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Gears of War 3

Gears of War 3

El ocaso Locust

Los Lambent asedian el atardecer de una de las mejores trilogías de la generación. El escuadrón Delta se lo juega todo en la última epopeya de Marcus Fénix, una obra que además está repleta de adiciones y regalos multijugador. Un bofetón sísmico a los shooters.

Ha sido una confrontación larga, para muchos caídos eterna, un viaje abrupto de la humanidad contra la amenaza, de la vida en la superficie contra el Inframundo. Una partida inagotable donde ha tocado perder. Los Locust han desplegado todo su arsenal en la que promete ser la batalla final de las CGO, pero hay una nueva pieza clave en este tablero bélico, los Lambent, criaturas mutadas por su sobrexposición a la Imulsión que llegan con fuerza en este último Gears of War para desestabilizar la contienda más encarnizada que hayamos visto en mucho tiempo en ningún otro videojuego. Agarraos al arma porque aquí acaba el formidable periplo que Epic Games comenzó hace cinco años revolucionando por completo los juegos de disparos en tercera persona. En este atardecer deslumbra todo más que el sol.

Poner punto y final a historias que han marcado la vida entera de una videoconsola no debe ser tarea fácil. A Microsoft le toca este septiembre despedirse del responsable de gran parte de las ventas de su Xbox 360 y uno de los iconos culturales del último lustro gracias a su inconfudible protagonismo en una saga sobresaliente que alcanza ahora su clímax. Marcus Fénix se despide, se aprieta el pañuelo que le tapa la cabeza para enfrentarse a su gran destino, vivir o morir en la lucha Locust. Con un final que no deja indiferente -y no es el esperado-, la licencia estrella de la consola concluye las rudas trama y ambientación iniciadas en 2006. Reapariciones, referencias, flashbacks, guiños, sorpresas, giros... La norma de que un cierre de argumento debe ser mayor que cualquiera de sus partes parece escrita por Gears of War 3, concienzudamente mejor en su vertiente dramática que las dos anteriores entregas y que la mayoría de títulos del género.

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Epic además ha aprovechado muy bien estos tres años que ha dedicado a la creación del juego para plagarlo de contenidos extra, modos multijugador y novedades de partida sin sacrificar la espontaneidad, profundidad, variedad, rejugabilidad y todos esos atributos acabados en -dad que tanto nos agrada encontrar a los jugadores y que suelen reforzar las críticas de los productos brillantes, como ésta. Es totalmente notoria también la prórroga de siete meses con la que ha contado la desarrolladora, pues GoW 3 estaba fechado para principios de este año y fue la propia Microsoft quien impuso un retardo suplementario al producto de Cliff Bleszinski y compañía para que fuera totalmente refinado y de paso adaptarlo a un más equilibrado calendario comercial de lanzamientos, apoyado sobre todo este 2011 en esta poderosa exclusiva.

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Por supuesto, no le sobra epicidad ni testosterona, innegociables signos indicativos de la franquicia. Gears 3 es la reafirmación a sí mismo como cierre triunfal, un tributo a toda la odisea de Marcus y su equipo, y un regalo para los fans. Más emotivo y vistoso que nunca, el título exhibe madurez se mire por donde se mire. En cuestión de gráficos y tecnología el Unreal Engine 3 ha dado un descomunal salto más, llegando quizá también con esta obra al que acabe siendo su límite. Todo el tratamiento de superproducción baña de calidad un juego que tenía como principal reto ampliar una base jugable alta y perfectamente estable. Y no ha tocado los cimientos, pero ha reformado y agrandado con gusto cada espacio interior, materializados en todo lo que vengo diciendo y algunos elementos más: modos de juego y jugadores simultáneos, mecánicas en gameplay, equilibrios entre armas, Inteligencia Artificial, diseño de escenarios, capacidades técnicas o trama. GoW 3 es más y mejor.

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Logra destacar y hasta sorprender, que no son tareas fáciles en una época donde el género de los disparos, también en tercera persona, exubera toda la industria y joyas como Uncharted -licencia literal y especialmente competidora- ponen los listones muy altos con mecánicas inequívocamente calcadas a las que trajo en su día Gears of War pero desarrollándolas y mezclándolas hábilmente. Este tercer capítulo mantiene muchísimo esto, tanto como las omnipresentes coberturas a media altura, la cruceta de armas o los niveles lineales. Sigue siendo como el anterior juego, quizá en exceso si lo miramos en sentido estrictamente mecánico, pero logra superar todo lo visto antes con un apartado técnico más impactante, un sinfín de extras, modos para todos los gustos, y la necesaria y finalmente plena corrección de deficiencias que se ha llevado a cabo para dejarlo en la experiencia idónea y completa que siempre habían perseguido desde Epic.

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El último día

"¡Qué habéis hecho!", vaticinaba alguien al final de Gears of War 2. El primer vídeo del nuevo juego nos recuerda por dónde va el conflicto Locust-Delta y cuál es la catastrófica situación del planeta Sera, por si hay algún neófito entre el multimillonario público que tendrá el juego (también podéis repasar la historia completa en nuestro Pre-Análisis). Recluidos en la Isla Vectores, los pocos humanos de las CGO que quedan malgastan sus últimas balas contra la insurgente cantidad de enemigos que los amedrenta. Marcus, Dom, Anya y otros supervivientes del Escuadrón Delta no ignoran el mensaje que cerraba el anterior juego, y justo desde aquí arranca un argumento plagado de reencuentros, tensión y drama, mucho más duro del que estábamos acostumbrados a contemplar en los anteriores GoW y centrado en el último día de guerra. También es el último viaje de Marcus, sale desde un carguero irrumpido por un Leviathan, pero atravesará muchas localizaciones, algunas ya conocidas, para llegar hasta el final de una guerra no tan inesperada como todos creíamos.

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La trama es grandiosa, entre brusquedad, sangre y palabrotas hay invitaciones a la reflexión ética y está llena de giros, flashbacks y hasta una narración en paralelo, donde controlaremos al siempre egocéntrico Cole. Se aprecian influencias incluso de Bioshock o la mencionada saga Uncharted. Razonamiento y diseño al servicio de la mejor experiencia posible. En Epic lo tenían claro desde el principio, como nos han contado en algunas entrevistas anteriores. Y lo han conseguido, la clave es que es un todo. El equipo de diseño capitaneado por Cliff B. no ha escatimado en imaginación y ha logrado una serie de marcos sublime para este cierre dramático por todo lo alto, de lo desértico a lo paradisíaco pasando por lo urbano y maravillosos interiores. No hay dos escenarios iguales y toda la atmósfera transmitida en nuestro avance sumerge de lleno en el angustioso conflicto.

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Conflicto verdaderamente crudo, especialmente con la entrada en escena de los Lambent, deformaciones aún más inteligentes y robustas que los Locust, de nuevos tipos y emvergadura. Tentáculos que emergen del suelo, bicéfalos elásticos, arañas explosivas (Pólipos) con madre incluida, Drudges infectados, Drones amarillentos, Bersekers... Todo el nuevo elenco de criaturas luminosas, irradiadas por la Imulsión, hace temblar a humanos y subterráneos. No es para menos. Esta guerra está claramente presidida por ellos así como la jugabilidad del título, que nos enfrentará a toda clase y tamaño de bestias mientras la contienda Locust no nos da descanso. Podemos enunciarlo sin errar: Gears of War 3 tiene la acción más intensa y variada de las tres entregas. Junto a las más de quince armas disponibles, el camino de Marcus estará lleno de trampas, puertas, persecuciones en vehículos y hasta un desagradable crucero submarino. En proporciones porcentuales, en torno al 75% de la aventura dispararemos y nos cubriremos a pie mientras que el 25% restante lo haremos a bordo de diversos artefactos o disfrutaremos de otras mecánicas, perfectamnete introducidas e implementadas.

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Y digo "disfrutaremos" porque Gears 3 realmente es divertidísimo. Junto a la suculenta trama, este manjar hecho videojuego nos trae una experiencia tan frenética ya en su modo Campaña que nos costará creer los retos que estamos solventando durante las nueve u once horas que nos ocupará. Es el modo principal más largo de las tres entregas y la curva de dificultad está trazada con elegancia y precisión, exaltándose en los enfrentamientos contra jefes finales, que desgraciadamente no han encontrado en el acto de despedida del juego el encuentro épico y memorable que cabe esperar y que la trama va preparando poco a poco. Nos hubiera gustado un duelo final más llamativo, aunque el que se ha introducido no está nada mal, pero no es la espectacular contienda increible que la saga y todo el largo recorrido de Marcus merece. Os gustará, sí, sobre todo a los que hayáis jugado las tres entregas -a los que deslumbrará y ya entenderéis por qué-, pero no es lo que esperábamos. También sucede esto con el vídeo final que, pese a ser espectacular y digno, os dejará un poco fríos si lo comparáis con el del cierre de otras superproducciones...

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Y si los colosales jefes suponen los picos álgidos de la aventura -dividida una vez más en cinco actos y subcapítulos-, las ocasionales decisiones de tomar un camino u otro y sus cuatro modos de dificultad aseguran que ésta se repita, máxime si queremos conseguir todos los objetos secretos que sus desarrolladores han escondido por los intrincados escenarios, coleccionables como una revista o un diario que nos sumergen aún más en toda la historia de los personajes, el sistema político de Sera, la creación de las razas, la contienda Locust o la legendaria Guerra del Péndulo. Para un solo jugador Gears of War 3 tiene bastante que ofrecer, pero ya se sabía, donde Epic ha querido poner la otra gran mitad de sus esfuerzos es en todas las modalidades multijugador, competitivas y cooperativas. Una garantía plena de que tendremos juego durante meses y otra razón que lo convierte en una gran inversión lúdica.

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Hermanos hasta el final

Lo dicho, la jugabilidad de Gears 3 tiene una virtud que sobresale del resto, ésa es su sensacional modalidad cooperativa para hasta cuatro jugadores. Durante toda la Campaña estaremos acompañados de otros miembros de las CGO. Como siempre en GoW, los personajes entran y salen de la trama, a veces vapuleados por el destino más triste o en otras ocasiones simplemente porque Fénix toma caminos diferentes que el resto. Todo el modo principal está pensado para ser compartido con otros tres amigos, tanto, que si no jugamos online con otras personas, los personajes controlados por la CPU se comportarán como tales jugadores, pudiendo intercambiar armas y munición con ellos solo con apuntarles y pulsar el botón X, planeando estrategias de ofensiva conjunta como flanqueos o emboscadas traseras, y, por supuesto, respaldando nuestro avance y caídas al suelo tras ser machacados a balazos. No tardarán en rescatarnos, como lo haría un jugador real. Nunca estaremos solos. La IA aliada es francamente buena en esta entrega. Se aprecia que Epic se ha centrado más en ella que en la rival, notable pero no tan extraordinaria.

El modo Horda fue un gran añadido de Gears of War 2. Otros Triple A de disparos como los últimos Call of Duty ya no perdonan no incluirlo. GoW 3 tiene la Horda 2.0, una fenomenal puesta a punto que es muchísimo más divertida con su sistema de compra de armas y trampas, escenarios cambiantes, oleadas de todo tipo de mosntruosos Locust y enormes Lambents, y juego para cinco usuarios simultáneamente, dos en una misma consola. La nueva alternancia de oleadas y etapas de varios segundos para construir y tomar posiciones le otorga un componente estratégico nunca antes visto. Ahora tenemos que pensar bien cómo gastar nuestro crédito, en qué mecanismos, vallas y pistolas, sin descuidar la posición de recepción que escojamos ni las cajas empleadas para coberturas, destruibles y que nos harán movernos mucho. Al igual que el diseño de los numerosos y exclusivos mapas, bastante irregular y con elementos que los van modificando y condicionan las partidas. Es un placer descubrir este modo por uno mismo, así que no os quitaré ese gusto desvelando más.

Si vuestras ansias de cooperación online todavía no están saciadas con todo esto, el modo Bestia es la nueva idea de Epic para poner a prueba nuestra habilidad al trabajar en grupo a velocidad endiablada. Con solo un minuto de tiempo y otros cuatro amigos, tendremos que encarnar a un grupo de Locust para tomar una posición controlada por humanos, avanzando entre sus pasillos y trampas. Matarlos o asediar varias zonas nos irá sumando tiempo al contador, aunque también tendremos que movernos estratégicamente y construir. Podríamos decir que es un modo Horda invertido, más rápido y contrarreloj, donde nos toca participar dentro de las oleadas y acabar con los CGO que no pararán de dispararnos asentados en sus trincheras y resquicios, llenando de barreras láser y torretas las mejores posiciones. Cada nivel aumentará la dificultad, bastante exigente e incluso agobiante en las primeras partidas cuando aún no tendremos soltura con los mapas y la frenética mecánica de buscar tiempo donde sea.

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Rivales desde el principio

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Como no podía ser de otro modo, toda la vertiente online competitiva también se ha ampliado sustancialmente, aunque sí hay cierto continuismo enclaustrado en los mismos modos multijugador de siempre, como capturar la bandera, rey de la colina o lucha por equipos, eso sí, redefinidos, con objetivos móviles, grupos formados por parejas, sin minimapa de posición del fuego... Cinco contra cinco, sin demasiadas pretensiones masivas pero encontrando justo el punto de equilibrio entre diversión y agobio que esta mecánica necesita. Gears of War 3 nos plantea varios mapas inicialmente, aunque poco a poco se nos desbloquearán más y ya sabemos que habrá descargables del Bazar, como ocurre con las armas, que aunque nos las seguiremos asignando al principio de la partida, el poderlas intercambiar con nuestros compañeros da a la jugabilidad una nueva dimensión que tendremos que saber valorar.

Además, portentos letales como el rifle One Shoot o una carrera en línea recta con el Lancer Retro con la bayoneta cortando el viento y lo que se nos cruce marcarán las partidas y tablas de resultados, mucho menos predecibles que en otros juego, lo que las llena de emoción. Las ventajas y los puntos de experiencia vuelven a ser clave para los enfrentamientos online que disputemos en Gears of War 3. Muy al estilo de los FPS bélicos del momento, nuestro rango y número de insignias irá aumentando por las hazañas, desbloqueando cada vez más y más material equipable, desde un sencillo nuevo skin de personaje hasta un modificador de las armas o equipamiento base. No obstante, solo los jugadores con nivel similar serán enfrentados y cada partida, como decía, puede ser un completo episodio con combinación de azar y reflejos, más allá del nivel que tengamos. Su mecánica sigue primando diversión y destreza frente a horas muertas invertidas, un gran acierto.

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Alarde técnico

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Ha sido el motor gráfico esencial de la generación de consolas en la que nos encontramos inmersos y la herramienta más rentable de la historia de Epic Games. Como padres del magnífico y sólido Unreal Engine 3 que ha usado Gears of War desde su primera entrega, en este tercer episodio los desarrolladores del juego se vieron en la tesitura de renovarlo gráficamente hasta tal punto que toda la lluvia de críticas que soportaron con el salto del primer título al segundo escampara escandalosamente en esta ocasión. Y tanto que lo han conseguido, Gears of War 3 es desde ya uno de los softwares de consola más vistosos de todos los tiempos, la amortización plena del sistema de diseño tridimensional que la compañía creó hace más de seis años y una nueva puesta a prueba de sus capacidades. Se ha logrado una labor general en imágenes envidiable, que sigue cargando la alta resolución de las texturas ante nuestros ojos pero que ahora lo disimula mucho mejor con un efecto de progresividad.

Frente a este borrón y alguna otra incongruencia determinadas y casi inapreciables ralentizaciones en los niveles en vehículo o el escaso peso físico de los cadáveres y los objetos interactivos de los escenarios, el juego logra ser un espectáculo de luz, fluidez, detalles y partículas prácticamente inigualado hasta hoy en Xbox 360. Las explosiones, las balas que silban en todas direcciones y son perfectamente visibles, las animaciones empleadas para la destrucción y metamorfosis de los mapas -ahora mucho más destruibles- la definición de las texturas rugosas como la piedra, la arena o el césped, el humo, y sobre todo las luces y destellos, con efectos de deslumbre, reflejos o fuego cuidadísimos, consiguen dejar boquiabierto a cualquiera que se atreva a compararlo con sus antecesores. Por otro lado está la gran presencia de la Imulsión en esta entrega, que brilla y salpica como nunca con unos sobresalientes efectos para hacerla gelatinosa y fluorescente.

Otro tanto se llevan los personajes, más detallados que nunca y con tantos efectos sobre las armaduras y piel que casi nos parecerán fotorrealistas, también los enemigos. El comportamiento y gesticulación son asombrosos. El movimiento de protagonistas y adversario es impredecible y variado, con muchas animaciones diferentes para una misma acción, como cortar a un enemigo por la mitad con la sierra eléctrica del Lancer o recargar. La posición que tengamos y nuestro hacer con el mando determinan cómo se mueve Marcus o el personaje que llevemos. Sobre la recarga, por ejemplo, acertar a parar el medidor justo en la muesca durante una recarga activa -mecánica habitual de GoW- hará que llenemos el cargador más rápido, y eso ahora también se aprecia en la animación que veremos. Espectacular resulta también la soltura de los jefes finales, más sorprendentes e innegablemente cuidados para que den su mejor espectáculo. 

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Todo el acabado cinematográfico de la licencia se mantiene a flote en GoW 3, con una nueva banda sonora más espeluznante que acompaña perfectamente este sobrecogedor cierre de la trama, lleno de juegos de cámara y, por supuesto, completamente localizado al castellano a cargo del mismo equipo de dobladores de los anteriores. Era de esperar, se mantiene el nivel de los actores que ponen voz a los personajes, los chascarrillos e insultos entre compañeros perfectamente localizados a nuestro idioma o más que adecuada sincronización labial. Eso sí, GoW 3 muestra el argumento más tórrido y emotivo de los tres juegos, y este doblaje en ocasiones no sabe estar a la altura ridiculizando involuntariamente y fastidiando escenas de una alta carga sentimental. Es una lástima, pero es un punto flaco que tenemos que criticar a las exigencias en localización. Los efectos sonoros, desde el sonido de la motosierra Lancer hasta los rugidos de los Locust, se han mantenido intactos, respetando la brutal identidad de la saga.

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Arma en mano, cuerpo a tierra

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Otro aspecto retenido y que no iba a cambiarse ni un ápice era su manejo, fiel al esquema original y solo reforzado con las nuevas órdenes mediante botón pulsado, es decir, que nos requerirán mantener oprimido un botón determinado mientras un medidor se va rellenando. Esta técnica tiene mucha presencia en el gameplay de Gears of War 3, ya sea para activar un interruptor, lanzar una catapulta, cambiar de arma o rematar brutalmente a un enemigo caído que gatea moribundo por el suelo. Por supuesto, llevar a cabo esto nos ocupa un tiempo determinado, normalmente un segundo y unas pocas décimas, pero en este pequeño fragmento estaremos expuestos a balazos y ejecuciones, por lo que sobre todo en las partidas online será vital saber controlar bien quién nos rodea antes de llevar a cabo una de estas acciones ahora con comandos cargados.

La potencia y rapidez de las armas menos agraciadas se ha reajustado. Ahora una Pistola Boltok o una Recortada pueden ser la haerramienta ideal para avanzar en diversos tramos debido a su aumentada potencia y la rapidez que se puede obtener con una recarga activa perfecta. También son vitales las nuevas armas o las especiales, como el Martillo del Alba, ahora obsequio absoluto que nos veremos obligados a usar en más ocasiones de las esperadas. Y sobre las novedades, por nombrar un par, el Retro Lancer supone la mayor de éstas, es un Lancer de las Guerras del Péndulo con bayoneta en vez de motosierra. Su gran virtud es permitirnos emprender carreras con la punta hacia delante para cortar y clavar a cualquiera que se interponga. A cambio, es menos preciso que el Lancer corriente. La One Shoot es una ametralladora especial de gran tamaño que recarga un solo disparo durante cuatro segundos y con él es capaz de derribar hasta al más enorme Lambent que se nos interponga. Es un arma CGO ancestral y también tendremos que tener cuidado con ella. Hay más herramientas, torretas, escudos y fusiles que cada jugador irá descubriendo.

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Como hemos introducido antes, todos los niveles de Gears of War 3 mantienen esa proliferación de cajas, piedras y resistentes vallas que llegan a los personajes a la altura de la cintura para que puedan resguardarse agachados tras ellas. Estas coberturas son el elemento clave de la jugabilidad junto a las armas, y la mitad de la habilidad que exige el juego consiste en saber usarlas y moverse bien por ellas. En este episodio no son tan estáticas, hay muchas cajas destruibles, bombas que arrasan construcciones enteras o escenarios en continua deformación por el fuego, agua o derrumbes. Se ha fomentado el dinamismo, el que el jugador tenga que salir de su escondrijo e ir cambiándolo para buscar la mejor posición para disparar. Esto también se sostiene en una IA enemiga muy agresiva, que siempre avanza hacia nosotros y busca cómo flanquearnos para dejarnos expuestos a sus tiros.

Por último, sobre los modos de dificultad, obviamente el modo desbloqueable tras completar el Hardcore es el más realista en cuanto a comportamientos enemigos y daños recibidos por las balas. Es todo un reto y los Lambent son la criatura ideal para desafiar en este modo, pues explotan al morir lo que supone que tendremos que pensarnos bastante si atacarlos cuerpo a cuerpo, siendo en algunos casos completamente imposible si no queremos desaparecer junto a ellos. Hay tantos puntos de control que caer en un determinado tiroteo o aplastados por un jefe no nos hará empezar de nuevo demasiado atrás, algo que es fructífero para la experiencia de juego pero que facilita bastante las cosas cuando de verdad busquemos un reto, más sencillo de encontrar en los modos multijugador. Si lo queremos en solitario, la Horda o partidas con bots son las únicas alternativas.

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Conclusiones

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A Marcus Fénix le ha llegado la hora, debe cumplir su cometido junto a los pocos CGO supervivientes que le escoltan y pasar a la posteridad de su historia y la nuestra, la de los videojuegos. No cabe duda de que lo hará. Epic Games ha concluido como debía su licencia más ambiciosa hasta la fecha, la marca vendeconsolas que Microsoft tanto a cuidado y que nació y se lleva consigo los mejores resultados gráficos que el Unreal Engine 3 haya sido capaz de mostrar. Espectacular y soberbio técnicamente, el capítulo de cierre de las epopeyas en Sera de los Gears contra los Locust alcanza su nivel cumbre de madurez y contenido jugable. Una trama rica, variada y elegante sirve como broche y excusa a la licencia para entregar a los fans montones de contenido y modos de juego online, mucho más allá de los vistos en los anteriores Gears of War. El aterrizaje de los Lambent como enemigo central de esta última aventura y las persistentes referencias a todo lo vivido anteriormente son dos aciertos innigualables para el fan.

Campaña cooperativa para cuatro y variedad de modos para hasta diez jugadores enfrentados. Gears of War 3 será un duradero en la primera balda de tu estantería, ésa donde colocamos los más jugados. La Horda 2.0, las insignias del multijugador, los DLCs ya confirmados para el online y la aventura principal... todo lo convierte en una joya perdurable, no exenta de ciertos y pequeños fallos, claro. Con unos visibles y enormes trabajo y presupuesto tras de sí, estamos ante el primer aspirante verdadero a GOTY de este otoño y un imprescindible para los poseedores de la máquina de Microsoft que aprecien la acción bélica desenfrenada, más profunda y visceral de la que nos regalaron sus anteriores dos partes. Con un final expuesto de manera algo extraña, la guerra Locust llega a su conclusión y límite. Ahora nada más que nos queda acompañar perplejos a un cierre que solo invita a recoger sus frutos y asegurados éxitos comerciales al grito del estribillo de la canción del epílogo y los créditos, "we are the Gears of War!".

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Lo mejor:

-Campaña para 4 jugadores, Horda y Bestia para 5, enfrentamientos online de 10, eventos, decenas de extras...El Gears of War más amplio y que perdurará.
-Visualmente irrepetible. Un nuevo benchmark del Unreal Engine 3.
-La trama, muy madura y curvilínea, con partes inolvidables.
-La IA aliada nos hará pensar que estamos compartiendo partida con jugadores reales.

9.5

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.