Vindictus, Impresiones
Recién estrenado en Europa, Vindictus supone un paso adelante en cuestión de calidad para los títulos F2P, tanto por valores de producción como por las mecánicas del propio juego, bien ajustadas para los amantes de la acción en solitario y cooperativo.
El mundo de los Free to Play lleva ya bastante tiempo en pleno desarrollo y no es de extrañar que la oferta vaya ganando en cantidad y calidad. Vindictus es una de las nuevas incorporaciones a un catálogo que gana calidad y variedad por días, un ejemplo fehaciente del que este modelo funciona lo suficientemente bien como para atraer juegos cada vez de mayor nivel, enterrando más y más la idea de que son productos baratos y de inferior calidad. Lo que devCat nos ofrece con este título es, ni más ni menos, que un juego de acción de gran calidad y notables valores de producción, acompañado de suficiente contenido como para mantener entretenido al jugador durante largos periodos de tiempo.
Hay que enfatizar la palabra 'acción' porque si hay algo que no se puede olvidar es que Vindictus es un juego de acción. Hay cierta percepción de que un juego persistente online debe de ser algo parecido a los MMOs de referencia actual, pero en realidad Vindictus es un juego de acción puro y duro, adornado con varios extras que vienen con su naturaleza online y la necesidad de establecer una progresión lo suficientemente rica como para mantener al jugador interesado. Pero su mecánica basica se basa en el control directo de personaje, combos, bloqueos, esquivas... juegos como Devil May Cry son la referencia esencial a la hora de imaginar la acción de este título.
Una de las primeras particularidades de Vindictus es que, técnicamente, no permite crear tus propios personajes, ya que la primera elección es elegir entre cinco personajes pre-establecidos -de los cuales dos no están disponibles todavía-. Cada personaje tiene sus propias características, que se trasladan a su estilo de combate, fortalezas y debilidades. Lann por ejemplo se especializa en el combate rápido y ofensivo, con la doble arma como sello característico; Fiona es una guerrera más clásica, dotada de arma y escudo, por lo que su aproximación al combate es más equilibrada; Evie, que hace poco fue desbloquedada en los servidores europeos, usa la magia como principal herramienta ofensiva, capaz de ejecutar devastadores conjuros, aunque siempre tratando de aprovechar la distancia y no meterse en situaciones cuerpo a cuerpo. Dos personajes más están pendientes de desbloquear, algo que se hará en un futuro.
A pesar de que son personajes fijos, la personalización de los mismos ofrece una gran cantidad de combinaciones gracias a un potente editor que prácticamente garantiza que las versiones de los héroes de Vindictus sean distintas para cada jugador La naturaleza F2P se empieza a notar a partir de este punto, cuando se aprecia que no todas las opciones para la personalización están disponibles. Modificar tu personaje con todas las opciones disponibles para acoplarlo a tus gustos estéticos personales es algo que se puede hacer mediante pago de dinero real en la tienda de Nexon, donde se puede encontrar una variopinta gama de posibilidades que incluyen peinado, tatuajes, ropa interior y cosas del estilo. ¿Necesario para jugar? no, pero los que valoren tener los rasgos físicos de su Evie personalizados al detalle, pueden pasar por caja.
Aunque antes de elegir los rasgos de tu personaje, hay que pasar por el pequeño acto que no sólo sirve de prólogo sino también de tutorial, controlando a tu personaje en un desesperado ascenso a una torre, protegiendo al oráculo del pueblo mientras trata de calmar a una araña gigante descontrolada, que hasta ese momento había sido la cariñosa protectora de la localizada. En ese momento se puede apreciar la esencia del juego: andar por pasillos y batallar monstruos. Hay que tener claro ese concepto porque es vital para entender el atractivo que se puede encontrar en Vindictus: no es un juego de exploración, ni ofrece grandes variaciones en lo que a su oferta de juego se refiere: es un título de acción, un Beat'em Up de pura cepa en donde el énfasis se pone en la capacidad de reacción y habilidad del jugador, más que en su capacidad para ejecutar rotaciones efectivas de habilidades.
No es su único argumento, pero sí el más vistoso y el más sobresaliente. La velocidad del combate, la habilidad de luchar en tiempo real con las criaturas, la necesidad de moverse con inteligencia y agilidad para evitar ser rodeado o evitar poderosas acometidas rivales, el hecho de que cada golpe, cada paso, es consecuencia de un movimiento de tus manos y dedos... En el fondo, es un paso lógico para los juegos online, cuyos modelos actuales tienden a difuminar cada vez más ese sistema de semiturnos heredado de Everquest y apostar por combates más dinámicos y activos. Pero la brecha entre Vindictus y otros juegos persistentes de la vieja guardia es importante, una experiencia mucho más visceral -esa palabra que tan gratuitamente usan algunos responsables de publicidad para videojuegos, pero que aquí es necesaria. Hay algo que cambia irremediablemente cuando cada golpe es consecuencia de la pulsación de un botón y no hay nada que se parezca a un autoataque, el ritmo cambia completamente y el juego con él.
Sin embargo, hay muchas cosas que Vindictus no tiene en comparación con otros títulos persistentes online. Por ejemplo, carece de mundo coherente y explorable, ya que la experiencia se basa completamente en el uso de las instancias. Hay un centro neurálgico, en donde sí se comparte espacio con otros jugador, pero para realizar cada misión hay que ir a un mapa, seleccionar una localización y una misión disponible siempre que esté dentro de unos requisitos. En la configuración previa se puede elegir entre distintos niveles de dificultad, si se desea ir con un grupo o en solitario, si se mantiene abierta para que otros jugadores se puedan incorporar y algunos detalles más, como la posibilidad de realizar ciertas promesas que añaden condiciones adicionales a la misión y cuya consecución permite obtener más puntos e incrementar la experiencia. Una vez elegidas esas opciones, y tras un paso por la tienda, el jugador/jugadores toman un barco que les lleva automáticamente a la mazmorra que han elegido.
Además de eliminar por completo el componente de viaje del juego, otra consecuencia de esta filosofía es que los entornos no son excesivamente variados. Tal y como está diseñado el juego, se suele pedir al usuario que recorra mazmorras en una determinada zona múltiples veces, por lo menos -el jugador puede repetir todas las veces que quiera, incrementando la dificultad por ejemplo-. A eso hay que sumar que la variedad dentro de una zona no es muy alta, con muchas piezas sueltas que son repetidas y que sólo se diferencian por estar intercaladas de distinta forma. Ese reciclaje de entornos es la consecuencia de exprimir al máximo las zonas para asegurar un camino de progresión razonablemente largo para el usuario, lo que es justificable, pero tampoco se puede vender como un punto fuerte precisamente. A pesar de ello, gráficamente es un título notable, especialmente dada su naturaleza F2P, capaz de mostrar un buen espectáculo en pantalla de ordenadores de muy diferente gama. Es, sin duda, uno de los juegos más vistoso dentro de la particular categoría de títulos online gratuitos.
Tocando el tema de la progresión, Vindictus presenta una trayectoria completamente lineal ligada a la historia, de forma que el personaje va evolucionando naturalmente a medida que va avanzando la narración, con misiones muy ligadas al curso de los acontecimientos. Además, y para sorpresa general, la historia es sorprendentemente competente y está bien trenzada. Su puesta en escena no es muy lujosa, ya que se desarrolla mediante textos e ilustraciones estáticas, pero lo cierto es que incluye una gran variedad de personajes, distintas situaciones, interesantes circunstancias personales y, en general, un argumento que tiene sentido y que funciona bien a la hora de explicar el lugar del personaje en este mundo de corte céltico-oriental, así como los acontecimientos que han llevado a la situación de crisis actual. La historia está dividida por Capítulos, que por otro lado hacen de 'expansiones', ya que el estudio los va incorporando progresivamente, cada uno ofreciendo nuevos desarrollos, zonas y retos e incluso nuevos personajes a elegir o nuevos techos de desarrollo.
Se podrían comentar más aspectos interesantes del juego que no están ligados al combate, como el interesante sistema de manufactura, en el que casi todos los objetos que se pueden encontrar en una mazmorra pueden ser usados para la manufactura de objetos y armas. También hay un sistema de pesca para entretenerse en algo que no sea puramente el combate, y también existe algo de PVP, aunque de momento no está plenamente implementado y sólo permite duelos entre jugadores visitando la misma mazmorra. Por lo que respecta al modelo F2P, se ha implementado de manera muy adecuada, ignorando por completo tendencias que limiten al jugador en su tiempo de juego -esa 'energía' que tanto detestan algunos y que se ha convertido en el factor limitador de no pocos juegos gratuitos-. El jugador de pago tendrá personajes más personalizados y más vistosos, también podrá avanzar más rápido gracias a la compra de misiones especiales, pero un jugador que no pague nada podrá avanzar sin problemas y acceder a todo el contenido jugable de Vindictus. La progresión es bastante rápida incluso sin pociones, así que el jugador que no quiera pagar no se sentirá perjudicado, lo que es lo mínimo imprescindible que se le debe pedir a un F2P.
Analizar un F2P es siempre muy complicado por lo mucho que cambian en poco tiempo y lo cierto es que no se va a intentar con Vindictus. El retraso con respecto a las versiones USA garantiza que el juego va a tener una evolución muy rápida y por tanto es complicado valorarlo en su justa medida ahora mismo. De momento, los jugadores están limitados al nivel 44 ya que la progresión europea llega sólo hasta ahí, cuando el límite en otras regiones es 70, con bastantes más Capítulos incorporados. La idea para Europa es tratar de acercarse a USA lo máximo posible, pero no hay calendario concreto. Fruto de esa evolución acelerada, se puede apreciar cosas como que la tienda de personalización del avatar es todavía bastante pobre en comparación con las posibilidades que tienen los jugadores de otras regiones, una prueba más de que el contenido es demasiado inestable como para hacer una valoración precisa. Lo que sí que se puede decir, es que es una experiencia absolutamente recomendable, más teniendo en cuenta la naturaleza F2P de la misma. Por la calidad y cantidad de contenido que ofrece Vindictus, sería incluso recomendable si fuera un juego de pago normal, por lo que su oferta actual es poco menos que irresistible. Merece mucho la pena visitar la página oficial y descubrirlo por uno mismo, para muchos será una auténtica revelación ver hasta donde puede llegar actualmente el modelo F2P.