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SOCOM: Special Forces

SOCOM: Special Forces

Trabajo en equipo

Zipper Interactive vuelve a tomar el mando de la franquicia SOCOM para llevarla al siguiente nivel. Las fuerzas especiales no solo lucharán en campo abierto, sino que pondrán en práctica sus habilidades en complicadas misiones de sigilo. Formar tu propio equipo para afrontar la campaña en cooperativo y completa la experiencia con un versátil modo multijugador. Un juego donde no te faltarán opciones.

SOCOM ha sido siempre una marca menor dentro del panorama PlayStation, que aparecía para completar catálogo pero pasaba por las tiendas sin deslumbrar. En ocasiones incluso se ha empleado de forma no muy apropiada la licencia, como ocurrió con SOCOM: Confrontation, un producto que bajo el nivel varios enteros. En ese ocasión fueron los chicos de Slant Six Games, desarrolladores de las entregas de PSP, los que se hicieron cargo, pero afortunadamente los creadores originales, Zipper Interactive, retornan en este Special Forces. Sin suponer un salto de calidad enorme, lo cierto es que encontramos ciertas ideas y mecánicas, junto a un remozado apartado gráfico, que empiezan a hacer de SOCOM un competidor más serio en el duro mercado de los juegos de acción.

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Parte con buenas ideas, ofreciendo al jugador diferentes mecánicas durante la campaña. Por un lado tenemos las misiones más comunes, en las que llevaremos a un soldado norteamericano en el sudeste asiático. No sólo tendremos que manejarlo directamente, sino que daremos órdenes a nuestro escuadrón, dividido a su vez en dos pequeños grupos. De este modo, no todo consiste en lo típico de los FPS, aunque estemos ante un título en tercera persona, sino que también habrá un cierto componente estratégico y las únicas armas que quizá nos interese usar sean las granadas normales y de humo para abrir paso al resto del equipo mientras lo dirigimos desde la retaguardia.

Por fortuna, y al contrario de lo que muchas veces sucede, la inteligencia artificial es un buen aliado en el que podemos confiar y nuestros compañeros son muy capaces de matar al enemigo que, en general, también tendrá un comportamiento complejo. Bastará con dar una indicación simple para ver cómo lo ejecutan satisfactoriamente y no necesitaremos estar detrás de ellos continuamente. Será difícil que caigan en combate pues incluso podrán curarse entre sí, con lo que una mala decisión no siempre tendrá un resultado fatal, aunque no debemos descuidarnos. Los escenarios formarán parte de este juego táctico, aprovechándonos de la sinuosas formas de los callejones por los que avanzaremos o utilizando elementos del entorno como vehículos para cubrirnos o hacerlos explotar.

Solemos tener dos opciones a la hora de avanzar. Podemos optar por ser agresivos y adentrarnos rápidamente en el terreno enemigo, debiendo entonces ser letales en nuestra actuación si no nos queremos ver pronto rodeados de adversarios. Por otro lado, podemos optar por un progreso más pausado, asegurando las posiciones y manteniendo un intercambio de fuego mucho mayor, donde quizá se luzca más el sistema de órdenes. Así, seremos incluso capaces de preparar emboscadas y otros movimientos más elaborados que el simple corre para adelante y dispara a todo lo que se mueva. No obstante, no siempre contaremos con tanta libertad de acción y habrá partes donde lo que tendremos que hacer estará bastante predefinido, como por ejemplo tener que arrastrarnos para no ser detectados.

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De hecho, el otro frente de la acción será en un estilo completamente diferente pero que tendrá que ver con esto mismo. Uno de los componentes del escuadrón, la agente "45", una soldado coreana, será quien las protagonice. En este caso se tratará de infiltrarnos en territorio enemigo, extremando el sigilo. Son retos complicados y no demasiado satisfactorios ya que el margen de error es mínimo y el planteamiento no es todo lo divertido que cabría pensar, de forma que en cuanto nos descubran no tendremos ninguna posibilidad. Lo curioso en este caso es que en general los mapas serán los mismos que afrontaremos al día siguiente, con el sol brillando y todo el grupo batallando, pero seguiremos rutas distintas que involucrarán en muchos casos ir por zonas elevadas y utilizar armas silenciosas.

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La duración no es el punto fuerte de esta campaña individual, que cuando mejor se empieza a poner llega a su fin, con armas más potentes a nuestro alcance y enfrentamientos contra vehículos más pesados o incluso helicópteros. Sufre de lo que le suele pasar a esta clase de juegos y es que aunque parten con conceptos claros e innovadores en algunos casos, fallan al intentar sacarles provecho más allá de lo evidente, con lo que deben cortarlo antes de caer en excesivas redundancias. No obstante, y aunque la historia en sí sea prescindible, nos depara momentos muy intensos y gratificantes con un grado de realismo superior al de otros competidores. Quizá, eso sí, no tanto como en anteriores entregas.

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Si bien la IA tiene un comportamiento adecuado, siempre es más divertido contar con compañeros humanos y para eso mismo se han añadido unas misiones en cooperativo. Lo que nos hubiera gustado es que fuera la campaña al completo, ya que estos retos son escasos y nos cansaremos pronto de ellos. La idea en sí es perfecta, juntar a cinco amigos y organizarse por voz para afrontar con éxito desafíos en los que la cooperación es fundamental. Lástima que nos dejen con ganas de mucho más y apenas hayan dejado mapas para este modo.

Nuestras penas las tendremos que desahogar en el multijugador, con hasta 32 jugadores por partida, que no es una cantidad nada desdeñable. Una vez más la estrategia es fundamental y el equipo que mejor se organice ganará. Aquí es difícil que un individuo pueda hacer una diferencia, pues generalmente estos héroes se ven fácilmente abatidos si se ven rodeados de oponentes situados en mejores posiciones, pero no es imposible. En cualquier caso, meterse en salas públicas complicará bastante el asunto, pues además de la confusión de idiomas con la que nos encontraremos, será fácil ver como cada uno intenta hacer la guerra por su cuenta y no hay coberturas ni un mínimo orden.

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Zip Interactive ha optado por "callofdutificar" SOCOM con cuestiones como el poder cubrirse y curarnos mágicamente, que hará para algunos más fácil el incorporarse a este sistema, pero que a los seguidores de toda los repelerá. Afortunadamente nos encontramos con dos tipos de ajustes, estándar y clásico, para intentar satisfacer todas las necesidades. El primero es idéntico al planteamiento de la campaña y bebe de la saga de Activision así como de otros títulos similares. En frente se nos ofrece una mecánica muy diferente, más propia de los SOCOM de siempre, con lo que no hay reapariciones en la partida una vez hemos caído y nuestra vida es limitada, con una barra que lo indica. Una vez muertos, lo más que podemos hacer es observar las cámaras de nuestros compañeros y, como mucho, darles consejos por voz.

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Lo más acertado de SOCOM en cuanto a su multijugador son las posibilidades que ofrece de personalización de partida. Comenzamos con cuatro modos básicos que responden a modos de toda la vida conocidos. El primero de ellos es "Supresión", o lo que es lo mismo, enfrentamiento por equipos. El segundo es "Última defensa", que equivaldría a un "Zonas". Aquí no sólo hay que capturar ciertos puntos del escenario, sino que una vez uno de los dos equipos los consigue todos, descubre la base del enemigo. En ese momento cambia la mecánica y uno de los bandos debe destruir los nuevos objetivos, mientras que el otro, obviamente, debe aguantar.

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El clásico "capturar la bandera" pasa a llamarse "Uplink" y hace referencia a términos informáticos. Nuestra labor es robar información de la base del enemigo y lograr llegar hasta nuestra base con ella. Más interesante es la nueva incorporación en la franquicia, "Bomb Squad". En este caso los insurgentes han colocado una serie de bombas que las fuerzas especiales deben desactivar. En cada equipo sólo hay un miembro cualificado para tal tarea, aunque dicho rol va rotando entre los participantes. El resto, por su parte, deben obviamente protegerlo y abrile camino. El técnico de desactivación está, de todos modos, fuertemente armado, contando con una escometa automática y un lanzagranadas portátil, pero sin apoyo no puede lograr nada por sí . De esta forma, los desarrolladores han logrado forzar el trabajar en equipo, algo que siempre es complicado conseguir en partidas públicas como ya hemos comentado.

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A continuación nos encontramos con diferentes variantes de estos mismos modos como opciones secundarias pero igualmente válidas. Generalmente se trata de limitaciones en los tipos de arma que se pueden utilizar y cambios por el estilo que, aunque no lo parezca, pueden cambiar mucho cómo se desarrolla una partida. Por ejemplo, hemos visto "Snipper Alley", una versión restringida del enfrentamiento por equipos con sólo rifles francotirador, escopetas, granadas de humo y granadas de gas venenoso. Otra es "Run 'n Gun", que partiendo de "Última Defensa" aumenta la velocidad de movimiento y de nuevo limita las armas, en este caso a escopetas y metralletas. Como veis, esto expande las posibilidades de los modos principales y les da un toque distintivo que algunos llegarán a apreciar casi más que la configuración por defecto.

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SOCOM también ofrece control mediante PlayStation Move y hemos de decir que sucede lo esperado: es una opción viable, que quizá algunos o muchos aprecien, pero no llega a sustituir la precisión alcanzada con un DualShock. Apuntando con el periférico a izquierda y derecha, la mirilla se mueve ágilmente, lo cual es quizá útil como francotirador. El problema viene por la vía habitual, es decir, para girar la cámara es necesario desplazarlo demasiado hasta el borde de la pantalla. Pese a que se puede configurar, ninguno de los ajustes nos deja del todo satisfechos y los giros son algo problemáticos.

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Visualmente el juego ha mejorado varios enteros desde Confrontation, aunque era de esperar. Destaca por el detalle de los mapas, tanto en la campaña como en multijugador, cargados de objetos y elementos que influyen en la jugabilidad tanto por las posiciones ventajosas que crea (puntos en alto, coberturas) como por añadir cierto nivel de destrucción. No obstante, seguimos pensando que hay camino por recorrer en otras cuestiones como los personajes, con unas animaciones demasiado robóticas y modelados francamente mejorables. Las 3D estereoscópicas de SOCOM: Special Forces aportan mayor profunidad de visión, lo que quizá es útil a la hora de apuntar, pero al contrario de lo que sucede en títulos como MotorStorm, el no buscar darle mayor impacto visual mediante algunos efectos le resta bastante interés.

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7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.