[3DS] Pilotwings Resort, Impresiones
Vuelve Pilotwings, una de las franquicias abanderadas de Nintendo hace unas cuantas generaciones, y lo hace demostrando que la capacidad tridimensional de 3DS va mucho más allá de lo que había sugerido el petit avis al que tuvimos acceso durante el pasado E3. El título, uno de los más destacados del catálogo de lanzamiento de la consola, se deja probar en tres de sus artificios voladores. Viaja con nosotros.
Una de las demostraciones que ha entrado con más fuerza por los ojos del público japonés es el resurgir de Pilotwings, ahora afincado en la misma isla que ha servido como contexto para Wii Sports Resorts y Wii Fit Plus -Wuhu Island-. Aunque pueda parecer paradójico, uno de los título que mejor uso hace de las funciones de la nueva portátil es, como no podía ser de otra forma, uno creado por la casa, de lejos de los más conocidos de la primera hornada de videojuegos que aparecen de forma exclusiva para Nintendo 3DS.
No es de extrañar teniendo en cuenta la popularidad que la franquicia ha recibido en el país del sol naciente desde tiempos inmemoriales, siempre avalado por las buenas ventas que tradicionalmente ha obtenido en este país. Comenta Nintendo que uno de los motivos que les ha empujado a resucitar la franquicia es el auge que las pruebas aéreas tomaron en Wii Sport Resorts, además lógicamente de la noción de que se desaprovecha una licencia que, al igual que sucede con Kid Icarus, ha sido uno de los grandes candidatos a reaparecer en el mercado a cada nuevo año que transcurre. De ahí que fuese una de las atracciones a pie de pista, tanto en Japón como en Europa.
La demostración a la que tuvimos acceso se divide en tres fases, combinadas con tres estilos distintos de vuelo, aunque todos bajo el mismo fin. El primero nos invita a tomar el control de una especie de jet-pack con el que es menester atravesar los clásicos anillos flotantes, recibiendo una serie de puntos dependiendo del lugar por el que atravesemos la circunferencia, la velocidad a la que lo hagamos, etcétera. El segundo, un ala-delta, apenas permite manejar la dirección en la que nos desplazamos, siendo esta la prueba más accesible de todas las que figuran en la corta demostración que se habilitaba a pie de pista.
En perfecta armonía
Curiosamente, el tercero -aunque no por ello menos importante- es también el que mejores sensaciones transmite. La avioneta permite un manejo total sobre las acciones que realizamos en el aire, con opción a acelerar, decelerar y realizar toda clase de virajes. El atractivo del título, como comentaríamos en anteriores tomas de contacto, no reside tanto en su definición sobre el papel como en la práctica, en gran parte debido a la increíble perspectiva que otorga la percepción estereoscópica. No exageramos al decir que la sensación de estar pilotando un avión en un entorno realmente tridimensional cambia drásticamente cuando el volumen 3D se reduce al mínimo, con todo lo ello conlleva.
La consola no sufre ninguna clase de ralentización al mostrar la isla de Wuhu en todo su esplendor mientras la sobrevolamos de cabo a rabo, aunque en esta demostración el tiempo era extremadamente limitado, impidiendo por ende poder surcar los cielos a nuestro antojo, sin restricciones de ningún tipo. Las tres pruebas probadas consisten únicamente en superar obstáculos para obtener una puntuación. Los matices se ponen en función del aparato que manejamos, si bien en efectos prácticos y ante la ausencia de una mayor cantidad de acciones a realizar ha sido francamente difícil realizar una valoración completa de la calidad que ofrece el título a nivel jugable.
A nivel visual, insistimos, el título se toma licencias que otros sólo podrían imaginar, con total definición en lugares recónditos de los Miis, los protagonistas de esta aventura. Desde los pies hasta las manos, pasando por cada pequeño detalle que forma parte de la pantalla superior, controlando la inferior bien a través del stylus o de los botones (en este caso, se ha sugerido que se emplease el segundo método, aunque sin razones para ello), absolutamente todo se ha cuidado para que la percepción de profundidad no se límite simplemente a complementar las tres dimensiones, sino a que realmente tome un nuevo concepto de juego.
Hasta qué punto podrá influir esta forma de entender un título que hasta hace poco parecía ser un simple reclamo publicitario para potenciar las ventas de la consola es algo imposible de predecir, pero al igual que sucede con el caso de Steel Diver, del que habrá ocasión de hablar en profundidad en las semanas venideras, tanto este Pilotwings como el susodicho arcade de submarinos están llamados a ofrecer una experiencia completa que realmente demuestre la capacidad de la consola en todo su esplendor.
Se espera que Pilotwings sea uno de los títulos de lanzamiento de la consola, aunque al igual que sucede con otros videojuegos de su catálogo, por el momento no existe confirmación oficial alguna que permita realizar una predicción que se aproxime a la realidad.
- Acción
Una nueva entrega de Pilotwings para el estreno de la nueva portátil de Nintendo.
