Split / Second: Velocity
- PlataformaPSP7
- GéneroConducción
- DesarrolladorBlack Rock Studio
- Lanzamiento28/02/2011
- EditorDisney Interactive Studios
A toda máquina
El virtuosismo arcade que ha definido el catálogo de PlayStation Portable se niega a abandonar las fauces de la portátil. Prueba de ello, el lanzamiento de un Split/Second que aparece tarde, pero llevando por bandera los mismos detalles que lucieron en su día sus hermanos mayores, especialmente en concepto de despliegue técnico. Es una lástima que la parte jugable no se corresponda con el buen trabajo que ha conseguido obtener Black Rock Studio en el resto de aspectos de este UMD.
Split/Second fue uno de los títulos que amenizaron el panorama jugable de conducción el año pasado, en una dura rivalidad con Blur, otro título de similar propuesta que finalmente se llevaría el gato al agua en lo que a ventas se refiere. Sendos títulos fueron abrazados por la prensa especializada como buenos exponentes de la rama arcade del género, centrada en potenciar la espectacularidad de distintas explosiones y circunstancias de diversa índole con la mirada puesta en el multijugador, ya fuese a través de internet o loca. Esta obra cuenta con la suerte de haber sido apadrinada por Disney, lo que le ha garantizado cierta solvencia económica, amén de un escaparate mediático significativo, aspecto casi tan importante como el desarrollo propiamente dicho del juego.
Tras debutar en consolas de sobremesa, Split/Second: Velocity prueba suerte en PlayStation Portable. Lo hace varios meses después del nacimiento de la licencia, aunque gracias a ello se ha mejorado notablemente (en palabras de Sumo Entertainment, los encargados de esta edición) la parte técnica del UMD. El título sigue, a grandes rasgos, la temática de sus hermanos mayores, tanto en espectacularidad como en el número de modalidades de juego o de disciplinas para demostrar quién es el corredor más ágil y rápido dentro de cada uno de los más de veinte circuitos que se ponen a disposición del usuario.
La disposición de Split/Second sigue la de sus homónimos de sobremesa, siguiendo la esencia que puso de moda Mario Kart y que todavía sigue dando guerra en las listas de ventas de las consolas de Nintendo. Esta disposición de la que hablamos consiste en la obtención de energía a través de la cual los usuarios posibilitan el uso de ataques especiales con los que apartan a sus contrincantes, literalmente, del circuito. Para ello se ha de seguir una pauta marcada con anterioridad al comienzo de la carrera, generalmente impuesta en función de los requisitos que se han de superar en cada prueba. Mucho antes de sumergirnos en escoger un circuito o en dominar el sistema de control, es menester escoger un bólido y ponerlo a prueba en el escenario de marras.
Con esto se consigue una doble impresión: espectacularidad y dinamismo. Parte implicada en este potenciador de emociones reside en la espectacular puesta en escena de la parte gráfica, técnica en general, con escenas generadas por ordenador que contribuyen a mejorar la impresión de que estamos visionando un concurso televisivo. Cada uno de los doce capítulos en los que se divide el modo de juego principal ofrece una nueva perspectiva a la conducción, ya sea en concepto de añadir nuevas modalidades de afrontar la partida o mediante la presencia de circuitos más complejos y enrevesados. Aunque son variopintos en cuanto a número y diseño, lo cierto es que se echa en falta algo más de variedad en este sentido, ya que pronto habremos aprendido el trazado idóneo por la cantidad de veces que hemos de repetir un mismo circuito en distintas pruebas.
No es, en cualquier caso, un problema que deba pasar factura a ojos de aquellos jugadores que esperan vivir una experiencia interesante con el contenido del UMD. Existe un modo principal que se sustenta de un amplio abanico de modalidades, alguna exclusiva de esta edición. Así, no es extraño vernos las caras con un helicóptero obcecado en lanzar proyectiles que hemos de evitar para complementar un combo, o pisando a fondo el acelerador para evitar ser eliminados en la prueba Superación'. Cada modalidad (existe más de una decena, entre las que encontramos Detonador, Carrera, Superación, Caza, Carrera Elite ) obliga a entender una serie de reglas a cumplimentar para obtener la victoria.
Cada victoria se suma con puntos que permiten desbloquear nuevas competiciones. Destaca la presencia de un modo reto' al que acompaña la presencia de una serie de logros. Estos sólo se obtendrán al cumplir determinadas acciones dentro del circuito. Lo mismo sucede con la modalidad secreta que se desbloquea una vez superado el ecuador de la partida, rindiendo homenaje a los arcades de antaño que no permitían visualizar la totalidad de modos de juego a menos que se hubiese superado un determinado porcentaje del contenido. Hay que subrayar la importancia de contar con un motor gráfico en el que las ralentizaciones no existen, permitiendo así un despliegue visual único y ciertamente asombroso procediendo de una consola en la que hemos tenido que sufrir grandes contrastes en este sentido.
Nótese el hecho de hablar de contrastes' en un título de estas características a colación del pasado de PSP en cuanto a problemas de diversa índole se refiere. En esta ocasión, el usuario no se verá afectado por las indulgencias del sistema de control de la consola, sino del propio juego. La mecánica exige el uso de los reflejos en cuestión de segundos, concepto que no se ha cuidado todo lo que debiera. Es prácticamente imposible evitar un disparo lejano que requiera una reacción instantánea, aunque este hándicap viene impuesto por la naturaleza de la consola antes que por la noción de desarrollo que se ha empleado. De resto, el control se nutre de los conceptos clásicos del arcade: nulo realismo, comportamiento versátil, aunque destacable por su gran maniobrabilidad. Una lástima que no se pueda modificar la estética de los coches que obtenemos al ganar puntos después de superar pruebas.
No está exento de ciertos peros' que han de ser tenidos en cuenta antes de lanzarse a la adquisición del título (notablemente superior, por cierto, a otras franquicias que se han acercado al género bajo la misma perspectiva), tal es el caso de las imprecisiones del sistema del control, que esta vez van más allá de los problemas de cámara o los derivados por el famoso stick analógico-o seta-. No hay rastro de los modos online, con lo que se merma uno de los apartados que podría haber sido estelar de haber sido incluido en esta edición. Con ello se lastra el dinamismo de las partidas, en parte también a causa de la ausencia de motivos para cambiar el estilo de juego, la monótona sensación de que siempre se suceden las mismas exploraciones, el mismo comportamiento por parte de la Inteligencia Artificial.
Al margen de estos problemas secundarios -salvo por el online, primordial en un título de estas características-, Split/Second debería cubrir las necesidades de los aficionados al género durante una buena temporada, exactamente el tiempo que tarden en desgranar cada una de las modalidades de juego. Es una experiencia tremendamente divertida a la que le falta un retoque aquí y otro allá, pero que por suerte triunfa en su principal objetivo, que no podía ser otro que el divertimento garantizado. Es el título ideal para exprimir ese otro' concepto portátil, que parece olvidado en la actualidad.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.