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Nintendogs + Cats

Nintendogs + Cats

El perro asomado a la pantalla

Continuistas pero bastante ampliadas, las nuevas tres ediciones de la saga Nintendogs llegan junto a 3DS para añadir a las adorables mascotas virtuales caninas otra especie muy doméstica, los gatos. Unas aún más pulidas animaciones corporales, 27 razas de perros, funciones de Street Pass o cartas de Realidad Aumentada son sus principales alicientes, además de, claro está, el salto a las tres dimensiones estereoscópicas.

Las imágenes de este Análisis están en inglés pero el juego se encuentra totalmente traducido y doblado al castellano.

Al igual que hiciera la primera Nintendo DS, la nueva 3DS ha querido venir acompañada de las mejores y más realistas mascotas virtuales que nunca ha dado un videojuego ni producto electrónico alguno. Los cachorros del primer Nintendogs se adaptan a la tecnología tridimensional y se asoman muy bien a ella, encontrando aquí además unos nuevos amigos para compartir pantalla, los gatitos. El título pone en marcha todas las funciones de la consola para que podamos interactuar con los animales, pero se queda ahí, y no desarrolla tanto como cabría esperar las mecánicas, acciones, objetos y posibilidades que ya vimos en el juego de 2005. Street Pass, cámara de fotos 3D, micrófono, Spot Pass, cartas de Realidad Aumentada, podómetro, cámara interna, control puramente táctil... toda la plataforma al servicio de las criaturitas, que, lamentablemente, siguen paseando, comiendo, obedeciendo y jugando como antes, solo que con un actualizado y brillante aspecto gráfico, mucho más colorido. 

Es indiscutible que Nintendo no va a abandonar su filosofía de juegos para todos, y de ese espíritu integrador nace esta revisión tripartita en otras nuevas ediciones de Nintendogs que actúan como segunda parte del popular juego, que ha vendido más de 20 millones de copias en todo el mundo en todas sus ediciones. Las tres nuevas entregas tienen nueve razas cada una, sumando un total de 27 que quedan así divididas, aunque si hacemos un uso prolífero del Street Pass y otros modos que pongan nuestra 3DS en contacto con otras, rápidamente podremos desbloquear todas las razas restantes que no vengan en nuestro cartucho. Las ediciones son Bulldog Francés, Caniche Toy y Golden Retriever, y los gatos incluidos en éstas son siempre los mismos y únicamente de tres razas: Siamés, Tabby y Persa.

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Perro juguetón, gato dormilón
Y es que aunque son el gran añadido del juego, los gatitos han acabado teniendo un coprotagonismo muy mediocre y discreto. Además del menor número de razas disponibles, el título deja claro que son animales más pasivos, limitando mucho la interacción con ellos algunas acciones, como dar un paseo o llevarlos a concursos. Esto se puede entender como un enfoque realista, ya que los gatos no se sacan a pasear o a jugar al parque, pero a cambio no se han introducido otras opciones para ellos que los hagan igual de completos en materia jugable o de posibilidades que todas las que hay para los perros. Y sobre ambas especies, todos estos cachorros compartirán la habitación donde estemos, con cierta indiferencia entre perros y gatos y, como siempre, pudiendo tener un máximo de tres animales en la casa. Aunque son rivales naturales, no hay ningún tipo de enfrentamiento entre los canes y los felinos, manteniendo simplemente una actitud casi indiferente los unos de los otros.

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Por todo esto, Nintendogs + Cats volverá a centrarnos en la figura de los perritos, que siguen sin crecer o enfermar en ningún momento. Los "cats" son más bien un añadido para dar algún aspecto verdaderamente nuevo al juego, ya que tampoco  revoluciona en nada lo que ya jugamos en la anterior entrega. Pero para el ojo crítico, da la sensación de que no se han trabajado lo suficiente. No ocurre esto, sin embargo, en su puesta en escena. Si por algo resalta el juego original y vuelve a ser espectacular en este segundo episodio triple, es por su alarde gráfico al animar a las criaturas y mostrar detalles cuidadísimos como la textura aterciopelada del pelaje, el realismo de los ojos y la mirada, o los efectos de sonido en los ladridos, ahora ampliados con los maullidos y ronroneos. Los gatos y los perros tienen aún más vida, se mueven con mayor suavidad y verosimilitud, y no podremos dejar de mirarlos o acariciarlos.

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Saliendo de la pantalla
Desde que se dejara ver por primera vez junto a la consola en el E3 del año pasado, todas las expectativas estaban puestas en él como referente primario de las tres dimensiones sin gafas más conseguidas y llenas de planos de profundidad y relieve. Finalmente el juego ha respondido a estas exigencias francamente bien, pero no se ríe tanto como se creía a priori en este sentido de otros títulos de lanzamiento con un efecto también muy conseguido, como Pilotwings o PES 2011. Lo que sí trabaja con maestría Nintendogs es la sensación de relieve cuando el animal que estemos mirando se acerca a la pantalla, y sobre todo cuando coloca sus dos patitas apoyadas en ésta. La primera vez que vemos este efecto sorprende gratamente y se ha conseguido un realismo de perspectivas envidiable, pero la anécdota cae en el olvido rápido al estar custodiada por el resto de visualizaciones del juego, menos espectaculares que este efecto de manera general aunque con algunos otros momentazos tridimensionales, como al ver regresar un boomerang que hayamos arrojado a nuestra mascota.

La profundidad de las habitaciones (ligeramente más grandes que en el Nintendogs original) siempre está presente, igual que en la calle por la que pasearemos a nuestro perro, el parque o los estadios para las competiciones deportivas. Y como veníamos diciendo, su auténtico punto fuerte gráfico reside en las animaciones de los animales, creadas de nuevo en esta entrega para conseguir comportamientos más fluidos y realistas, y mejor puesta en escena en general. Se ha conseguido que los cachorros ahora parezcan casi de verdad, ganando en colorido (por la mayor gama de 3DS con respecto a DSi) y poligonado. Los escenarios siguen estando bastante vacíos y sin vida, respetando al cien por cien la apariencia y estilos que ya veíamos en el primer juego. El comportamiento físico de las criaturas y todos los juguetes de éstas u otros elementos del título vuelve a ser destacable. Lo mismo ocurre con la iluminación y el texturizado, brillantes.

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Este perro ya lo he cuidado
Las novedades que incluye Nintendogs + Cats están más enfocadas en desarrollar puntos en concretos del título que al juego y su jugabilidad en sí. Nada más empezar la primera partida, todo es como antaño, teniendo que escoger un cachorro entre varios disponibles, llevándolo a casa, poniéndole nombre repitiendo éste tres veces ante el micrófono para que lo asimile y responda a nuestra llamada, enseñándole a hacerse el muerto, sentarse y dar la patita, bañándolo con el cepillo y el champú, etc. En esta primera toma de contacto solo se han introducido pequeños matices jugables, como que el animal reconocerá levemente nuestra cara (capturada por la cámara interna de la consola) y reaccionará mejor cuando seamos nosotros los que estemos ante la consola. Por otro lado, la función Diario nos permite ahora activar el Street Pass para compartir fotos, razas y regalos con quien nos crucemos. Este apunte da al título esa función social que quizá se echaba de menos en el original.

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La sincronización con el calendario real vuelve a marcar la jugabilidad como siempre, por ejemplo en la dinámica de conseguir dinero en los torneos -solo dos al día- para luego gastarlo en las tiendas, comprando comida especial, juguetes, muebles para la habitación, complementos para el animal u otras especies. Las tiendas son exactamente las mismas que en el primer juego pero ahora tienen más productos y, claro, se añora en cierto modo un mayor número de éstas. Lo mismo ocurre con el modo paseo, que aunque es distinto, recuerda mucho al original y sirve para que el perro haga sus necesidades, se cruce con otros y rastree en busca de objetos, complementos y juguetes. Luego en relación al exterior está el parque, donde podremos entrenar a nuestra mascota canina -recordemos que los gatos no salen de casa en el juego- en las distintas modalidades de torneos.

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Y sobre éstas, vuelven a ser tres, aunque presentan diferencias. Recogida de frisbee, carrera canina y respuesta ante órdenes dadas oralmente. Los tres torneos tienen cuatro categorías cada uno, empezándose por la más básica, lo que nos asegura bastantes intentos y semanas de juego para llegar a ganar todos estos retos. En las órdenes, se hace uso de las tarjetas de Realidad Aumentada que vienen junto a la Nintendo 3DS. Con ellas, nuestro can aparecerá en el escenario real que nos rodee, como ya hemos visto en los juegos de Realidad Aumentada de la máquina. Esto también nos invitará a hacernos fotos con nuestra mascota virtual, por ejemplo, agazapada en nuestro regazo o dándonos la patita. Y es que en cualquier momento del juego, pulsando uno de los gatillos L o R se dispara una fotografía que va directamente al album de la tarjeta SD junto al resto de disparos que hayamos hecho con la consola. Por supuesto, podremos disparar en 3D o de manera normal para luego pasar esas fotos al ordenador, por ejemplo.

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Nintendo ya ha asegurado que habrá diversos contenidos adicionales que llegarán a la consola cuando la dejemos cargándose en su base de carga y con la función Spot Pass activada. Lo mismo ocurre con el podómetro interno de 3DS, que cuenta nuestros pasos con la máquina en modo en espera y nos hará regalos para las mascotas en relación a nuestro movimiento físico real. Y por supuesto está el cruce con desconocidos, a los que podremos encontrar con sus perritos en el parque del juego. Como puede deducirse, hacerse con todo el contenido desbloquebale del título requerirá hacer un uso intensivo de la máquina y todas sus prestaciones, idea que nos parece excelente para prolongar la vida del juego, no demasiado dilatada si ya se contemplaron las mascotas del primero, tan similar a éste a nivel jugable.

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Conclusiones
Los gatitos, la gran incorporación de esta nueva entrega triple de Nintendogs han acabado maullando tan suavemente que casi no se les oye. El recorte en las posibilidades de juego con éstos en relación a los perros los acabará aparcando con el paso de los días en la cuna de la esquina. Los canes, por su parte, siguen siendo los protagonistas, ahora de 27 razas diferentes pero con prácticamente las mismas propuestas de las primeras entregas, aunque ampliadas. Todas las funciones de Nintendo 3DS se encenderán para poder sacar el máximo partido a este nuevo capítulo de las mascotas virtuales, desde la cámara 3D hasta el Street Pass o el podómetro. Sin duda, estamos ante un juego amplio en objetos y extras desbloqueables, que solo se ha excedido calcando tanto al anterior, ya no decimos de manera continuista, sino idéntica.

Muy en su favor, no tenemos más que alabanzas para su retocadísimo apartado gráfico y uso de las tres dimensiones sin gafas exclusivas de la consola. Los animales se mueven con absoluta soltura, naturalidad y estilismo, las físicas de los objetos y juguetes se han llevado un paso más allá y todos los entornos y personajes son coloristas y alegres, más aún que en las entregas originales. Las 3D, por su parte, son un verdadero espectáculo muestra de lo que es capaz de hacer esta nueva máquina. Los animales sobresalen de la pantalla cuando se acercan y los niveles de profundidad están bien definidos en casi todos los escenarios e interacciones. Y es que sobre esta visualización tridimensional solo podemos decir una cosa: "¡Guau!"

Lo mejor:

Suave y trabajado motor gráfico en los comportamientos y apariencia de los animales.
El impacto inicial 3D cuando se nos acerca un perro a la pantalla.
Uso potenciado de todas las nuevas funciones de la consola.
Cargado de objetos que coleccionar, juguetes, comidas distintas, muebles...

7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.