NBA Jam: On Fire Edition
Aunque la prensa especializada consideró su reaparición en el mercado como un movimiento acertado por parte de Electronic Arts, la comunidad de aficionados se mostró contrariada por las decisiones tomadas por el gigante canadiense a la hora de distribuir el título. La historia es de sobra conocida, pero tiene visos de enardecerse ante la aparición de una nueva edición que está llamada a aparecer única y exclusivamente en los bazares de descarga digital. Lo curioso es el precio, en una rebaja sustancial que seguramente provocará bastante polémica.
Cualquiera diría que todo comenzó con una decisión poco acertada de EA Games. Después de rescatar la licencia del baúl de los recuerdos, NBA Jam pasó a ser una realidad de la nueva generación, para regocijo de aficionados, prensa y de prácticamente todo aquel que hubiese disfrutado de la adictiva propuesta de la que hizo gala el retoño de Midway a principios de los años 90. Primero en recreativa, luego en consola de sobremesa: su éxito ha sido visto como uno de los ejemplos de aquello que solemos denominar cercanía con el público'. Una propuesta tan simple como fácil de manejar permite que cualquier curioso se pueda acercar al producto para pasar un rato divertido sin tener que sufrir complejas mecánicas o la creación de estrategias que requieren un dominio específico de la materia. Unos lo llamarán ser un viciado', otros preferirán hablar de habilidades innatas'. Es la eterna diferencia entre la simulación y el arcade.
La reedición de NBA Jam apareció primero en Wii, en edición física, poniendo de relieve la filosofía de una licencia para muchos desconocida (no se puede confundir la tradición con la popularidad, y ciertamente el género había ido en declive hasta este momento). Su calidad fue aceptable y así lo reconocieron los principales medios especializados. Sin embargo, el título adolecía de algunos males endémicos que se han extendido por las arterías de la sobremesa de Nintendo como si se tratase de una especie de veneno: la omisión de una infraestructura que permitiese disfrutar de un multijugador en red estropeaba una experiencia claramente destinada a ser disfrutada entre varios amigos, estén o no de cuerpo presente.
Para paliar las críticas, la compañía canadiense realizó otro extraño movimiento (el tercero que les acercaría a una posición social más bien discutible) en el que se decidiría por ofrecer el mismo título en los bazares descargables de PSN y XBLA, a mitad de precio, con una resolución mejor ajustada a los tiempos modernos, más atractivo a la vista. Su jugabilidad se vio afectada por la omisión de los sensores de movimiento de Wii -en uno de los aspectos mejor valorados de esta versión-. Ninguna edición fue el gran éxito que se esperaba en un principio, en parte por sus propios defectos, en parte por haber sido uno de los elementos que teóricamente estaban destinados a potenciar el lanzamiento del defenestrado NBA Elite 11. Sepan los menos duchos en la materia que esta edición, supuestamente una revisión del clásico NBA Live, fue cancelada. Se rumorea que esto se debió al pésimo resultado que había ofrecido el primer built, una versión de prueba que recibió duras críticas por el pésimo motor de físicas.
El tiempo marcha sin pausa y, después de algunos meses de expectación, finalmente hubo ocasión de probar las mieles del título para salir de dudas. La nota de prensa enviada por la compañía hacía pensar que esta edición era, a grandes rasgos, una versión mejorada (o potenciada, como gusta decir a los norteamericanos) en la que, efectivamente, se corrigen los problemas del original, al tiempo que se mejora sustancialmente el aspecto gráfico, amén del imprescindible añadido de nuevos modos de juego, principalmente en clave multijugador. Lo que nadie esperaba es que el anuncio terminase con un sorprendente 'exclusivo de los bazares digitales de PS3 y 360'; ni que decir tiene que su precio, que rondará los 20$, supone una bofetada sin mano para los usuarios que en su día confiaron en la compañía. Como verá el ávido lector, es difícil imaginar un NBA Jam sin polémica a sus espaldas, pero en cierto modo se ha convertido en uno de sus atractivos. Quizá por ello ahora toma el sobrenombre On Fire', porque difícilmente se puede caldear más un partido de basket que a base de empujones, golpes, zancadillas y, en fin, todo aquello que se suele definir como juego sucio'. La verdad es que nos encanta.
Todo esto está muy bien, pero ¿cuáles son las novedades reales que aporta esta edición? El mero hecho de saber que será un producto destinado al mercado de los descargables hace pensar que los añadidos que incluye son, básicamente, modificaciones que buscan mejorar determinados aspectos del original. Pongamos el caso de las innovaciones a nivel visual, donde se ha aplicado una resolución mayor para definir al público y a los jugadores, que seguirán luciendo un rostro superpuesto' que será idéntico al de los jugadores de carne y hueso. Aquí se profundiza principalmente en la caracterización facial, esto es: en los gestos, muecas y demás acciones que se reflejan en sus caras cuando saltan, reciben golpes o hacen un chapo espectacular que deja al respetable boquiabierto de la impresión. NBA Jam On Fire quiere ser más espectacular, más imponente en el primer contacto. Puede que la palabra correcta sea menos caricaturesco', pero para comprobar si esto es verdad habrá que esperar a la versión final -no sería la primera vez que una versión de prueba cambia ligeramente el aspecto visual con respecto a la final, más aún si hablamos de un refrito en toda regla-.
Pero seamos francos: el aspecto gráfico de NBA Jam importaba más bien poco una vez nos hacíamos a su presencia. Al principio resulta cómico, luego se convierte en un elemento más del peculiar mundo de NBA Jam. Lo que realmente se lleva el gato al agua es la jugabilidad, la particular e indistinguible esencia que deja tras de sí a los pocos minutos de comenzar a jugar, con una selección de equipos basados en el rooster oficial de la NBA. En este sentido no se esperan grandes cambios, todo lo contrario que en el número de modalidades de juego: se ha confirmado la inclusión de un Tag Mode' en el que será posible cambiar de jugador sobre la marcha, además de nuevos movimientos especiales. Para fomentar esa espectacularidad de la que hablábamos anteriormente, esta edición permitirá que todo nuestro equipo se quede On Fire', permitiendo jugadas especiales aún más demoledoras.
La principal novedad de este nuevo NBA Jam es, no obstante, la mejora de la Inteligencia Artificial de los jugadores rivales, en lo que parece ser una constante que EA Games no quiere olvidar. Aunque sea difícil de creer, NBA Jam On Fire se concibe como un título que ha de ser disfrutado tanto de forma multijugador como en solitario, en uno de los aspectos que se han elegido como la base del entretenimiento. Ahora se mejora la habilidad innata de cada jugador en función de su capacidad física. Un jugador como Pau Gasol tratará de parecerse más al original y menos al estereotipo de jugador alto, seguro bajo canasta, horror en el movimiento de la pelota', con lo que se debería borrar de un plumazo la monótona sensación de disputar siempre el mismo partido ante distintos adversarios. La idea es dinamizar la mecánica de juego mejorando el ritmo de la partida, facilitando los regates y las entradas a canasta. Habrá que ver cómo funciona todo esto en la práctica, y si consigue mantener la estabilidad del original.
Asimismo se garantiza la presencia de los modos cooperativos tanto local como en línea, junto a los que estaban presentes en la edición original de Wii que, dicho sea de paso, se quedará sin su parte correspondiente del pastel, al menos de momento. También se ha confirmado un total de 30 equipos originales, siguiendo las pautas de su antecesor. Una mejora en la calidad visual, otra en la parte jugable, más modos de juego y, en resumidas cuentas, una experiencia que debería limar las asperezas que los jugadores encontraron en la versión original. O, mejor dicho, en el esperpéntico intento de EA Games por satisfacer a todas las audiencias para lograr justamente todo lo contrario: enfadar a propios y extraños debido a un comportamiento que recuerda a la actitud del perro del hortelano: ni come ni deja comer. Parece que con esta edición se busca también limpiar la molesta sensación que se viene describiendo a lo largo de este texto, y a buena fe que de cumplir lo prometido lo conseguirán sin mayores problemas.
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