Shank 2
- Plataforma3608PCPS3
- GéneroAcción
- DesarrolladorKlei Entertainment
- Lanzamiento08/02/2012
- EditorElectronic Arts
Más rápido y salvaje.
Más rápida, más furiosa, más sanguinaria, más brutal. Así es como se nos presenta la secuela de Shank. Arrancar mandíbulas de tiburones, cortar por la mitad helicópteros o meterle a alguien un bate por la boca y después empujarlo hasta el fondo son el pan nuestro de cada día en Shank 2, siempre que la pila de cadáveres deje ver nuestros movimientos.
Más rápida, más furiosa, más sanguinaria, más brutal. Así es como se nos presenta la secuela de Shank. Arrancar mandíbulas de tiburones, cortar por la mitad helicópteros o meterle a alguien un bate por la boca y después empujarlo hasta el fondo son el pan nuestro de cada día en Shank 2, siempre que la pila de cadáveres deje ver nuestros movimientos.
Si algo puso de moda el cine de acción de los años 80 fue la máxima de que toda secuela debía ser más espectacular, épica, intensa, sangrienta y divertida que su antecesora. Una máxima que -excepto en ocasiones- hemos podido ver en títulos como La Jungla 2: Alerta Roja, Acorralado 2ª Parte, Terminator 2 o Dos Policías Rebeldes 2. Títulos todos estos que no han sido citados a la ligera, pues los elementos que encontramos en ellos pudímos verlos en el primer Shank, cuya historia de odio, mutilación y venganza contenía tintes tambíén de films como Kill Bill. El logrado apartado audiovisual y las toneladas de diversión que su violencia pasada de rosca ofrecía se veían sin embargo empañadas por un desarrollo de niveles y una jugabilidad no del todo acertadas. ¿Han sido estas heredadas por su secuela? ¿Adolece Shank 2 de lo mismo que su antecesora? Afilad la guadaña, recargad la motosierra y acompañadnos, que nos vamos con el perfecto sucesor de Rambo a una jungla más roja que verde.
Al igual que el buen cine de acción palomitero y descerebrado, la historia en Shank 2 es lo de menos. Sí, hay una trama de por medio que envuelve a una resistencia de guerrilleros en liza contra un despótico dictador -de nombre Magnus- y su nuevo ejército que se supone debería estar luchando contra los cárteles de la droga, pero a pesar de las escenas de video (viñetas de comics en movimiento con el mismo estilo cartoon del apartado ingame), y de la galería de personajes secundarios, esta apenas cobra importancia, justo igual que su antecesora, aunque bien es verdad que los motivos de venganza del personaje en Shank 1 tenían más peso que los que envuelven la trama de Shank 2. Al igual que un arcade de recreativa, la historia apenas es importante, ya que su gracia, su esencia radica en su apartado ingame, por lo que algunos usuarios puede que ni le presten atención a los videos, deseando que estos terminen o saltándolos directamente para volver a la frenética y desbordante acción directa.
A grandes rasgos nos encontramos con una mezcla de Hack N Slash/Brawler puro, disparos y plataformas en su desarrollo. Tomando buena nota del feedback recibido de los usuarios, Klei Entertainment ha implementado todo tipo de mejoras en uno de los apartados más criticados del primero: el control. Ahora, el botón para usar objetos que recuperen la salud es distinto del de atacar, algo que sin duda es de agradecer, ya que esta vez, cuando estemos rodeados de enemigos y combatiendo sin descanso, no malgastaremos sin querer uno de las botellas de alcohol sanadoras que estén justo al lado del enemigo contra el que estamos luchando. El sistema de Bloqueo no regresa a Shank 2, aunque esta vez contamos con la opción para esquivar golpes y balas de una socorrida voltereta implementada en el stick derecho, que más de una vez (y de dos y de cien) nos vendrá muy bien para concedernos ese segundo de respiro que necesitamos cuando la pantalla sea un caos virtual de sangre y enemigos, al tiempo que hace que el movimiento no se detenga nunca.
Disponemos de tres tipos de ataque con las siguientes armas en nuestro inventario: Melee o Cuerpo a cuerpo de daño moderado con nuestras afiladas cuchillas, que siempre llevaremos encima. Melee de daño superior con los machetes doble, la visceral sierra eléctrica y el martillo pilón, ideal para destrozar enemigos armados con escudos y rematarlos en el suelo. Y de distancia con los cuchillos arrojadizos, las pistolas o la potente escopeta, adecuadas para reventar tanques de gas. Pasar de una a otra en mitad de un combo podrá ser hecho con toda rapidez y fluidez, sin lentas transiciones que interrumpan el ritmo y la acción, siendo además necesarios movimientos como un martillazo o un disparo a modo de remate tras iniciar un combo con las cuchillas. El problema es que no podremos pasar por ejemplo de la pistola a la escopeta en medio de la fase. Al inicio de cada nivel escogeremos el arma en cada sección -el tipo de arma de golpe poderoso como la sierra o el martillo pilón, el arma a distancia como los cuchillos o las pistolas, y el arma arrojadizacomo las granadas o cócteles molotovs-, y solamente podremos cambiarlas al perder una vida.
También existen otras armas arrojadizas como granadas o cócteles molotovs, además de minas para plantar en el suelo con las que podremos emboscar al enemigo. Y a todo esto debemos sumarle además las decenas de armas que encontraremos por ahí tiradas, como cuchillos de carnicero, bombonas de gas, bates de beisbol, picos o peces espada. En ocasiones también manejaremos torretas de ametralladora para poder limpiar el escenario con más eficacia. La rapidez es otro factor añadido a esta secuela. Y es que todo se mueve con más presteza en Shank 2, incluido nuestro personaje, cuya respuesta al mando es rápida y precisa, salvo quizás en cuando debe agarrarse a un saliente para columpiarse, movimiento que necesita de un balanceo añadido hacia atrás-delante y que mejoraría siendo más rápido, no necesitando este balanceo, sino saltando tal cual nos agarramos.
La IA enemiga también ha sido mejorada, conformando unos enemigos con distintos patrones de comportamiento más allá del de arrojarse gritando sobre nosotros. Algunos se mantendrán lejos, apuntándonos con sus miras lasers; otros barrerán el escenario con sus ametralladoras, nos buscarán cuerpo a cuerpo con sus machetes y escudos o sencillamente nos barrerán a granadas a través de unos niveles que han ganado en variedad, desarrollo -aunque esto sigue siendo un arcade 2D en el que cruzamos la pantalla de izquierda a derecha barriendo enemigos- y efectos tanto visuales como jugables, regalándonos instantes como las explosiones de elementos del escenario como jeeps y coches, la posibilidad de masacrar a unos simples pájaros que vuelan por el cielo, instantes indianajonescos con enormes piedras rodantes incluidas, cuchillas móviles gigantes en el suelo a las que arrojamos a los enemigos de un disparo de escopeta para triturarlos, un camión con una sierra enorme que viene hacia nosotros (y que podemos usar para descuartizar a los enemigos), o un momento a contraluz que nos regala una visualización en sombra de los personajes (incluido el nuestro) mientras atravesamos bajo la lluvia un puente con un cielo crepuscular y lluvioso iluminado por rayos.
Junto a una mejor implementación de los controles nos encontramos también con una a dificultad igual de alta, aunque mucho mejor dosificada que en el primer Shank. El desafío desde los primeros compases es ya elevado de por sí, alcanzando su punto álgido en los niveles finales, en el que las hordas de enemigos serán ya tan altas y seguidas, que literalmente en la pantalla se apilarán decenas de cadáveres. Quizás para que este modo Historia no sea un camino de rosas, la desarrolladora ha eliminado el modo campaña multijugador cooperativo presente anteriormente, siendo sustituido por el Survival Mode, que consiste en un escenario fijo en el que tenemos que sobrevivir a oleada tras oleada de enemigos, pudiendo echar mano de un amigo tanto en forma Local como Online, junto al que desplegaremos torretas, usaremos señuelos y plantaremos minas en el suelo, todo con el objetivo de sobrevivir. Doce serán los personajes a elegir -cada uno con sus armas, características, bonificadores de daño- y tres los escenarios, que se antojan muy pocos para acoger las acciones de un modo frenético y realmente divertido, aunque quizás implementado un poco por la fuerza (muchos le hubiéramos agradecido el regreso del cooperativo en el modo Historia).
El espectáculo visual que Shank 2 ofrece vuelve a dar fe de lo vivas que siguen las 2D. Todo un despliegue artístico definido y detallado, más cartoon que realista, que no solo se queda en fondos bonitos de ver, sino con elementos en varios niveles de profundidad -al fondo y en el primer plano, enfocados y desenfocados- adornados con efectos como bruma, scripts de movimiento en objetos y elementos, fuego (que genera un efecto de distorsión), scaling -los enemigos saltando del primer plano hasta el fondo donde estamos nosotros- e iluminación, destacando por supuesto la visualización de la brillante hemoglobina que cae a chorros. Una fotografía que se ajusta a cada nivel y una rica paleta de colores se unen a unas fluidas animaciones que conforman un apartado gráfico llamativo y muy logrado. En cuanto al sonido, Shank 2 cuenta con un trabajo de doblaje correcto, una banda sonora que recuerda a composiciones los 80/90 de músicos como Hans Zimmer o Mark Mancina, en las que las guitarras eléctricas componen el Leit Motiv heroico del tema principal. Los efectos sonoros se llevan la palma, componiendo una sinfonía aparte de golpes, disparos, sonidos de sierra, gritos de agonía o cuchilladas limpias que cortan el aire, todo ello en una mezcla sonora que les da relativa predominancia sobre el resto.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.