Fight Night Champion, Impresiones
La gran velada pugilística del año se aproxima a pasos agigantados, esta vez ante la promesa de mejorar una mecánica que supo mimetizar como nunca antes la pasión que se vive en el ring de combate tras sonar la campana. El equipo de EA Sports se enfunda el protector bucal para ofrecer un modo Historia en el que, por primera vez, habrá ocasión de crear a un púgil que protagonice su propia vida, con rencillas personales y demás parafernalia. A este modo se le suma la presencia de novedades a nivel jugable que liman las asperezas del excelente Fight Night Club 4.
El boxeo, deporte olímpico, sufre en estos días lo que los expertos han denominado omisión por violencia'. Las tendencias que sigue actualmente la sociedad nada tienen que ver con las establecidas en el pasado. El deporte de caballeros' por excelencia ha quedado relegado a un segundo plano, principalmente debido a la ausencia de un púgil de carácter mediático que, de una forma u otra, figure como una excusa para que esta disciplina vuelva a la sobremesa de telediarios y prensa deportiva. El boxeo, por así decirlo, no está de moda. Atrás quedan los grandes mitos que pasarán a la historia, escenas para no dormir que se han grabado a fuego en la retina de una generación de espectadores que en su gran mayoría superan la treintena, otro ejemplo de la mala gestión promocional a la que se somete al deporte.
Sucede una situación similar a la que se produce con el hockey sobre hielo: son deportes vistosos, que cuentan con una legión de fieles seguidores, pero cuya base de aficionados se encuentra en América. El boxeo ha vuelto a recuperar cierto prestigio en España ahora que, después de tantos años, vuelve a emitirse en abierto, comentado por especialistas que tratan de acercar el deporte a las nuevas generaciones. La esencia de esta disciplina poco o nada tiene que ver con la sempiterna ley urbana que tacha a los púgiles de seres violentos, con nulo interés por la cultura general. Una especie de Rocky, representación dramatizada en exceso por parte de Stallone, que lejos de prestar atención a cualquier clase de polémica social se centra exclusivamente en llenarse los bolsillos de fama, victoria y dinero.
Sirva esta introducción a modo de tutorial para captar parte de la esencia que EA Canada ha tratado de imprimir a su licencia pugilística, probablemente la mejor de cuantas han aparecido en la industria de los videojuegos hasta la fecha. Su nacimiento se produjo en PS2 para luego dar el salto a la nueva generación aprovechando cada célula del procesador del binomio PS3/360. A través de tres entregas, el estudio ha mejorado el motor gráfico y la jugabilidad, ampliando el número de modalidades de juego, la plantilla de luchadores, las zonas de entrenamiento y, en resumidas cuentas, prácticamente todo elemento que cumpla un peso específico en el desarrollo del título. Hasta la fecha, Fight Night Round contaba con el sustento del modo Legacy como principal representante, concepto que cambiará en la cuarta entrega, que aterrizará en el mercado durante el mes de marzo bajo el sobrenombre Champion'.
En anteriores entregas, el uso de los sticks analógicos fue señalado como una de las innovaciones más importantes que EA Canada integró en el sistema de combate. La seta' permite al usuario recrear los movimientos reales con oscilaciones que son ejecutas por el púgil con una precisión quirúrgica, siempre en función de los atributos personales que caracterice a cada luchador. Su buscaba crear un estilo completamente nuevo en el que todo jugador se sintiese capacitado para ganar combates, objetivo que finalmente se lograría gracias a las mejoras que paulatinamente se fueron incluyendo edición tras edición. En Champion, EA Canada regresa a sus orígenes simplificando el proceso de golpeo y de bloqueo, otorgando mayor énfasis a la técnica que al aprendizaje de un estilo de combate muy concreto.
De esta forma, el stick se limita a un diagrama de cuatro direcciones (verticales y horizontales), entre cuyas franjas se encuentran los movimientos derivados de los pilares básicos de combate, que en palabras llanas vendría a ser el golpe frontal, gancho y croché. Si en el pasado era imprescindible dibujar a la perfección el movimiento en cuestión que deseamos ejecutar, en este capítulo basta con intuirlo para que el luchador ponga en práctica el golpe que más le conviene según la posición adoptada. Se amplía la lista de movimientos (con cortes a media altura que, a grandes rasgos, amplían el abanico de posibilidades para sorprender al rival en el combate) mientras que el manejo del stick se vuelve más intuitivo.
No quiere decir esto que cualquier jugador, independientemente de su experiencia, pueda llegar y besar el santo sin sudar la gota gorda. La mecánica de juego requiere, como bien podemos experimentar en la demostración, un aprendizaje como base en el que se exige un dominio considerable de los patrones de una lucha cara a cara. Aquí tiene la misma relevancia soltar golpes que saber recibirlos sin grandes consecuencias. El papel que cumplen los boxeadores, su estado anímico y físico es doblemente importante en este caso: tenemos que tener un ojo puesto en las zonas que reciben mayor cantidad de daños, ya que a la postre se convertirán en el punto débil de nuestro alter-ego virtual durante los combates de larga duración. La sangre deja de ser un mero atractivo para convertirse en un indicador de riesgo, o en un punto que hemos masacrado en el cuerpo rival.
En la práctica, el movimiento de los púgiles se acerca a un plano más realista que en ocasiones anteriores, transmitiendo mejores sensaciones en los roces y parones que habitualmente se realizan para recobrar energía. La barra de salud desaparece de la pantalla para limitarse al indicador de resistencia, bajo el cual debemos intuir la salud de nuestro luchador, así como la merma moral a la se expone tras recibir una buena tuna de golpes. Al finalizar el combate una selección de árbitros emite su juicio sobre el resultado de la pelea, en la que se mide la cantidad de golpes efectuados, su acierto en el cuerpo rival, etcétera. La esencia sigue siendo la del anterior capítulo en cuanto se refiere a la vistosidad técnica. Más realista pero igual de sangriento y visceral.
Las sensaciones son inmejorables en ese sentido, siguiendo la línea de los simuladores deportivos de moda: novedades interesantes aunque no significativas para hablar de un cambio total en el sistema de juego. Al menos, no en cuanto se refiere a la jugabilidad, ya que la inclusión de nuevas modalidades de juego sí que supone un factor de peso en el catálogo de añadidos de esta edición. Aunque los vídeos apenas dejan entrever lo que el público podrá disfrutar a partir del mes de marzo -para cuando se prevé que haga acto de aparición el título-, se ha desvelado nueva información sobre el modo Champion, en el que tomamos el rol de un púgil que esta vez evoluciona siguiendo una trama concreta, alejada de la aleatoriedad con la que se ha llevado hasta el momento el modo Legacy.
Este último también se actualiza con la posibilidad de comenzar nuestra andadura desde la liga amateur, empleando protecciones (patrocinadas por Adidas de forma extremadamente obvia) y toda clase de parafernalia para subrayar la profesionalidad del deporte por encima de su espectacularidad. La demostración no permite poner a prueba estas novedades, aunque sí echar un vistazo a los enfrentamientos online si así se desea. Fight Night Champion vuelve a centrar gran parte de su atención en la mejora de esta faceta, abriendo la posibilidad de que los usuarios creen que su propio gimnasio para realizar competiciones, piques e incluso entrenamientos. Recordamos, como se hizo en el primer contacto con el título, que la zona en la que se entrene a cada jugador de forma individual determinará su evolución, tanto física como psicológica.
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Nonito Donaire
- Deportes
Fight Night Champion es una nueva entrega de una de las sagas de boxeo más aclamadas de todos los tiempos para PlayStation 3 y Xbox 360.