellos se puede jugar en primera persona, moviendo al jugador con los sticks y moviendo la consola para fijar el punto de vista; pero jugar así no deja de ser una mera curiosidad que no acaba de funcionar ante la dificultad de ver dónde estás en relación a la bola, obligando casi a jugar a ciegas. Luego hay dos minijuegos, uno basado que permite a dos jugadores echar partidas sencillas con una misma Vita, cada uno manejando a un jugador en su lado con los dedos, y otro entretenimiento basado en el control gestual de la máquina. Meras anécdotas. En cambio, las mejoras en el modo multijugador sí que son más notables, incorporándose nuevos métodos para socializar con jugadores de todo el mundo y mantener redes de amigos con los que jugar online -también es posible jugar en modo ad-hoc local-. Jugar online a Virtua Tennis 4 es muy divertido y es cuando la naturaleza simple y arcade de la serie brilla con más fuerza.
Lo Mejor
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.