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LEGO Star Wars III: The Clone Wars

LEGO Star Wars III: The Clone Wars

Nuevo capítulo, misma galaxia

Tras haber recorrido infinidad de películas, la franquicia Lego regresa a sus orígenes para ofrecernos la tercera entrega de Lego Star Wars, ambientada en la serie de las Guerras Clon. Un título ameno y sencillo pensado para disfrutar en familia.

Cuando se juntan dos licencias que parecen interminables de por sí, de forma independiente, no es extraño ver cómo su legado se expande una y otra vez cuando se juntan. Ya estamos muy, tal vez demasiado, acostumbrados a ver cómo los juegos de la franquicia Lego salen al mercado con un ritmo bastante acelerado, seleccionando alguna licencia para parodiarla: Lego Batman, Lego Indiana Jones, Lego Harry Potter, Lego Piratas del Caribe… Y, por supuesto, uno de los primeros lanzamientos de esta particular visión de grandes clásicos, Lego Star Wars. La obra magna de George Lucas ha tenido gran parte de culpa en el éxito de las franquicias Lego, hasta el punto de que Lego Star Wars se ha convertido en la subserie de los carismáticos bloques que más capítulos ha tenido hasta la fecha.

Tras el primer Lego Star Wars, con los episodios I-III, llegaría Lego Star Wars II con la trilogía original, para después ofrecer un recopilatorio que aunaba los seis episodios en un mismo disco. Ahora nos llega Lego Star Wars III: The Clone Wars, dejando patente que mientras George Lucas sigua explotando su gallina de los huevos de oro, tendremos más entregas de su curiosa visión como piezas de Lego. Esto no tiene por qué ser algo malo, ya que lo que ha hecho grande a la franquicia Lego sigue bien presente en esta nueva entrega, pero a medida que pasan las entregas se va haciendo más patente la falta de originalidad y la reiteración de ideas y conceptos. Es decir, la fórmula todavía funciona, pero esperemos que no la quemen demasiado pronto.

Las guerras clon
Como su propio título indica, en esta nueva entrega reviviremos los acontecimientos de las Guerras Clon, siguiendo fielmente los sucesos de la serie de animación del mismo nombre. No solo eso, sino que en algunos momentos también visitaremos determinadas escenas del Episodio II, precisamente por la relación tan marcada que mantienen las diferentes etapas de la historia. El desarrollo será el tradicional y ya bien conocido por todos, es decir, división por fases y abundantes escenas de vídeo mudas que narran la historia de forma paródica mientras desarrollan los mismos acontecimientos de la serie. No hay grandes sorpresas aquí para quienes ya conozcan alguna de las dos ramas (sea la serie de televisión o las entregas anteriores), pero pese a todo sigue siendo una forma amena y diferente de revivir la historia.

El plantel de personajes, como suele ser habitual en las franquicias de Lego, será muy numeroso. Tanto, que no solo nos encontraremos con todos los protagonistas de Clone Wars (Anakin, Obi Wan, Yoda, Padme, R2D2…), sino que también regresarán algunos de los personajes más queridos de los aficionados de las películas originales. No es de extrañar, dado que dichos personajes ya estaban creados de capítulos anteriores, pero su añadido siempre es bienvenido para poder disfrutar de los personajes preferidos de cada uno en nuevas situaciones. Como siempre, el juego contará con un modo historia básico y con la posibilidad de rejugar por libre todos los diferentes capítulos que vayamos superando.

Pocos cambios
Al igual que a nivel argumental se mantiene la revisión paródica de la historia, el sistema de juego repite prácticamente todas las ideas ya establecidas como señas de identidad de la franquicia. Es decir, escenarios plagados de elementos y estructuras para romper, puzles sencillos por resolver, zonas con infinidad de secretos y un largo etcétera de recovecos y misterios que giran en torno a un fin último: conseguir la mayor cantidad de monedas Lego que podamos. En cierto modo, la franquicia ha destacado desde siempre por haber sido capaz de dejar el argumento en segundo plano para invitarnos a centrar todos nuestros esfuerzos en la obtención de cuantas más monedas mejor, algo que obtendremos al resolver puzles, matar enemigos o romper objetos del escenario, además de perder una determinada cantidad al morir.

Dicha mecánica obsesivo-compulsiva de obtención de monedas ha funcionado a la perfección desde el primer título de la franquicia, y aquí vuelve a cumplir su función, invitándonos a explorar hasta el más mínimo rincón del escenario. Posteriormente, tendremos la posibilidad de invertir nuestro botín en la compra de más personajes, extras secretos, etcétera (y, con ello, los logros/trofeos de rigor). Es impresionante cómo esta mecánica tan sencilla y básica de obtener monedas se puede convertir en el eje central ya no de un juego, sino de toda una franquicia, pero la dinámica funciona y en Lego Star Wars III nos vemos, una vez más y sin que nos demos cuenta, recogiendo todas las monedas que aparecen en el escenario, provengan de donde provengan.

Pese a que, como decimos, la dinámica es básicamente la misma de todas las entregas de la franquicia, Lego Star Wars III presenta pequeños detalles novedosos que dotan de un poco de aire fresco a la mecánica de juego. La más llamativa es, sin lugar a dudas, el cambio de pantallas; si dos personajes están en la misma situación colaborando, pero se ven separados por algún motivo, el jugador podrá cambiar de una a otra pantalla para jugar con el (o los) personaje que se encuentre en cada zona distinta. También destaca la posibilidad de dirigir ejércitos de clones contra los droides en algunas grandes batallas bastante atractivas, así como algunos movimientos nuevos con el sable láser, aunque son pequeños detalles menores que no se hacen notar demasiado.

También ha cambiado el mundo central del juego con respecto a los capítulos anteriores de Lego Star Wars, que ahora es una nave de la República, mucho más acorde con la ambientación general de esta entrega. En definitiva, pequeñas capas de pintura para una dinámica bien conocida por todos a estas alturas y que no resultan tan innovadoras como las que pudimos ver, por ejemplo, en Lego Harry Potter, un título que ofrecía una personalidad propia. Tal vez el hecho de que sea la tercera entrega de una misma franquicia de la que ya se han lazado diversos juegos provoca un poco la imposibilidad de ofrecer algo diferente. Pese a todo, Lego Star Wars III sigue siendo una alternativa interesante para toda la familia, por su sencillez y buen humor.

Apartado técnico
De igual forma que con otros elementos del juego, el apartado gráfico no tiene nada que destaque especialmente sobre lo que ya vimos en otras entregas. Sobre los primeros Lego Star Wars sí que se nota un cierto avance técnico bastante notorio en algunos puntos, pero con respecto a Lego Harry Potter y otros capítulos más recientes la evolución es prácticamente nula, al emplearse el mismo motor. Pese a todo, no se puede negar que está muy cuidado y detallado, con abundantes elementos en pantalla, una buena definición de personajes y objetos, y unas animaciones satisfactorias que transmiten con acierto las emociones de unos personajes de por sí poco móviles. El apartado sonoro está bastante bien, aunque sin grandes alardes, y aunque se antoja un paso por detrás de otros capítulos de la franquicia, consigue dejar un buen sabor de boca y cumplir su cometido sin problemas.

No obstante, es preciso reconocerle a la franquicia Lego que la calidad técnica nunca fue su principal preocupación, sino que los títulos de la serie se han enfocado siempre hacia una jugabilidad amena, sencilla y satisfactoria para toda la familia. En ese aspecto, Lego Star Wars III consigue estar al nivel de sus predecesores, convirtiéndose en un título muy divertido, con muchas cosas por hacer y abundantes secretos por descubrir, que saca lo mejor de sí mismo cuando se disfruta en cooperativo. La respuesta del mando de control es tan buena como siempre, aunque la cámara parece tener algún que otro problema para ajustarse a la acción, provocándonos más disgustos de los que nos gustaría en algunas ocasiones.

7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.