Anómalo en su especie

Popularizado en la era de los juegos en Flash y los orientados a dispositivos móviles, el sub-género de estrategia en tiempo real conocido como ‘Tower Defense' está bastante lejos de ser una novedad. Uno de sus representantes más famosos, Rampart, tuvo cabida en multitud de plataformas y se acabó convirtiendo en uno de los títulos más populares de una época en la que no nos parecía preocupante que cada juego no fuese de un nuevo género exclusivo y novedoso.

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La llegada de nuevas plataformas ligeras, como navegadores o móviles, ha provocado que muchos desarrolladores se hayan visto obligados a rescatar antiguos estilos de juego, con mucha menor profundidad pero lo suficientemente sencillos como para ser implementados en poco tiempo. En este nuevo segmento de mercado, lo que prima no es la calidad final del producto, si no la velocidad con la que puedes lanzarlo al mercado a bajo coste. La estrategia no es crear superventas, que sí que llegan a producirse, sino saturar a los usuarios con muchos juegos muy parecidos y baratos de desarrollar.

Volviendo al sub-género concreto, es posible que en los últimos 10 años se hayan diseñado tantos ‘Tower Defense' como estrellas hay en el firmamento. Los hay de todos los tipos, colores y sabores: fantásticos y de ciencia-ficción, con o sin zombis, cómicos y aparentemente serios, del Lejano Oeste… Muchos pensarán que llegado cierto momento, todo profesional tiene que acabar programando un ‘Tower Defense' para obtener su grado. La verdad tiene mucho más que ver con lo dicho en el párrafo anterior, aunque es lógico que se sospechase de alguna trama de este estilo.

Este tipo de juegos se basan en colocar distintos obstáculos sobre un escenario o una serie de recorridos definidos, de manera que los enemigos que van llegando en forma de hordas no puedan acceder a un punto simbólico. Su nombre proviene precisamente de ahí, dado que generalmente se trataba de una torre o fortaleza. Conforme se avanza se desbloquean nuevos elementos para eliminar a los oponentes o retrasar su avance, que pueden ser comprados en tiempo real con los puntos que se vayan ganando durante la partida. Partidas rápidas y fluídas, aunque no siempre tan sencillas como pueda aparentar.

En contraposición aparecen los ‘Tower Defense' inversos o ‘Tower Offense', donde el papel del jugador es exactamente el opuesto: lanzar hordas para superar las defensas del enemigo. De esta manera, la estrategia pasa de una gestión correcta de las defensas a la configuración y movimiento necesario para evitar el desgaste excesivo de nuestras tropas. Ambas modalidades cuentan con numerosos representantes, aunque uno de los que más fama han obtenido en los últimos meses es Plants vs. Zombies, perteneciente al primer estilo. Otros juegos de estrategia han producido fases o mapas basados en esta dinámica, como Starcraft.

Nosotros controlaremos un pelotón encargado de ir eliminando estos centros de control alienígenas, aunque para ello tendremos que ir avanzando sin ser aniquilados por los distintos obstáculos que nos saldrán al paso. Todo ello a lo largo de 14 niveles con 3 modos de dificultad distintos en cada uno de ellos, desde novato a experto. Si optamos por una dificultad mínima no tendremos demasiados problemas, pero si la elevamos a su máximo exponente nos las podemos ver y desear con algunas de las fases… aunque nos gustan los retos. Sin embargo, el objetivo en cada una es exacto a pesar de la dificultad.

Sin embargo, no manejamos todas las unidades, si no al comandante del convoy. Su manejo se realiza exclusivamente con el ratón, pulsando en cada punto al que queremos que se desplace o dejándolo pulsado para que avance en la dirección del puntero. El traslado de los tanques se realiza por las rutas prefijadas que podemos ver en el mapa, y aunque podemos alejarnos de ellos todo lo que queramos,  no es lo conveniente si queremos saber lo que ocurre o ayudar al buen desarrollo de la misión con nuestras habilidades, como ya veremos más adelante. Todo muy sencillo.

Los mapas se basan en un trazado de calles por el que tendrá que desplazarse el pelotón. A diferencia de los trazados únicos en muchos ‘Tower Defense', este ‘Tower Offense' nos ofrece bifurcaciones y distintas vías alternativas para trasladar nuestro regimiento. En la primera pantalla no tendremos que lidiar con enemigos, solamente con anomalías que irán bloqueando algunas de las rutas posibles y nos obligarán a cambiar de idea con cierta rapidez. Además, algunas de esas emisiones pueden alcanzar algún vehículo del pelotón y dañarlo… algo que sería muy perjudicial para el desarrollo de la misión.

Para controlar el movimiento de las tropas usaremos un mapa táctico de las calles y callejuelas disponibles, accediendo a dicha pantalla mediante la tecla Control, o con la rueda del ratón. En la misma vamos a poder ver una ruta marcada, así como símbolos que representan algunos de los obstáculos en el mapa. En cada bifurcación encontraremos una flecha que, al pulsarla, cambiará la dirección del convoy militar. Puede escogerse cualquier dirección exceptuando la que nos obligue a retroceder usando el mismo camino, dado que las callejuelas son estrechas y los tanques no podrían maniobrar bien.

La primera de estas habilidades será la de reparar, que nos permitirá fijar una zona durante un tiempo limitado durante el que se irán reparando los vehículos que pasen por ella. Otra posibilidad es establecer un señuelo, de forma que los enemigos centrarán sus ataques en el falso objetivo y se olvidarán de nuestros vehículos. También podremos levantar una cortina de humo para reducir su precisión y recibir menos daños. Por último, contaremos con bombas para intentar eliminar algunos obstáculos. La tecla Alt, o el botón derecho del ratón, nos permitirá acceder al menú radial con estas cuatro opciones.

Mediante la destrucción de torretas enemigas, o con la recolección de material alienígena, acumularemos puntos y dinero para canjear por nuevas tropas o mejorar las existentes. Existen tanques, lanzamisiles ‘Crawler', blindados y generadores de escudo, que solamente protegen a la unidad inmediatamente anterior y posterior del convoy. La compra de unidades es el segundo punto estratégico a definir para finalizar la fase con éxito, ya que cada vehículo tiene sus ventajas y desventajas y la cantidad simultánea de tropas es limitada. Los recursos no son infinitos, y aunque se pueden vender vehículos, habríamos perdido dinero.

Aunque hasta este punto Anomaly: Warzone Earth no nos ofrece nada relativamente nuevo, es en el aspecto técnico donde el juego ha dado un salto cualitativo  respecto a otros títulos del mismo estilo. Los modelados de unidades y escenarios son excelentes, dignos de cualquier otro RTS con mayor profundidad en su desarrollo, con decorados muy trabajados y texturas de gran calidad. Los efectos de las explosiones adornan a la perfección el desarrollo de las fases, todo ello con un nivel auditivo destacable que ayuda a conseguir cierta inmersión en la partida, algo muy poco frecuente en este tipo de juegos.

El trabajo realizado para la interfaz de usuario, parte esencial de toda la partida, es otro de los puntos a favor del título de 11 bits Studios. Gracias a ella, y a los atajos con el teclado y ratón, se consigue un estilo de juego muy fluido a pesar de lo repetitivo y lento que puedan resultar los ‘Tower Defense / Offense' en algunas ocasiones. De hecho, en cualquier momento podemos acelerar la partida para aligerar el ritmo. Nos encontramos ante un modo de juego muy típico, integrado con contenido visual de alta calidad, que no es habitual en un sub-género tan orientado a plataformas ligeras.

Lamentablemente, la duración del juego resulta escasa al contar con tan pocas fases, y a pesar de las diferencias entre unas y otras, los modos de dificultad y las elecciones posibles, es fácil que los menos habituados al género caigan en una comprensible sensación de tedio. Anomaly: Warzone Earth es un título para disfrutar como una bebida bien fría: poco a poco y a sorbitos, para evitar que nos duela demasiado la cabeza o acabar demasiado pronto. Una opción perfecta para los ratos entre juegos más profundos, gracias a la diversión que proporciona y a su excelente precio... y en castellano.