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Regreso al Pasado: Beat 'em ups de Konami

Konami, una de las grandes de la edad de oro de los salones arcade, vuelve a ser homenajeada en la sección retro de MeriStation. En esta ocasión repasaremos los más grandes beat 'em ups lanzados por la compañía nipona entre 1989 y 1991. Grandes títulos como Aliens, Los Simpson o Vendetta nos esperan.

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Konami, una de las grandes de la edad de oro de los salones arcade, vuelve a ser homenajeada en la sección retro de MeriStation. En esta ocasión repasaremos los más grandes beat 'em ups lanzados por la compañía nipona entre 1989 y 1991. Grandes títulos como Aliens, Los Simpson o Vendetta nos esperan.

La edad dorada de los salones recreativos, que podríamos concretar en un largo periodo que abarcaría un total de 20 años (1978 a 1998), tuvo como abanderadas a multitud de compañías míticas, muchas de ellas hoy día desaparecidas del mundo del videojuego (Data East, Jaleco, Toaplan…). Eso sí, la inmensa mayoría de las más grandes, las cuales pisaban fuerte tanto en los añorados templos del ocio interactivo como en el mercado doméstico, hoy día siguen aquí con nosotros. Una de dichas compañías no es otra que Konami, y es que precisamente su lugar de nacimiento fue el mundillo arcade, donde debutó con el título Block Game (1978), uno más entre las decenas de clones de Break Out (Atari, 1976) que pegaban fuerte en dicha época.

El logotipo que Konami enarboló durante buena parte de su época más gloriosa.

A partir de ahí, la desarrolladora nipona dio a luz un éxito tras otro. Los lectores que anden cerca de la treintena, o ya la hayan sobrepasado, sin duda recordarán juegazos como Frogger (1981), Scramble (1981, primer matamarcianos de scroll horizontal de la historia), Super Cobra (1981), Track & Field (1983), Road Fighter (1984), Gradius (1985, juego con el que Konami se ganó su corona de reina en el género de los matamarcianos), Green Beret (1985), Shao-Lin's Road (1985), Twinbee (1985), Yie Ar Kung Fu (1985, considerado mayoritariamente como el primer juego de lucha versus de la historia), Salamander (1986), Combat School (1987), Contra (1987), Haunted Castle (1988, el Castlevania de los salones arcade), Gradius II (1988), Teenage Mutant Ninja Turtles (1989), Aliens (1990), Parodius Arcade (1990)…

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Crime Fighters (1989)

La lista es francamente extensa, y ya habrá ocasión de ocuparse de cada uno de dichos títulos pormenorizadamente (de hecho, por esta sección ya han pasado sagas míticas como Gradius y Parodius). En el presente artículo nos centraremos en la Konami desarrolladora de beat 'em ups, género que adquirió renombre gracias a títulos como Renegade (Technos, 1986), Double Dragon (Technos, 1987) o el inmortal Final Fight (Capcom, 1989). Se trata de los clásicos 'yo contra el barrio' en los que generalmente tomamos el rol de un luchador callejero que debe abrirse paso a golpe de nudillo por los bajos fondos de una típica ciudad norteamericana para así rescatar a la damisela en apuros de turno. Eran juegos bendecidos con todo lo que debía poseer una buena recreativa de la época (accesibilidad y sencillez tanto de control como de mecánica, acción desenfrenada y constante desde el primer hasta el último segundo de partida, posibilidad de disfrutarlo en compañía junto a otros tres jugadores…), por lo que todo indicaba que se convertirían en los reyes indiscutibles de los salones arcade durante años.

Aliens (1990)

Sin embargo, no pudo ser así. El legendario Street Fighter II (Capcom, 1991) puso patas arriba la industria del videojuego, convirtiéndose de paso en el título de referencia para la práctica totalidad de compañías que se dedicaban en mayor o menor medida a desarrollar productos para salones arcade. Así, la lucha versus desbancó en popularidad al beat 'em up, el cual se tuvo que conformar con ser el segundo plato del menú de cualquier jugón. Ello al menos no fue óbice para que el género contara con auténticos juegazos a lo largo de buena parte de la década de los 90, siendo de especial relevancia los programados por Capcom, ya reseñados en esta sección mediante un total de cuatro RaPs de los cuales os facilitamos los links a continuación: Final Fight, Dungeons & Dragons, Beat 'em ups de Capcom vol. 1, Beat 'em ups de Capcom vol. 2.

Los Simpson (1991)

Aunque Capcom se convirtiera en la reina indiscutible del género gracias a los juegazos de los que damos buena cuenta en dichos artículos, era obvio que otras compañías tratarían de obtener relevancia lanzando al mercado sus propias propuestas. Ahí estuvieron principalmente Technos (que puede considerarse la inventora de los 'yo contra el barrio' gracias a sus Renegade -1986- y Double Dragon -1987-), Sega (Golden Axe -1989-, Alien Storm -1990-, la trilogía Streets of Rage en consolas…) y Konami. De todas ellas, la única que demostró ser digna de disputar el trono a la creadora de Final Fight no fue otra que Konami, entablándose entre ambas un combate similar al que se vivió en la lucha versus entre Capcom y SNK.

Vendetta (1991)

Tortugas Ninja, Aliens, Los Simpson, X-Men (juego que ha disfrutado de un reciente relanzamiento en plataformas de descarga digital), Bucky O'Hare, Asterix… Fueron muchos los grandes títulos de Konami, la mayoría de ellos lanzados entre 1989 y 1993, que lograron mirar de tú a tú sin ningún problema a colosos de la talla de Final Fight, Captain Commando o Cadillacs & Dinosaurs. Bien, es hora de comenzar el viaje. Antes de subir a nuestro viejo y fiel DeLorean, aseguraos de llenar vuestros bolsillos con las monedas de cinco duros que sobraron de nuestra anterior travesía, requisito indispensable para comenzar a jugar a los títulos que nos disponemos a reseñar. Oh, y ojo con los radares. Esto de alcanzar los 140 km/h necesarios para que se active el condensador de flujo que permite los viajes temporales es cada vez más complicado sin acabar recibiendo una sanción por exceso de velocidad.

Crime Fighters

Año de lanzamiento: 1989

Plataforma: Arcade

El juego que nos ocupa irrumpió el mismo año en que los beat 'em ups despegaban definitivamente, convirtiéndose en el género más popular de los salones arcade hasta que Street Fighter II irrumpió algún tiempo después para cambiar las tornas. Así, Crime Fighters acabó compitiendo principalmente contra el siempre presente Final Fight de Capcom, el no menos legendario Golden Axe de Sega y la inolvidable recreativa de las Tortugas Ninja, creada también por la propia Konami. Hacer frente a tales colosos no fue ni mucho menos fácil para el juego que nos ocupa, aunque ello no impidió que su distribución en los salones fuera generosa, llegando a verse en bastantes locales y bares, aunque durante un corto periodo de tiempo debido tanto a la pobre calidad del juego en sí como a la llegada de representantes de mucho más postín.

Existieron dos versiones de Crime Fighters, una para dos y otra para cuatro jugadores, cuyas diferencias, curiosamente, iban mucho más allá de la distinción que acabamos de mencionar. Crime Fighters sigue punto por punto las directrices del género, inspirándose principalmente en las dos primeras entregas de Double Dragon, franquicia referente por antonomasia del beat 'em up hasta que Final Fight accediera al trono poco tiempo después. Así, el repertorio de ataques de los personajes de CF recuerda bastante a lo visto en Double Dragon. Contamos con un botón para puñetazos y otro para patadas, nuestro personaje puede atacar a los enemigos que le llegan desde atrás con patadas traseras, y también nos encontraremos con la bienvenida posibilidad de golpear a los rivales cuando yacen en el suelo; y es que ya se sabe, el sentido del honor y el juego limpio no están lo que se dice muy extendidos en las calles.

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El argumento, como mandan los cánones, puede resumirse en 'Jefe criminal de turno rapta a chica también de turno, luchador callejero (de turno, como no podía ser de otra manera) se lanza a rescatar a dicha chica mientras de paso limpia las calles de su ciudad de macarras, navajeros, pandilleros, banqueros, políticos y demás gente de mal vivir'. Eso sí, en esta ocasión no es una sola damisela la que está en apuros, y es que el rey de los bajos fondos de Crime Fighters es mucho más ambicioso (y viciosillo, por qué no decirlo) que sus colegas de profesión vistos en otros juegos. Así, en lugar de conformarse con una, quiere montarse todo un harem para él solito, por lo que rapta a las 15 féminas más hermosas de la ciudad. Tamaña transgresión del sagrado principio de la igualdad de oportunidades no podía quedar impune durante mucho tiempo, por lo que no es de extrañar que los cuatro vigilantes más afamados de la urbe se lancen al rescate, no vaya a ser que acabe cundiendo el ejemplo y en poco tiempo la Esteban (puagh) acabe convirtiéndose en la única mujer disponible sobre la faz de la Tierra.

Para alcanzar nuestro cometido es necesario superar un total de ocho fases, entre las cuales no pueden faltar las clásicas estaciones de metro, el recorrido por el interior de uno de dichos trenes (aquí se intuye una clara inspiración en Final Fight, y es el que juego de Capcom llegó a los recreativos cuando Crime Fighters aún se encontraba en desarrollo), un tour a lo largo y ancho de las calles más sórdidas de la ciudad, la obligatoria zona industrial de la urbe… Eliminar a los maleantes que nos salgan al paso no es solo tarea de nuestros puños, dado que también podemos hacer acopio de un total de tres armas diferentes para tal fin: una navaja, una tubería de plomo (de nuevo lo más obvio es pensar en Final Fight como clara inspiración para tan peculiar arma) y una pistola. La navaja y la tubería podrán ser usadas hasta que nos tumben, mientras la pistola permanecerá en nuestras manos mientras queden balas en su cargador.

Crime Fighters pone en boga un sistema de daño bastante peculiar. En lugar de contar con las clásicas vidas, nuestro personaje posee un marcador de puntos de salud que, además de su obvio desgaste tras recibir el impacto de algún enemigo, decrecerá con el paso del tiempo, acercándonos a cada segundo transcurrido más y más hacia nuestra inevitable muerte. Como todos sabéis, los diseñadores de juegos arcade debían poner en marcha algún elemento o traba para que el jugador no dejara de avanzar continuamente, para así dejar paso lo antes posible a un nuevo usuario y seguir maximizando el rendimiento monetario de la máquina en cuestión, algo que era muy tenido en cuenta por los dueños de los salones recreativos a la hora de comprar nuevos juegos para su local. Las mecánicas más socorridas eran el límite de tiempo o la aparición de un ser indestructible que no dejaba de perseguirnos hasta acabar con nosotros, esto último algo normal sobre todo en juegos de plataformas al estilo Bubble Bobble.

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Incluir dicho límite de tiempo en el propio medidor de salud hacía que se mataran dos pájaros de un tiro (el jugador no podía permanecer en un mismo nivel eternamente, y además su energía decrecía por muy hábil que fuera en la partida), aunque por motivos obvios no era una decisión muy popular y no llegó a extenderse en demasía. Además, existía una versión de Crime Fighters que no lo incluía. Ya apuntamos al principio de la presente reseña que fueron lanzadas dos versiones del juego (para dos o para cuatro jugadores) que incluían visibles diferencias; pues bien, el 'desgaste continuo de salud' solo se encontraba implementado en el CF para cuatro jugadores, ya que el de dos participantes poseía la clásica barra de salud y un número determinado de vidas por crédito (generalmente tres, como mandaban los cánones de la época). La máquina 2P contaba también con un tercer botón de acción (para ejecutar los golpes traseros independientemente de las patadas), y además las pistolas que adquiríamos durante el juego contaban con munición infinita, aunque las perdíamos al ser tumbados por los enemigos.

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En lo que a gráficos se refiere, salta a la vista que Crime Fighters era un juego bastante limitado, con minúsculos personajes, pobres animaciones y decorados poco detallados. Nada que ver con los gigantescos sprites impecablemente diseñados y mejor animados del inconmensurable Final Fight de Capcom. Jugablemente hablando, CF no hacía gran cosa por evitar la monotonía y repetitividad que siempre ha acabado siendo el gran mal de los beat 'em ups. Lo único que hacíamos fase tras fase era eliminar a los mismos macarras una y otra vez. La única nota de distinción la ponían tres jefes finales para cuyo diseño los grafistas de Konami se inspiraron en tres grandes iconos del cine de terror: Jason Voorhees de la saga Viernes 13, Leatherface de La Matanza de Texas y Freddy Krueger de la serie Pesadilla en Elm Street. Tanto dichos final bosses como los golpes de humor que salpicaban el juego de vez en cuando (varios de ellos picantes, y por lo tanto eliminados de la versión occidental de Crime Fighters por obra y gracia de la férrea y absurda censura de la época), acababan dando algo de carisma a CF, aunque no el necesario como para generar el suficiente interés que instara a echar otra partidita. Y es que, tal y como hemos mencionado más atrás, ya en 1989 existían muchas propuestas dentro del género mejores que la que ofrecía este Crime Fighters.

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Aliens

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Año de lanzamiento: 1990

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Plataforma: Arcade

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Regreso al Pasado: Beat 'em ups de Konamiel primero de los dos RaPs que dedicamos al carismático cuarteto de quelonios. Una vez dicho esto, es hora de centrarnos tanto en nuestras encantadoras cucarachas espaciales como en su exterminadora por antonomasia, la teniente Ellen Ripley. Obviamente, Aliens es una conversión para máquinas recreativas de la película homónima de 1986, desarrollada en una época en la que el afamado director James Cameron aún paría obra maestra tras obra maestra (es decir, antes de que llegaran las infames Mentiras Arriesgadas, Titanic y la infinitamente sobrevalorada Avatar). Aliens es una de las tres mejores creaciones del mencionado realizador, compartiendo podio junto a Abyss (1989) y Terminator II (1991), así como una de las mejores películas de acción y ciencia ficción que nos ha brindado el séptimo arte a lo largo de toda su historia.

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Secuela directa de otra obra maestra creada en 1979 por el no menos afamado director Ridley Scott (Alien: El 8º Pasajero), Aliens narra la llegada de un equipo de marines espaciales al planeta LV-426 con la misión de investigar las razones que han llevado a perder todo rastro de comunicación con los colonos allí afincados. Los aguerridos soldados se encuentran acompañados por Ellen Ripley, antigua suboficial y única superviviente del carguero Nostromo, cuya desaparecida tripulación ya había estado en el planeta LV-426 antes de que éste fuera terraformado y colonizado. En aquel entonces, Ripley tuvo que enfrentarse a una monstruosa criatura alienígena de origen desconocido. Ahora descubrirá horrorizada como los aliens han tomado el planeta por completo, y nuevamente deberá encarar sus peores temores si quiere escapar de allí con vida.

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Konami ya se había inspirado con anterioridad en la película Aliens para desarrollar en 1987 el arcade Contra, así que no es de extrañar que finalmente decidiera adquirir la licencia cinematográfica para programar su propia conversión a recreativas de dicho film. Eso sí, por lo visto en dicha licencia no iban incluidos los derechos de imagen de Sigourney Weaver (la actriz que dio vida a Ripley en la saga cinematográfica), por lo que en el juego encarnamos a una mujer de aspecto solo ligeramente parecido al de la protagonista de la película. Situaciones similares se han dado a lo largo del tiempo en los videojuegos, siendo uno de los casos más relevantes (y repetidos) el de los juegos basados en la saga cinematográfica Jungla de Cristal, donde el parecido del protagonista con Bruce Willis es en el mejor de los casos pura y simple coincidencia.

A falta de Sigourney Weaver, buena es cualquiera, debieron pensar en Konami a la hora de diseñar el flyer occidental de la recreativa Aliens.

Konami, intentando ofrecer al usuario una mayor variedad de enemigos a los que enfrentarse, desarrolló unas criaturas alienígenas que tomaban formas mucho más diversas y bizarras que las vistas en la película; ello es especialmente perceptible a la hora de enfrentarnos a los enemigos finales de cada fase. Eso sí, por regla general el videojuego que nos ocupa sigue punto por punto el argumento del film en el que se inspira, consistiendo en una desesperada lucha por sobrevivir mientras recorremos las diversas instalaciones coloniales, nos enfrentamos a la terrorífica reina alien, huimos del planeta y encaramos la batalla final a bordo de la nave de guerra Sulaco. Aliens no es un beat 'em up al uso, dado que nuestro personaje utiliza diversas armas de fuego en lugar del combate cuerpo a cuerpo (que habría quedado extraño y bastante fuera de lugar, dicho sea de paso) a la hora de enfrentarse a los alienígenas. Sin embargo sí se encuentra presente el principal elemento que distingue a los beat 'em ups de un juego de acción bidimensional cualquiera (la posibilidad de desplazarnos hacia la parte superior e inferior del escenario además de a izquierda y derecha), por lo que hemos creído conveniente incluir el juego que nos ocupa dentro del presente artículo recopilatorio de grandes beat 'em ups de Konami.

Nuestra Ripley 'apócrifa' puede blandir diversas armas a lo largo del juego, muchas de ellas inspiradas en las que se vieron en la película, siendo la mejor de todas ellas el letal lanzallamas. Dicha arma no cuenta con el alcance de otras propuestas ofensivas, pero su radio de expansión es muy superior y además se muestra más que capaz de abatir enemigos con insultante facilidad. Ripley (o Hicks, un superviviente de los marines espaciales que encarnaremos si tomamos el control del segundo jugador) no puede saltar, algo que tampoco es necesario dado que aquí de lo que se trata es de disparar a todo lo que se mueva. Así, con el botón A apretaremos el gatillo del arma que portemos en ese momento, quedando el botón B reservado al disparo en cuclillas, necesario para eliminar a los aliens de menor tamaño que no pueden ser alcanzados con el ataque convencional. También existen varias secciones del juego en las que mecánica y desarrollo cambian radicalmente, ya que a la hora de combatir a los jefes finales pasaremos a verlo todo desde una perspectiva frontal que nos recordará a momentos similares vividos en el anteriormente citado Contra. En los desplazamientos entre las secciones del complejo colonial viajaremos a bordo del vehículo de asalto blindado APC; aquí, y de nuevo desde una perspectiva frontal, controlaremos un punto de mira para eliminar a tiro limpio a los aliens que intenten encaramarse a nuestro medio de transporte.

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El inolvidable robot grúa que Ripley pilotaba en la película durante el enfrentamiento final contra la reina alienígena también se encuentra aquí presente, brindándonos una superior potencia de ataque por tiempo limitado. Tampoco faltarán algunos recorridos por los túneles de ventilación del complejo, en los que contaremos con el también mítico radar que nos avisará de la presencia de enemigos mediante esos sonoros pitidos que ponen los pelos de punta al más pintado. En definitiva, Aliens es un título de acción desenfrenada que además se preocupa por introducir cambios en su mecánica de vez en cuando para que así no acabemos aburriéndonos al tener la sensación de estar haciendo siempre lo mismo. La variedad de enemigos que nos harán frente contribuye a evitar dicha monotonía, encontrándonos ante un arcade más que recomendable al que es toda una delicia jugar de vez en cuando.

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El apartado audiovisual también engrandece el resultado final, todo gracias a unos gráficos repletos de detalles, poseedores además de un curioso colorido que tiende de vez en cuando a mostrar llamativos tonos pastel, lo que dicho sea de paso tampoco es que case mucho con el aspecto visual de la película en que se inspira. Pero no deja de ser un juego que entra por los ojos sin ningún problema. En esta ocasión, y sin que por desgracia sirviera de precedente, los jugadores occidentales salimos ganando con nuestra versión de Aliens en comparación a lo visto en la recreativa original lanzada en tierras niponas, y es que el Aliens japonés posee una dificultad inferior, convirtiendo la experiencia en un paseo sin mucho interés; además se eliminan de la ecuación los niveles a bordo del APC y la subtrama en la que debemos rescatar a Newt, la única superviviente del ataque alienígena a la colonia humana.

Los juegos inspirados en la franquicia Alien son toda una rara avis dentro del mundillo, dado que por regla general se revelan como excelentes títulos a pesar de encontrarse basados en una licencia cinematográfica. Además de esta recreativa de Aliens, ahí están para demostrarlo grandes juegos como Alien 3 (Probe Entertainment, 1993), Alien Trilogy (Probe Entertainment, 1996), Alien Resurrection (Argonaut Games, 2000) o el futurible y prometedor Aliens: Colonial Marines (Gearbox Software, 2011). Ya sabéis, en el espacio nadie puede oír tus gritos, pero sí tu lanzallamas mientras convierte en crujientes tostadas a esas indeseables cucarachas espaciales.

Los Simpson

Año de lanzamiento: 1991

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Plataformas: Arcade, Commodore 64, PC

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Durante el ya lejano 17 de diciembre de 1989 debutó en las televisiones norteamericanas una serie de animación destinada a romper moldes, batir récords a mansalva y convertirse en todo un icono a nivel mundial. Se trataba de Los Simpson. Su creador, Matt Groening, ya se había enfrascado con anterioridad en una serie de cortos sobre el mismo concepto, los cuales se llevaban emitiendo desde el 19 de abril de 1987 dentro del programa The Tracey Ullman Show. El éxito de dichos cortos propició que la creación de Matt Groening se convirtiera en una serie independiente, la cual tomó su propio camino que pronto se plagó de éxitos para los que hasta entonces no existían precedentes conocidos. Los Simpson, programa que aún a día de hoy se sigue emitiendo en la que es su temporada número 22, es la comedia de situación más longeva de la televisión norteamericana, la serie de animación estadounidense de mayor recorrido jamás producida y la serie de entretenimiento que más tiempo se ha mantenido (y se mantiene) en prime time (lo que por aquí se denomina horario de máxima audiencia). Su relevancia ha inspirado la creación de otros shows de corte similar como South Park, Padre de Familia o Futurama, ésta última obra también de Matt Groening.

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El éxito de Los Simpson quizá resida en que supo romper las barreras hasta entonces impuestas que daban a entender que una serie de dibujos animados (cualquier serie de dibujos animados) era y debía ser coto exclusivo del público infantil. Así, Matt Groening ideó una serie de animación de temática adulta que además es susceptible de ser disfrutada por público de todas las edades. Eso sí, Los Simpson no es lo que entendemos como una serie familiar al uso a pesar de estar protagonizada por una familia norteamericana al uso, dado que muchas de las temáticas que trata están pensadas para ser captadas y disfrutadas por un público adulto. Ello se ha revelado a largo plazo como una gran ventaja para la serie, dado que tantos años en antena han propiciado que sean ya varias las generaciones que han disfrutado de Los Simpson en su niñez, y que en la actualidad lo siguen haciendo a un nivel, digamos, más profundo, lo que aumenta aún más su espectro de audiencia. Homer, Marge, Bart, Lisa, Maggie, Barney, Moe, Burns, Flanders y compañía llevan con nosotros tanto tiempo que ya son como de la familia por lo que, a pesar de que la cadena que posee sus derechos de emisión en España repite los episodios de cada una de las temporadas con abundante frecuencia durante el horario de almuerzo, es imposible dejar de verlos ya que se nos haría raro comer sin ellos tras tanto tiempo compartiendo mesa y mantel a nuestro lado.

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Por supuesto, tamaño éxito ha propiciado que Los Simpson se conviertan en un generador de merchandising a un nivel que solo contadas licencias han llegado a alcanzar a lo largo de la historia. Piensa en un objeto, cualquier objeto, y seguro que existe un sucedáneo que lleva estampado con orgullo el logo de Los Simpson y exhibe en lugar destacado la imagen de cualquiera de sus personajes. Por supuesto, los videojuegos también están incluidos dentro de dicho merchandising, con un total de 24 juegos producidos hasta la fecha para todas las plataformas habidas y por haber. Desgraciadamente, de esos 24 juegos prácticamente una veintena son productos mediocres o directamente infumables, y es que la buena fortuna que lleva acompañando a Los Simpson desde sus inicios televisivos no se ha trasladado como debiera al mundo del videojuego.

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 Aun así, los comienzos fueron prometedores. El primer videojuego de Los Simpson que llegó al mercado fue el recordado Bart Vs. The Space Mutants, lanzado a principios de 1991 para prácticamente todas las plataformas domésticas de la época, tanto consolas (NES, Megadrive, Master System…) como ordenadores (Spectrum, Amstrad, Atari ST, Amiga…). Se trataba de una suerte de videoaventura con generosas dosis de acción, plataformas y resolución de enigmas que enganchaba y conseguía apasionar a los ya por entonces aficionados acérrimos del show televisivo. Pocas semanas después irrumpía en los salones recreativos el juego que nos ocupa, titulado simplemente The Simpsons, el cual no hizo sino engrandecer la fama de una serie que ya en sus primeros años se intuía que estaba destinada a entrar en la leyenda. Los genios de Konami, tras obtener un éxito inconmensurable en 1989 con su beat 'em up basado en las Tortugas Ninja, no dudaron en hacerse con la licencia de aquella otra serie de animación de moda para desarrollar un nuevo 'Yo contra el barrio' que con el tiempo se convertiría en un juego de culto tanto para los aficionados al género como para los apasionados de Los Simpson.

Konami decidió usar como herramienta de programación del nuevo título un engine similar al que sirviera para crear el videojuego de las Tortugas Ninja un año atrás. La potencia gráfica y versatilidad de la que hacía gala dicho motor permitió desarrollar un producto que se veía, se sentía y se disfrutaba como se supone debía hacerlo un videojuego de Los Simpson. El argumento nos narra el robo de un gigantesco diamante por parte de un Smithers extrañamente maquiavélico. Al salir de la joyería con su botín, el fiel sirviente del señor Burns tiene un encontronazo con la familia Simpson, la cual paseaba por las cercanías. Maggie pierde su chupete a causa de dicha colisión, y en un giro del destino acaba usando el mencionado diamante como objeto de succión. Smithers, ante la imposibilidad de arrebatar su codiciado diamante de los labios de la niña (y es que quitar un chupete a Maggie es más arduo y difícil que sacar a un político de su escaño en el Congreso), decide raptarla y darse a la fuga. Será entonces cuando el resto de la familia Simpson se lance al rescate sin dudarlo un solo instante.

Así, tendremos la posibilidad de seleccionar como personajes jugables a Homer, Marge, Bart y Lisa, los cuales deberán recorrer la práctica totalidad de Springfield en persecución de Smithers, enfrentándose en el camino a la multitud de sicarios que le sirven tanto a él como al señor Burns. Los niveles a superar incluyen las calles de Springfield, el parque de atracciones Krustylandia, un cementerio plagados de zombis aficionados a los bailes del malogrado rey del pop Michael Jackson, la taberna de Moe… Homer atacará a los enemigos únicamente con sus puños, mientras Marge usará una aspiradora, Bart su inseparable monopatín y Lisa una cuerda de saltar a la comba. También es posible usar ataques tándem que implican a dos miembros de la familia (obviamente, deberán ser un mínimo de dos jugadores los presentes en la partida para poder ejecutar dichos ataques). Dichos movimientos especiales son los más contundentes del repertorio de Los Simpson, y se activan manteniendo juntos a dos personajes durante unos segundos.

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Además, tal y como sucede en todo beat 'em up que se precie de serlo, existirán armas secundarias repartidas por el escenario que podremos usar por un tiempo determinado. La mayoría de ellas son objetos arrojadizos, por lo que no durarán demasiado en nuestras manos. Prácticamente todos los personajes de la serie televisiva aparecidos durante la primera temporada hacen acto de presencia en este videojuego de una u otra manera, ya sea como rivales a abatir, espectadores de las refriegas que tienen lugar o suministradores de ítems y objetos de ayuda. Puede que incluso la primera temporada de Los Simpson no llegara a emitirse por completo cuando Konami acabó de programar el juego, ya que el actor secundario Bob aparece ofreciendo a la familia Simpson un objeto de recuperación de salud en lugar de como enemigo de final de fase, y personajes como Barney se dejan ver con el color de pelo que poseían en los primeros episodios del show (en el caso del infatigable bebedor de cerveza, rubio en lugar del color castaño que adquiriría más o menos a mitad de la temporada inicial de la serie televisiva).

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Son muchos los detalles que salpican el presente videojuego, y todo a pesar de que el universo de Springfield se encontraba aún en pleno estado de gestación. Incluso Konami se permite algún que otro guiño propio. Por ejemplo, en la fase que transcurre en la taberna de Moe (taberna mucho más grande y espaciosa que la que aparece en la serie televisiva, y que además parece hallarse en un subterráneo) aparece una recreativa de Aliens, el juego lanzado en 1990 del que acabamos de dar buena cuenta un par de páginas atrás. Dicho guiño fue posible al encontrarse las licencias tanto de Alien como de Los Simpson bajo la propiedad de una misma empresa, en este caso la Fox. También resulta curioso encontrarnos con que la armadura que el señor Burns porta en el último enfrentamiento del juego es sospechosamente similar a la que Hitler llevaría un año después como final boss de Wolfstein 3D (ID Software, 1992). ¿Existía una recreativa de Los Simpson en las cercanías de las oficinas de ID, a la que dichos programadores de Wolfstein 3D jugaban de vez en cuando mientras desarrollaban el juego? Quién sabe.

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Lo que sí pudo corroborarse sin el menor atisbo de duda fue el éxito obtenido por la recreativa de Los Simpson, la cual se convirtió durante años en uno de los beat 'em ups a cuatro jugadores más valorados tanto por los propietarios de los salones como por los parroquianos que acudían regularmente a pulirse la paga de los domingos. Mientras otros muchos títulos iban y venían siendo sustituidos prácticamente a los pocos meses, la presencia de la recreativa que nos ocupa fue constante hasta que el sector arcade entró a finales de los 90 en una profunda crisis de la que ya jamás saldría. El secreto de su éxito quizá habría que buscarlo en el hecho de que la licencia en la que se basaba el juego no hacía sino engrandecerse con el paso del tiempo, aunque el mérito reside sobre todo en la propia Konami al dar a luz un juego tan redondo.

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Su apartado audiovisual es simplemente sublime. En lo que a gráficos se refiere, se ponen en pantalla sprites y escenarios que parecen haber sido dibujados y animados por el mismísimo Matt Groening, mientras el sonido es otro factor a tener muy en cuenta, incluyéndose digitalizaciones de la música de apertura de la serie así como voces de los actores de doblaje que dan vida a Los Simpson en su tierra natal. Las melodías creadas para la ocasión son rítmicas y pegadizas, quedando grabadas a fuego en nuestro subconsciente para siempre jamás a poco que las escuchemos. Y es que cortes como la música del primer nivel o la melodía de la fase del cementerio acaban haciéndose inolvidables, tal y como sucede con el propio juego en el que se encuentran incluidas.

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La recreativa de Los Simpson en su versión PC.
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Aunque Konami no era muy dada a realizar conversiones de sus recreativas, las que alcanzaban un éxito relevante sí solían ser trasladadas a sistemas domésticos. Tal fue el caso de las Tortugas Ninja, y también lo habría sido con este videojuego de Los Simpson si no fuera porque Acclaim se hizo con la licencia para desarrollar juegos de la franquicia en exclusiva para la mayoría de las plataformas domésticas de la época. Así, la recreativa que nos ocupa únicamente llegó a aparecer en Commodore 64 y PC, siendo ésta última una conversión bastante respetable a pesar de que dicha plataforma no era muy dada a albergar esta clase de juegos. Electronic Arts, actual propietaria de la licencia para desarrollar videojuegos de Los Simpson, ha homenajeado recientemente al juego que nos ocupa lanzando un beat 'em up para iPhone que se encuentra claramente inspirado en esta recreativa de 1991 (el propio videojuego lleva el nombre de Los Simpson Arcade). Incluso el minijuego de inflar globos se encuentra presente, dando con ello buena fe de que la popularidad del juego de Konami lanzado a principios de los 90 se encuentra aún en plena vigencia.

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El reciente Los Simpson Arcade (EA, iPhone, 2009) homenajea claramente a la clásica recreativa de Konami.
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Vendetta

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Año de lanzamiento: 1991

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Plataforma: Arcade

Tal y como vimos más atrás, Crime Fighters no fue lo que se dice un juego muy destacado en su género. El primer beat 'em up programado por Konami no pasaba de ser un título normalito tirando a flojo que no tenía absolutamente nada que hacer contra monstruos de la talla de Final Fight, Golden Axe o las Tortugas Ninja. Sin embargo, la compañía nipona decidió programar una secuela de Crime Fighters, aunque las similitudes con su antecesor no iban más allá del hecho de que ambos títulos apostaban por la lucha callejera en degradantes entornos urbanos. De ahí que aunque el juego que nos ocupa recibió en Japón el nombre de Crime Fighters 2, llegara a occidente con el título de Vendetta sin que a nadie le importara dicho cambio de denominación.

Como habéis podido comprobar a lo largo del reportaje, Konami era muy dada a fotografiar a modelos/actores reales a la hora de diseñar los flyers occidentales de sus recreativas.

Konami había creado su propia manera de desarrollar beat 'em ups gracias tanto a Los Simpson como a las Tortugas Ninja. Un llamativo estilo de dibujo animado que emulaba a la perfección el aspecto visual de ambas licencias, o combates en los que se apostaba más por la interacción con el entorno y la variedad de situaciones que por la diversidad de ataques de los personajes protagonistas eran sus principales virtudes. Con Vendetta, Konami volvió a probar suerte en el brawler clásico ambientado en entornos callejeros, aunque en esta ocasión sí se inspiró claramente en Final Fight, ya por entonces más que claro referente del género. Gracias a ello, el juego que nos ocupa supera en todos y cada uno de sus aspectos a Crime Fighters, convirtiéndose además en el mejor beat 'em up callejero (dejando por lo tanto a un lado sus títulos inspirados en franquicias de cómic o animación) lanzado por la compañía nipona.

El argumento de Vendetta, tal y como sin duda podéis imaginar, no ganó precisamente ningún Oscar al mejor guión. En una ciudad cualquiera existe una guerra de bandas abierta entre los Cobra y los Dead End. Este último grupo es el más poderoso y numeroso (de hecho, los Cobra son únicamente cuatro miembros), por lo que posee un indiscutible control sobre la urbe. Sin embargo, los Cobra se convierten en un problema cada vez más molesto y dañino para los planes de los Dead End, por lo que el líder de dicha banda decide hacer lo que por aquella época solían hacer los malos de videojuego cada vez que el héroe les tocaba las narices: raptar a la desvalida novia de turno. Sin embargo, ninguno de los cuatro miembros de los Cobra tiene novia conocida (son tan machotes que o bien no les hace falta o bien… ejem…), por lo que los Dead End deberán conformarse con raptar a la hermana de uno de ellos. Os podéis imaginar cómo sigue el asunto: los Cobra se lanzan al rescate de la damisela en apuros, atravesando distintas secciones de la ciudad mientras acaban con cuanto miembro de los Dead End se cruce en su camino.

Tal vez con la intención de dotar de algo de personalidad y carisma a cada miembro de los Cobra, nos encontramos con que cada uno de los cuatro personajes a elegir nos recuerda con más o menos acierto a personalidades famosas de la época en lo que a dar tortas se refiere: Hawk (hermano de la damisela secuestrada) es la viva imagen de Hulk Hogan, el más famoso luchador de wrestling de entonces; Sledge es algo así como el primo hermano de Mr. T; Blood nos recuerda a Mike Tyson en sus años mozos; y ya por último Boomer guarda un ligero parecido con Van Damme, aunque es el personaje que más cuesta relacionar con su referente en el mundo real. Una vez elegido luchador nos aguarda un beat 'em up estilo Final Fight que, no en vano, posee sus propios rasgos característicos.

Los dos botones de acción de los que dispone Vendetta quedan reservados a puñetazo y patada por lo que, tal y como pasó en Crime Fighters, no existe salto como tal. Solo podremos impulsarnos en el aire tras efectuar el ataque especial (ejecutable al pulsar los dos botones de manera simultánea, tal y como mandan los cánones del género) junto a una dirección del stick. También podemos aferrar a los enemigos para golpearles o ejecutar lanzamientos, e incluso agarrarles desde atrás para inmovilizarlos durante un instante. Este movimiento no es muy útil si jugamos en solitario, pero junto a otros usuarios (pueden participar hasta cuatro jugadores) se convierte en una técnica de lo más útil, ya que podemos agarrar a cualquier rival para que nuestros compañeros le den tortas a placer sin que el pobre individuo pueda hacer nada para remediarlo.

Las armas secundarias tienen una importante presencia en Vendetta. Las hay de muy diversos tipos, entre los que se incluyen mazas, cadenas, ladrillos, látigos, cócteles molotov, escopetas recortadas… Se encuentran en el juego con asiduidad, y nuestro personaje será mucho más peligroso blandiéndolas que luchando con las manos desnudas, por lo que es recomendable armarnos en cuanto se nos presente la ocasión. El apartado gráfico de Vendetta es prácticamente idéntico a Crime Fighters en lo que a diseño y aspecto visual general se refiere, aunque el juego que nos ocupa posee unos sprites mucho más grandes y mejor animados. La música recuerda en varias de sus notas y acordes a la banda sonora de Sunset Riders (lanzado en salones arcade un par de meses después de este Vendetta), por lo que seguramente estemos hablando del mismo compositor en ambos juegos.

Por supuesto, la censura de la época miró con lupa a este Vendetta tras su lanzamiento oriental, todo con el noble objetivo de mantenernos a salvo de cualquier elemento que ellos, en su esforzada y sacrificada tarea de pensar y decidir por nosotros, consideraran pernicioso para nuestras jóvenes e influenciables mentes. Así, en Crime Fighters 2 (recordemos que así se llama el juego en su versión original) aparece un enemigo vestido con ropas de cuero, el cual parecía recién salido de los Village People. Pues bien, en la versión occidental de Crime Fighters 2 (o sea, Vendetta) dicho personaje fue eliminado por completo del juego, no fuera a ser que el Santo Padre se enterara de ello y ya la tuviéramos montada. Curiosamente, años después sucedió algo similar con Streets of Rage 3 (Sega, Megadrive, 1994), aunque en esta ocasión la censura molestó más dado que dicho personaje vestido con ropas de cuero y generosos bigotes era además un luchador secreto que podía ser seleccionado posteriormente por el jugador.

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En fin, con censura o sin ella, Vendetta era un título genial que, tal y como sucediera con su antecesor un par de años atrás, tuvo que hacer frente a una férrea competencia. Sin embargo en esta ocasión salió mejor parado gracias a su notable calidad. No llegó a programarse una conversión a sistemas domésticos de este juego, así que a día de hoy no tendremos más remedio que rezar a San Mame para poder jugarlo. A no ser, claro está, que seas el afortunado poseedor de un flamante cabinet y tengas la suerte de adquirir la placa de Vendetta por Ebay.

Despedida y cierre

Querido lector constante, finaliza aquí nuestro primer recorrido por los beat 'em ups clásicos lanzados por Konami durante la edad dorada de las máquinas recreativas. Quedan aún muchos juegos por rescatar, entre los que se incluyen títulos de la categoría de Asterix (al igual que sucede con Los Simpson, uno de los mejores videojuegos que ha recibido la franquicia de los irreductibles galos a lo largo de su historia), X-Men (de reciente lanzamiento en plataformas de descarga virtual) o Bucky O'Hare. Pero tanto el tiempo como la reserva de plutonio de nuestro viejo y fiel DeLorean no dan para más, así que ya les prestaremos la atención que merecen en futuros Regreso al Pasado. Por mi parte eso ha sido todo y como siempre espero que la lectura del ya finiquitado artículo te haya resultado amena y entretenida. Permanece atento a MeriStation, no cambies de canal y, por si acaso no nos volvemos a encontrar hasta el año que viene, feliz navidad y próspero 2011.

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