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MotorStorm Apocalypse

MotorStorm Apocalypse

Apocalipsis Now

MotorStorm sube al trono del olimpo de los arcades de carreras desenfrenadas gracias a Apocalypse, entrega en la que la espectacularidad, el caos, la anarquía y el riesgo son llevados más allá de cualquier límite conocido. Fortuna, gloria, fuego y destrucción nos esperan. Bienvenido al fin del mundo. Bienvenido a MotorStorm.

PlayStation 3 llegó al mercado a finales de 2006, tras sufrir los correspondientes y polémicos retrasos comunes a toda tecnología de nuevo cuño. Y tal y como era de esperar lo hizo con varios títulos bajo el brazo, juegos que adolecían de los defectos típicos de toda primera remesa de lanzamientos desarrollados para una nueva plataforma. Dichos defectos eran producto en su mayoría de las clásicas precipitaciones por cumplir a rajatabla con una fecha de salida, así como del desconocimiento común a toda primera vez en que se trabaja sobre un nuevo hardware. MotorStorm tuvo el honor de ser uno de esos primeros títulos, y logró convertirse en el más destacado a pesar de no lograr sortear los mencionados puntos flacos comunes a los lanzamientos de estreno.

Y es que las prisas no son buenas consejeras. Fueron dichas precipitaciones las que acabaron dando como resultado un apartado gráfico salpicado de elementos que parecían haber quedado desterrados en generaciones anteriores. El juego en sí poseía un contenido algo escaso para lo que suele ser habitual en un título de carreras. Sin embargo, las virtudes de este primer MotorStorm no fueron pocas. Evolution Studios (conocidos en la generación PS2 por ser los encargados de desarrollar las diversas entregas de la saga World Rally Championship) había creado un arcade de carreras off-road tan salvaje y desenfrenado como jamás se había visto hasta aquella fecha. Volcándose en su previa y contrastada experiencia en el desarrollo de juegos de conducción todo terreno, Evolution se soltó la melena para eliminar de la ecuación todo lo que pudiera hacer referencia a la palabra 'simulación'. MotorStorm era un impulso de adrenalina, un festival arcade que no dejaba indiferente a todo aquel que lo jugaba.

Un apartado gráfico que a pesar de sus carencias ya dejaba entrever destellos que acabarían por eclosionar en un futuro inmediato, un control perfecto sobre cada vehículo a pesar de la naturaleza arcade que el juego exhalaba por todos sus poros, un increíble equilibrio entre la oferta de vehículos seleccionables para cada carrera (que iban desde pequeñas motos hasta gigantescos camiones) y un más que ingenioso sistema de trazados interconectados para cada circuito echaron el resto. MotorStorm era un espectáculo digno de ser disfrutado, que además se convirtió en uno de los primeros éxitos de PS3 al superar en poco tiempo la barrera del millón de copias vendidas. Dicho éxito propició el desarrollo de la correspondiente secuela, la cual llegó en 2008 con el título de MotorStorm: Pacific Rift. Evolution, una vez libres de la presión que supone cumplir obligatoriamente con una fecha de entrega, se concentró en pulir los defectos que no se pudieron corregir en la primera parte debido a la falta de tiempo, así como en ofrecer ese más y mejor que toda secuela debe enarbolar para considerarse digna sucesora de la entrega original.

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Más circuitos, más variedad de entornos, un nuevo y arrollador vehículo, un multijugador a la altura de las circunstancias tanto online como offline y un apartado gráfico que dejaba bien a las claras que PS3 puede marcar la diferencia en la presente generación de consolas cuando un estudio de desarrollo se molesta en exprimir a fondo sus capacidades, fueron algunas de sus muchas virtudes. Por supuesto, Evolution se puso a trabajar en un nuevo MotorStorm en cuanto el segundo llegó a las tiendas, aunque mientras tanto Sony decidió llevar la saga al resto de sus plataformas. Con ese objetivo nació MotorStorm: Artic Edge, juego que llegó en 2009 a PSP y PS2, siendo desarrollado por BigBig Studios, compañía que firmó una más que digna entrega de la saga que no tenía nada que envidiar a sus dos hermanas mayores lanzadas anteriormente en PS3. Y ya por último nos encontramos ante el juego que protagoniza el presente avance.

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MotorStorm: Apocalypse sorprende de entrada por muchas razones. Cuando los aficionados a MotorStorm, tras disfrutar de Pacific Rift, creían que ya era imposible cumplir aquello de 'más difícil todavía', no les faltaba razón. MotorStorm se ha caracterizado desde su origen por el desenfreno, la locura, la conducción más salvaje llevada a cabo en los entornos más hostiles y peligrosos que la naturaleza es capaz de engendrar. Primero fue un inmenso cañón desértico rodeado de peligrosos desfiladeros y mortales abismos abiertos al vacío; luego una isla castigada por las deflagraciones que el volcán en activo que la coronaba no dejaba de desencadenar en cada palmo de terreno; y después el Ártico, entre vientos glaciales, continuas avalanchas e infinitas zonas heladas. ¿Cómo superar eso? ¿Dónde se hallaba el siguiente nivel de desafío? Pues, al igual que quedaba registrado en las antiguas cartas de navegación usadas por los primeros conquistadores, en el fin del mundo.

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Bienvenido al fin del mundo

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'Enfrentados a la adversidad, unos se ríen del destino y otros enloquecen'- Big Dog.

Los MotorStormers, un grupo de locos por la velocidad y el riesgo excesivo, llevan varios años viajando de un extremo a otro del orbe terráqueo en una incesante búsqueda de los desafíos más peligrosos y mortales que se puedan llegar a concebir y afrontar. La filosofía de un MotorStormer es clara: vive rápido, con la mayor de las intensidades, manteniéndote siempre a un paso por delante de la muerte. Pero si llega el momento en que no consigues esquivar a la Señora de la Guadaña, bueno, entonces serás enterrado con todos los honores. Sin embargo, dado que son muy raras las ocasiones en que los caídos dejan restos que enterrar, en lugar de unas exequias al uso se celebrará un ritual en el que quemarán tus posesiones (vehículo incluido) a modo de pira funeraria, sin dejar nada por lo que puedas ser recordado. Y es que un MotorStormer jamás echa la vista atrás. El pasado es eso, pasado, y lo importante no es ser recordado, sino vivir cada segundo como si fuera el último.

Tras celebrar un Festival MotorStorm en pleno Ártico, los organizadores buscan un desafío mayor. Los meses pasan y no se encuentra nada, hasta que un acontecimiento de lo más relevante llama su atención. Una de las principales ciudades de la Costa Oeste de Estados Unidos se levantó sobre una falla, y sus ciudadanos prosperaron a lo largo de las décadas sin ser conscientes del peligro que acechaba bajo sus pies. Dicho peligro parece haber despertado. Según estimaciones de las autoridades, la falla se quebrará definitivamente en pocos días, por lo que, tras los primeros temblores, el gobierno decide organizar una evacuación masiva de toda la población de la ciudad. Los MotorStormers ven en aquella urbe dejada de la mano de Dios la oportunidad de organizar el mayor y más arriesgado festival de sus vidas, por lo que no dudan en dirigir su principal base de operaciones, un viejo y gigantesco portaaviones militar, hacia el que en pocos días se convertirá en el lugar más peligroso sobre la faz de la Tierra.

Cuando llegan allí, las evacuaciones se han completado y se estima que solo quedan dos días para que el Gran Temblor final se desencadene y hunda la ciudad en el abismo. Así, los MotorStormers tienen por delante 48 horas de intensa competición, tras las que deberán abandonar el lugar antes de que todo se vaya al infierno. Las rutas son trazadas tras un rápido reconocimiento aéreo y dan comienzo las competiciones. Cada participante deberá luchar no solo contra sus rivales, sino también contra las inclementes fuerzas de la naturaleza que no cesan de abrir grietas por doquier y derribar rascacielos como si fueran frágiles castillos de naipes. Y por si todos estos peligros no bastaran, pronto se desencadena una guerra abierta, añadiendo más caos a una olla ya de por sí a punto de reventar.

Por un lado están los Crazies, grupo formado por ciudadanos que se han negado a abandonar la ciudad, saqueadores y anarquistas que no reconocen clase alguna de gobierno. En el otro bando se posiciona Dusklite Corporation, empresa de seguridad privada que recibe por parte del Gobierno instrucciones precisas de mantener el orden en medio de todo aquel desmadre. Dusklite posee un arsenal armamentístico digno de cualquier compañía militar privada, con helicópteros de combate, cazas Harrier, tanques y los mejores y más experimentados mercenarios que el dólar norteamericano puede comprar. El presidente de Dusklite planea usar dichos medios para echar de la ciudad a todos los disidentes que han decidido permanecer en ella, algo que en principio parece fácil dado que los hombres de la corporación no tardan en tomar clara ventaja; pero pronto los Crazies demostrarán estar mejor armados y organizados de lo que sus enemigos esperaban. Y en medio de todo este fregado se encuentran los MotorStormers, quienes no piensan tomar partido por ningún bando ya que lo único que quieren es competir y vivir al límite cada carrera.

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Éste es a grandes rasgos el argumento de MotorStorm: Apocalypse, primer juego de la saga en hacer gala de un hilo narrativo dado que los títulos anteriores carecían de guión alguno. El encargado de desvelar dicho hilo narrativo será el llamado Modo Festival, tradicionalmente la principal modalidad monojugador de MotorStorm, que en Apocalypse toma la forma de un Modo Historia con todas las de la ley. Pero dicho cambio no será lo primero que llamará la atención del aficionado a la franquicia. Ya desde la misma introducción se deja entrever que Apocalypse no será un MS al uso, sino una evolución, o más bien un giro definitivo hacia el arcade más desenfrenado que se haya podido experimentar en juego de conducción alguno. Si nada más cargar en nuestra consola anteriores MotorStorm se nos obsequiaba con una secuencia fotorrealista y una voz en off ensalzando la epopeya de las carreras que nos aguardaban, ahora nos encontramos con una intro más cercana al cómic animado, adornada por una épica composición musical.

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Pero de la música ya nos encargaremos más adelante. Regresando al Modo Festival, nos encontramos con que se encuentra dividido en tres secciones: Aprendiz, Profesional y Veterano. Las tres suman un total de 40 carreras en las que competir, y entre una y otra se nos irán narrando secciones del guión por medio de secuencias en las que vuelve a entrar en juego el cómic animado. Mash, un joven recién llegado al Festival MotorStorm que ha decidido competir al límite en lugar de convertirse en piloto de carreras homologadas, será el personaje que controlemos durante la primera sección de la historia. Como novato que es, deberá demostrar que tiene lo que hay que tener para sobrevivir, aunque por desgracia ha elegido el peor momento y lugar para hacerlo. Tyler, protagonista de la segunda sección de la historia, es ya un piloto más que curtido que se ha ganado merecidamente sus galones en anteriores festivales.

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Ty es uno de los cinco miembros de la Brotherhood, el grupo de pilotos de mayor talento entre todos los MotorStormers, y como tal deberá dar ejemplo encarando los mayores riesgos sin pestañear ni pensárselo dos veces. Por desgracia, una catástrofe imprevista le hará experimentar algo que juró jamás volver a sentir: miedo. Para superar dicho miedo, deberá enfrentarse a su mayor temor, el cual tomará la forma más inesperada. El protagonista de la última sección del Modo Festival no es otro que Big Dog, un viejo y curtido motero que por avatares del destino se ha convertido en el líder de los MotorStormers. Suya es la responsabilidad de asegurarse de que cada festival sale tal y como está previsto, y no duda en entrar en acción cuando Dusklite, empeñada en obligar a los MotorStormers a abandonar la ciudad, amenace el normal desarrollo del evento.

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Tal y como acabamos de mencionar, el guión se nos narrará por medio de cómics animados de notable factura tanto técnica como artística. Pero dichas secuencias son de corta duración (no suelen alagarse más del minuto y medio o los dos minutos), y tan solo están ahí para aquellos jugadores que quieren curiosear y saber más cosas acerca de esos locos que no dudan en arriesgar el pellejo a cambio de un subidón de adrenalina. Lo más importante del Modo Festival es lo más importante del resto de MS Apocalypse: las carreras. Por lo tanto, carreras tendremos; y no serán unas carreras cualquiera, sino las más intensas, aceleradas y movidas que hayamos podido disputar en cualquier arcade de conducción visto hasta la fecha.

Entre temblores y explosiones

'¡Joder tío, estoy viendo imágenes de mi vida! ¡Esto no puede ser seguro!'- Psycho Billy.

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Comencemos poniendo algunos números sobre la mesa. Los trazados y circuitos incluidos en MotorStorm: Apocalypse están divididos en doce áreas, y cada área a su vez cuenta con hasta cuatro modificaciones que las fraccionan en un número similar de trazados. Así, en MSA contaremos con nada más y nada menos que 40 trazados diferentes en los que competir. Siete de ellos son pistas más o menos abiertas y lineales que forman parte importante y exclusiva del Modo Historia, por lo que nos quedan 33 circuitos cerrados en los que podremos competir tanto en el mencionado Modo Historia como en el resto de la amplia oferta de modalidades monojugador y multijugador que ofrece MotorStorm: Apocalypse. Y ojo, que no nos encontramos ante circuitos al uso. Olvidad cualquier cosa experimentada tanto en anteriores MS como en cualquier otro juego de conducción, ya sea el arcade más movido o la simulación más realista. Aquí no deberemos preocuparnos solo del trazado, las curvas o los rivales, ya que estamos compitiendo en una ciudad constantemente sacudida por fuertes temblores, en la que además se ha desencadenado una guerra sin cuartel, por lo que el peligro llegará de cualquier lugar y en todo momento.

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Edificios que se vienen abajo como fichas de dominó puestas en fila; terrenos que se dividen en dos y dejan al descubierto abismos insondables; tuberías de gas subterráneas que saltan por los aires; túneles de metro que se derrumban constantemente; helicópteros bombardeando desde las alturas todo lo que se mueve bajo ellos; ciudadanos lanzando improvisados cócteles molotov; mercenarios abriendo fuego con sus rifles de asalto… Todo esto y mucho más es lo que sucede en cada circuito mientras competimos con otros quince corredores por llegar los primeros a la meta. Cada carrera en MotorStorm: Apocalypse es más que una aventura o un desafío; es un auténtico chute de adrenalina que pone al límite nuestros reflejos y agudeza visual. El espectáculo pirotécnico que Evolution Studios ha puesto en los circuitos de nuestras PS3 es más que digno de mención. Vaya por delante que MotorStorm: Apocalypse es además el MS más rápido de la franquicia, ya que ahora el turbo cobra mayor importancia que antes. Las reglas instauradas en MS Pacific Rift siguen estando presentes (el turbo se enfría más rápido cuando nuestro vehículo entra en contacto con el agua, y se sobrecalienta si conducimos cerca del fuego, venga éste de una estación de gasolina que acaba de explotar o de un misil aire-tierra lanzado desde un Harrier), aunque pronto nos daremos cuenta de que a grandes rasgos el turbo en Apocalypse se regenera a una velocidad mucho mayor que en anteriores juegos, por no mencionar que podremos enfriarlo al instante si soltamos el acelerador mientras saltamos grandes distancias.

Así, serán más numerosas las ocasiones en que activaremos el turbo (y más nos vale hacerlo si queremos ganar cada carrera), por lo que toda la acción transcurrirá a una velocidad vertiginosa, como pocas veces habremos podido siquiera intuir en anteriores títulos de conducción. Y ello ni mucho menos significa que Evolution Studios haya tenido que sacrificar rendimiento gráfico para garantizar la fluidez de todo lo que acontece en pantalla, como sí sucedió en títulos como el Blur de la tristemente desaparecida Bizarre Creations. MotorStorm: Apocalypse es un título exclusivo de PS3, desarrollado por una de las principales first party de dicha consola, así que aprovecha al máximo la potencia técnica de la plataforma para la que ha sido ideado. No importa la velocidad a la que transcurra la acción, ya que el despliegue gráfico seguirá siendo simplemente fastuoso sin que la fluidez de la tasa de frames por segundo se vea en ningún momento amenazada.

Como perfecto ejemplo de todo lo que decimos puede sin duda valer el que es a todas luces el circuito más espectacular del juego. Dicho trazado transcurre a lo largo de la zona marítima de la ciudad (una urbe que, por cierto, está claramente basada en San Francisco, aunque dicho nombre no llega a mencionarse en ningún momento), bajo un tremendo aguacero y los constantes temblores a los que a esas alturas del juego estaremos más que acostumbrados. La diferencia es que aquí entra un nuevo elemento en la ecuación, que no es otro que un tornado de clase 1 que se desencadena en plena línea de playa. Imaginaos lo que es competir a toda velocidad en una zona cuyas edificaciones están siendo arrasadas, con la visibilidad reducida a causa de la fuerte lluvia, y con barcos que el tornado alza por el aire y arroja por todas partes como si fueran simples maquetas de Scalextric. Todo en tiempo real y sin que nuestra PS3 dé muestras de flaqueza en ningún momento. Lo dicho, ni siquiera el mismísimo Michael Bay (director de películas como Armaggedon, Pearl Harbor o la trilogía de Transformers) podría poner en pantalla algo tan espectacular como la montaña rusa que nos ofrece Evolution Studios con este MotorStorm: Apocalypse.

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Siguiendo con los elementos jugables, permanecen aquí dos de las principales virtudes y señas de identidad de la franquicia como son la variedad de vehículos a elegir y las múltiples rutas en las que se divide cada circuito. Es más, no solo permanecen sino que incluso se potencian. En el apartado de vehículos entran en juego nuevas clases que dan un total de 13 diferentes. Clasificadas de menor a mayor peso, son las siguientes: moto todoterreno (la motocicleta ya vista en las entregas anteriores de la franquicia), superbike (una veloz moto de competición con la que tomaremos con gran facilidad cualquier curva), chopper (la clásica moto de carretera estilo Harley-Davidson, potente y fiable), quad (estabilidad gracias a sus potentes amortiguadores; gran agilidad debido a su tamaño no mucho mayor que el de una moto), buggy (vehículo ligero con el que alcanzaremos grandes alturas al saltar desde una rampa), supermini (el más pequeño y maniobrable de los coches), coche de rally (rey en terrenos de tierra o en superficies embarradas), supercoche (un deportivo dotado de la mejor aceleración gracias a su construcción aerodinámica), muscle car (voluminoso coche dotado del mejor equilibrio entre potencia y velocidad punta), ranchera (al igual que el coche de rally, el rey en terrenos escarpados, solo que sacrifica velocidad a cambio de una mayor estabilidad), 4x4 (todoterreno que, aunque no destaca sobre ninguna superficie, se desenvuelve con soltura en cualquier situación), camión (para arrasar con todo lo que se nos ponga por delante, aunque pagando el precio de una mala aceleración y su clara desventaja al transitar por sitios estrechos) y monster truck (mala aceleración y peor maniobrabilidad, pero nadie osará molestarnos mientras corremos, ni siquiera los camiones).

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Como ya es clásico en la franquicia, cualquier vehículo de entre estos trece puede participar en una misma carrera. Y aun así el equilibrio es total; contaremos con las mismas posibilidades de ganar escojamos el vehículo que escojamos a pesar de las grandes diferencias existentes entre ellos. ¿Cómo se consigue esto? Fácil, gracias a las múltiples rutas con las que cuentan los circuitos. Cada ruta será más fácil o difícil de transitar dependiendo del vehículo que conduzcamos, por lo que nos corresponderá a nosotros memorizar qué ruta es más conveniente tomar en cada momento. Y en Apocalypse estas rutas además cambian constantemente a causa del caos que se desencadena a nuestro alrededor, por lo que cada vuelta es distinta a la anterior. Lo único seguro mientras corremos es que nada es seguro, ni siquiera la estabilidad del terreno bajo nuestras ruedas, por lo que deberemos adaptarnos constantemente a los cambios que no dejan de surgir por todas partes.

Por desgracia, aquí reside uno de los principales puntos flacos de MotorStorm: Apocalypse, y es que dichos cambios no son aleatorios, sino que siguen un guión preestablecido. Por poner un ejemplo, si un edificio se derrumba en mitad de una carrera y nos impide el paso, al repetir dicha carrera por segunda vez nos encontraremos con que el mismo edificio vuelve a derrumbarse exactamente en el mismo lugar y en idéntico instante. Lo mismo ocurre con la guerra que está teniendo lugar a nuestro alrededor. Si un helicóptero de Dusklite derriba un puente a base de misiles, en una carrera posterior que tenga lugar en el mismo trazado nos encontraremos con que el helicóptero vuelve a hacer lo mismo que ya realizó en la anterior partida. Así, a poco que juguemos acabaremos aprendiéndonos de memoria cuándo y dónde tendrán lugar los temblores, los derrumbes y los ataques, por lo que se perderá esa impagable sensación de caos, imprevisibilidad y desconcierto que nos atrapará irremediablemente en las primeras horas de juego. En definitiva, que en lugar de guiarnos por nuestro instinto, reflejos y capacidad de adaptarnos a cualquier imprevisto, a la larga nos limitaremos a esquivar aquello que ya sabemos de antemano que acabará teniendo lugar mientras corremos. Una verdadera lástima, ya que la rejugabilidad del título habría ascendido hasta el infinito si los daños y eventos en carrera se hubieran mezclado de forma aleatoria en lugar de seguir un orden fijado de antemano.

Aquellos aficionados que se estén preguntando qué ocurre con la IA de los vehículos rivales, hay que decir que sigue más o menos igual, por lo que se comportará de la manera peligrosamente humana que ya vimos (y sufrimos) en anteriores MotorStorm. Así, los vehículos controlados por la consola cometen los errores que podría cometer cualquier jugador de carne y hueso (empotrarse contra una pared al tomar las curvas a demasiada velocidad; saltar por los aires al exprimir el turbo más de lo recomendable; precipitarse al vacío tras transitar por una ruta errónea…), pero también hace gala de las virtudes de un jugador profesional de MotorStorm (si lleva un vehículo más pesado que el nuestro y no puede adelantarnos, no dudará en echarnos de la pista o pasar por encima de nosotros; buscará las rutas más indicadas para su medio de transporte; aprovechará los atajos que se le presenten, etc.), por lo que nos costará sangre, sudor y lágrimas hacernos con la victoria en no pocas carreras. Bien es verdad que ahora existen tres niveles de dificultad (los anteriormente mencionados aprendiz, profesional y veterano), por lo que al menos los recién llegados a la franquicia tendrán más posibilidades de avanzar y desarrollar su juego.

Siguiendo con las virtudes del Modo Historia, es conveniente mencionar las 150 tarjetas coleccionables dispersas por los diferentes circuitos, las cuales deberemos localizar y recoger simplemente pasando sobre ellas. Dichas tarjetas nos ofrecen multitud de datos y secretos sobre personajes, localizaciones y vehículos de los cuatro juegos que hasta ahora forman la franquicia MotorStorm, y no son ni mucho menos fáciles de conseguir ya que la mayoría de ellas están muy bien ocultas. ¿Podrás hacerte con todas? Otro dato a tener en cuenta es que, aunque podemos avanzar en el Modo Historia si nos clasificamos en segundo o tercer lugar (incluso hasta en quinta posición si jugamos en el nivel Aprendiz), tendremos que quedar en cabeza en cada una de las 33 carreras principales si queremos desbloquear sus correspondientes eventos especiales en la sección denominada Festival Experto, consistente en una serie de carreras contra el crono en las que además competiremos contra rivales aún más rápidos y brutales que los que podemos encontrar en el Modo Historia normal.

Antes de acabar con todo lo que nos ofrece el Modo Historia, un aviso a navegantes: permanece atento hasta que terminen los títulos de crédito finales, ya que aún te aguardará una última sorpresa. Y es que cuando todo haya acabado, la bandera a cuadros descienda definitivamente y toda carrera llegue a su fin, será el momento de partir hacia el último ocaso para ganar el trofeo definitivo. Y como diría aquel, hasta aquí podemos leer…

Dos son compañía, tres multitud, 16 una legión

'Duerme tranquilo, es probable que tus enemigos ya estén muertos'- Eslogan publicitario extraído del anuncio televisivo de Dusklite Corporation.

Tras completar el Modo Historia, será el momento de entrar en el apartado denominado Diversión Violenta, dentro del cual residen el resto de modalidades tanto monojugador como multijugador de MotorStorm: Apocalypse. Carrera Rápida nos permitirá competir en cualquier pista del juego según nuestras propias reglas (vehículo a escoger, modalidad a la que entrar, número de vueltas, nivel de la IA rival, activar o desactivar los incidentes en carrera…), contando además con la posibilidad de invitar hasta a tres jugadores para que se unan a la fiesta bajo una misma consola (la pantalla se dividirá en cuatro secciones). Y por supuesto, el multijugador online. Hasta 16 usuarios de cualquier parte del mundo podrán competir por Internet, e incluso podremos mezclar jugadores de modo local u online (es decir, dos en pantalla dividida en una misma consola y 14 por Internet, etc.).

Podremos unirnos a una partida en curso o montar nuestro propio punto de encuentro con las reglas que mejor nos parezcan. Y será aquí donde entre en juego la personalización de vehículos, ya que contaremos con toda clase de elementos estéticos para hacer de nuestro medio de transporte un vehículo único en la red. También hay que tener en cuenta los iconos de ventaja. Existen tres clases diferentes: de manejo (mejorar el agarre, los frenos, la aceleración…), de impulso (mejorar el enfriamiento del turbo, mantener el motor más tiempo en estado crítico antes de que explote…) y de combate (crear una onda de choque al sufrir un siniestro, soportar más daño antes de sucumbir…). Sólo podremos equipar uno de cada clase, e iremos desbloqueando nuevos iconos conforme progresamos y aumentamos de rango. Competir en multijugador nos dará además la clave para desbloquear nuevos modelos de motos y coches para cada clase de vehículo, así como medallas tras cumplir una serie de condiciones.

Tal y como mencionamos en el avance publicado unas semanas atrás, Evolution Studios ha puesto mucho esfuerzo para poner fin a una de las grandes lacras sufridas en el multijugador de anteriores MotorStorm. En dichos juegos, los jugadores abandonaban la carrera en curso a medida que perdían la esperanza de alcanzar al corredor que iba en cabeza, por lo que las carreras comenzaban con más de diez corredores pero solían terminar con menos de tres. Para evitar esto, Evolution ha implementado un sistema de apuestas. Así, nos jugaremos una cantidad determinada de puntos de rango contra otro corredor de nuestra elección (siendo conveniente que se trate de uno de igual o menor habilidad a la nuestra). Si perdemos la carrera pero quedamos por delante de dicho corredor, ganaremos jugosos puntos de rango extra. En caso contrario, lo perderemos todo. Así, incluso quedar en quinceavo lugar puede tener premio, por lo que ahora será raro que los corredores acaben abandonando la partida a mitad de la carrera.

En cuanto a la fluidez del juego online de MotorStorm: Apocalypse, no podemos decir mucho ya que en el momento de redactar el presente análisis los servidores no se han abierto aún al gran público. En nuestro caso hemos sufrido cuelgues constantes al jugar con nuestra versión review, aunque desde Evolution nos aseguran que la versión del juego que se ponga a la venta en las tiendas se encontrará libre de cualquier clase de problema a la hora de jugar online. Incluso existirá una actualización gratuita que proveerá al título de diversas mejoras encaminadas a ofrecer una experiencia multijugador más completa. Y si hablamos de experiencias completas, jugar a MSA en una televisión con capacidad para emitir imágenes en formato estereoscópico es algo que merece ser experimentado. El juego que nos ocupa es uno de los primeros que ha sido desarrollado desde el principio con la inclusión de dicha característica en mente, por lo que el resultado es simplemente magistral.

Incluso al jugar en una pantalla 2D de las de toda la vida uno llega a intuir que todo aquel fastuoso despliegue audiovisual que se muestra ante nosotros crecerá exponencialmente a la hora de disfrutar del juego en una televisión 3D. En otras palabras, es el propio título el que te pide a gritos que des el salto al formato estereoscópico. Es una pena que al principio pocos usuarios puedan disfrutar de esta característica, dado que las pantallas 3D aún son escasas en la inmensa mayoría de los hogares. Unos consumidores esperan a que bajen de precio, mientras otros prefieren aguardar al lanzamiento de las pantallas estereoscópicas que, haciendo gala de una filosofía parecida a la de Nintendo 3DS, permitan disfrutar de una experiencia completa sin el uso de las molestas gafas. Algunos de los principales fabricantes de televisores ya han lanzado pantallas así en Japón, aunque por supuesto a precios por ahora prohibitivos para el común de los mortales. El caso es que si puedes disfrutar de MotorStorm: Apocalypse en formato estereoscópico puedes considerarte afortunado, ya que vivirás una experiencia inolvidable.

Despliegue musical al borde del abismo

'Solo uno de los dos saldrá de esta ciudad con vida'- Tyler, dispuesto a hacer justicia tras lograr al fin vencer sus miedos.

Todo el mimo y cuidado que Evolution Studios ha volcado a la hora de dotar a MSA de una jugabilidad endiablada y un sobrecogedor despliegue gráfico se ha trasladado también a la banda sonora del juego. En anteriores MotorStorm se había optado por bandas sonoras construidas a base de canciones licenciadas. El primer título contaba con 21, mientras el número en Pacific Rift ascendía a 46, todas ellas provenientes de grupos y cantantes tan afamados como Nirvana, Megadeth, David Bowie o Fatboy Slim. Dichas BSOs han sentado como un guante a los tres juegos de MS lanzados hasta ahora, pero MotorStorm: Apocalypse requería un trato distinto a nivel musical. Algo más grandioso, épico e incluso legendario; algo al estilo de lo que suele escucharse en los grandes blockbusters cinematográficos. Dicho y hecho, Evolution ha fichado a un compositor de primer nivel proveniente del séptimo arte para que dote al apartado sonoro de Apocalypse de toda la intensidad que se le presupone a un festival celebrado en el fin del mundo.

Nos referimos a Klaus Badelt, colaborador habitual de otros grandes músicos de la actualidad como Hans Zimmer o Harry Gregson-Williams (compositores muy conocidos por los jugones gracias a sus partituras destinadas a sagas como Metal Gear o Call of Duty). Obra de Badelt son las BSO de películas como Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra (2003), La Máquina del Tiempo (2002) o The Promise (2005). Pues bien, él ha sido el encargado de componer los principales temas orquestales que conforman la banda sonora de MotorStorm: Apocalypse, partituras que exhalan adrenalina y vértigo por cada uno de sus poros. Así mismo, tres grandes nombres de la música electrónica (DJ Shadow, Noisia y Elite Force) han tomado los temas de Badelt como punto de partida para elaborar varias remezclas que ensalzan aún más el espectáculo melódico. El resultado: 25 temas electrizantes que acompañan e incluso engrandecen aún más el espectáculo que está teniendo lugar en nuestras pantallas.

Partiendo hacia el último ocaso

'La vida es un circuito, chavala. Hay que terminar lo que empiezas'- Big Dog.

MotorStorm: Apocalypse supone toda una revolución para la franquicia de conducción arcade más afamada de nuestros días. De las competiciones off-road bordeando escarpados acantilados y volcanes en plena erupción se ha pasado a la acción en pleno asfalto más salvaje e intensa jamás vista en juego alguno. Si las anteriores entregas de la saga se convirtieron en el referente en cuanto a conducción extrema todoterreno, Apocalypse pasa a ser el culmen de la acción sobre ruedas vista anteriormente en títulos míticos como Hot Chase (Konami, 1988), Road Rash (Electronic Arts, 1991 a 1999) o Twisted Metal (Sony, 1995 a 2011). Incluso a lo largo del juego seremos testigos de algún que otro guiño hacia los títulos que acabamos de mencionar, prueba evidente de los referentes tomados como inspiración. Un excelente Modo Historia, un trabajado multijugador con hasta 33 trazados diferentes a elegir, una jugabilidad que es adrenalina pura desde el primer hasta el último segundo de carrera… Jugar a MSA produce tal subidón e intensidad que incluso anteriores títulos de la franquicia nos parecerán en comparación juegos de conducción tranquila y sosegada.

El sistema de conducción se ha visto modificado respecto a lo experimentado en anteriores MotorStorm. Así, el giro es ahora más 'duro', por lo que nos costará tomar las curvas, aunque contaremos con la ventaja de que nuestro vehículo no se deslizará y racheará tanto como en entregas precedentes; por lo tanto perderemos en maniobrabilidad, pero ganaremos notablemente en estabilidad; además, la velocidad se ha doblado gracias a que ahora es mucho más fácil y rápido recargar el turbo. Si a esto añadimos cinco clases de vehículos nuevas (dos tipos de motocicleta y tres de coches), y el frenesí que supone competir contra nuestros rivales mientras esquivamos edificios que se desploman, sorteamos abismos que se abren frente a nosotros, bordeamos peligrosamente tornados de nivel uno, tratamos de mantener la dirección mientras el suelo no deja de moverse, o atravesamos una auténtica batalla campal en la que participan helicópteros y carros de combate, entonces tenemos como resultado una experiencia única que merece ser disfrutada una y otra vez.

El apartado audiovisual sigue punto por punto la espectacularidad antes mencionada. Sorprende comprobar cómo nuestra PS3 es capaz de manejar todo el virtuosismo gráfico que se desencadena ante nosotros con una soltura envidiable, más aun teniendo en cuenta la velocidad a la que transcurre la acción. Si encima tienes la suerte de contar con una pantalla compatible con las tres dimensiones estereoscópicas, entonces simple y llanamente acabarás sobrecogido y en no pocas ocasiones tratarás de esquivar con tu propio cuerpo los cascotes y proyectiles que parecen abalanzarse sobre ti incesantemente.

Es difícil encontrar puntos flacos a MotorStorm: Apocalypse, aunque no por ello deja de tenerlos. Los principales son el giro dado hacia un estilo de conducción más 'duro' (el cual acabamos de mencionar anteriormente) que no gustará a muchos, aunque es cuestión de acostumbrarse; y, sobre todo, el hecho de que los daños, explosiones y hecatombes que se desencadenan en tiempo real mientras conducimos no son aleatorios, sino que siguen un guión preestablecido, por lo que acabarán haciéndose predecibles conforme repitamos carreras en cada uno de los circuitos. Todo lo demás es simplemente impecable. Para próximas entregas de la franquicia, no podemos ni imaginar cómo demonios harán los chicos de Evolution Studios para superar el frenesí alcanzado en este MSA. Lo único que se nos ocurre es ambientar las carreras en medio de un apocalipsis zombi o una invasión alienígena, puesto que las destructivas fuerzas de la naturaleza ya han ofrecido todo lo que pueden ofrecer… ¿O tal vez no?

'Y mientras salíamos de la bahía vi por fin, en cada rostro, la razón por la que esta gente pasa por esto. No se trata de ganar, de la reputación o de la gloria. Se trata de sentirse libre, ya sabéis, de gritarle a Dios y al barro que estás vivo. No sé hacia dónde irán ahora, pero mientras haya una carrera de ratas, sé que habrá MotorStormers corriendo en la otra dirección'- Reflexiones de Cater, el cámara encargado de filmar para la posteridad los eventos que tienen lugar en cada festival de MotorStorm, mientras observa desde el portaaviones y junto al resto de corredores la ciudad derruida que va quedando atrás.

  • La acción y el frenesí alcanzan cotas estratosféricas.
  • Espectacular apartado gráfico, que asciende a sobrecogedor si jugamos en una pantalla 3D.
  • El Modo Historia incluido engancha e invita a ser experimentado hasta el final.
  • 40 trazados en los que competir y 13 clases de vehículos a elegir, la mayor oferta de toda la saga.
  • Múltiples posibilidades de personalización en el modo online.
8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.