999: 9 Hours, 9 Persons, 9 Doors, Impresiones

9 personas comparten un destino. 9 horas encerradas en un barco a la deriva. 9 puertas que encarnan la única salvación a la que se pueden aferrar. Chunsoft sigue la estela del género de moda con la ayuda de Kotaro Uchikoshi, creador de la serie Ever 17: Out of Infinity, tomando lo mejor de anteriores producciones para demostrar que con un buen guión sigue siendo posible obtener el éxito en esta industria. Novela digital, aventura gráfica, juego de puzles, intriga, el todo o la nada. Una de las mejores obras de la consola llega justo cuando más hace falta: en su ocaso.

Actualizado a 2 de abril de 2012 05:23 CEST

Cuando Nintendo DS daba sus primeros pasos en el mercado occidental, sorprendidos nos vimos ante el ardid de originalidad que demostraba la consola. Pantalla táctil, doble visión, estilo propio de la compañía de Kyoto readaptado a la nueva generación de portátiles, aún con el debate centrado en cuál de las dos (PlayStation Portable recién nacida) lograría destacar por encima de la otra en cuestión de ventas y catálogo de ofertas. Uno de los géneros que supo exprimir las virtudes de la consola de Nintendo fue el relacionado con la novela digital, ya sea en forma de aventura gráfica tradicional o en primera persona. Faltan dedos para contar la ingente cantidad de adaptaciones que se han realizado de PC a portátil, entre ellas Mist, que hasta hace unos años nunca creímos poder disfrutar en una consola de bolsillo.

Esto se debe en parte a las propiedades táctiles de la consola, y en parte a la sencillez con la que se programan títulos. Muchas de las propuestas que hemos recibido han abogado por la innovación (creación de una nueva IP o licencia de juego, léase el caso de Lux Pain), mientras que otras han preferido, como decíamos, abrirse fronteras a un nuevo público. Lo más curioso del asunto es la alta participación de compañías que tradicionalmente no se habían interesado por el mercado de las portátiles, con todo lo que ello conlleva: nuevos productos, frescura de conceptos, etcétera. Chunsoft, por ejemplo, vio en Nintendo DS un filón en el que explotar franquicias medio sepultadas con el paso del tiempo, y de ahí que Mystery Dungeon haya cobrado una importancia capital en los planes comerciales de la compañía (tanto en la rama Pokemon con en Shiren the Wanderer, aunque especialmente en la primera).

Tiene que ser difícil resurgir de las cenizas después de haber estado durante tantos años en la cresta de la ola, y si no que se lo digan a Koichi Nakamura, uno de los miembros que participó de forma activa en la creación (e incluso, según se comenta, también en el concepto original) de Dragon Quest, fenómeno mediático en Japón donde los haya. Terminado el impacto de Chunsoft dentro del mundo de los JRPGs, el modesto estudio centró su atención en la rama de las aventuras gráficas con una fuerte inspiración en las novelas digitales, donde el jugador es a la vez espectador y parte protagonista. En la retina de los sibaritas queda acuñado el término Sound Novels' como una forma de combinar realidad, puzles e intriga en un solo videojuego, de gran popularidad en Japón y nulo interés en occidente.

Creando un nuevo concepto
Estas aventuras gráficas dieron el salto de PC a Nintendo DS a poco de ver la luz la portátil en lo que parecía ser un movimiento natural del género para alcanzar a un mayor número de público, algo que efectivamente terminó sucediendo. Tanto es así que incluso algunas distribuidoras norteamericanas mostraron interés en sacar de su país de origen a títulos que nunca han gozado de una importancia mediática específica en occidente. Así se comprende, básicamente, que 999: 9 Hours, 9 Persons, 9 Doors haya abandonado el país del sol naciente para presentarse ante el público estadounidense sin hacer ruido. A diferencia de otras obras creadas por Chunsoft, esta cuenta con la participación activa de Kotaro Uchikoshi en el proceso creativo, toda una eminencia para los entendidos del género.

Poco se puede decir sobre Uchikoshi que describa su forma de trabajar sin haber probado antes alguno de los títulos que mejor le representan. El japonés es un virtuoso del misterio, parece tener la llave de todo puzle basado en la lógica que exista, o al menos eso es lo que se empeña en demostrar en cada nueva producción que aparece en el mercado. Sus anteriores trabajos se afincaron en compatibles, pero el último, este 999 que hoy presentamos, fue planteado desde sus orígenes como una de esas exclusivas de Nintendo DS por las que vale la pena plantearse la adquisición de la consola. Aunar un buen guión con un entramado gráfico cuando menos decente parece una tarea sencilla, pero pocas veces ha brillado con tanta potencia como en este extraño cartucho.

El planteamiento de 999 no difiere en demasía de otros títulos del género: escenas estáticas se dan de la mano con diálogos extensos en los que se explica el origen de la pesadilla a la que se enfrenta un grupo de nueve personas, aparentemente atrapados en las fauces de un barco gigantesco que navega a la deriva. La historia se centra en la figura de Junpei, un joven adolescente que un día cualquiera, tras llegar a su casa, pierde el conocimiento y despierta en un extraño camarote que parece inundarse por momentos. El muchacho no recuerda cómo ha llegado ahí o bajo qué circunstancias, misterio que desvela en los primeros minutos de la partida a base de flashbacks. Sólo puede identificar la máscara de un misterioso personaje que cambiará por siempre su forma de entender el mundo.

La primera misión a la que se somete el jugador tiene lugar dentro del propio camarote ante la perspectiva de salir del recinto con vida. Como decimos, la estructura de juego no cambia el planteamiento estándar del género: tras divagar durante unos minutos en cávalas internas, Junpei decide ponerse manos a la obra para investigar el cuarto. Justo en ese momento se termina el diálogo para dejar el control al usuario, que ha de buscar pistas en el escenario para abrir una puerta que parece sellada a cal y canto. Nada tiene demasiado sentido en la mente del héroe, desesperado por las circunstancias, hasta que comienza a comprender el percal: ha de abrir dos maletines para obtener de su interior las tarjetas digitales con las que abrir la susodicha puerta.

Esta es la parte referida al puzle propiamente dicho, a la investigación. En esta habitación no es posible mover al personaje entre estancias, pero sí mirar de izquierda a derecha, marcando con el stylus cada pequeño objeto que parece tener un valor específico. Podemos recoger el objeto, combinarlo con otro aparato para crear una herramienta que sea útil en el futuro o buscar distintas vías para alcanzar un mismo propósito. Cuando abandona el camarote, Junpei posa su mirada sobre otro llamativo elemento que figura en su muñeca: un reloj, marcado con el número 5, que no puede arrebatar de su muñeca ni por con maña ni con fuerza. Lo que descubre al abandonar este cuarto es aún más sorprendente, extrañado ante la visión de un hall principal rústico, como si de una especie de recreación del mastodóntico Titanic se tratase.

Reunido con los compañeros
Avanza varios pasos para escuchar las voces de varias personas, de nuevo ante su sorpresa, que más tarde se descubren como conejillos de indias ante el experimento llevado a cabo por Zero, el misterioso personaje que captura a los miembros del barco mediante el mismo método. Cada uno de los nueve personajes está unido entre sí por alguna especie de relación personal mantenida en el pasado. Todos portan un reloj señalado con un número, al igual que Junpei. Así, June es la conocida del héroe, una vieja amiga de la infancia, mientras que Ace, Snake, Santa, Clover, Seven, Lotus y el denominado Noveno hombre' son aparentemente desconocidos cuyos caminos se han cruzado por motivos que desconocen. Zero habla desde la megafonía, informa de que el experimento durará nueve horas y que, para evitar una muerte segura, han de escapar del barco. Sólo así se desactivará la bomba que tienen instalada en el reloj.

A medida que pasan las horas (y la conversación entre los miembros del barco se intensifica, tratando de buscar respuestas y soluciones a los problemas que se han planteado), se descifran algunas de las dudas planteadas en un principio. En el barco hay un total de 9 puertas a las que sólo se pueden acceder realizando una especie de división matemática entre los números de los 9 miembros. Se denomina digital root', (la suma de varios valores restada entre la cifra del número resultante: 3+5+7= 15 / 1-5 = 4), y básicamente se traduce como la llave que se ha de emplear para que un total de tres miembros se introduzcan en una de las puertas para poder investigar en su interior. Aunque sobre el papel parece un duro ejercicio mental (por no referirnos a él en otros términos), en la práctica Chunsoft se ocupa de realizar los cálculos para facilitar la vida del jugador.

Es difícil condensar el contenido de 999 en alguno de los puntos en los que destaca, así que vayamos por partes. ¿Por qué este título y no cualquier otra aventura gráfica anterior? Son varios los aspectos en los que esta obra se diferencia del resto. Los puzles son parte de esa diferenciación, tanto por su lógica como por la presentación de los mismos. Sin embargo, en la práctica no inventan la rueda. No sucede lo mismo con el plano psicológico de los personajes o con el comportamiento de los mismos. Chunsoft concede un peso específico a las conversaciones y a las decisiones que toma el jugador para conocer uno de los varios finales que incluye la obra. En determinadas ocasiones hemos de decidir con qué grupo preferimos adentrarnos en ésta o aquella habitación, cambiando drásticamente el rumbo de los acontecimientos.

Algo similar se da con el comportamiento de los personajes, totalmente impredecible, así como con la aparición de nuevos miembros que sólo se dedican a confundir la mente del jugador, que siempre ha de confiar en su propia intuición para elegir el camino correcto. No permite el título comenzar desde el principio cuando mejor nos venga en gana o rectificar nuestras decisiones, pero sí salvar la partida en cualquier momento, con lo que la responsabilidad última siempre acaba en las manos del jugador.

Como suele suceder en estos casos, la importancia de la parte jugable se combina con la profundidad de las conversaciones, algunas alargadas hasta la saciedad, otras realmente interesantes gracias al cariz que toman los acontecimientos. Olvidad los clichés y las situaciones que ya conocemos de cien aventuras anteriores: aunque no todo es nuevo, sí lo son la mayoría de conflictos realmente importantes que tienen lugar en el barco. 999 transmite el aroma de las mejores películas de Hollywood, de los thrillers que mantienen la tensión hasta el último instante de metraje. El hecho de contar con varios finales y con la opción de revisitar la aventura tantas veces como sea apetecible le otorga un gran valor de rejugabilidad, algo de agradecer si se tiene en cuenta la densidad del progreso, especialmente al alcanzar los últimos compases de la aventura.

Una obra diferente
Parecía que salvo Hotel Dusk pocos juegan iban a ser capaces de alcanzar un nivel de madurez considerable en el catálogo de Nintendo DS (en lo que a aventuras de corte adulto se refiere), y aunque 999 no se exime de emplear tópicos redundantes que aburrirán a más de uno (en circunstancias muy puntuales), lo cierto es que la obra de Chunsoft cuenta con todos los elementos que entendemos son imprescindibles para garantizar una experiencia de juego única, francamente inolvidable. Es una lástima que su lanzamiento en Estados Unidos haya pasado desapercibido ante la mirada de la prensa internacional (al menos de la europea), algo cuando menos curioso si se tiene en cuenta que el título se mantiene en un ratio de 89 en Metacritic, con notas sobresalientes en los medios norteamericanos referentes.

No hay noticias sobre un posible lanzamiento en el viejo continente y, a juzgar por lo sucedido en el pasado, es aconsejable mirar directamente al mundo de la importación para no perderse esta obra de culto por la que actualmente se pagan cifras desproporcionales. Esto se debe a que el título se agotaba en el mercado digital a poco de ser lanzado y que difícilmente se puede adquirir en las tiendas de distribución física. Cerrar el año con sorpresas de este calibre es siempre un alivio a ojos de aquellos jugadores que pasen media vida descubriendo o buscando sleepers que apenas tienen calado mediático, pero cuya calidad no desmerece la de las grandes producciones que acaparan el circo promocional de la industria. A la espera de noticias sobre un posible lanzamiento en Europa (con pocas o nulas opciones de que llegue a España traducido), 999 se perfila como la gran sorpresa que Nintendo DS deja tras de sí en 2010.