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Darkspore

Darkspore

  • PlataformaPC7.5
  • GéneroAcción, RPG
  • DesarrolladorMaxis
  • Lanzamiento28/04/2011
  • TextoEspañol, Inglés
  • VocesEspañol, Inglés
  • EditorElectronic Arts

El último eslabón

Los Crogenitores desarrollaron el e-ADN que mutaría a casi todas las criaturas del universo, esparciendo Darkspore por doquier. Pero ahora, los héroes han comenzado a salir de su letargo para liberar a todas las especies y acabar con la invasión... ¿Quieres saber más? Hoy analizamos la versión final del nuevo título de EA y Maxis.

El desarrollo de Darkspore no ha pasado desapercibido. En MeriStation hemos seguido con atención los detalles relativos a este nuevo título, y hace unas pocas semanas tuvimos la oportunidad de adentrarnos en una versión de prueba para adelantaros nuestras primeras impresiones. Hoy llegamos a la recta final y, con la versión completa a nuestra disposición, vamos a revisar lo que esta oferta puede proporcionarnos.

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Muchos presentan Darkspore como un ‘spin-off' del simulador evolutivo, pero la verdad es que la relación con el mismo se reduce a algunos aspectos muy concretos del juego. Podría decirse que Darkspore retoma algunos elementos de Spore para crear un producto completamente nuevo, que podría haberse integrado en el anterior sin demasiadas dificultades a pesar del cambio radical en el estilo de juego, si recordamos lo abierto de aquel juego. Sea como sea, esta apuesta nos enfrenta a una evidente primera realidad: es completamente imposible que el simulador pueda llegar a recuperarse algún día. Al menos, los esfuerzos no van a ir dirigidos en ese camino, ni tienen intención de hacerlo.

Esta revelación nos conduce a una segunda verdad: Darkspore no es Spore. Salvo en los aspectos en los que ambos juegos se tocan tangencialmente, no encontraremos una relación evidente entre ambos productos. Para enfrentarse al nuevo título es preferible olvidarse de todo lo que sabíamos o creíamos conocer, algo mucho más sencillo en la teoría que en la práctica. El peso del simulador evolutivo caerá sobre las espaldas de este juego de rol y acción para, invariablemente, ayudar a que todos los usuarios forjen una opinión fundamentada sobre los elementos desaparecidos o que podrían ser adaptados. Esta es la cruz que tendrá que cargar el juego, y es una especialmente pesada.

Resumimos el argumento para los que se hayan perdido los capítulos anteriores: Los Crogenitores, especie sabia y muy avanzada, desarrollaron el e-ADN, capaz de unirse al ADN natural de cualquier criatura para modificarla. Lamentablemente, esta sustancia era altamente inestable, y las criaturas mutadas se volvían violentas y peligrosas. Poco más tarde se descubrió que todas compartían una conciencia común: el Darkspore. Tomando forma de virus, pudo esparcirse por todas las Galaxias, infectando y destruyendo a su paso. Los últimos Crogenitores buscaron la manera de estabilizar el e-ADN para crear un conjunto de héroes capaces de hacer frente a la amenaza.

Una de las grandes diferencias respecto a Spore es que Darkspore se ha planteado de cara al juego por internet. No estamos hablando de un MMORPG con criaturas extrañas, lo que habría sido una idea curiosa a la par que atractiva, si no de un ARPG que nos obliga a estar conectados a los servidores permanentemente. Dejando de lado otras intenciones para justificar esta actuación, lo cierto es que no se aprovechan al máximo las posibilidades de contar con un conjunto de usuarios conectados permanentemente a servidores, y simplemente se reducen las opciones a enfrentamientos contra otros jugadores o tomar parte en partidas colaborativas… cuando habría mucho más por hacer.

La interfaz general del juego se basa en las distintas salas de nuestra base de operaciones, una de las antiguas naves-laboratorio de los Crogenitores. Aquí podemos acceder al conjunto de héroes disponibles para formar escuadrones, a la sala para retocarlos genéticamente, al conjunto de objetos recaudados y acceder a las fases de juego desbloqueadas. La sustitución de todo tipo de menús por elementos interactivos proporciona un aspecto ideal para la ambientación del juego y muy adecuado a la trama propuesta. Navegar por estas pantallas es muy sencillo, aunque no todo lo fluido que pudiera debido a la necesidad de realizar actualizaciones contra el servidor.
Las partidas de Darkspore se basan en fases consistentes en mapas que debemos superar para desbloquear el acceso al nivel inmediatamente posterior. Antes de acceder a la parte de la nave que nos permite transportarnos a un planeta o satélite, tendremos que haber configurado un escuadrón de héroes. Después, elegimos una de las fases disponibles, y se nos mostrarán los distintos tipos de enemigos que podremos encontrarnos en la misma, y el nivel aconsejable de los que vayan a luchar… pero en este momento solamente podemos aceptar y viajar al mapa en cuestión, porque ya no será posible cambiar a los integrantes de nuestro equipo de asalto. Además, los enemigos pueden cambiar aunque la juguemos varias veces.

De esta manera, uno de los aspectos más importantes del juego es la formación del grupo de 3 héroes. Estos se clasifican en 5 tipos genéticos y 3 clases de personaje. Los tipos hacen referencia a la configuración genética del héroe y la clase a su forma de combatir, de manera que las habilidades de cada uno dependen de estos dos parámetros. Por otro lado, una vez hemos avanzado lo suficiente entrará en juego otro factor evolutivo: las variantes genéticas, de las que existen otras 4. Sin embargo, no penséis que se puede configurar los héroes al gusto, porque en este sentido nos veremos limitados a la cantidad prefijada por el juego: 100 héroes genéticos dispuestos a derrotar a Darkspore.

Cómo ya hemos dicho, las clases de personaje harán las veces de las profesiones otros tipos de juego. En este caso encontramos ‘Sentinel' muy resistentes y complicados de abatir, los rápidos y versátiles ‘Ravagers' o los de tipo ‘Tempest', atacantes distancia. La primera forma de estrategia consiste en equilibrar un equipo teniendo en cuenta las tres formas distintas de jugar en función del tipo de héroe escogido. En las partidas colaborativas es extremadamente importante seleccionar un héroe que se complemente con el resto del grupo, y así veremos cómo se maximizan nuestras opciones de salir victoriosos. Sin embargo, la verdadera medida de lo efectivo que puede resultar un héroe contra un enemigo viene dada por su genética.



Tenemos ‘Quantum' capaces de controlar el espacio-tiempo, mientras que los ‘Bio' son capaces de hacer lo propio con las fuerzas de la naturaleza. Los de tipo ‘Plasma' usan fuego y energía, y los ‘Necro' la muerte y el temor. La clase ‘Cyber' se compone de héroes modificados para acoplar elementos mecánicos o tecnológicos. Cada uno de los héroes que encontremos a lo largo de nuestras aventuras en Darkspore, pertenece a uno de estos tipos y clases, poseyendo habilidades únicas dependiendo de los mismos. Sin embargo, algunos héroes pertenecen a la misma clase y tipo que otros, de manera que en total no nos encontramos con 15 héroes, si no con 25 personajes únicos, cada uno con su aspecto característico.

¿Pero no se ha dicho antes que serían 100 héroes? Sí, y no se trata de una errata. Estos 25 personajes pueden cambiar  en función de las variaciones genéticas Alfa, Beta, Gamma o Delta, dando lugar a la cantidad citada. Las variantes funcionan de manera muy simple: Delta es la mejor, seguida de Gamma y después por Beta, mientras que Alfa es la básica con la que comienzan los personajes desbloqueados. Conforme mejora esta variación, su poder es mayor y su aspecto físico varía ligeramente, aunque son perfectamente reconocibles. La siguiente pregunta sería… '¿pero, es posible crear nuestros propios héroes?' Por desgracia no, no existe un editor completo de criaturas.

No existen tipos genéticos o clases mejores que otras: todas las clases son igual de eficientes cuando luchan entre ellas, y duplican el daño realizado contra los de su mismo tipo. Esto se traduce en que es una mala idea enfrentar héroes de plasma contra enemigos de plasma… y deberíamos tenerlo en cuenta. De ahí que se nos obligue a formar el escuadrón antes de entrar en la fase, para que tengamos que cargar con las consecuencias de nuestras elecciones. Se lee fácilmente que no es buena idea llevar 3 héroes del mismo tipo genético... e intentad tenerlo en cuenta si jugáis partidas colaborativas, de forma que entre todos los integrantes podáis cubrir las distintas posibilidades.
Los niveles tienen que jugarse de uno en uno, y al superarlo conseguiremos unas recompensas en forma de puntos y objetos o partes del cuerpo para los héroes. La puntuación sirve para medir nuestro nivel de Crogenitor, que no hay que confundir con el nivel de los héroes. El primero es una medida de nuestra experiencia en el juego, y es el baremos con el que se irán abriendo las puertas para desbloquear nuevos héroes. También es un requisito necesario para comprar algunas ventajas, como la posibilidad de jugar varias fases enlazadas, siendo la recompensa final mucho mayor, o formar más de un escuadrón, pudiendo elegir entre los escuadrones predefinidos antes de entrar en la fase.

Por otro lado, el nivel de los héroes depende de los elementos y partes del cuerpo que les vayamos poniendo. Cada héroe cuenta con una serie de huecos destinados a distintos elementos de su apariencia y configuración genética: armamento, armadura,… Algunos elementos son exclusivos de algún tipo, clase o incluso héroe concreto, siendo inútiles para los demás. Por otro lado, las partes del cuerpo encontradas otorgan bonificaciones al héroe pero, no sólo eso, también son la medida del nivel del mismo. Cuanto mejores sean las partes aplicadas, mayor será el nivel del personaje. De esta manera, podemos repartirlas ligeramente entre los héroes que más usamos, o armar hasta los dientes a nuestro trío favorito.

Otro de los usos de estas partes del cuerpo es la variación de la apariencia de nuestro héroe. Cada uno empieza con una serie de elementos meramente decorativos, que pueden ser eliminados o modificados en tamaño, aspecto o lugar. La forma de aplicar las partes del cuerpo adquiridas también es bastante libre y, si en algún momento nos equivocamos, podemos reiniciar para recuperar el aspecto original del héroe. También es posible aprovechar objetos que ya no queramos usar para convertirlos en elementos únicamente decorativos, que no ocupan ninguno de los huecos del héroe. Si se es hábil con el editor, una versión muy limitada del de Spore, se pueden conseguir variaciones interesantes, pero la forma original es siempre reconocible.

Hay que resaltar lo pobre de las posibilidades finales, tanto a nivel de aspecto como para colorear las texturas. Los acabados son impresionantes, eso es cierto, pero su tenemos en cuenta que el principal atractivo de éste juego es precisamente la edición de criaturas… el resultado final nos queda un poco destemplados. Partiendo de la base de que no se iba a permitir crear criaturas propias, limitar tanto las posibilidades de aspecto se traduce en que casi todos los jugadores acabarán teniendo criaturas bastante similares… y cuando esto se traslada al modo cooperativo o de confrontación, se pierde parte de la sensación de independencia que debería conseguirse. No hay héroes verdaderamente únicos en Darkspore.

Este desarrollo fase a fase es extremadamente fluido. Los objetivos dentro de cada una no dan lugar a una cantidad extensa de variaciones, e incluso dentro de un mismo nivel podemos encontrarnos con momentos que requieren distintos objetivos. Lo habitual suele ser acabar con todos los enemigos posibles, o aguantar con vida durante un determinado tiempo. Existen finales de fase, que desbloquean niveles superiores, y en estos finales podemos enfrentarnos a enemigos especialmente poderosos. La dificultad de las mismas es variable, depende de la cantidad de jugadores en una partida colaborativa y de nuestro propio nivel, pero en general no tendremos demasiadas complicaciones para acabar casi todas las fases.

El movimiento se realiza exclusivamente con el ratón, mediante clics al botón izquierdo o simplemente dejando el mismo pulsado y orientando con el puntero. Si el clic se realiza sobre un elemento, se interactúa con el mismo, lo que se reduce a examinar un contenedor de objetos o atacar. Este primer movimiento ofensivo es básico, y también puede realizarse con el botón derecho, gasta poca energía y nos permite hacer frente a los enemigos más débiles… al menos si no van llegando en cantidades industriales. El resto de habilidades pueden ser ejecutadas por diversos atajos de teclado, así como la acción de rotar entre los héroes escogidos para el escuadrón.
El objetivo del juego es una mezcla lo habitual de finalizar la trama y hacernos con todos los héroes, al estilo Pokémon… pero no existe un atractivo mucho más allá de eso. Las opciones de re-jugabilidad residen en la posibilidad de escoger escuadrones distintos para realizar las mismas fases, pero no habrá variaciones destacables en el desarrollo. Eso sí, la idea de que ejecutar el juego como un cliente contra un servidor abre las puertas a actualizaciones o inclusión de nuevas criaturas y niveles, aunque queda por ver lo que se hará a éste respecto. A grandes rasgos, podemos decir que Darkspore es un ARPG tradicional, muy fluido y extremadamente sencillo.

Gráficamente consigue buena nota. Tanto las texturas como los modelos y las animaciones se hallan en un nivel de calidad alto, y el diseño de las criaturas, aunque bastante peculiar, es digno de mención. Lamentablemente, no existe una diversidad excesiva en lo que a escenarios se refiere: puede cambiar su configuración, pero al final tenemos una cantidad limitada de tipos de terreno. El sonido cumple con su función, sin invadir la sensación de juego, pero tampoco nos encontramos ante una banda sonora de calidad. En suma, el conjunto técnico se queda en la parte alta, a la altura de los mejores ARPGs, es sólido y consigue una atmósfera ideal para el tipo de juego que es Darkspore.

Sin embargo, el título cae fácilmente en la repetición, provocando que uno de los únicos alicientes para continuar sea el amor propio y las ganas de ser mejor que los demás jugadores. No hay que confundir esto con aburrimiento, porque Darkspore es un juego muy entretenido, que nos hará pasar grandes ratos. Las partidas colaborativas son excepcionalmente divertidas, muy apropiadas para el tipo de juego del que estamos hablando. Los duelos son muy rápidos, y perfectos para matar ratos, aunque no conseguimos recompensas con ellos. A diferencia de Spore, el nuevo juego de Maxis y EA tiene bien definidos sus límites, y nos los deja bien claro desde bien comenzada la partida.

Es fácil abstraerse y pasar largos ratos diseñando criaturas, intentado explotar el limitado editor un poco más allá de sus propios límites. Es ahí donde uno puede echar en falta la gran cantidad de opciones de las que su antecesor espiritual disponía y empieza a soñar con las posibilidades. En lugar de cometer el error de crear algo excesivamente libre, en esta ocasión se han fijado las opciones para evitar que la gente intente fantasear con algo mayor. Pero, a pesar de ponerle un ‘dark' delante, si uno cierra los ojos juraría que sigue oliendo a Spore. Más oscuro, más tétrico y más orientado a la acción rápida y masticada… pero a Spore al fin y al cabo. Y Spore no era una mala idea…

Se aprovecha el diseño, parte del editor e incluso elementos genéticos, pero no se ha sabido ahondar lo suficiente. Darkspore se queda cómo un buen juego, y una buena forma de reciclar parte de los recursos invertidos por Maxis, pero nunca le llegará a la suela a las ideas de miles de seguidores. No es por la reducción del género ARPG a su mínima expresión, con fases que se convierten en pasillos al aire libre y la cantidad mínima de habilidades para poder jugar con un único dedo, si no por la simplificación del trabajo anterior de Maxis. Si el orden de lanzamiento hubiera sido al revés, habría funcionado a la perfección, pero ahora se antoja escaso… una vaga excusa para que la compañía no olvide la licencia, pero sin el suficiente trabajo como para que consiga hacer lo mismo con los usuarios.

La conclusión final de Darkspore tiene que hacerse, necesariamente, olvidando que en su día existió un juego llamado Spore. Nos encontramos un título divertido, fluido y accesible aunque muy limitado en retos. Posee un gran modo cooperativo y se disfruta tanto jugando fases como editando criaturas, dónde conseguimos una libertad superior al ARPG medio. Los que busquen más profundidad encontrarán alternativas suficientes en el mercado, pero Darkspore es digno de unas cuantas horas de juego, y cómo mínimo de ser probado. Por lo menos, esta vez sabemos perfectamente a qué atenernos…

- Fases rápidas y fluidas, tanto individuales como cooperativas.
- Buen conjunto técnico y ambientación muy lograda.

7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.