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Mortal Kombat

Mortal Kombat

Renacimiento Mortal

Mortal Kombat vuelve al ruedo de los juegos de lucha para plantar cara a la más que notable competencia que ha aparecido en esta generación de consolas. Y su retorno llega con las armas clásicas: violencia, sangre y diversión.

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Mortal Kombat es uno de esos nombres que nos ha ido siguiendo a lo largo de los años dentro del género de la lucha. Desde su salida en 1992, arrastrado por el éxito indiscutible de un juego llamado Street Fighter II, las señas de identidad de la franquicia creada por Ed Boon y John Tobias se han mantenido inamovibles. Aunque distintos bandazos por el camino convirtieran a la saga en una propuesta secundaria donde Capcom y SNK parecían dominar con solidez. De la misma manera que Street Fighter IV supuso la vuelta a los orígenes, este Mortal Kombat, así a secas, también pretende hacer lo mismo con la trilogía inicial de juegos de Midway. Y el resultado, de la mano de NetherRealm Studios, no podría ser otro: es Mortal Kombat puro y duro. Con todo lo que ello conlleva.

Las últimas entregas de la franquicia habían estado marcadas sobre todo por intentar acercar la esencia que se cultivó a mediados de los noventa en un contexto muy particular. Las 3D dominaban el cotarro de los fighting games, y la lucha bidimensional había quedado apartada de la primera línea de fuego. Con esta premisa, desde Mortal Kombat 4 hasta el crossover con DC Universe, la saga había buscado su lugar en el género con una puesta en escena más cercana a Tekken que no a Street Fighter. A pesar de obtener resultados positivos en alguna de las entregas, Armageddon mismo, lo cierto es que ya no tenían el impacto que habían conseguido con las tres primeras partes, sin contar con el todavía competido hoy en día Ultimate Mortal Kombat 3. El giro que ha dado el género en esta generación, permitiendo a los 2D volver a dominar y tener un lugar importante en el sector permitía la posibilidad de recuperar un Mortal Kombat como los de antes.

Considerada como la novena entrega de la franquicia, se dejaba la profundidad de los escenarios a un lado para volver a la lucha horizontal clásica, pero con aspecto tridimensional a nivel gráfico. Algo similar al movimiento hecho con Street Fighter IV. Hay más similitudes en este sentido, ya que a pesar de mantener movimientos y ataques de personajes clásicos, también se ha adaptado la fórmula a los tiempos que corren. Joaquín Relaó definió la cuarta entrega de la franquicia de Capcom como el Street Fighter II del siglo XXI. Este nuevo proyecto de Ed Boon que nos ocupa significa lo mismo para su franquicia. Es el juego que sería el primer Mortal Kombat si en lugar de haber aparecido a principios de los noventa, hubiera nacido en pleno mes de abril de 2011. Quisieron hacer renacer la saga, recuperar las raíces. El logro, lo avanzamos ya aunque se puede intuir viendo la nota, se ha desbloqueado.

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La eterna lucha entre dos mundos
Mortal Kombat nos habla en sus distintas entregas sobre un torneo donde la muerte es el castigo del derrotado en el que diversos enemigos del Otro Mundo intentan ganar para sembrar el caos en la tierra. En esta ocasión, después de un pequeño flashbacks donde la muerte azota a todos los héroes que han intentado luchar con Shao Kahn, Raiden envía una señal del futuro hacia el pasado para que su propio ‘yo' intente cambiar el signo del destino que les espera. Hacer las cosas de distinta manera. Así se nos permite conocer una trama argumental conocida pero a la vez modificada, y encaja perfectamente con la presencia de los personajes de la trilogía original, los más carismáticos seguramente de toda la franquicia salvo alguna excepción. El ‘reset' a la saga lo es también argumentalmente, aunque se apoye en personajes y situaciones conocidas por todos sus fans.

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Si ese es un buen gancho de inicio, otro tiene que ver con el plantel de personajes. Hablar de Liu Kang, Raiden, Sub-zero, Scorpion, Cage, Sonya, Mileena, Cyrax, Reptile, Smoke, Shang Tsung, Kitana o Kung Lao entre muchos otros es hablar de la historia viva de Mortal Kombat. De sus mejores representantes. Los elegidos conforman un plantel de grandes luchadores y clásicos de la saga. Pocos se pueden echar en falta si tenemos en cuenta la ubicación cronológica de esta novena entrega, aunque sí es criticable, por desgracia, que ya haya personajes previstos para descargar en DLC. No es una política nueva, pero no por ello dejaremos de lamentarla en voz alta. A pesar de los dos luchadores que se venden por separado, lo cierto es que la plantilla de Mortal Kombat es excelsa en calidad, cantidad y carisma. Más todavía si le sumamos jefes como Shao Kahn o Goro, guindas del pastel.

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Sencillez y violencia
Los juegos de lucha pueden contar con decenas de opciones, modos de juego y añadidos que alarguen la vida ‘bruta' del producto, ya sea offline con modos para aburrir (Continuum Shift) o con un online que la comunidad explote al máximo desde el primer momento (Super Street Fighter IV). A pesar de ello, la realidad es que un juego de este solo acaba triunfando realmente cuando lo que ofrece en la franja comprendida entre el 'Fight' y el 'KO' -en este caso, sería el 'Finish Him'- es realmente potente. Podemos revestirlo de la manera que queramos, pero si la mecánica de combate falla, el juego falla. Por muchos modos de juego que tenga, por decenas de personajes que estén disponibles en la plantilla o por los extras molones que ofrezca a cambio de explotarlo. La clave se encuentra una vez estamos encima del ring de turno. En Mortal Kombat, esto se resume en diversión y sencillez.

Nos encontramos con una propuesta jugable directa y que se adapta a los jugadores desde un primer momento. Cuatro botones de ataque, movimientos especiales de muy fácil ejecución y combos automáticos si pulsamos la secuencia correcta rápidamente, sin timming. La base es esta, aunque se le añaden algunas particularidades. El botón para cubrir es un elemento decisivo para comprender como funciona un Mortal Kombat. Cuesta cambiar el chip de pulsar hacia atrás, aunque jugablemente permita más riqueza a la hora de buscar la espalda de los enemigos… y de cubrir la nuestra. Los agarres y los combos aéreos, que se pueden enlazar a partir del clásico uppercut de la serie u otros movimientos similares completan la mecánica de Mortal Kombat a nivel conceptual.

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Todos estos elementos permiten enlazar combos más que interesantes, con secuencias que siguen a un movimiento especial, un golpe aéreo y un combo final que continua en los aires. Va más allá de enlazar target combos (redonda, redonda y X para una secuencia automatizada, por ejemplo) y lanzar ataques especiales, aunque la realidad es que la profundidad del sistema de Mortal Kombat queda lejos de otras propuestas contemporáneas como las de Capcom o las de Arc System Work. Será más importante saber cuando ejecutar ese movimiento combinado que no la ejecución en si misma, que no entraña demasiados secretos debido a que no hay un timming exigente ni tampoco una serie enorme de combinaciones que memorizar. Es seguramente uno de los elementos que más destacan una vez profundizamos en Mortal Kombat. La sensación de ofrecer herramientas más limitadas que otros juegos, aunque no nos engañemos: dominar los mixups y posibilidades de cada personaje no será tarea sencilla.

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Saber mantener las distancias, conocer cómo combear cada movimiento y esperar el error del rival para castigarlo es básico en un Mortal Kombat que desde el primer momento es divertido y accesible, ya que la variedad de ataques de cada personaje nos permite probar suerte en distintas situaciones. Propuesta sencilla en su ejecución que se puede convertir en algo simple cuando intentamos adentrarnos más todavía en él. Es un Mortal Kombat, y la serie se ha basado en lo que se ha basado históricamente -mirando la trilogía original- por lo que no sorprende esta propuesta jugable. Que cabe remarcar es plenamente satisfactoria y bebe de muchos fighting games contemporáneos. Pero a pesar de convencer, le falta ese 'algo', esa mecánica más profunda y detallista, que tienen otras franquicias.

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Los tres estadios del dolor
Uno de los añadidos que tiene la mecánica de juego descrita de Mortal Kombat es nuestra barra secundaria, ubicada en la parte inferior de la pantalla. Tiene tres estadios en los que podemos potenciar nuestros ataques. El primero de ellos nos permite lanzar un movimiento especial mucho más poderoso y dañino para nuestro rival. Si no gastamos barra y llegamos al segundo, podemos romper el combo del rival con un Breaker muy útil para cuando nos empiezan a combinar especiales, target combos y secuencias aéreas. Por último, la brutalidad marca de la casa. Con la barra al máximo, podemos usar nuestro ataque X, que si impacta con el rival le puede llegar a quitar un 50% de vida golpeando brutalmente contra puntos vitales suyos. Queda reflejado por escenas en las que vemos como se rompen huesos de nuestros rivales a cámara lenta.

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Aquí entra la estrategia en Mortal Kombat, ya que el uso de los movimientos especiales mejorados es una garantía, tener algo para romper las ofensivas rivales también y poder cambiar el signo de una lucha con los Rayos X, un privilegio que no se debe omitir así como así. La barra se rellena con nuestros golpes y también con los golpes que nos inflinge el rival. Las particularidades de cada personaje permiten que usar una u otra habilidad sea cuestión de cada luchador y sus características. Scorpion hace un amago interesante antes de romper los huesos al rival, por lo que usarlo si nos lanzan proyectiles a lo lejos es una buena opción, mientras que Sonya arremete contra el enemigo de frente, no siendo recomendable usarlo si estamos a media distancia por lo previsible del movimiento.

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Lucha en compañía
Una de las variantes que encontramos en Mortal Kombat es el de luchar en tag team. Esto nos permite no solo hacer batallas por equipos, sino también poder combinar todavía más ataques de distintas maneras. Cuando estemos en este tipo de combates, podremos intercambiar nuestro personaje en cualquier momento de manera limpia, uno por el otro, o buscando también aprovecharnos de la situación para dañar al enemigo. Cada personaje tiene combos que acaban con un impacto de su compañero, que da relevo de manera automática. Además, podemos usar asistencias puntuales de dos maneras: entran un momento, golpean y se van, o entrar golpeando para quedarse.  La propuesta es limitada, no esperemos ver grandes combinaciones entre ambos personajes entrando y saliendo, pero bastante interesante a la hora de dar otro color a los combates del juego. Lo mejor de este estilo es seguramente la posibilidad que se ofrece de luchar con hasta cuatro jugadores a la vez, dos contra dos, multiplicando la diversión respecto al juego en solitario.

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Todo tiene su final, y en los combates de Mortal Kombat ganar tiene un significado especial. Nos dan la posibilidad de matar al oponente. Los fatalities son el broche de oro al sistema de juego que hemos comentado. Combeamos, atacamos, nos defendemos, luchamos en equipo… pero cuando llega el ¡Finish Him! Es momento de liquidar el combate. Las secuencias que se nos piden para ejecutar el fatality de turno son bastante asequibles, además de estar listados en los movimientos de los personajes, por lo que no supondrá ninguna sorpresa ni ningún reto ejecutarlos. Es una manera de hacernos nuestra cinemática de fin de combate personalizada  y poco más. Sangre, mucha sangre, otro de los estandartes de la franquicia que no se ha dejado en el olvido en esta nueva entrega. Hasta aquí llega la oferta de esa franja de la que hablábamos, la que va del clásico, y variable según cada juego, ‘Round 1, Fight' hasta el KO y el Win final. Satisfactorio y divertido, pero por debajo de otros sistemas de combate sin duda.

Una historia que contar
El modo Historia de Mortal Kombat es uno de los principales reclamos del juego, y ciertamente también es el más elaborado de cuantos hemos podido ver en el género actual. Mientras el beat'em up ha tendido a situar el modo Arcade como pilar central de la experiencia individual, Mortal Kombat, gracias a la riqueza de sus personajes, a las relaciones entre ambos y a varias películas, ha sido capaz de forjar algo más nutrido. En él recorreremos los acontecimientos de la saga con el fin de perseguir un futuro alternativo al que Shao Kan asesina a todos los campeones de la tierra incluido Raiden, y se apodera de ella. La experiencia es muy cinematográfica; además de seguir los guiones de Mortal Kombat y Mortal Kombat II -las películas-, el modo está construido con multitud de secuencias generadas por el motor del juego, donde la acción sigue su curso, los personajes entablan diálogos y los combates fluyen como algo natural.

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Esta historia es especialmente larga, hablamos fácilmente de más de 6 horas de juego repartidos en todos sus episodios, que se centran en cada uno de los personajes protagonistas, luchando contra sus antagónicos y a veces midiéndose contra algún aliado, 1 vs 1 y también 1 vs 2. Cómo no aparecen todos los personajes clásicos de MK y cualquiera que haya tenido mínimamente importancia, lo cual será un recital para los aficionados de la franquicia; Goro, Kintaro, Shao Khan, Smoke, Ermac o Noot Saibot, y algunos de ellos por partida doble, como los Lin-Kuei antes de ser transformados en ninja Cyborg, Jaxx con sus brazos humanos o Mileena semidesnuda, recién creada. La única pega para este recital-homenaje es que acaba percibiéndose ligeramente tedioso a partir del capítulo 12, con el cierre de la sub-saga del Inframundo, y las peleas que van sumándose tienen la sensación de ser una forma de alargar el modo más que enriquecerlo.

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Contenido abrumador
La historia de este Mortal Kombat es solo una pieza de las muchas de las que se compone el juego. Si algo no se le puede negar al juego de Boon, eso es la cantidad de contenido y modos de juego que han preparado. El mismo modo Arcade tiene distintas variantes que permiten disfrutarlo varias veces. Sobre todo teniendo en cuenta las cinco dificultades con las que contamos y la particular y abusiva IA enemiga que a veces decide enfrentarse a nosotros. A la lucha contra diez rivales, entre ellos jefes no seleccionables, se le añade el arcade por equipos y una serie de desafíos de diversa índole. Combates azarosos, donde luchamos según unos parámetros aleatorios como no poder usar ciertas habilidades o ganar más dinero de la cuenta, minijuegos para romper maderas o encontrar la bola escondida en uno de los tres cazos -aquí, cabezas decapitadas- son algunos de los ejemplos de extras que se pueden encontrar en Mortal Kombat, que tiene su otro gran modo de juego en la Torre de los desafíos, el complemento ideal para el modo historia.

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Una torre caprichosa
Esta torre de los desafíos ofrece todo tipo de combates con particularidades que deben superarse para llegar a lo alto de todo. Desde la necesidad de golpear al enemigo en distintas partes del cuerpo a tener que ejecutar movimientos concretos para ganar, pasando por fases de bonus como las narradas anteriormente u otras situaciones variopintas: disparar como si fuera un shooter a clones de Baraka, defenderse durante un tiempo concreto sin poder atacar o realizar un fatality de escenario para completar con éxito la misión. Esta Torre de los Desafíos tiene dos virtudes que se explotan desde el primer minuto: el reto que supone avanzar en ella va in crescendo a medida que superamos fases y ofrece una amplia variedad de situaciones que se alejan de los combates puros y duros de las otras modalidades del juego, aunque por desgracia puede acabar haciéndose repetitiva en algunos momentos y muchos de ellos parezcan puro relleno. La experiencia no es tan safisfactoria una vez subimos y subimos, pero tenemos clara nuestra recompensa: ganar dinero para poder canjear posteriormente. Como en cada combate que realizamos.

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Absolutamente todo lo que hacemos en Mortal Kombat se nos remunera. Nos dan monedas por ganar, por hacer fatalities, por superar marcas y desafíos… y esto se puede canjear en Nekrópolis y la Krypta. Es la parte extra de los contenidos del juego, algo marca de la casa y que no falta en esta edición. Podremos abrir tumbas y profanar muertos gastando dinero en esta zona. A cambio recibiremos contenido de todo tipo extra. Desde nuevos fatalities para nuestros personajes a artes de los luchadores, bocetos, nuevos trajes o melodías para escuchar posteriormente en Nekrópolis. Esto insta al jugador a descuartizar el juego de arriba abajo, jugando cada una de las opciones que ofrece hasta completar el juego. No faltan los luchadores desbloqueables como Cyber Subzero o Quan Chi, que eso sí no se consiguen en esta zona. No es el único que podemos descubrir…


Tras haber protagonizado otros cameos en la serie Soul Calibur, Kratos debuta en el beat'em up que mejor retrata su sanguinario estilo. El semidios, exclusivo lógicamente de la versión PS3, entra en combate con todas sus reliquias y crueldad para ser un personaje tremendamente completo y sólido. Su arma principal son las Hojas de Atenea, que utiliza para algunos golpes especiales a distancia gracias a sus cadenas, pero también utiliza el Arco de Apolo para lanzar proyectiles -ráfagas de tres-, la cabeza de Helios para cegar momentáneamente al enemigo, el Vellocino de Oro que hace las veces de parry/counter que bloqueará un ataque enemigo y lanzará un contra ataque, las botas de Hermes para una estampida en carrera, los leoninos Cestus para su ataque RX y la cabeza de Medusa y la espada de Zeus que se utilizan en los Fatalities. Pero lo interesante del personaje es que utiliza uno de sus golpes de God of War -este en el que lanza a los rivales por el aire- como launcher para iniciar juggles y combos aéreos, algo que da idea de la fidelidad con la que se ha recreado su jugabilidad y cómo se ha implementado en el estilo Mortal Kombat sin desequilibrarla -pero sí siendo un personaje potente-. Añadir que los Quick Time Events tan célebres, también se han empleado, como follow-up a uno de sus golpes, la Divine Stab. No hay contraprestaciones que hayamos detectado en la versión Xbox 360, siendo Kratos la principal diferencia entre dos versiones que a nivel técnico y de contenido son prácticamente calcadas.

El mundo ahí fuera
Si en contenido offline Mortal Kombat demuestra ir sobrado, lo cierto es que online la compañía desarrolladora no ha escatimado en oferta. No vamos a encontrar ninguna revolución en el sistema, pero si las  ganas de ofrecer algo eficiente desde el primer momento. Podremos competir en partidas igualadas que se nos buscarán de manera automática o combates sueltos de jugador. Además, se pueden generar partidas privadas para luchar con los amigos y lo más importante, entrar en salas donde los jugadores se desafían y se enfrentan entre ellos. Es tan sencillo como entrar en una sala concreta, con sus particularidades, mirar el estado de un rival y lanzarle el reto de luchar. Si acepta, nos vamos directos a la selección de personaje para empezar el combate de marras. Todos estos elementos, naturalmente, se pueden consumar tanto en 1vs1 como en combates Tag Team.

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Existe el modo cine para partidas de rey de la colina, donde los jugadores pueden ver el combate entre los otros competidores mientras esperan su turno. Pueden animar, abuchear y otras acciones mediante los avatares, presentes en este modo cine; además de votar al final de cada combate qué les ha parecido. Lo mejor de todo esto es saber que al menos de momento, el online funciona a un buen rendimiento -en Xbox 360- y aunque las partidas las estén visionando más de tres jugadores a la vez, además de los que están compitiendo, se muestra todo de manera sólida. Faltará ver qué pasa con todo el público ya dentro del online del juego. Sistema de marcadores y estadísticas personales cierran un modo online en el que se ha puesto mucho empeño de parte de NetherRealm Studios, conscientes que para que un juego de estas características triunfe en el tiempo debe potenciar el sistema online.

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Brutalidad visual
Uno de los puntos fuertes de Mortal Kombat en sus primeras entregas estuvo relacionada con la digitalización de personajes, dando un realismo sorprendente para la época. En esta ocasión lo que realmente da el do de pecho es el diseño de personajes, fieles a sus orígenes y bien recreados a nivel poligonal, así como unos escenarios tétricos y llenos de detalles interesantes. Esta entrega no pierde el tono de serie B que ofrecen sus personajes, los litros de sangre que aparecen cada dos por tres o la brutalidad de los fatalities, con desmembramientos y cuerpos descuartizados sin concesiones. No hay censura para un juego enfocado a un público mayor de edad. El aspecto general de luchadores y escenarios, el buen uso de la sangre y su impacto en los personajes (a veces acabaremos la lucha y nuestro luchador tendrá toda la cara llena de sangre) así como los momentos Mortal Kombat, fatalities y como rompemos huesos y partes vitales de nuestros enemigos con la barra en nivel 3, son lo más destacado de un juego que funciona fluido en todo momento, que tiene animaciones por norma a buen nivel -aunque hay algunas colisiones bastante mejorables- pero que no ofrece ningún avance tecnológico importante. Nos sorprenderá lo qué hacen, pero no cómo están hechos, ya que el motor usado cumple con su cometido pero no ofrece nada espectacular a nivel de potencia (texturas, carga poligonal).

Mención especial merece la banda sonora del juego, con piezas destacadas en un repertorio que sabe acompañar perfectamente tanto los escenarios en los que transcurre cada combate como la personalidad y el ritmo de lucha que ofrece la plantilla de personajes. Es uno de los elementos más interesantes de este Mortal Kombat, que se ve además apoyado por el hecho de tener doblaje al castellano en la trama principal y en momentos puntuales del juego -no así en las citas previas de los luchadores- y tener los textos totalmente traducidos a nuestro idioma. Por desgracia, lo cierto es que las voces en inglés en la historia tienen un mejor acabado que las españolas, aunque el simple hecho de tener doblaje ya es digno de mención sin ninguna duda. Los efectos especiales de los impactos, el griterío de nuestros enemigos, un cuerpo cuando está desmembrándose… o simplemente, impactos en el mismo combate, completan el apartado sonoro del juego, que raya siempre a un buen nivel.

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8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.