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X-Men: Destiny

X-Men: Destiny

Mutantes sin destino

Los nuevos mutantes aparecen en un mundo donde nada es lo que parece y en el que las grandes propuestas se quedan en ideas incompletas. Silicon Knights produce y Activision distribuye un videojuego que no está a la altura de lo que se espera de cualquier producto de Marvel, en una muestra más de cómo maltratar una licencia con increíbles posibilidades.

Los nuevos mutantes aparecen en un mundo donde nada es lo que parece y en el que las grandes propuestas se quedan en ideas incompletas. Silicon Knights produce y Activision distribuye un videojuego que no está a la altura de lo que se espera de cualquier producto de Marvel, en una muestra más de cómo maltratar una licencia con increíbles posibilidades.

El nuevo título de la factoría Marvel llega con el propósito de convertir a un joven humano en un verdadero héroe mutante, decidiendo, según nuestras elecciones, si definirse como todo un X-Men, defendiendo la causa mutante y a su vez a los humanos, o unirse al todopoderoso Magneto, luchando incansablemente por demostrar la supremacía mutante. Una propuesta muy original, cargada con toques de rol, que nos permitirá conocer, desde sus inicios, a este nuevo mutante que puede cambiar para siempre el destino de la humanidad. Para ser fiel a su propuesta, X-Men Destiny, ha decidido darnos la oportunidad de elegir a nuestro nuevo candidato a héroe, así como sus poderes mutantes, permitiendo con ello que nos sintamos partícipes e identificados, desde un primer momento, con las decisiones que tomemos.

Se nos sitúa en un acto de homenaje, por el difunto profesor Xavier, en la ciudad de San Francisco, donde el alcalde Reyes da un gran discurso ensalzando la magnífica labor que el Profesor X realizó, en su búsqueda por la igualdad entre humanos y mutantes. Sin embargo, este precioso acto de conmemoración que congrega a miles de personas, se ve saboteado por el brutal ataque de Magneto que, tras haber asesinado a Xavier tiempo atrás, se siente ahora con un poder sin límites. En ese momento de caos y destrucción, deberemos elegir la configuración de nuestro mutante. Este elemento de selección, que podría significar un momento muy importante para el devenir de la historia, se muestra como un punto de personalización sin influencia real en el argumento.

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La elección entre Andrea Luca, un joven revolucionario unido a la causa contra los mutantes, Aimi Yoshi, una joven japonesa abandonada por sus padres en Estados Unidos, o Grant Alexandre, un excelente jugador de fútbol americano de la universidad de San Francisco, simplemente significa un cambio de aspecto visual y varias líneas de texto y vídeos diferentes, siendo el núcleo del modo historia idéntico en los tres casos. Algo semejante sucede con la elección de los poderes, seleccionar entre Density control, Energy projection o Shadow matter, no cambiará nada la configuración de los ataques, algo que sí sucede en otros juegos, donde nuestras elecciones tienen influencias directas en aspectos como la velocidad, la frecuencia de ataque, la fuerza o, en definitiva, algún rasgo significativo, por mínimo que sea, que justifique la elección entre un poder u otro, algo que en este caso no sucederá.

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Por lo tanto, la apariencia física y los poderes del mutante quedarán más ligados a aspectos puramente estéticos, ya que todas las combinaciones posibles se comportan igual durante la historia, y por su parte el sistema de combate tendrá un cambio mínimo según nuestra elección. Un aspecto que, de haberse mejorado, podría haber hecho al videojuego muy rejugable y profundo, pero que en este caso se muestra inoperante. Una vez hemos elegido nuestro aspecto y nuestros poderes, veremos que nuestros principales enemigo no son los mutantes de Magneto, sino una asociación llamada Los purificadores, que lucha, desde hace mucho tiempo, contra todos los mutantes, buscando la extinción de Magneto y los X-Men.

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Nosotros, que acabamos de recibir nuestros poderes mutantes, nos veremos en medio de una guerra que puede decidir el futuro de la humanidad, estando obligados a luchar en un bando al que nunca pertenecimos. En este contexto comienza nuestra historia, es hora de dar forma a nuestro propio destino. Desde el primer momento la lógica de combate va a ser muy clara, dispondremos de unas habilidades mutantes muy básicas, que irán mejorando según consigamos más puntos de experiencia. Estos puntos de experiencia permitirán que, dentro del menú Mutant Powers, podamos ir mejorando nuestras habilidades a través de los 4 niveles disponibles. Además, según avance la historia, iremos adquiriendo nuevas habilidades al finalizar los combates o repartidas por los escenarios. Un sistema de mejoras muy personalizable que nos permite, al estilo rol, crear toda una gama de mejoras de ataque y defensa.

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A pesar de este gran arsenal ofensivo, el juego se muestra repetitivo, siendo la mayor parte del mismo una sucesión de combos muy sencillos y a la postre aburridos, pudiendo definir el sistema como 'quema botones' sin sentido. Los enemigos tampoco ayudan a hacer más ameno este sistema de combate, mostrando una IA excesivamente inútil, que a la larga, incluso en la dificultad más elevada, hará que nos planteemos si realmente el desarrollador piensa que no hemos cogido nunca un mando. Los enemigos presentes son principalmente de 4 tipos, excluyendo a los jefes finales; los más básicos únicamente nos atacan con sus puños, otros enemigos algo más peligrosos son los que nos golpean con porras eléctricas, después nos encontramos con soldados que portan lanza misiles y por último los más temibles llevan un lanzallamas, siendo una variedad muy escasa y repetitiva.

Además, las armas que portan nuestros enemigos son poco o nada apropiadas para luchar contra un supemutante, indicar que si yo trabajase para Los purificadores y me mandaran luchar contra Lobezno con una porra eléctrica, dejaría inmediatamente ese trabajo por uno menos suicida. Pero lo más lamentable no es su inapropiado arsenal ofensivo, sino su pasividad laboral, los enemigos se muestran estúpidos y repetitivos en su comportamiento, siendo incapaces de hacer más de dos ataques diferentes, en salto o de frente, sin crear ningún tipo de estrategias de equipo y siendo incapaces de reconocer dónde estamos y cómo atacarnos. Sin olvidar, que los enemigos siempre están parados mirando a la nada antes de que aparezcamos, mostrando una nula integración con el entorno y una relación inexistente entre ellos.

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Pero lo que hace que lleguemos a desesperarnos definitivamente son los jefes finales, un punto clave en este tipo de videojuegos, que en este caso, siguiendo la tónica general del título, presentan una inteligencia artificial nula. Un claro ejemplo es nuestra lucha con Gambito, el videojuego nos plantea un enemigo repetitivo en su lógica de ataque, que se muestra impasible ante nuestros golpes, sin reaccionar ofensivamente y siendo incapaz de defenderse en ningún momento, dejando en evidencia la supuesta superioridad de mitos mutantes de la serie X-Men frente a un novato como nosotros. Esta lógica se repite, tanto en jefes finales como en enemigos comunes, basando finalmente el videojuego en matar incansablemente a un número ingente de enemigos inoperantes y estúpidos, dejando una imagen de producto poco trabajado y excesivamente sencillo.

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Es importante remarcar la concepción que se tiene del usuario en este título. En todo momento se plantea una lógica jugable donde se presupone que la persona que porta el mando es totalmente inepta para jugar, e incapaz para lograr superar ningún tipo de prueba mental básica. En primera instancia, porque todo funciona con la lógica de los pasillos, que impiden al jugador la más mínima movilidad y limitan las posibilidades jugables. Pero su pésimo planteamiento no termina aquí, se presentan, por si fuese poca ayuda, unos vídeos de lo más ilustrativos antes de cada misión, indicándonos dónde tenemos que ir y por qué camino, algo innecesario dado que el único recorrido posible.

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A este video hay que unirle la constante aparición del elemento central en la vida de todo X-Men, encontrar la 'x' gigante situada en alguna parte del escenario, señalando con ella el punto que hace avanzar la historia, siendo visualmente muy luminosa y estando marcada en el radar por si nos perdemos. Una vez allí, tras matar a los enemigos que nos encontramos, algunos mutantes famosos como Ciclope, Mística, Rondador nocturno, Pyro o Gambito, nos permitirán entablar conversación con ellos, pudiendo elegir entre varias líneas de diálogo que supuestamente condicionarán nuestra historia. Este planteamiento de diálogos que se plantea como lleno de posibilidades, haciendo el título infinitamente rejugable, se muestra realmente como un complemento que no va más allá de misiones secundarias de lo más sencillas.

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Significa por lo tanto que, si decidimos apoyar en nuestras decisiones a los X-Men, en vez de a los chicos de Magneto, simplemente ganaremos su cariño, en un indicador inservible, y realizaremos una misión momentánea con el bando que hayamos elegido, sin tener una repercusión directa en el hilo argumental central, al que volveremos como si nada hubiese pasado.  Por lo tanto, la rejugabilidad es inexistente, pues la historia siempre es la misma, únicamente haremos misiones cortas diferentes, que se unirán a las misiones secundarias para conseguir puntos o habilidades especiales, y que siempre tendrán el mismo objetivo, salvar a humanos matando enemigos o matar enemigos por puro placer, dando aún así algo de variedad al título. Sin duda, un planteamiento que, aunque pueda parecer completo, finalmente es falso respecto a sus pretensiones iniciales de variedad y personalización argumental.

Pero la sencillez del título, en su planteamiento jugable, no termina aquí, durante el juego tendremos también indicado, con un potente brillo, todo aquello que debemos hacer, por ejemplo, si hay que escalar un edificio, se nos mostrarán las cornisas por donde debemos subir con este efecto, y si debemos romper un objeto, estarán resaltados con ese ligero brillo, para que no dudemos dónde debemos agarrarnos o qué romper, aunque por otro lado el resto del escenario sea indestructible. Finalmente, para hacerlo todo más sencillo, se nos mostrará un gran puño sobre el lugar donde debamos golpear con fuerza. Un conjunto de elementos que hacen que, aunque el jugador quiera mayor dificultad eligiendo el máximo nivel posible, estas ayudas seguirán estando presentes, dejando claro la poca o nula confianza de los desarrolladores en el jugador.

Por último, indicar que la lógica de avance será excesivamente limitada para el usuario, si por ejemplo, estamos luchando y queremos huir de allí, la brillante idea para evitar evadir el enfrentamiento ha sido colocar una cortina de fuego en la zona de escape, de apenas 1 milímetro de grosor, que, inexplicablemente y sin justificación alguna, desaparece al terminar el combate, un recurso muy pobre para justificar el estancamiento de nuestro avance. Como podemos ver, un sinfín de lastres jugables que impiden disfrutar de una propuesta muy prometedora que, pasada a la realidad, es muy deficiente. En relación a este planteamiento, indicar que su propuesta por el rol, aunque limitada, se muestra bastante más operativa que su jugabilidad.

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Disponemos de la opción X-Gens and Suits, que nos permite personalizar nuestros trajes, ataques, defensas y utilidades mutantes, pudiendo seleccionar X-Gens de héroes de Marvel como Lobezno, siendo en todo momento un proceso sencillo y muy intuitivo, que nos permite crear nuestra propia configuración según la zona en la que estemos. Por otro lado, hay también una sucesión de coleccionables, hasta 24 en total, distribuidos por todo el mapeado, que podremos guardar para conocer un poco mejor la historia de los mutantes y los humanos. Sin olvidar para terminar, la perfecta implementación de las mejoras en los poderes, un sistema también muy intuitivo y sencillo, que permitirá modificar hasta un total de 8 poderes, que iremos adquiriendo con los puntos de experiencia, y que podremos mejorar hasta en 4 niveles diferentes cada uno, adquiriendo mayor maestría en el combate.

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Gráficamente el juego presenta un apartado impropio de esta generación de videoconsolas, siendo cercano a los apartados gráficos de PlayStation 2. Muestra una destrucción de los entornos nula, ni siquiera las papeleras o las cajas de cartón sucumben ante nuestros 'devastadores' poderes mutantes, ahora entiendo porque los enemigos nos atacan sólo con porras eléctricas. Esa irrealidad del entorno se ve agravada por los constantes fallos en la carga de escenarios, por otro lado muy simples y carentes de vida, y por la bajada constante del frame rate, que hace que, con un mínimo de explosiones o enemigos en pantalla, el juego se pare temporalmente. Señalar la existencia de un gran número de bugs, como la desaparición inexplicable de objetos o las barreras invisibles que no nos permiten avanzar, no sabemos aún si por algún poder mutante que desconozcamos o por deficiencias técnicas del título. Por último, indicar la existencia de 3 cámaras distintas para seguir el juego, cuya diferencia es tan inapreciable que se desconoce porque se han incluido.

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A nivel sonoro tampoco encontramos un apartado muy trabajado, partiendo de la triste realidad de un videojuego completamente en inglés, tanto textos como doblaje, que, sin desmerecer el excelente trabajo en esta lengua, es impropio del mercado en el que nos movemos en la actualidad donde, como mínimo, se exigen los subtítulos en español, para que así todos los usuarios puedan disfrutar de al menos la historia. Más allá de este aspecto, X-Men Destiny, presenta una sonorización de ambientes realmente inexistente, destacando por encima de todo su inoperancia en las escenas de video, como demuestra por ejemplo, la vacía reconstrucción sonora de la destrucción de la ciudad de San Francisco, representada con apenas 5 o 6 sonidos de archivo, tales como gente gritando, rocas cayendo o explosiones, que no se corresponden con la magnitud del desastre que vemos en pantalla, dejando en evidencia, aún más, las carencias compositivas del título.

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A nivel musical, tenemos una banda sonora que cumple con las expectativas, adaptándose a cada misión y situación planteada, pero que se muestra poco variada y carente de sensibilidad e intensidad, según sea necesario. En definitiva nos encontramos ante un producto poco trabajado y carente de alma, que aunque parte de un supuesto inicial de lo más interesante y revolucionario, permitiéndonos asumir el papel de un nuevo mutante dentro del mundo Marvel, el sueño de cualquier fan, se muestra finalmente como un producto impropio de esta generación de videoconsolas, ya no solamente a nivel gráfico y sonoro, sino lo que es peor, a nivel jugable.

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Esta jugabilidad, creada para personas que no hayan cogido jamás un mando ni un videojuego, hace que nos sintamos constantemente algo engañados como jugadores, sintiendo que nuestra misión es simplemente saltar donde nos dicen, romper lo que nos indican o llegar a las 'x' donde se muestra la siguiente misión, sin olvidar los diálogos, que son prácticamente informativos y para nada influyen en el desarrollo del título. Mención especial merece la repetitiva lógica de combate basada en destrozar los botones de nuestro mando, sin más sentido que combinar, a lo sumo, 3 o 4 combos, ya muy avanzado el juego, siendo la única diferencia entre el principio y el final que hay un mayor número de enemigos. Por lo tanto, los toques de rol y el argumento, que también es bastante flojo y repetitivo, quedan totalmente desperdiciados por un título que no hace más que perjudicar a la gran factoría Marvel, que debería plantearse a quién ceder sus derechos para realizar un videojuego.


- Poder luchar junto a personajes míticos de la saga X-Men.
- Su pequeño y eficiente planteamiento de rol.

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5

Mejorable

Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.