Sports Island Freedom
- Plataforma3602.5
- GéneroDeportes
- DesarrolladorHudson Soft
- Lanzamiento25/11/2010
- EditorHudson Soft
No viajes a esta isla...
Como no podía ser de otra forma ante un nuevo periférico destinado al público casual, no tardan en aparecer propuestas deportivas para sacarle partido a los controles por movimiento. Desgraciadamente, no nos llevará demasiado tiempo comprobar que tenemos ante nuestros ojos un claro ejemplo de como no debe ser un juego.
La nueva entrega de la saga Sports Island con juegos disponibles en Wii y DS, se estrena en Xbox 360 para hacer uso de Kinect y ofrecernos distintos deportes a disputar en solitario o en compañía, desde tenis hasta kendo. El repertorio se antoja de lo más variado, pero lamentablemente, nos encontramos ante un descarado intento de como intentar acceder a la mayor cantidad de público con un título que muestra unos escasos valores de producción, en la línea de inundar las estanterías de productos de corte casual que solo buscan el dinero fácil. Ya sea intentando disputar un partido de tenis, en un descenso en snowboard o una partida de paintball, rápidamente vamos a querer olvidar esta experiencia, y no nos van a faltar motivos para ello.
Si bien tenemos diez minijuegos a elegir, desde los más clásicos en títulos de este tipo como pueden ser el tenis o el boxeo, hasta los más peculiares como las partidas de paintball o las pruebas de patinaje artístico, casi todas tienen el mismo denominador común: una gran falta de profundidad, mucha dejadez en el apartado técnico y lo que realmente le pasa factura: un reconocimiento de los movimientos que resulta pésimo o nulo gran parte de las veces, acompañado de un lag exagerado en la ejecución de nuestras acciones que arruina completamente la experiencia.
Las mecánicas en todas las actividades están bastante diferenciadas, aunque esto no significa que funcionen correctamente. Antes de empezar cada prueba, unos tutoriales nos mostrarán el sistema de cada minijuego, donde veremos a un personaje realizando la acción que deberemos imitar. Pese a su innegable utilidad, la puesta en escena resulta lenta, tediosa y pese a la simpleza de las acciones que tenemos que realizar, veremos que los problemas de control y retraso de movimientos hacen mella en nosotros en los meros inicios del juego. Por consiguiente, no vamos a esperar demasiado cuando empecemos las distintas pruebas que el título nos plantea.
En los partidos de tenis, pese a poder realizar una volea, un revés y demás movimientos, la mayoría de las veces no se ejecutan correctamente. Voley Playa es más de lo mismo y se percibe una respuesta igual de errática en nuestras acciones. La cosa mejora mínimamente en las pruebas de boxeo, donde el control responde algo mejor, aunque seguimos estando muy limitados en posibilidades de juego. Podemos ponernos sobre una tabla de snowboard, para protagonizar uno de los descensos más ortopédicos, donde vemos a un personaje que en vez de girar de forma progresiva acorde a la inclinación de nuestro cuerpo, lo hace de una forma brusca y cuando volvemos a nuestra posición inicial deja de hacerlo en seco. Tampoco resultan demasiado gratificantes las escasas piruetas que podemos realizar. En la competición de tiro con arco, resulta imposible apuntar sin que aparezcan los mismos temblores del cursor que en el menú, y cuando llevamos el correspondiente brazo hacia atrás para disparar se desvía completamente o simplemente no responde.
Las pruebas menos convencionales tampoco se salvan de la quema, teniendo el primer ejemplo de shooter en tercera persona controlado exclusivamente con nuestros movimientos en las pruebas de Paintball, pero es una de las que salen peor paradas. Utilizamos la mano izquierda para apuntar con un inestable cursor mientras damos pasos a la izquierda, derecha o al frente para movernos. En la prueba de balón prisionero, terminaremos frustrados viendo que pocas veces realizaremos la acción deseada. En cuanto al Kendo, simplemente más de los mismos problemas de reconocimiento. Si nos adentramos en el patinaje artístico, descubriremos una de las puebas que mejor responden, aunque solo tendremos que realizar las poses que se nos indiquen, por lo que dos minutos serán suficientes para ?disfrutar? esta propuesta. Por último, nos queda el esquí sobre montículos, donde no haremos gran cosa salvo dar saltos de izquierda y derecha en un ejercicio no demasiado gratificante.
En cuanto a modos de juego, el juego dispone una buena cantidad de ellos, ya sea para disputar las pruebas de forma local con un amigo o de forma online, aunque con todas las carencias comentadas, ninguno consigue destacar especialmente entre esta selección. Hasta dos jugadores podemos competir de forma local ya sea en una competición abierta, que permite personalizar todos los aspectos de la partida, en el modo liga, donde disputamos todas las pruebas con cuatro equipos distintos, el torneo, donde jugamos a modo de campeonato y en un uno contra uno. Además, podemos competir en Xbox Live, aunque la ausencia de personal en las salas nos ha hecho imposible poder probar esta modalidad.
Resulta bastante desalentador el hecho de ver que mientras se ha intentado dotar al título de cierta profundidad a su manera, ya sea por la cantidad de pruebas y modos de juego que tenemos disponibles, todo queda eclipsado debido a la horrorosa jugabilidad implementada. Pese a que tenemos distintos equipos a escoger, cada uno con sus propios puntos fuertes y débiles, compuestos por avatares predeterminados con la posibilidad añadida de crear un equipo personalizado, no vamos a notar demasiada diferencia en la selección escogida porqué dedicaremos gran parte del tiempo peleándonos con el nefasto sistema de control.
No ayuda tampoco a mejorar la experiencia cuando empezamos a movernos por un sistema de menús que funciona con la misma mecánica que el dashboard de la consola, solo con la diferencia de que resulta un reto mantener el inestable cursor fijo unos instantes encima de la opción deseada. Otra cosa que tampoco se entiende es que no haya posibilidad alguna de poner el juego en pausa. Podemos acceder al menú de Kinect, pero no se detiene la partida. Tampoco tendremos la posibilidad si lo deseamos de interrumpir nuestro juego y volver al menú principal.
El apartado visual del título roza un nivel irregular, aunque en algunas pruebas resulta aceptable y dentro de lo que cabe se convierte en una de las mayores virtudes que podemos encontrar en esta apuesta. El diseño artístico resulta bastante colorido y acertado en cuanto a escenarios, por lo que en este sentido cumple mínimamente. En lo que al sonido respecta, peca de ser un poco genérico pero correcto. Lo que no lo hace justicia en ningún momento al juego son unas horribles animaciones que nos acompañarán en cada una de las actividades. Todos los personajes se mueven con una rigidez pasmosa y las transiciones entre los distintos movimientos brillan por su ausencia. Realmente hacen daño a la vista, convirtiéndose en uno de los apartados menos cuidados, y en el caso que nos ocupa no es decir poco.
- Variedad que se antoja interesante de entrada, por cantidad de pruebas disponibles y modos de juego.
Muy Malo
No tenemos paciencia ni para seguir mirando el resto de opciones para no salir más defraudados. No te lo compres, es un despropósito.