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Assassin's Creed: Revelations

Assassin's Creed: Revelations

Vinculando historias

La nueva entrega de la franquicia Assassin's Creed es una nueva aventura cargada de sorpresas, intensas emociones e infinidad de misiones principales y secundarias por resolver. Desmond, Ezio y Altair se vinculan por primera vez para compartir el protagonismo de una nueva y satisfactoria entrega de esta franquicia.

Actualizado a

La franquicia Assassin's Creed se ha ido convirtiendo, con el paso de las entregas, en una de las licencias más exitosas de la actual generación de consolas. Pese a las polémicas generadas en torno a su primera entrega, la serie llegó a consolidarse como uno de los lanzamientos más importantes por estas fechas cada año. La historia de Desmond, narrada a través de sus antepasados Altair y Ezio, está cada vez más cerca de su fin (tal y como se comentó en las últimas semanas con la entrega del año que vien) y, tras tres entregas, la franquicia ha ido puliendo sus defectos para ir añadiendo cada vez más elementos y conformar una experiencia cada vez más satisfactoria.

Este año disfrutamos de Assassin's Creed: Revelations, una entrega que realiza un importante esfuerzo argumental para aunar las historias y líneas temporales de los tres grandes protagonistas de esta historia. A grandes rasgos, el juego mantiene todas las características básicas que, como decimos, se han ido asentando entrega tras entrega, cogiendo la base dejada por La Hermandad y añadiendo nuevos aspectos y elementos (aparte de la propia historia, claro está) que dotan a la producción de un poco más de profundidad y dan esa sensación de evolución tan satisfactoria. Aunque las novedades no son tan notorias ni importantes como las que hemos visto entre otras entregas, deja un buen sabor de boca al mantener dinámicas bien conocidas y añadir otras que mantienen fresco el producto, pese a que no se corrieron grandes riesgos.

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Historia
Como ya comentamos, en este juego asumimos el rol de tres personajes diferentes pero cuyos destinos están unidos por propia genética. Se trata de Altair, el protagonista de la primera entrega, ubicado en el siglo XII; Ezio, héroe del segundo capítulo y La Hermandad; y por último, Demond, el protagonista en el presente. Aunque el protagonista principal, con el que más tiempo pasaremos, será Ezio, tendremos bastantes ocasiones en las que nos pondremos en la piel de los otros dos protagonistas, dotando así al juego de una mayor versatilidad de situaciones y un ritmo narrativo más interesante que consigue enlazar las cuatro entregas hasta la fecha y ofrecernos una historia global más profunda que se adentra en algunos de los misterios vistos en los anteriores capítulos a la par que nos presenta sus propias historias.

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Argumentalmente, nos ubicamos justo después de los acontecimientos de La Hermandad (en los que no entraremos para no incurrir en destripes innecesarios), y Desmond está ahora atrapado dentro del Animus, en una  especie de estado comatoso, y allí se encontrará con un antiguo amigo y entrará en recuerdos perdidos, fuera de las cadenas principales de ADN, con lo que visitará nuevas épocas con el objetivo de encontrar un recuerdo perdido en el que Altair y Ezio se vinculen entre sí y así poder recuperar su consciencia, cuando se alineen todas las historias y así se arreglen los problemas de su psique perdida. En esta ocasión, las memorias de Ezio nos presentan a un héroe italiano ya bastante entrado en edad, que aunque conserva sus habilidades casi intactas, ya no es lo que era antaño.

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Las zonas del juego son, fundamentalmente, Constantinopla, Capadocia y Masyaf (el lugar del primer Assassin's Creed), con un objetivo clave que es recuperar un antiguo artefacto que Altair ocultó en la fortaleza de los asesinos. Los templarios están también intentando hacerse con él, por lo que toda la aventura será una carrera y una pelea por las llaves necesarias para abrir la puerta tras la que se oculta dicho artefacto. Siguiendo con la línea de las entregas anteriores, la historia es interesante y está cargada de sorpresas, traiciones, giros argumentales y la presencia de abundantes personajes históricos que dotan a toda la producción de un halo de realismo que permite que nos sumerjamos mejor en los eventos históricos que se nos narran y que se entremezclan una vez más con acierto con los fantásticos.

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Jugabilidad
En esencia, el juego bebe del legado dejado por las entregas anteriores, por lo que todo amante de la franquicia sabrá desde el primer momento cómo desenvolverse en el mapa. Se trata de una aventura de mapa abierto (aunque algunas secciones se abren según momentos del argumento) en la que podremos escalar a cualquier rincón y cumplir todo tipo de misiones principales y secundarias. De hecho, estas últimas vienen heredadas de La Hermandad, juego con el que comparte muchas de las posibilidades, desde los gremios y las misiones de los mismos (y la posibilidad de usar su ayuda durante la aventura) hasta comprar edificios de la ciudad para mejorar sus prestaciones y aumentar nuestros ingresos. Eso sí, algunos aspectos no tendremos que empezar de cero, como por ejemplo los túneles para movernos por la ciudad, que estarán todos disponibles al principio, evitando así la sensación de repetir las mismas acciones que en la entrega anterior.

También repite la formación de asesinos y las misiones a las que los podemos enviar para que mejoren sus habilidades (además de que en algunas ocasiones tendrán una mayor repercusión en la historia principal que antes). Como es lógico, también tenemos las tiendas de armas y armaduras, el banco, los médicos y todos los demás comercios ya habituales de la franquicia. También tendremos las atalayas a las que subir y repiten también los cuartes de facciones enemigas en los que deberemos acabar con el general para luego quemar su torre y proclamarlo nuestro territorio (aunque en esta ocasión, el enemigo puede intentar recuperar su cuartel). En definitiva, prácticamente todas las dinámicas y posibilidades de juego vistas en La Hermandad repiten, con matices y pequeños pulidos, en esta nueva entrega.

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Sin embargo, hay novedades interesantes. Por ejemplo, para las grandes secciones de parkour que son seña de identidad de la franquicia, se ha añadido el gancho. Este gancho permite que podamos escalar a zonas más elevadas al tener un mayor alcance, además de engancharnos en pleno salto a lugares inaccesibles por los métodos tradicionales. También nos servirán para deslizarnos por tirolinas, desde las cuales además podremos realizar muertes sobre los tradicionales guardas de los tejados o los que estén a ras de suelo. Otro añadido interesante al armamento son las bombas, con un gran número de variaciones diferentes que podremos fabricar a nuestro antojo y usarlas para diversos fines, ya sean petardos para distraer al enemigo, bombas fétidas, explosivos…

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Aparte de las secciones de parkour y de la libertad para recorrer la ciudad y cumplir misiones a nuestro antojo, otro aspecto importante de los Assassin's Creed son los combates; aunque se han añadido nuevos movimientos con el gancho, en esencia sigue siendo el mismo estilo de combate pasado en hoja oculta con sigilo o espadas en ataques directos y multitudinarios. Las contras siguen siendo cruciales, así como el uso de patadas para bajar la guardia de un rival y aprovechar para acabar con él; y por supuesto, también regresa la bonificación de, al acabar con un enemigo, movernos rápidamente al siguiente para eliminarlo de un solo golpe. Un sistema de combate ya muy bien conocido y que no ha evolucionado mucho pero sigue resultando funcional y satisfactorio en general.

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Pero esto no es todo, ya que en las misiones tendremos algunos cambios de ritmo. Si en gran medida el juego se basa en el parkour, en superar secciones de plataformas, balancearnos por postes y movernos sigilosamente para acabar con enemigos (o atacar directamente), en ocasiones tendremos secciones de carruaje en las que deberemos deshacernos de nuestros enemigos, así como otras más interesantes de gestión táctica. En estas últimas, tendremos control sobre los tejados para defender una posición. Invirtiendo moral, podremos colocar asesinos, arqueros, fusileros, barricadas y otros elementos para detener el avance del enemigo y alzarnos con la victoria al sobrevivir a diversas oleadas de enemigos. Y destacar las peculiares secuencias de Desmond en primera persona, recorriendo mundos al más puro estilo Tron.

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Todo esto sin entrar en todas las pequeñas cosas ya bien conocidas y que se mantienen inalteradas, como el robar a la gente por la calle, el reducir nuestra notoriedad sobornando, el uso de diversas armas y venenos, y un montón de pequeñas cosas que se han ido mostrando a lo largo de la franquicia. En definitiva, la misma base que ha ido evolucionando a lo largo de estos cuatro juegos, añadiendo nuevos detalles que hacen que la fórmula sea cada vez más profunda y ofrezca un mundo cada vez más vivo y lleno de vida. Cierto es que se nota que bebe mucho, tal vez demasiado por momentos, de La Hermandad, pero maneja con bastante acierto dicha circunstancia y no se ve lastrado por ella en ningún momento.

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Multijugador
El multijugador ofrece un interesante abanico de nuevos modos de juego, empezando por un peculiar modo historia en el que nos pondremos en la piel de templarios en entrenamiento a día de hoy, avanzando por los entresijos de las instalaciones de Abstergo. Habrá otros tres modos a mayores muy diversos, en los que deberemos recoger artefactos y cazar a nuestra presa, siguiendo las directrices de los modos de la entrega anterior. Eso sí, aparte de los modos en sí, se ha mejorado el interfaz para un acceso más cómodo y se han añadido diversas opciones de personalización para los personajes. En definitiva, un modo que evoluciona lo suficiente como para resultar aún más atractivo que en la entrega anterior y que permite dotar a la producción de un poco más de valor añadido que deja un gran sabor de boca y se fusiona ligeramente con la historia general de la franquicia.

Apartado técnico
No hay mucho que decir de Assassin's Creed: Revelations en términos de su apartado técnico, ya que en gran medida recupera el motor y gran parte de las texturas y animaciones de entregas anteriores. Eso sí, se ha aprovechado para pulir algunos detalles y emplear nuevas tecnologías con las que lograr que el producto tenga un acabado un poco mejor que la entrega del año pasado, volviéndose más digno de los tiempos actuales. Así pues, tenemos amplios escenarios muy detallados, con enclaves bien conocidos y personajes muy bien animados (sobre todo en las secuencias de vídeo) que permiten crear un escenario ideal para vivir los diferentes períodos históricos en los que se desarrolla la historia del juego.

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Como siempre en la franquicia, destacan especialmente las bellas recreaciones de las edificaciones y de los entornos, con detalles exquisitos que se ven en todos los rincones del juego. Eso sí, hay que reconocer que parte de los errores de los capítulos anteriores se repiten en esta nueva entrega, como pueden ser fundamentalmente el notable popping y algún que otro problema con la tasa de frames puntual. Todo ello con un gran apartado sonoro y el buen trabajo de doblaje en nuestro idioma al que ya estamos acostumbrados en la franquicia. En definitiva, un trabajo técnico en la línea de toda la serie que deja un buen sabor de boca y con momentos muy atractivos; a pesar de que ha evolucionado muy poco el motor, sí que se ha realizado una buena puesta al día del juego en el terreno técnico para no desentonar con otros productos del mercado actual.

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8.1

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.