Resistance 3, Impresiones
El nuevo Resistance se deja ver y explorar en Londres para mostrar todas sus novedades y espectacular apartado gráfico. El PlayStation Experience nos lleva de regreso hasta la batalla contra las Quimera, ahora obligándonos a resistir más que nunca con una oleada de disparos, trabajo en equipo y posibilidades de acción en entornos muy abiertos.
Sony no ha querido mostrarnos demasiado material nuevo sobre la tercera y esperada entrega de la saga de disparos en primera persona que nació acompañando al lanzamiento de PS3, Resistance. El que estaba llamado a ser junto a Uncharted 3 uno de los bocados más probados del evento PlayStation Experience de Londres -que termina hoy- ha acabdo por dejarnos una única y corta nueva demo jugable para una persona que, eso sí, expone a la perfección las novedades y la enorme escala a la que el título está llegando.
Sin romper ni un solo ápice de lo que el Fall of Man de 2007 ofrecía, este nuevo Resistance se plantea como una evolución técnica y de mecánica de los conceptos fundamentales de la saga, lo que le aporta cierta variedad ya desde el primer momento. Las Quimera, esos infectados con espalda de púas amarillas y extraordinaria agilidad, han llegado ahora a invaidr del todo nuestro planeta, teniendo que enfrentarnos a la mayor resistencia que hayamos visto jamás en un juego de la franquicia, lo que se traduce en mecánicas de ataque desde posiciones acorraladas, importante búsqueda de coberturas, cooperación con otros miembros del equipo de resistentes o exploración de los enormes mapeados en busca de mejores puestos para nuestras armas de largo alcance.
La demo comienza en el atardecer de un poblado abandonado, Haven, plagado de enemigos que caen de varias naves que surcan el cielo sin que podamos evitar ser cada vez más rodeados. Con cuatro armas principales, todas ellas con ataque secundario como viene siendo habitual en la licencia, empezará nuestra odisea por escapar de esta gran plaza destrozada y buscar una salida a semejante trampa mortal abarrotada de Quimeras, viento y melancolía.
Lo primero que nos ha sorprendido en relación a otros capítulos de Resistance es la inmensidad del escenario, que casi parece el de una gran partida multijugador online, plagado de personajes disparando en todas direcciones y aeronaves sobrevolando nuestra posición para mandarnos más y más amenazas. La desorientación incial de esta misión sirve para transportar más al jugador a este entorno bélico y cada vez más asolado, iluminado por una tenue luz solar amarillenta que baña todo el perfecto trabajo de texturas y modelado de personajes y escenario.
Resistance 3 es directamente espectacular a nivel técnico. Sus efectos de sonido así como la música orquestal y la ostentosa puesta en escena crean un marco audiovisual extraordinario que llena de vida y transmite realismo a la desenfrenada situación que de repente nos rodea. Los gráficos nos dejan ver sin ningún tipo de ralentización o deterioro de la imagen, efectos de luz alucinantes, texturas muy logradas y un nivel de poligonado pocas veces alcanzado por juegos anteriores. También, al correr, encontramos algo de blur aportando mayor sensaicón de velocidad.
Una vez salidos de semejante lapsus contextual, tomamos el control del personaje y sus armas, intercambiables con el botón habitual, el triángulo, que si dejamos pulsado despliega un menú que pausa la partida y nos permite elegir cómodamente. El joystick izquierdo nos mueve y pulsándolo corremos. Hay que decir, en este sentido, que resulta algo mediocre el trabajo que se ha hecho con el movimiento del personaje al correr, al que nunca se le ve el brazo izquierdo mientras esprinta, creando una situación extraña y para nada verosímil.
Buscamos cobertura con nuestros compañeros de equipo -controlados por la CPU-, avanzamos, disparamos, avanzamos, recogemos munición, subimos a tejados, nos cubrimos, disparamos más... Poco a poco, la enorme plaza va quedando desierta de Quimeras y de repente se activa un script, que nos deja ver cómo cae un depósito y aparecen nuevos enemigos, poderosos y ágiles en sus saltos. No es demasiado difícil acabar con ellos. Otra ruta se abre y da paso a un callejón, donde nos esperan varios peligros y, entre ellos, el enemigo final de esta demostración jugable, un gigante mutante que pese a su torpeza de movimiento, tiene ataques demoledores.
Hay que señalar que cobra especial importancia en lo que hemos podido probar de Resistance el cambio de armas y la munición, así como la vida, que no tiene regeneración instantánea y nos hará buscar botiquines. El juego deja atrás a aquellos títulos poco realistas en que se puede disparar a lo loco sin mirar esto, aquí tendremos que prestar especial atención a las balas de nuestra recámara, granadas o minas, así como a los daños que recibamos. Todo vale para aprender a ahorrar munición y vida, ya que nunca sabremos cuánto durará la lucha o cuánto tendremos que resistir y defender zonas.
Poco o nada más que no se supiera hemos visto en el PlayStation Experience de Londres sobre Resistance 3. Habrá cuatro niveles de dificultad iniciales y la trama volverá a ser una pieza fundamental de este juego, así como su modo multijugador online, que "ha aprendido mucho de otros grandes del género como Call of Duty o Halo", según nos decían sus desarrolladores en una charla coloquial mientras probábamos el juego. Nuestras impresiones son muy buenas y creemos que sus propuestas gustarán sobre todo a los seguidores de esta odisea quimérica.
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