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Rage, Impresiones

id Software y Carmack están de vuelta para traernos la esperada nueva cuarta licencia de la compañía que inventó el género de los FPS. Viajamos hasta las oficinas de Bethesda en Londres para probar la campaña final de RAGE, y éstas son nuestras primeras impresiones.

El pasado 26 de julio tuvimos la oportunidad de jugar sin trampa ni cartón a la versión casi definitiva de la esperadísima cuarta licencia de id Software: RAGE. En las propias oficinas de Bethesda, editora del título, pudimos hincarle el diente a las tres primeras horas de la campaña del juego en su versión para PlayStation 3, lo que nos permitió de una vez por todas comprobar de primera mano qué nos encontraremos finalmente el próximo mes de octubre con la nueva creación de los inventores del género más prolífero de los últimos años. Carmack está de vuelta, y eso solo puede significar una cosa: los fans de los shoot'em-up estamos de enhorabuena.

Justamente hoy se cumplen cuatro años -se dice pronto- desde que id Software anunciara en su particular QuakeCon que andaba inmersa en el desarrollo de un nuevo título de acción en primera persona independiente a sus tres legendarias y archiconocidas sagas: Wolfenstein, Doom y Quake. Estamos hablando de tres sagas que nunca han dejado de hacer historia en el mundo de los videojuegos a lo largo de casi dos décadas (unas por su modo monojugador, otras por su multijugador como el único proyecto actual activo de la compañía Quake Live, pero siempre gracias a unos niveles de calidad difíciles de encontrar en cualquier otro título de corte similar), así que las expectativas puestas sobre RAGE, sobre todo por los más veteranos del lugar, son máximas.

Así pues, y después de decenas de vídeos, centenares de declaraciones y miles de pequeños adelantos a cada cual más "hypeante", ¿qué es RAGE? Pues hablando en plata, y para no liar al personal, podríamos sentenciar después de estas primeras tres horas "non-stop" con la versión definitiva de la campaña del juego que RAGE es el resultado de la fórmula Borderlands + Quake, ni más ni menos. El juego recoge ideas de ambos títulos para desmarcarse del estilo más clásico que habían definido a las tres otras series de la compañía. Pero que nadie se asuste ni se eche las manos a la cabeza: uno de los factores de esa fórmula es Quake, así que la reconocida esencia que plasma id Software en sus títulos de acción no solo estará ahí intacta, sino mejorada gracias a las posibilidades del hardware de última generación. RAGE es, ante todo, un juego con único y diferenciado en su conjunto global del resto, como veremos más adelante.

La aventura comienza con una épica y emotiva secuencia de introducción en la que, a los compases de una bonita y a su vez épica melodía a piano, se nos cuentan los sucesos que pusieron fin a la Tierra tal y como la conocemos hoy en día. El impacto del meteorito Aphosis sobre nuestro planeta en el año 2029 erradica la civilización y prácticamente cualquier forma de vida. Sin embargo, el proyecto "Ark", diseñado años antes del impacto para evitar la extinción de la raza humana en su totalidad aislando de la zona de impacto a unos centenares de personas, es el responsable de que nosotros encarnemos a uno de los últimos supervivientes que queda en la Tierra.

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Como sabéis, la acción se desarrolla en las tierras de Wasteland, un clásico paisaje post apocalíptico como vago recuerdo de lo que años atrás fue nuestro mundo. Los pocos supervivientes de la catástrofe viven ahora en pequeños poblados y campamentos, y todo lo que nos rodea no es más que restos y ruinas de un mundo terminado. Como podéis ver en las capturas adjuntas al texto o en base a todo lo visto hasta el momento del juego durante estos últimos años, la ambientación no dista mucho de lo que estamos acostumbrados a ver en juegos como Fallout. Sin embargo, este escenario sirve para proponernos un desarrollo de la aventura muy cercano al primer factor de nuestra fórmula: Borderlands.

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Una vez tomamos el control del personaje, y tras salir a la superficie después de escapar de la cámara que nos ha mantenido aislados al impacto del meteorito, nos encontramos en un mundo casi abierto en el que tenemos que sobrevivir gracias al uso de armamento, vehículos y con la inestimable ayuda de un mini-mapa. Como decimos, lo que viene a ser el desarrollo recuerda enormemente a lo visto en Borderlands: vamos avanzando de un poblado a otro completando misiones primarias y secundarias para diversos NPC's, interactuando con los mismos para conseguir nuevas armas y negociando con vendedores de los que conseguir útiles a cambio del dinero recolectado al completar misiones o vender los objetos que encontramos por el escenario o que saqueamos de los enemigos abatidos.

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De hecho, algunos de esos objetos que vamos encontrando nos pueden ser útiles para "craftear" otros como vendajes o munición, ofreciendo así un sistema que nos incita a explorar cada rincón de Wasteland con el objetivo de tener siempre una buena remesa de provisiones para estar preparado para la acción. Y no es lo único que podemos hacer además de disparar en este mundo post apocalíptico: durante las tres primeras horas de juego también pudimos participar en carreras de coches contra el tiempo u otros NPC's, por lo que es evidente que a lo largo de las 15-20 horas que tienen previstas desde id Software que se tarde en completar la campaña principal encontremos una amplia variedad de situaciones que aprovechen al máximo el impresionante escenario que se ha recreado para dar vida a nuestro planeta después del letal impacto de un meteorito.

Pero que ningún purista se alarme: no, en RAGE no hay lugar para las estadísticas, los tantos por ciento o los niveles del personaje. Y es ahí donde entra a escena el segundo elemento de nuestra fórmula: Quake. Si bien es cierto que el desarrollo de la aventura sigue unas pautas mucho más abiertas de lo que estamos acostumbrados a ver en los juegos de id Software, en las constantes fases de acción la compañía no se ha andado con inventos raros y se ha esforzado en devolver al género de los shoot'em-up la acción desenfrenada que tanto hemos echado de menos algunos últimamente. Al recibir una misión, como en Borderlands, debemos llegar a la zona de los objetivos a través del mapa abierto, pero una vez dentro, lo que nos toca es superar zonas instanciadas cuyo desarrollo no pretende engañar a nadie: pasillos, ‘halls', decenas de enemigos, vendajes, munición, armas y sangre, mucha sangre. Todo ello con el inconfundible sello de las obras de Carmack: pura descarga de adrenalina sin concesiones.

Durante las tres horas de campaña que pudimos probar, llegamos a conseguir una pistola, un boomerang, una escopeta, un rifle de francotirador, una ballesta, granadas, y una ametralladora de corte similar a una AK-47. Cara arma tiene diversos tipos de munición y cada uno de ellos con sus propias características. A diferencia de otros juegos de id Software, en RAGE se ha incorporado un sistema de Iron Sight para las armas de fuego, lo que facilita el apuntado a distancia. Pero más allá de estas pequeñas y relativas novedades, la acción como decimos no deja lugar a dudas: el objetivo es encontrar unos útiles perdidos, matar a una determinada cantidad de enemigos o sencillamente acabar con la vida de un jefe final (que los hay, cada uno con sus propias mecánicas y estrategias), y hasta llegar a cumplirlo, nos tocará llenar de plomo a hordas de enemigos cuya inteligencia artificial está varios pasos por encima de lo visto en Quake 4. No, no es Halo en ese sentido, pero los lugareños se cubren, esquivan, saltan, se agachan y le sacan potencial a cada una de las paredes de cada habitación, como si de lapas se tratasen.

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Por lo visto hasta el momento, RAGE no es un juego precisamente sencillo en su modo de dificultad normal. Tienden a escasear tanto los vendajes  para curar nuestras heridas como la munición, y acertar a estos inquietos enemigos no es tarea fácil precisamente por su tremenda movilidad y su letal daño cuando nos alcanzan en combate cuerpo a cuerpo. Para sobrevivir a algunas de las situaciones más críticas, RAGE nos permite hacer uso limitado de un desfibrilador que, cuando estamos literalmente en las últimas, nos propone un mini-juego a modo de "QTE" no solo para recuperarnos de nuestras heridas si no también para aturdir a los enemigos cercanos. Como decimos, no lo podemos utilizar en todo momento, pero nos salvará de más de una situación comprometida sin tener que volver a recuperar la partida desde el último punto guardado. Y es que ese es otro de los matices que destacar en RAGE: no hay prácticamente ni un solo check-point, pues se recurre al clásico sistema de guardado libre en cualquier lugar y momento. Una noticia que probablemente encandilará a los puristas del PC que echaban de menos darle uso al clásico F5 de guardado rápido, pero que habrá que ver como sienta a los usuarios de consola más habituados a los "check-points" automáticos.

Y para cerrar nuestras primeras impresiones con esta versión casi final de RAGE, una primera valoración del apartado técnico: es impresionante. A lo largo de dos décadas id Software ha marcado paulatinamente con cada nueva versión de su id Tech el techo gráfico al que podía llegar el hardware de cada generación, y con este id Tech 5 todo parece indicar que van a volver a elevar el listón de lo visto hasta el momento. Es francamente sorprendente la extrema fluidez (se mantienen las prometidas 60 imágenes por segundo en consolas) con la que se mueve el amplio entorno de Wasteland sin tiempos de carga intermedios salvo para las cuevas y zonas de acción enemigas. Habiendo evolucionado la tecnología MegaTexture que empezamos a ver en el id Tech 4 con Enemy Territory: Quake Wars, RAGE hace gala de unos escenarios y unos modelos tremendamente realistas gracias a la escasa o nula repetición de texturas para vestirlos. Si a ello le unimos los espectaculares efectos de luz y juegos de sombras tanto en exteriores como en interiores y los efectos de partículas y explosiones, así como las realistas animaciones de los enemigos (tremendamente creíbles cuando reciben disparos en extremidades y zonas críticas) lo que posiblemente acabemos recibiendo sea uno de los juegos visualmente más espectaculares que se han visto tanto en Xbox 360 como en PlayStation 3.

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Mención especial merece la versión PC, a la que tuvimos la oportunidad de echarle un vistazo antes de abandonar las oficinas de Bethesda. Tras lo visto con Crysis 2 en su versión espectacular DirectX 11 y el pack de texturas en alta resolución más de uno podía poner en duda el impacto que podría causar RAGE en el ámbito gráfico, y lo cierto es que tras haber visto el juego en vivo, los fieles al hardware más puntero pueden estar tranquilos: RAGE será espectacular en compatibles, a la altura del impacto que nos causaron en su día tanto el id Tech 3 implementado en Quake 3: Arena como el id Tech 4 en Doom 3. El detalle de los modelos y la definición de las texturas es netamente superior al visto en las versiones para consolas, y además, descubrimos en el menú de configuración gráfica una opción desactivada que, según los propios responsables del juego, vendrá a realizar unas funciones similares a las del famoso filtro "Hiperreal" de The Witcher 2, exprimiendo al máximo tanto nuestra CPU como nuestra GPU. En definitiva, que aquellos con gráficas de gama alta ansiosos por desatar el verdadero potencial de vuestro hardware, podéis estar tranquilos: se acerca un nuevo benchmark.

Así pues, expectativas altas a falta de apenas un mar de meses para que finalmente la última obra de id Software llegue al mercado. Como veis, no se trata ni mucho menos de un producto que vaya a revolucionar en el ámbito jugable nada de lo que no hayamos visto ya anteriormente, pero sí será un juego que, apadrinado por los padres del género, rozará niveles de excelencia en todos y cada uno de sus apartados. RAGE está bien diseñado, bien concebido, y el engranaje de géneros y situaciones funciona a la perfección. Es un shooter clásico, como lo son Quake o Doom, en un mundo casi abierto, como lo es Borderlands. A partir de ahí, toneladas de acción, vísceras, exploración, NPC's y situaciones diferentes, para hacer de RAGE un título con personalidad propia dentro del abanico de licencias de id Software. Si a esa propuesta jugable le unimos un apartado gráfico de escándalo, hay pocas razones por las que pensar que RAGE no se convertirá en un triple AAA. Carmack ha regresado de su letargo tras Doom 3: ¿estás preparado para sobrevivir a una nueva dosis de acción pura y dura en Wasteland?

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Rage

  • PC
  • 360
  • PS3
  • Acción
Juego de acción en primera persona que utilza el potente motor gráfico Tech 5 y que ofrece multitud de potentes vehículos de combate.
Carátula de Rage