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Videojuegos: ¿Una forma de arte o tan sólo un entretenimiento?

En España el videojuego es considerado industria cultural. También en Norteamérica.

¿Llegarán los visitantes de un futuro cercano-lejano a contemplar en museos como el Louvre, junto a obras maestras como La Gioconda del prolífico DaVinci o La Venus de Milo, un gif animado, un artwork o quizás una escultura de la diosa Amaterasu de Okami, de Ico y Yorda cogidos de la mano, o de una Little Sister abrazada a su Big Daddy?

En las tres últimas generaciones, quinta, sexta y séptima, el sector del Videojuego ha evolucionado más rápido que cualquier otro tipo de entretenimiento, pasando de una etapa infantil y un público mayoritariamente infantil a la adolescencia que supuso la quinta generación, una época increíble y llena de cambios en el sector que, por primera vez en su breve historia, miraba a otros Targets de audiencia que no fueran simplemente los niños. La sexta generación no hizo más que afianzar este nuevo punto de vista del sector, siendo la séptima la generación encargada de marcar un antes y un después, involucrando prácticamente a todos los grupos de edad de la sociedad, ya fuesen jugadores habituales desde su infancia o absolutos recién llegados que jamás habían expresado interés alguno en esto del entretenimiento virtual.

Esta mayoritaria inserción en la sociedad conseguida por sistemas como Nintendo Wii, esta introducción a un nivel tan profundo de una forma de entretenimiento como es el videojuego moderno, concepto que apenas tiene 30 años de existencia y que se lo debemos al genio de Shigeru Miyamoto , ha llevado a que la palabra "videojuego" esté en labios de muchísimas personas, y que alcancen sectores tales como el político, el económico y el artístico, dentro del cual sigue (y seguirá) siendo objeto de encendidos debates, opiniones contrastadas, críticas y argumentaciones de toda clase.

¿Videojuegos=Arte?

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Recientemente, como simple y mero ejemplo para ilustrar un poco la gran debacle que divide a artistas, críticos, profesionales y gamers, llamé a mi amiga Nina, licenciada en Historia del Arte y amante del arte contemporáneo, para someterla a un pequeño experimento que consistía en sentarla en un sofá y ponerle varios juegos de distintas generaciones y sistemas, para que me diera su opinión, con tanto éxito (y sinceramente tan inesperado por mi parte) en determinados casos que al final tuve que dejarle varios de ellos, sistemas incluidos ya que ella no es gamer habitual, sino más bien casual de los juegos de móviles y las Apps de Facebook, porque le habían llamado mucho la atención y quería probarlos por sí misma.

Tras algunas semanas, y sin haberse podido terminar la mayoría simplemente por falta de tiempo y/o práctica en determinados casos, Nina me fue pidiendo y devolviendo juegos (y sistemas), entre los que se encontraban Little Big Planet 2, Okami, Bioshock, Killer 7, Super Mario World 2: Yoshi's Island, Syberia, Ico, Limbo, Braid, American McGee's Alice, NyxQuest, The Graveyard, Kirby's Epic Yarn, Flower y Shadow of the Colossus. Bioshock le fascinó por la utilización del Art Decó al mismo tiempo que por hacer uso de teorías y escritos filosóficos de Ayn Rand y George Orwell. Okami la enamoró porque era una colección de Sumi-e (estilo tradicional oriental de pintura con trazos de brocha) coloreadas en movimiento, una "obra pictórica que va creciendo cada vez que usas el pincel celestial", lo mismo que Little Big Planet 2, el cual le pareció "un lienzo en blanco con el que cualquiera puede sentirse creador". Killer 7 le impactó, coincidiendo conmigo en la opinión de que la obra de Suda51 es lo más parecido en los videojuegos a un film de Arte y Ensayo. Limbo le pareció el mejor ejemplo de "menos es más" y de Braid solo dijo que algunos de sus fondos merecían figurar en una exposición de arte, que ellos solos evocaban un  nivel de "sentimiento y emoción" que no tenía nada que envidiar a algunas de las obras de conocidos artistas contemporáneos que se pueden ver en los museos del mundo.

De Braid, Ico, Limbo, Flower, Shadow of the Colossus, NyxQuest, The Graveyard y Syberia destacó no solo lo visual, sino la atmósfera que crean y los sentimientos que despiertan, como "la paz y la tranquilidad" que transmiten Flower y NyxQuest por ejemplo, o la sensación de ver "Una escultura en movimiento" con cada uno de los colosos del SotC y la emoción de combatirlos y vencerlos. Kirby's Epic Yarn fue con el que más se divirtió, SMW 2: Yoshi's Island le recordó a los dibujos que hacía de pequeña, y American Mcgee's Alice me lo comparó con los films de Kenneth Brannagh, Frankenstein y Hamlet, aduciendo a que, al igual que estos, Alice respetaba mucho los conceptos y elementos temáticos de las obras en que se basa, pero al mismo tiempo suponía todo un "estallido de imaginación" por parte de sus creadores que lo convierte en toda una obra de autor. A la pregunta de si los videojuegos son una forma de arte, Nina me respondió que "Tras ver y probar los que me has enseñado, para mí sí que lo son".  Y sobre si en un futuro los veríamos de forma habitual en los museos, contestó que "No lo sé, pero yo me inclino a pensar que sí".

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Videojuegos vs Arte

A Fredo, crítico de arte y amigo de la infancia al que también quise consultar para contrastar opiniones, no tuve que prestarle ninguno de los juegos, bastando tan solo para él el enseñárselos, ya que la opinión de Fredo es la misma opinión de ese sector de artistas y críticos que manifiestan que un videojuego nunca podrá "ser mostrado, catalogado o siquiera considerado como Arte"; arte al mismo nivel de una litografía de Andy Warhol, de un cuadro de Jason Pollock o de una bailarina de Degás; arte digno de llenar las paredes de los museos más prestigiosos más allá de muestras actuales "aisladas y/o temporales" como es la exposición que exhibirá en 2012 el prestigioso museo del Smithsonian, ya que un juego "no es cultura".

Videojuegos: ¿Arte virtual o solo distracción y mero escapismo? industria cultural desde el 26 de marzo de 2009, constituyéndose en nuestro país el pasado 2010  la Academia de las Artes y las Ciencias Interactivas de España (AACIE). Otros paises como Alemania y Estados Unidos también lo incluyen dentro de su ámbito cultural y lo consideran arte. Un juego tiene elementos visuales, sonoros y escritos, elementos de otros medios que sí se consideran arte, como el cine, la pintura, la escultura, la música o la literatura, las llamadas Bellas Artes, añadiéndole además una posibilidad que definitivamente lo situa a otro nivel: la interacción. Como espectadores no podemos interactuar leyendo El Quijote; no podemos interactuar viendo The Fall o El Gran Dictador, tampoco escuchando el Requiem de Mozart o El Fantasma de la Opera; o admirando esculturas como El David de Miguel Angel; pero si podemos interactuar salvando a una Little Sister, cogiendo de la mano a Yorda o pintando un sol en el cielo con Amaterasu.

"Creo que los videojuegos todavía no son arte, pero se están acercando. Es solo el comienzo. La experiencia está creciendo en la industria"http://www.meristation.complaystation-3/noticias/mizuguchi-cree-que-los-juegos-deben-seguir-evolucionando-para-ser-arte/1667684" target=_blank>las palabras deTetsuya Mizuguchi (REZ, Child of Eden). Fumito Ueda (Ico) opina que los videojuegos, englobándolos en la categoría de 'Arte de las Masas' (cine y anime) y no en la categoría 'clásica' de la pintura o la escultura, si que son arte. David Cage (Heavy Rain) manifiesta que "Los videojuegos deben evolucionar para convertirse en arte". El crítico cinematográfico Roger Ebert, tras su criticado axioma de que "http://www.meristation.complaystation-portable/noticias/ebert-admite-que-los-juegos-pueden-llegar-a-ser-arte/1662283" target=_blank>admitir que "Es bastante posible que un juego pueda ser arte del bueno algún día". Guillermo del Toro, firmante de joyas como El Laberinto del Fauno, afirma con rotundidad que los juegos "Son una forma de arte y nadie que defienda lo contrario está en contacto con ella porque son una forma de arte narrativo", citando para ilustrar su opinión a Ico, Halo y Shadow of the Colossus.

Sentimientos

Dicen que el Arte, sus obras, son capaces de expresar sentimientos con solo contemplarlas, tocarlas, leerlas o escucharlas. Todo aquel gamer que haya jugado a Final Fantasy VII y se haya involucrado y/o dejado tocar emocionalmente por su historia, seguro que experimentó o sigue experimentando cada vez que la ve un sentimiento de emoción en la famosa escena de Aeris. Lo mismo en Silent Hill 2, al conocer el destino de la esposa de James Sunderland. O al contemplar los magistrales tres minutos del trailer de Dead Island, capaz de producir infinidad de emociones o ninguna, dependiendo de los ojos con que se mire. Cientos, son cientos de miles de juegos, de historias, de escenas y momentos dados, que nos han hecho, nos hacen y nos harán llorar, reír, tirar el mando en plena frustración, respirar aliviados o simplemente esbozar una sonrisa al ver "The End" en pantalla. Que nos provocan, en resumen, una amalgama de sentimientos igual o superior que un cuadro, una película, una canción, una escultura o una historia escrita.

¿Llegarán los visitantes de un futuro cercano-lejano a contemplar en museos como el Louvre, junto a obras maestras como La Gioconda del prolífico DaVinci o La Venus de Milo, un gif animado, un artwork o quizás una escultura de la diosa Amaterasu de Okami, de Ico y Yorda cogidos de la mano, o de una Little Sister abrazada a su Big Daddy? ¿Son los videojuegos una forma de arte o tan sólo un entretenimiento? Sea cual fuere la respuesta individual personal que cada uno tenga, el hecho palpable es que en algunos países los videojuegos son reconocidos como Cultura por los gobiernos de éstos, los incluyen bajo el epígrafe de Arte. Y los museos los muestran en sus colecciones. Toda una victoria y un paso de gigante sin duda en pos de su reconocimiento por parte de la sociedad actual para un medio que, cogiendo como punto de partida el primer juego Arcade que funcionaba a monedas y que fue Galaxy Game (1971), apenas acaba de cumplir los 40 años de vida.