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Cities in Motion

Cities in Motion

Señores del bonobús

¿Alguna vez te has quejado del funcionamiento del transporte público en tu ciudad? Ahora ha llegado el momento de que demuestres de lo que eres capaz con Cities in Motion. Gestiona el transporte público en distintas ciudades europeas a lo largo de 100 años de historia, gracias al nuevo título de Paradox Interactive.

Aunque es mera casualidad parece oportuno que sea hoy cuando hablemos de Cities in Motion, ya que en estos momentos varios países se dedican a replantear los valores de sus límites de velocidad en carretera y a tomar medidas para una mayor utilización del transporte público. Un tema en boca de todos que nos sirve de estupenda introducción para el nuevo simulador de transporte de Paradox Interactive.

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Claro que no es la primera vez, ni posiblemente la última, en la que el problema del transporte se traslada al videojuego. Clásicos entre los clásicos, como Transport Tycoon o su primo Railroad, ya nos brindaron la ocasión de poner a prueba nuestra astucia ante un problema común en la inmensa mayoría de los países del mundo: trasladar mercancías y pasajeros incrementando los ingresos y reduciendo los costes. Hemos pasado horas y horas trazando rutas, construyendo vías de tren o aeropuertos y evaluando las distintas alternativas para los usuarios de nuestro transporte. ¿Seremos capaces de enfrentarnos a Cities in Motion y salir airosos de la contienda?

En gran medida, el entrenamiento previo que podamos haber adquirido con los ejemplos citados nos servirá de base, pero con el título de Paradox no vamos a poder dar nada por hecho. Esto se debe a que la principal diferencia entre este juego y los ‘tycoon' anteriores es que, en esta ocasión, nos dedicaremos por completo al transporte público. Eso nos limita al traslado de pasajeros, con lo que no vamos a tener la posibilidad de enriquecernos mediante el movimiento de mercancías entre empresas o fletando vuelos de lujo. En esta ocasión nuestro objetivo va a ser bien distinto, y nuestras decisiones van a influir enormemente en el crecimiento de las ciudades.

Porque las ciudades son el tema principal del juego, como deja entrever el título. Mientras que ofertas como Transport Tycoon nos permitían manejar un sistema de transporte a nivel regional o incluso nacional, Cities in Motion se centra en la optimización de los recursos para una única ciudad. El hecho de que esta limitación de posibilidades se pueda convertir, o no, en un punto en contra dependerá únicamente de la forma en la que se han gestionado las distintas alternativas posibles durante una partida. ¿Haber reducido nuestro radio de acción favorece otros aspectos de la jugabilidad? En los siguientes párrafos veremos la forma en la que los desarrolladores de Colossal Order han realizado esta tarea.

Para ello se han recreado distintas ciudades europeas, inicialmente Ámsterdam, Viena, Berlín y Helsinki, con la intención de alojar nuestras labores de diseño y ejecución de las obras de transporte público durante 100 años de historia, comenzando en 1920 y finalizando en 2020. Por si algún alma caritativa creyese necesario incluir otras ciudades importantes, o incluso si propia localidad, se ha incluido un editor de mapas que nos permite crear nuestros propios escenarios. Aún con esta opción, se echan de menos algunas de las principales urbes europeas, y no se entiende como ciudades de la importancia de Londres no aparecen entre las disponibles en Cities in Motion.

También se ponen a nuestra disposición dos modos de juego: campaña o ‘sand-box'. El primero nos irá enfrentando a una serie de escenarios, concretamente 12, durante los que tendremos la oportunidad de conocer las ciudades anteriormente nombradas para ir cumpliendo distintos objetivos relacionados con la gestión del transporte público en las mismas. Por otro lado, el modo ‘sand-box' se limitará a una única ciudad, en la cual los objetivos podrán ir surgiendo de forma aleatoria, y donde podremos iniciar la partida en cualquier año entre 1920 y 2020, con la correspondiente modificación de la urbe según la época.
Los objetivos, predeterminados en el modo campaña o aleatorios el equivalente ‘sand-box', nos pondrán frente a pequeños retos, como conectar una zona determinada de la ciudad o lograr una línea que una distintas alternativas existentes, aunque no siempre tendrán una solución simple y pueden suponer un gran coste si no prevemos las implicaciones a medio plazo. En el caso de lograrlos con éxito, recibiremos una bonificación económica, que nos ayudará a sanear los gastos del transporte público. También existen logros o recompensas ocultas que se desbloquean al realizar ciertas acciones, como lograr comunicar un edificio histórico o construir una cantidad concreta de líneas de autobús o metro.

A pesar de carecer de la oportunidad de actuar sobre regiones mayores, Colossal Order ha puesto gran empeño en crear una simulación realista de las ciudades. Esta implementación toca varios aspectos, tanto sociales y demográficos como los puramente relacionados con la gestión del tráfico, aunque al final todos estén estrechamente enlazados entre ellos. En función de la época histórica y del grado de crecimiento de la ciudad, podremos encontrar hasta 7 tipos distintos de clases sociales, que se reparten entre las distintas barriadas existentes en cada metrópoli. Cada una de las mismas tendrá unas necesidades distintas, sobre todo en lo que al transporte se refiere.

De esta manera, nuestra labor será crear una serie de líneas de transporte que permitan a los distintos ciudadanos el acceso a las zonas donde sus necesidades se verán cubiertas. Esto implica tanto los traslados a los lugares de trabajo como los movimientos a las ubicaciones de los locales de ocio o de turismo. Para tener presente estas necesidades y las diferencias entre cada clase, podemos cambiar entre distintas versiones del mapa a partir de las opciones de su versión más reducida, que se ubica en la parte inferior izquierda de la interfaz, destacando los lugares de trabajo o estableciendo un mapa de colores en función de la riqueza de los habitantes.

Las posibilidades a tal efecto pasan por las habituales líneas de bus, que serán nuestra primera solución ante cualquier necesidad de transporte. Una buena red de paradas de autobús permitirá que los trabajadores puedan acudir a las fábricas, o que los ciudadanos puedan acceder a distintas zonas de la ciudad. Para ello nos fijamos en la realidad de cómo funcionan las líneas en las ciudades del mundo: distintos trazados que luego se enlazan entre sí mediante otras líneas de bus. Gracias a ello podremos cumplir con éxito las primeras necesidades de los habitantes de nuestra urbe.

Lamentablemente, conforme la ciudad continúe creciendo y el tiempo siga pasando, el tráfico rodado se convertirá en un serio problema. Las vías principales se verán infestadas de vehículos, con lo que la eficiencia de nuestro transporte será menor. Si procuramos tomar vías secundarias y menos transitadas podemos conseguir un parche provisional, pero al final tendremos que lidiar con el exceso de coste por haber elegido caminos más largos. Tarde o temprano, tendremos que involucrarnos en otras combinaciones de transporte que nos permitan aligerar el tráfico por carretera.

Siempre queda la posibilidad de usar estaciones de tranvía, para lo que tendremos que adaptar las calles para permitir la circulación de los mismos. Sin embargo, no va a ser posible llenar la ciudad de calles que permitan tanto el tráfico de vehículos como el paso de tranvías, y aunque esta pueda ser una buena solución para reducir el impacto de los coches en ciertas zonas de la ciudad, sobre todo en el centro, no se convierte en una alternativa viable para conectar demasiadas zonas. Finalmente tendremos que recurrir a trenes de cercanías, más asequibles, o vías de metro, más caras pero menos complicadas de plantear.
A nivel gráfico, la calidad de los modelados es buena, y la evolución de las construcciones con el tiempo es apreciable, lo cual es de agradecer. Ver cómo crece y cambia una ciudad con el paso de los años es un placer visual, aunque no se trata del objetivo principal de Cities in Motion. Las animaciones del tráfico son correctas, y nos ayudan a orientarnos perfectamente en lo que a la afluencia de vehículos en una vía se refiere. Asimismo, otros vehículos como trenes, helicópteros o avionetas ayudan a mantener la sensación de encontrarnos ante una maqueta bastante realista de una ciudad europea real. En este sentido, Cities in Motion cumple a la perfección con lo esperado.

Las ayudas visuales son lo suficientemente variadas como para permitirnos estudiar distintas posibilidades en función de las necesidades de nuestros habitantes y evaluar de un plumazo la situación gracias al inconfundible código de colores, pero se echan en falta más indicadores o pistas. El movimiento de la cámara se realiza con las teclas de dirección, mientras que el desplazamiento con la combinación WASD, lo que puede parecer un poco confuso si tenemos en cuenta que una mano debe estar pendiente del ratón en todo momento. Por lo demás, el manejo es simple e intuitivo, con los elementos de interfaz y accesos a sub-menús perfectamente diferenciados.

Aunque la propia simulación de las ciudades, tanto a nivel de su crecimiento como en lo relativo a la reacción frente a nuestras intervenciones, parece muy trabajada, la realidad es que se trata de un trabajo bastante simple que se podría haber enriquecido mucho más si se hubiese aprovechado lo visto en otros títulos que se centran más en la construcción de urbes. Si bien hemos planteado una comparación con Transport Tycoon centrada en transporte público y en una única ciudad, la sensación general es la de encontrarnos ante un juego de construcción al que se le han borrado todas las opciones relativas al desarrollo de la ciudad manteniendo únicamente la posibilidad de gestionar sus redes de transporte.

El principal atractivo, que debería haber sido una simulación realista de la evolución del tráfico, queda ensombrecido por algunos errores que pueden arruinar una partida en el momento menos esperado, si bien es justo decir que los desarrolladores trabajan en su solución y ya se han publicado algunas correcciones. Sin embargo, el hecho de conseguir unos algoritmos correctos para manejar esta realidad es complicado incluso para las empresas que se dedican a estos estudios de forma profesional, con lo que es comprensible que Colossal Order no haya dado con la clave para implementarlos y se produzcan este tipo de incovenientes.

En conclusión, nos encontramos ante un título algo limitado en dos aspectos. En primer lugar no posee ni tantas opciones como otras alternativas del género ni un nivel tan alto de jugabilidad. En segundo lugar, parece destinado a un segmento de jugadores muy determinado, ya que no parece que cualquier usuario se pueda ver atraído por las posibilidad de Cities in Motion. Para los que disfruten con este tipo de juegos, la oferta de Paradox puede cumplir en gran medida con sus expectativas jugables. Para los que no sientan la más mínima atracción por estos planteamientos, Cities in Motion no tendrá manera de convencerles de los contrario. Eso sí, tendremos que esperar a la próxima semana para encontrarlo en tiendas.

- Crecimiento y evolución de las ciudades y el transporte.
- Indicaciones de la interfaz de usuario.

7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.