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Nintendo y la maldición estereoscópica

Nintendo 3DS va camino de convertirse en el mayor fracaso sufrido por la gran N desde Virtual Boy. La escasez de lanzamientos por parte de las third parties, su repentina bajada de precio y el accesorio más horrendo que se recuerda en forma de segundo stick analógico son solo algunas de sus muchas losas.

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¿Os acordáis de la malograda Virtual Boy? Quizás a los más jovenzuelos del lugar ni siquiera os suene el nombre; seguramente tampoco a muchos de los más talluditos, dado que dicho ingenio tuvo una vida de lo más breve y jamás llegó a ser distribuido en el viejo continente. Hagamos entonces algo de memoria. Virtual Boy fue una suerte de plataforma estereoscópica lanzada en 1995, la cual venía a complementar, o incluso sustituir, a la inolvidable Game Boy. Y es que el entrañable ladrillo blanco de Nintendo no pasaba entonces por su mejor momento (aún faltaba un año para que llegara el primer Pokémon, y con él la resurrección de dicha consola), por lo que había necesidad de renovación en la gama portátil de la compañía Nipona. El gran Gunpei Yokoi, el cual puede considerarse a todos los efectos padre de las consolas portátiles contemporáneas al haber creado las más que exitosas Game & Watch y Game Boy, ideó entonces la Virtual Boy, una máquina que daba un giro de 180º respecto a todo lo visto anteriormente (de entrada, de portátil tenía más bien poco por no decir nada). Por aquel entonces estaba muy de moda lo que se dio en llamar 'Realidad Virtual', por lo que esa era la principal razón de ser del ingenio. El usuario jugaba a través de una pantalla ideada de forma que tapaba todo su ángulo de visión, pantalla que ofrecía gráficos en tres dimensiones estereoscópicas para dar esa sensación de profundidad que a día de hoy nos es tan familiar.

El artilugio resultó ser un auténtico fiasco por muchos motivos, los cuales no es momento de enumerar aquí. Ello significó el mayor fracaso de Nintendo en toda su historia (al menos tras su transformación en compañía de videojuegos), y tuvo entre sus muchas consecuencias la salida de Yokoi de las filas de la gran N. Desde entonces han pasado 16 años, y todo parece indicar que Nintendo se encuentra a las puertas de sufrir otro revés, el cual, curiosamente, también tiene mucho que ver con las tres dimensiones estereoscópicas. Nintendo 3DS prometió muchísimo tras su presentación en sociedad durante la conferencia de prensa celebrada por la gran N en la antesala del E3 de 2010, y quizá ese fue su primer error. Por lo que se vio en el evento, la consola iba a contar de salida con el más alucinante catálogo de lanzamientos jamás visto, promesas que no demostraron ser otra cosa que papel mojado cuando el sistema llegó a las tiendas en marzo de este año. Todos los que pagamos religiosamente los 250 euros que costaba la plataforma de salida nos encontramos con que lo único salvable entre la primera hornada de lanzamientos era la versión portátil de Super Street Fighter IV y poco más. Así, el que prometía ser el mejor estreno de todos los tiempos acabó transformándose en uno de los más desangelados de la historia, por no decir el que más. Y lo peor de todo fue que la situación no mejoró en las semanas siguientes.

Nintendo 3DS rindió bien en los primeros meses a nivel de ventas, pero a principios del ya casi extinto verano se generó un mareante descenso de las mismas. ¿Las razones? Las hay para todos los gustos. La primera, la ya comentada escasez de lanzamientos; y es que las third parties, que tan entusiasmadas parecían con la plataforma, han acabado dando un más que perceptible paso atrás, retrasando lanzamientos a pesar de estar ya listos para su salida (caso Shinobi), o negándose a programar para 3DS más allá de lo justo para salir del paso (caso Electronic Arts). También nos encontramos con situaciones como la del prometedor Aliens: Infestation, el cual saldrá finalmente para DS en lugar de reconvertirse en un proyecto para 3DS. Otra razón de este difícil comienzo para la portátil estereoscópica podríamos encontrarlo en el terreno de los exitosos terminales móviles. Tras el arrasador éxito de smartphones y tabletas, muchos aseguran que las consolas portátiles han quedado obsoletas, siendo sistemáticamente sustituidas en el bolsillo o la mochila de los usuarios por los anteriormente mencionados ingenios multimedia. Por mi parte debo decir que algo de razón tienen, ya que en muchos de mis últimos viajes me han acompañado iPhone e iPad en detrimento de DS y PSP; una situación que jamás habría creído posible, pero ahí está.

¿Otro posible motivo? Las tan traídas y llevadas tres dimensiones estereoscópicas. La película Avatar (James Cameron, 2009) volvió a poner de moda esta tecnología que permite dar profundidad a las imágenes. Una tecnología que había evolucionado respecto a su anterior encarnación, ya que las vetustas gafas de cartón habían sido sustituidas por unas lentes más sofisticadas. Así, se reinventó la definición '3D' para dar cabida a esta nueva moda, y los cines se llenaron de proyectores estereoscópicos para exprimirla lo antes posible. La mayor queja de los usuarios y espectadores en aquellos primeros meses era el tener que usar gafas para disfrutarla, algo que Nintendo eliminó de un plumazo con su 3DS. Sin embargo, ello no ha sido suficiente para el éxito de la consola, y es que parece que la burbuja estereoscópica ha explotado y comienza a difuminarse en el aire. La gente ya no acude a ver películas 3D con la misma asiduidad de antes, y el mercado doméstico englobado alrededor de esta tecnología (televisores, películas en formato Blu-Ray 3D, etc.) tampoco acaba de despegar. ¿El motivo? Nuestros ojos deben esforzarse mucho más para ver una imagen 3D, lo que al poco tiempo lleva a una más que perceptible sensación de vista cansada que a nadie gusta.

Nintendo no ha dejado de buscar soluciones para sacar a 3DS del atolladero en que se encuentra sumida, aunque dichos remiendos no han sido ni mucho menos del agrado de los usuarios, tanto los que se la compraron en primer término como los nuevos clientes que deciden hacerse con una. Ahí tenemos el radical descenso de precio de los 250 euros iniciales a los actuales 170, implementando con ello una rebaja que ni los más viejos del lugar recuerdan que llegara a hacerse en el pasado con una plataforma que llevara tan poco tiempo en el mercado (quizás el ejemplo más reciente es el de PS3, aunque la rebaja tardó algo más en producirse). Y ahora llega el segundo stick analógico. Con la presentación de esta palanca extra de control de horrible diseño y peor implementación en la consola (la pobre 3DS queda realmente amorfa tras colocarlo), Nintendo no ha hecho sino confirmar que de momento la situación le supera; no en vano ha vuelto a poner en contra a un gran número de usuarios que han comprado su portátil, tanto por el obvio hecho de que ese segundo stick debería haber estado implementado desde un principio en la consola como por haber dado con ello la involuntaria confirmación de que en pocos meses tendremos una '3DSi' que llevará el segundo stick de serie, encontrándonos con que nos hemos gastado 250 o 170 euros en un sistema capado en lo que a posibilidades de control se refiere.

¿Aún queda esperanza para 3DS, o ya debemos darla por muerta y enterrada? ¿Seguirá la futurible PlayStation Vita sus pasos, confirmando con ello que las consolas portátiles han sido barridas por los smartphones y las tabletas? Aún es pronto para buscar respuesta a dichas preguntas. Mientras tanto, los usuarios de 3DS (entre los que me incluyo) no deben perder la esperanza. El descenso de precio de la plataforma al menos ha supuesto un incremento en ventas, y los pesos pesados de Nintendo (Zelda, Star Fox, Mario…) comienzan a llegar a la portátil. Por parte de las third parties sigue habiendo muy poco que rascar, aunque ya se intuyen futuras joyitas como Zone of the Enders 3D. En caso de que el desastre se confirme, bueno, puede que Nintendo acabe obligada a dar su brazo a torcer y comience a programar para terminales móviles y tabletas, algo que los inversores de la compañía no dejan de exigirle. Entonces veríamos un Mario en una plataforma que no lleva el sello Nintendo, y eso sí que es algo que no recuerdan ni los más viejos del lugar (bueno, sí, ahí está el caso de Philips CDi y las conversiones de Mario Bros. para ordenadores de los 80, pero en fin, ya me entendéis).