Portal 2
- PlataformaPC9.53609.5PS39.5
- GéneroAcción
- DesarrolladorValve
- Lanzamiento19/04/2011
- TextoEspañol, Inglés
- VocesEspañol, Inglés
Still Alive
Tras casi 4 años, volvemos a Aperture Science en la secuela del revolucionario Portal. La aventura de Chell retorna en un título mucho más completo y largo, con una narrativa más profunda y con mejoras en su jugabilidad, añadiendo nuevos elementos a la fórmula original. El esperado regreso de GLaDOS lo hace como debe ser, como un auténtico regalo a los jugadores.
Este juego sorprendió precisamente por el soplo de aire fresco que ofrecía su jugabilidad al mundo de los FPS. Con una sola arma en nuestro haber: una pistola de portales, el jugador era capaz de superar todos los retos que los diseñadores tenían preparados: no eran precisamente pocos y resultaban bastante variados. Quizás fue este planteamiento el que convirtió al primer Portal en uno de los juegos del año, que más sorprendió sin hacer ruido al principio, pues pese a lo revolucionario de su planteamiento, se alejaba - y para bien- del concepto de FPS tradicional que tanto gusta al gran público según los éxitos de venta: marines espaciales, combates frenéticos y un gran arsenal.
La única pega de Portal fue su escasa duración, pues más que un juego en sí, realmente fue un experimento del concepto. Pese a ello, se hizo con el cariño de los jugadores, obligando a Valve a dar el siguiente paso: desarrollar una secuela, ampliar el concepto de juego original y tratarlo como se debe: como un auténtico y completo producto en sí mismo al nivel de cualquier otra superproducción de la compañía. Una vez más, volvemos a Aperture Science...GLaDOS nos tiene reservadas muchas e inquietantes sorpresas. Esta vez desde el primer momento y sin andarse con falsos paños calientes.
Como ya veníamos diciendo en anteriores avances e impresiones del título, los primeros quince minutos de juego conseguirán dejar sin aliento a los recién llegados a esto de los portales de Valve. La sugerente habitación se destroza literalmente con nosotros dentro llenando todo de escombros, moviendo los muebles o tambaleando al personaje y nos muestra en qué mundo estamos realmente, un complejo futurista en el que un esférico núcleo de personalidad llamado Wheatly parece ser el único superviviente junto a nosotros, totalmente inmersos desde el minuto uno en la piel de Chell gracias al perfecto manejo en primera persona, los diálogos y la inigualable ambientación que han vuelto a conseguir los estudios de Gabe Newell y compañía.
Como también se sabía ya, GLaDOS volverá a escena, esta vez mucho más agresiva y burlesca haciendo muestra de que las máquinas de este universo también pueden sentir odio. Desde su aparición, completamente bien trabajada para los que vengan del primer Portal, los niveles cobrarán una nueva dimensión: el fastidio constante que el maldito robot ya dueño de Aperture Laboratories impondrá sobre cada escenario y las circunstancias que lo llenen. Las referencias al primer juego son numerosas, lo que le da ese toque de nostalgia que encantará a los más asiduos, como pasar por las antiguas salas ahora destrozadas y llenas de elementos externos a la pulcritud de los laboratorios, personajes conocidos o guiños argumentales que no desvelaremos en este texto para no quitar uno de los mayores encantos a la nueva obra de Valve.
De hecho, al avanzar por las misiones, la poderosa IA de Aperture Sciences tiene intentos de guiar nuestra ruta como en el primer juego, de aconsejarnos, de explicarnos qué hacer en cada reto o hasta de ponernos la música adecuada a cada situación, sin faltar por ello al enorme sentido del humor y sarcasmo que se respira en todo el viaje. Pero es inevitable su venida abajo y cortocircuitos, con momentos de absoluta oscuridad, incoherencias de actuación de los robots y los mecanismos, etc. Todo esto consigue que la experiencia de juego sea aún más agobiante de lo que era la primera, llenando de pesimismo y soledad la sucesión de salas y haciendo de la pistola de portales nuestro único aliado verdadero en esta supervivencia, aunque Wheatly parece no fallarnos ni ante la aparición de GLaDOS.
La dificultad avanza poco a poco junto a los pasos de Chell y va introduciendo más y más elementos y herramientas para proponer los rompecabezas. Desde las primeras -y recuperadas del Portal original- cajas, interruptores o bucles de portales infinitos, no tardan en aparecer materiales y mecanismos de todo tipo, muchos de ellos residuos tóxicos o sustancias orgánicas que se han colado donde no debían. Habrá rayos láser con los que derribar paneles y otros elementos, torretas de seguridad, líquidos capaces de formar y deformar superficies, tubos de ventilación, elementos poco pesados y frágiles, agua que ejerza presión, ventiladores, plataformas móviles, redes... todo un universo que va ampliando sus materiales y estructuras a medida que nos adentramos en el centro de estas instalaciones de estética futurista venidas a menos tras nuestra hazaña del primer juego.
El dominio de la gravedad y las físicas -inigualables y típicas de las últimas obras de Valve- será otra exigencia para llegar hasta el final de la aventura, mucho más larga que la original, como hemos dicho. Todos los materiales y superficies se comportan con absoluta verosimilitud y habrá que controlar sus estabilidades, pesos o desplazamientos. También los de la protagonista, que podrá modular la velocidad en la que entrar en los portales para salir por otros llegando alto o lejos, arrojarse desde enormes alturas o moverse ágilmente entre dimensiones. La esencia de los puzles pide al jugador dos parámetros: descubrir cómo solucionarlos y la ejecución de esa solución. El juego mezcla así a la perfección habilidad ante el mando y lógica intelectual, y las va aumentando de tal manera que el jugador acabará sitiéndose todopoderoso en esto de la creación y movimiento por los portales.
Las animaciones son perfectas, como en casi todos los juegos de la compañía y todos los personajes parecen tener vida propia, algo que también se sustenta con las sombras, dinámicas y apropiadas según el tono de luz, o la nueva iluminación, que baña las estancias de manera sutil pero consigue dejarnos postales únicas y un buen tratamiento general. El sonido ha sido otra grata sorpresa que nos ha regalado de Portal 2. El memorable doblaje que pone voz a todos los robots y personajes, a la altura de las grandes joyas de la industria en español, viene apoyado en una banda sonora genial, que intercala música de muchos estilos y consigue seleccionar la pieza adecuada a cada situación, poniéndonos en escena desde una de las primeras misiones, cuando se nos invita a escuchar jazz para relajarnos de "la peligrosa situación" que tenemos ante nosotros, por poner un ejemplo temprano. La única lástima de esto es no haber contado con la también sensacional voz de Ellen McLain para GLaDOS que sí está en su versión anglosajona.
Por si hubiera alguna duda al respecto, la versión para PC lidera con comodidad todos los aspectos técnicos y gráficos de Portal 2. Si bien no es ninguna bestia gráfica y su atractivo reside en su gran diseño visual, lo cierto es que las opciones gráficas para compatible lo ponen a un nivel por encima, sin necesitar además de un equipo de gama alta puntero. Jugar a 1080p con v-sync y AA está al alcance de cualquier equipo de gama media sin sacrificio de FPS, algo vital en un juego de estas características. La versión para PC también se beneficia en gran medida de algo al alcance de cualquier equipo: un ratón, que facilita la precisión en los saltos y el emplezamientos de los portales -aunque, para aquellos que prefieran jugar tumbados en el sofá, también está habilitada la opción del pad, así como la plena compatibilidad por defecto del mando de 360.
Por simple descuido, a Valve se le ha olvidado quitar el mensaje de "No desconecte su consola...." cuando el juego está guardando, que ha sido motivo de rechifla y algunos ataques desde la comunidad pecera por interpretar que era un descuido que hacía ver que el juego había sido desarrollado con las consolas en mente como plataforma principal, pero lo único indiscutible es que la versión de PC es sensiblemente superior en todos los aspectos y que la calidad de imagen extra que se obtiene en esta versión resulta muy destacable y también muy bienvenida para un título con el diseño gráfico tan distintivo de Portal.
Por suerte, PS3 y PC podrán compartir las partidas. Esto no ocurre con Xbox 360 por más que nos hubiera gustado, que tendrá que buscar compañeros siempre en su misma plataforma. Lo mismo ocurre con el editor de escenarios, compartidos entre la versión de compatibles y la máquina de Sony. El modo multijugador para dos es bastante largo y completo en los desafíos propuestos, pero se queda ahí, y quizá se le echan de menos más motivaciones que lo hagan rejugable o permitan picarnos un poco con nuestro compañero. No hay ningún tipo de opción de personalización o cambio de reglas para las partidas en este modo y todo se ceñirá a la camapaña alternativa que presenta. Además, el juego posee una tienda en la que adquirir nuevas skins, animaciones y objetos para los robots, muy al estilo de la que Valve ya implementó para Team Fortress 2.
Excelente
Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.