La cooperación más deseada

Tan solo un par de días después de Navidad, Capcom le hace un regalo a todos los amantes de los zombies que posean una Xbox 360. Y es que han pasado apenas tres meses después de que viviésemos la historia de Chuck en Fortune City, pero lejos de caer en el olvido o de darse un respiro, la infección de la compañía nipona vuelve a dejarse ver en exclusiva en Xbox Live Arcade, tal y como lo hiciera antes del lanzamiento del juego con Case Zero. Y aunque en gran medida, el juego que ha llegado esta Navidad a la máquina de Microsoft es más de lo mismo, hay mucho de lo que hablar tanto a nivel argumental como de hacia dónde se está orientando la franquicia.

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La primera particularidad que hay que observar es la exclusividad del título para Xbox 360, algo que podría parecer fuera de lugar dentro del modelo de negocio que está siguiendo Capcom en la actualidad, pero que en realidad tiene su base en el propio título de este capítulo: Case West. Y es que supone el regreso de Frank West, el protagonista de la primera entrega, exclusiva de la máquina de Microsoft, a la actualidad videojuegueril, pero esta no es la primera de muchas imágenes que giran en torno al argumento de la primera entrega, hilándolos con el segundo capítulo y llevándonos inexorablemente hacia un clímax final que abre las puertas a una cada vez más deseada tercera entrega.

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Y es que, ante todo, hay que reconocer que lo que se podría plantear como un simple capítulo adicional en realidad se convierte en el acto final más apropiado para Dead Rising 2 y la presentación más adecuada para el arco argumental del próximo capítulo. Recapitulando, el primer Dead Rising nos presentaba un final abierto, cargado de incógnitas y que se centraba, ante todo, en el universo que Capcom estaba creando con este nuevo brote de infección; por su parte, la aventura de Chuck Greene se convierte en una historia personal, centrada en un solo hombre, en la que poco se profundizaba en el dibujo completo y teníamos un final satisfactorio que cerraba la línea argumental propia de la historia que se nos narraba.

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Case West no se limita solo a juntar a los dos personajes, sino que es, precisamente, la fusión de esas dos líneas argumentales, de ambos estilos de presentación de la franquicia. Así pues, Chuck Greene seguirá buscando cómo limpiar su nombre tras haber sido acusado de la infección de Fortune City, mientras la aparición de Frank West supone que nos adentremos hasta los más hondo en su investigación en pos de descubrir qué está pasando; de este modo, conoceremos todos los entresijos de lo que le pasó a Frank durante estos años de ausencia, así como los detalles de lo que está aconteciendo ahora mismo y, como ya hemos dicho, una profunda presentación de nuevas incógnitas que prepara el terreno para los derroteros argumentales de las futuribles entregas.

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Sin lugar a dudas, y como cabría esperar, el argumento es el elemento más importante de este Case West, ya que a nivel jugable no tenemos ninguna sorpresa notoria. Y en este aspecto no decepciona, aunque hay que reconocer que el grueso de interés nos lo encontramos al principio y al final de la aventura, ya que todo lo que acontece entre medias da un poco la sensación de ser una mera excusa para mantenernos durante el par de horas que dura la aventura dando vueltas por el complejo de investigación en el que nos encontramos. En cierto modo, deja un sabor agridulce la carencia de buenas líneas argumentales que mantengan nuestro interés durante el juego, pero no se puede negar que a la larga los aficionados a Dead Rising se encontrarán con un título que ofrece un importante germen argumental con todavía más incógnitas de las que se habían sembrado hasta la fecha. Y si Capcom tiene pensado hacia dónde quieren llevar estas ideas, la cosa tiene muy buena pinta.

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Pero mientras llega ese momento, lo que tenemos es un título descargable que ofrece buenas maneras argumentales y que deja un sabor de boca, pero que no deja de ser, como decíamos, más de lo mismo. Cualquiera que haya jugado a los Dead Rising anteriores (1, 2 o Case Zero) sabrá lo que esperarse de esta nueva incursión, porque repite la fórmula tal y como ha ido evolucionando a lo largo de las entregas. Es decir, un juego de supervivencia en un territorio infestado de zombies (en este caso, unos laboratorios de investigación y desarrollo), en el que tendremos que luchar contrarreloj por lograr nuestros objetivos mientras acabamos con infinidad de criaturas no-muertas y soldados enemigos con todas las armas que tengamos a nuestro alcance.

Es interesante ver la inclusión de algunos enemigos novedosos en el lado de los humanos, mientras que en el lado de los zombies tendremos a los tradicionales. Pero más interesante todavía es ver el nuevo modelo de supervivientes; dado que estamos en una factoría, lo que nos encontraremos serán científicos que trabajaban allí, así que no tendremos que escoltarlos ya que todos conocerán el camino de salida. Tan solo deberemos preocuparnos por solventar sus problemas, sea acabar con los zombies que los acosan o conseguirles una serie de objetos. Eso sí, a diferencia de en otras ocasiones, no tendremos la ayuda de los mensajes de radio, sino que tendremos que explorar los entornos en busca de los supervivientes para poder acudir en su ayuda.

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Al salvar a muchos de ellos, nos darán llaves con las que podremos acceder a nuevas zonas del no muy extenso mapa, donde es muy probable que nos encontremos con más supervivientes esperando nuestro socorro. El planteamiento del juego principal es bastante lento e insulso a grandes rasgos, con tres misiones principales muy separadas entre sí que nos dejan mucho tiempo para explorar la zona en busca de supervivientes o de otras misiones secundarias como la eliminación de todas las cámaras de seguridad, alcanzar el nivel 50, matar a un determinado número de soldados o de zombies, fotografiar elementos clave, etcétera (es decir, fundamentalmente, conseguir los logros).

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Es una pena que se haya desaprovechado de esta manera una oportunidad tan buena de narrar una historia de por sí muy interesante, ya que, hasta cierto punto, el seguir disfrutando de la masacre de zombies no merecía un título independiente que se antoja menos inspirado que Case Zero. Tenemos, por ejemplo, menos armas que en otras ocasiones, y aunque habrá algunas cartas combo nuevas, estas se antojan bastante innecesarias; destacar que ha vuelto la cámara del pimer juego y se ha eliminado la dependencia del Zombrex del segundo capítulo, lo cual es todo un acierto. Además, el cooperativo se antoja simplemente excelente, una redención del muy mejorable cooperativo de Dead Rising 2 en la que cada jugador se pondrá en la piel de un personaje y se podrá unir en cualquier momento de la partida. Una mecánica que funciona de forma ideal para esas intensas exploraciones que comentábamos, además de una fuente de diversión estupenda.

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A nivel técnico, poco o nada que comentar con respecto a lo ya visto en Dead Rising 2, dado que el motor, el interfaz e incluso algunas melodías son las mismas que ya conocíamos de la entrega principal. Hay nuevos entornos, y lo cierto es que la disposición de la factoría en la que nos encontramos resulta muy satisfactoria y creíble, antojándose como un escenario natural para la historia que nos narra. Dentro de los títulos de XBLA, al igual que Case Zero, se convierte en uno de los más atractivos a nivel técnico, con unos gráficos propios de un juego completo en formato físico y un gran trabajo de doblaje. Mención especial merecen los piques constantes entre los dos personajes, un choque de egos inevitable que nos deja algunas frases realmente memorables. Desgraciadamente, las dos horas del juego se antojan escasas y, al mismo tiempo, se hacen bastante largas, lo cual juega en contra del juego.

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