The 3rd Birthday, Impresiones
Japón se viste con sus mejores galas para recibir el lanzamiento de uno de los títulos más esperados del año. The 3rd Birthday se plantea como una vuelta a los orígenes de Parasite Eve, empleando como trasfondo los rasgos característicos -Twisteds, Eve- que pudimos conocer en el pasado. No podemos resistir la tentación de importar el título directamente del país del sol naciente para probar las mieles de la última superproducción made-in-Square, increíble a nivel técnico, misteriosa a nivel argumental, aunque quizás demasiado alejada de cualquier entrega anterior que haya protagonizado Aya Brea.
Se ha escrito mucho sobre el regreso de Aya Brea al mundo del videojuego (único campo en el que se ha dejado ver pese a la insistencia de varias compañías en llevarla a la gran pantalla). La memoria aún permite recordar con claridad el anuncio oficial de Parasite Eve 3 exclusivamente destinado a dispositivos móviles, el posterior cataclismo entre la comunidad de aficionados y finalmente un cambio de dirección adecuado por parte de Square Enix. Aquella época, vista en retrospectiva, parece hoy el comienzo de la época dorada de la compañía, o al menos la confirmación de que el sentido común no apremiaba en la mente de Yoichi Wada, presidente de la compañía, amigo de tomar decisiones controvertidas y poco éticas. Ha habido tiempo para desgranar las presentaciones que se han realizado, una tras otra, con la única intención de arrojar algo de luz sobre un videojuego cuya popularidad ha descendido desde aquél entonces a ahora.
La culpa de este extraño fenómeno social (el usuario ignora sistemáticamente una obra que se presenta como el resurgir de una franquicia que sólo había registrado dos entregas en un lapso de cinco años) se deba a la actitud de perro del Hortelano de Square Enix. En el comienzo se desconocía cuál sería el nexo que uniría este capítulo con los anteriores. Un breve tráiler fue el encargado de ofrecer las primeras pinceladas de la trama: Aya Brea pasea por una iglesia ataviada con un traje de novia, para luego aumentar el contraste de la sangre que mancha la misma instancia por motivos desconocidos. La lógica hacía pensar en un enlace matrimonial entre Kyle y Aya, sendos protagonistas de Parasite Eve 2, pero nada más lejos de la realidad.
Pasaron semanas, meses sin la menor información sobre el juego. Los rumores hablaban de un juego totalmente nuevo y distinto a lo visto anteriormente, algo que se suele reclamar a toda producción moderna salvo a un título que cuenta con una trama lo suficientemente densa como para continuar con el buen trabajo realizado en el pasado. Fue Hajime Tabata, director de la obra, el encargado de confirmar los temores de los aficionados: Aya Brea es amnésica, no recuerda nada de lo sucedido en el pasado. Por su metabolismo no envejece, lo que le permite mostrar un físico envidiable, pechos prominentes, carga de personalidad fundamental para comprender el sentido de la historia. Los aficionados, cada vez más escépticos ante los engaños promocionales, se preguntaban si esta historia tendría algo que ver con anteriores Parasite Eve. La respuesta a esa pregunta se desvela desde que se introduce el UMD en la consola, después de echar un vistazo a las bondades de la edición de coleccionista (un pequeño regalo de navidad).
Trama que, dicho sea de paso, se centra en los acontecimientos que han tenido lugar en una franja que comprende un lapso temporal de tres años. Aya Brea, miembro capital del grupo especializado CTI (unidad federal que se encarga de analizar y erradicar sucesos paranormales, Counter Twisted Investigation), sobre de una pérdida temporal de memoria a causa de un fuerte impacto psicológico vivido por causas desconocidas. Aunque el jugador sabe que la tan cacareada boda cumple un papel fundamental en la psique de la heroína, durante los primeros compases de juego sólo se sugiere el porqué del cambio en la personalidad de Aya, de su extraña fragilidad, así como de la capacidad de emplear el denominado Overdive System', uno de los pilares sobre los que se establece esta historia. No es el único, pero sí el más importante para determinar el futuro de Aya y, con él, también el recorrido a través de su mente.
Nueva York sufre una plaga de engendros aparecidos de la nada. Un grupo federal especializado se crea para erradicar su presencia, así como para averiguar las causas de su aparición. Naci el CTI como campo de pruebas en un selecto club de personalidades que han tenido ocasión de participar en los incidentes acaecidos en el pasado. Aya Brea figura como el alma mater, aunque su frágil personalidad ha impedido que asuma el liderazgo de un grupo que emplea a la anglo-japonesa como pieza clave para la investigación. A diferencia de lo sucedido en tiempos pasados, Aya no siente la necesidad de luchar para salvar al planeta de una destrucción que parece inminente. Su mente se encuentra sumida en la densa niebla que provoca la amnesia. Sufre de flashbacks constantes que emanan emociones contrastadas en su interior, pero ninguna de ellas parece tener sentido. Sus compañeros de trabajo tampoco parecen dados a prestar ayuda.
La otrora heroína está sola en el mundo. La figura de Kyle Madigan aparece en alguno de sus recuerdos. La alianza que brilla en su dedo parece confirmar que les une un vínculo especial, aunque desconocido por el momento. Aya Brea se siente atrapada por sus dudas existenciales: incapaz de recordar su vida pasada salvo por las palabras de valía de sus compañeros, busca un significado para combatir. Al igual que sucedía en anteriores capítulos, el susodicho significado no se centra en cualquier estándar o cliché habitual en el género (amor, paz, fraternidad ), sino en el plano personal. ¿Qué importancia tiene mi papel en este mundo? ¿Por qué soy incapaz de envejecer como el resto de la población? ¿Se podrá frenar la andanada de seres del averno? En realidad, se desconoce la procedencia de los seres que pululan a sus anchas por las calles de la ciudad neoyorkina.
El centro de mando del CTI se convierte en la base de los movimientos de Aya, tal y como sucedía en la segunda entrega de la franquicia. Desde ahí puede comprar nuevas armas, optimizar las ya existentes, practicar su puntería en el simulador virtual de combates o tomarse un descanso en las taquillas, donde puede cambiar su indumentaria, fundamental para mejorar sus atributos defensivos. Este último punto aparece en escena con un marcado tono humorístico, rozando lo erótico, siendo posible desnudar' a la heroína a medida que recibe daños. Los pantalones se desgarran, la chaqueta blanca que luce durante los primeros capítulos (o siempre que así quiera el jugador) se desintegra. Se obtiene un premio doble con esta curiosidad: de una mano, indicar al jugador el nivel de protección que ofrece su ropa; de la otra, alegrar la vista con el físico de Aya como señuelo.
El único miembro del CTI capacitado para hacer uso de esa tecnología es Aya Brea, por lo que es ella quien debe viajar al pasado (con comunicación constante en el presente, ayudándola a mantener el contacto con la realidad) para entender las claves de la invasión. Su papel queda en entredicho cuando Karud Owen, habitualmente denominado El Jefe', muestra claras señas de inestabilidad mental al amenazar de muerte a la heroína por desempeñar correctamente un trabajo que considera 'monstruoso' y de 'seres de otro mundo'. Tanto él como el propio Kyle, de quien evitaremos añadir más datos para omitir cualquier posible spoiler, muestran una actitud que el jugador percibe desde el punto de vista de Aya. Entre viaje al pasado y al presente, después de navegar en la mente de los humanos a los que domina, la heroína se declara incapaz de mantener su percepción de la realidad tal y como era hace unos años, inocente y a la vez culpable de sus poderes.
Hasta aquí la amalgama de información referida al argumento, con la cual pretendemos despejar dos dudas que se han convertido en pasto del día a día para los aficionados: The 3rd Birthday sigue la línea temporal de anteriores capítulos, tanto en el uso de los personajes como en la personalidad que muestran los mismos durante las escenas en las que se narra el argumento. La segunda hace referencia a la personalidad de Aya Brea, que pese a no envejecer hace gala de un perfil psicológico mucho más trabajado que en el pasado. La protagonista ha de resolver definitivamente un incidente que data de finales de la década de los noventa, circunstancia ésta que no pasa desapercibida en sus sueños. Eve desempeña un papel crucial en el argumento, aunque insistimos en que la lupa se centra sobre Aya Brea.
No es baladí que Tabata sea también el director del loado spin-off de Final Fantasy VII en PSP, como demuestra el soberbio manejo de los ritmos que desempeña en el ecuador de la trama, algo que se extiende a la mecánica de juego. Desde la base de mando se informa de cuál será nuestra próxima misión. Seleccionarla se traduce en un viaje instantáneo hacia la localización de turno, desde donde avanzamos a base de disparos, saltos y explosiones de todo tipo. Cada capítulo está dividió a su vez por varios episodios, de una duración bastante considerable -aproximadamente tres cuartos de hora-, cada uno con el correspondiente final boss de turno con el que el jugador debe probar sus conocimientos.
El control por defecto se establece en el stick analógico, mientras que la cámara rota con la cruceta digital. Los gatillos superiores otorgan movilidad durante los tiroteos: a la izquierda encontramos la selección de armamento (dos armas más una pistola obligatoria), a la derecha el sistema de auto-apunte. La cámara se sitúa por encima del hombro de Aya, y aunque por norma se comporta adecuadamente no son pocas las ocasiones en las que nos deja totalmente vendidos ante el enemigo. Puede que sea una de las consecuencias del reducido espacio que debemos superar en determinas circunstancias, sin apenas lugar para esquivar los ataques de los monstruos de mayor envergadura. Los enemigos del CTI son básicamente criaturas de formas abstractas: las pequeñas apenas ofrecen resistencia, las grandes son una auténtica tortura debido a su extrema agilidad y a sus mortíferos ataques. Destacaba Famitsu el buen trabajo que Square Enix ha realizado en cuanto a la curva de dificultad, y desde aquí no cabe otra opción más que ratificar la afirmación.
Todos los escenarios ofrecen una zona de descanso desde la que es posible acceder a Internet para mejorar las armas y/o las habilidades innatas de la heroína. Decíamos que la acción es la auténtica protagonista de esta aventura, pero no por ello desaparece el concepto de rol que la licencia ha empleado desde sus orígenes. Aya aumenta de nivel al ganar experiencia, toda vez que recibe BP (Bonus points) con los que aumenta la capacidad de su arsenal. El Overdive se convierta por méritos propios en mayor aliado de la acción, ofreciendo la posibilidad de saltar de soldado en soldado sin apenas restricciones. Cada humano en el que se introduce cuenta con sus habilidades innatas: algunos son más ágiles, otros más resistentes, pero ninguno representa una diferencia considerable respecto a los demás. Al robar' las habilidades de otros soldados, Aya recibe una cadena de ADN que posteriormente podrá emplear para construir una pirámide de habilidades a la carta.
A través del ordenador accedemos a su selección de habilidades. Un total de 9 casillas conforman el espacio total en el que es posible modificar los efectos que aparecen durante los combates: desde un amplificador de la potencia de un disparo hasta la regeneración automática de vitalidad. Las cadenas de ADN pueden variar en forma, color y tamaño. Ofrecen, asimismo, una retahíla de condiciones específicas que deben ser ponderadas antes de fundir unas con otras. Es posible predecir el resultado de la fusión de dos o tres células de distinto nivel, así como alterar genéticamente las condiciones de la fusión si así lo deseamos. El sistema, aparentemente complejo, se domina con relativa facilidad, aunque su uso no parece determinante salvo que hayamos escogido el nivel difícil para comenzar a jugar (la edición japonesa ofrece tres opciones en función de las habilidades de cada jugador: fácil, normal y difícil).
Además, las habilidades se potencian o entorpecen en función de las conexiones que las rodeen, por lo que seguir un esquema a pies juntillas se antoja la mejor forma de activar el verdadero potencial de Aya Brea durante el combate. El sistema Overdive permite, por otro lado, introducirse también en la mente de los Twisted para exterminarles a distancia, de forma que ahorrar munición se convierte en otro de los objetivos que nunca debe desaparecer de la mente del jugador. A medida que disparamos contra un enemigo o asaltamos su mente crece la barra de liberación que posteriormente provoca un catalizador de energía en el cuerpo de Aya, aumentando drásticamente su agilidad y su potencia de tiro (centrándose únicamente en las pistolas).
Durante nuestra experiencia hemos encontrado algunos inconvenientes en el sistema de control, tal es el caso de la torpeza que de cuando en cuando se presenta para cambiar de soldado tras hacer uso del Overdive, o de la falta de espacio para explorar escenarios que, pese al notable trabajo artístico, no permiten tiempo para respirar o para recrear la vista con la vistas que se ofrecen de la ciudad de Nueva York, ahora totalmente arrasada. Da la sensación de que la ambientación, el hecho de escoger la ciudad norteamericana como trasfondo, tiene poco peso dentro de la trama, muy al contrario de lo que sucedía en la aventura original. Como decimos, la acción se encarga de tomar las riendas de las fases en las que Aya Brea se pone bajo la tutela del jugador. La variedad de situaciones es amplia, el entretenimiento está garantizado. La pregunta es: ¿responde The 3rd Birthday a las expectativas que los usuarios depositaron en esta tercera entrega de Parasite Eve?
La otra' vía pasa por entender esta obra como un juego de acción que sigue las tendencias actuales del mercado, cumpliendo sobradamente en todos y cada uno de los aspectos que entendemos como fundamentales para el buen hacer de un título en acción en tercera persona. Tiene toques de rol, momentos que invocan al pasado, situaciones de estrés, otras que despiertan una sonrisa: un poco de todo. No es, después de todo, una obra maestra de esas que justifican la compra de la portátil para todo el público, pero sin duda satisface las necesidades de los usuarios. Los que querían acción, aquí la tienen. Los que buscaban un nuevo buche de nostalgia, no quedarán decepcionados, o al menos eso es lo que transmite este primer barrido de la versión japonesa, con más de diez horas acumuladas a nuestras espaldas. Confirmado en occidente, sólo falta determinar una fecha de lanzamiento para que The 3rd Birthday por fin se muestre en todo su esplendor, en inglés o castellano, preparado para el mercado para el que según Tetsuya Nomura ha sido creada esta obra.
Tras diez años esperando, Parasite Eve ha vuelto (escena de ducha inclusive).
Parasite Eve: The 3rd Birthday
- Acción
- RPG
Tercera entrega de la serie protagonizada por Aya Brea que llegará finalmente a PSP. El juego ha sido desarrollado por el equipo técnico de Tetsuya Nomura.